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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Sus reviews son los mejores, de verdad muchas muchas gracias. Me encanta que opinen del fic :)

Marco y Nicola no volvían todavía y hacia dos días  que se ausentaban ya. Me aburría completamente sin las clases de Nicola y sospechaba que Vaal no quería enseñarme tiro o estaba muy ocupado.

Me cansé de no tener nada para hacer asique fui a enfrentar a la bestia, toqué la puerta de la oficina y pasé. Al entrar encontré a Vaal hablando por teléfono sentado en su silla, me hizo una seña y tomé asiento.

 

-Esta noche, bien yo me hago cargo de su cuenta entonces.- Pausa.- Todavía no decido por cuantos días, ya veremos luego, adiós.- Finalizó el rubio y me miró expectante.-

 

-Perdón por interrumpir pero quería preguntarte si podemos hacer la clase de tiro.- Le dije y una vez que finalicé la frase bajó la mirada a una carpeta de papeles. Que frustrante era depender de el para todo.- Bien ya entendí, ¿Cuándo vuelve Nicola?-

 

-¿Para qué quieres saber?- preguntó y supe que  obtuve nuevamente su atención, recordé nuestra charla acerca de que me gustaba Nicola y decidí usarla a mi favor.-

 

-Porque si no vas a enseñarme esperaré a que vuelva y lo haga él, él si quiere ayudarme.- Le solté fingiendo inocencia.-

 

-Nicola no te está ayudando con todas tus clases de defensa y asesinato profesional.- Me soltó muy serio.- Una cosa es jugar al Gangster malo y otra muy distinta es enfrentarte a una persona que le da igual tu vida, matar a alguien.- Sus palabras eran ciertas, no quería admitirlo pero había estado pensando en ello y la verdad era que yo no sería capaz de matar a nadie nunca.- Nicola te enseña cosas que no tendrías que saber, deberías vivir sin saber lo que es la muerte tan de cerca.-

 

-Tú quieres que trabajé de algo igual de aberrante ¿y pretendes que no sepa cómo defenderme de todas las personas que quieren matarme por estar a tu lado?- Levanté el tono de voz porque él tenía razón pero también él me había metido en esto, bueno yo lo había hecho por un error pero él se lo quería cobrar de manera anormal y horrible.-

 

-Eso es distinto Liam.- Me dijo muy serio y no entendí su punto.- No voy a enseñarte asique vete.-

 

-Odio siempre tener que hacer lo que quieres.- Le grité y volteé para no acobardarme viendo la expresión de Vaal.-

 

Gruñí de enojo y salí azotando la puerta, no me gustaba el hecho de que me dieran ordenes, al principio le tenía miedo a todo esto pero una vez que vi la realidad de la mafia no me pareció tan terrible. Me di cuenta que estar cerca de Vaal era solo misterios y ordenes las veinticuatro horas.

Fui hasta la terraza y me senté en una de las sillas a mirar el atardecer, era lo único que me gustaba de esta nueva vida que se me había impuesto. Maldecí el hecho de haber cometido ese estúpido error, me enfureció saber que no disponía de mi libertad para irme, para hacer lo que quisiera.

 

-Levántate y sígueme.- Me llegó la voz de Vaal a mis espaldas y lo miré.- Siempre se hace lo que yo quiero.- Vi su expresión penetrante, esa que te hace entender que si debes hacerle caso.-

 

Hice lo que dijo y mi espíritu envalentonado se enfrió un poco, le había gritado, había azotado su puerta y me había ido de manera inmadura. Genial, si aburrirme era malo esto era mucho peor.

Vaal fue quitándose el saco por la sala de estar y lo tiró sobre una mesa, luego fue hasta su oficina y saco de un cajón con llave su arma característica mientras yo lo esperaba en la puerta. Pasó por al lado mío y se dirigió hacia los ascensores, guardó su arma en la parte trasera de la cintura de su pantalón y tocó el botón del piso 6 en el subsuelo. Yo pensé que el hotel solo tenía 5 pisos de estacionamiento en el subsuelo pero era obvio que con este ascensor particular se tenía acceso a lugares que el público no visita. Temí un poco al verlo con el arma en la cintura y ver que nos dirigíamos a un lugar privado, pensé en disculparme pero a juzgar por su expresión no creí que sirva de mucho.

Bajamos en el piso -6 y vi un pasillo con algunas puertas, nos metimos en la última y vi solo oscuridad, eso me aterró. Vaal fue hasta la pared y abrió lo que, por lo que escuché era una tapa y bajó unas teclas, entonces todo el espacios se iluminó. Era un campo de tiro y lo miré desconcertado, ¿entonces me estaba haciendo caso?

 

-Hago esto porque aunque este en desacuerdo es verdad que necesitas saberlo.- Me dijo mientras me miraba de reojo y se acercó a un armario.-

 

Me pasó unas gafas de plástico, guantes y un arma pequeña negra.

 

-Gracias.- Le dijé sonriendo y me entregó las cosas menos el arma.-

 

-Ponte eso y sígueme.- Me informó y le hice caso.-

 

Fuimos hasta una especie de ventana en donde a lo lejos se veía un blanco con forma de persona. Vaal me explicó cómo ponerle y quitarle el seguro al arma, como cargarla y descargarla y me la pasó para que apuntara.

 

-Ahora apunta y dispara. No olvides sostenerla con fuerza y que el disparo no te mueva de tu lugar.- Me pidió y yo me puse en el centro, apunté a donde creía que debía, apreté mi agarre y disparé. –

 

Era obvio que iba a dispararle a cualquier lado entonces bajé el arma y fingí que sabía cómo corregir mi mala puntería y probé de nuevo. Luego de cuatro tiros fallidos que no se acercaban nada al blanco Vaal me interrumpió.

 

-Primero separa las piernas, eso te da más estabilidad. Luego para empezar te conviene tomarla con ambas manos ya que te da más puntería.- Fui haciéndole caso y entonces lo sentí detrás, se pegó a mí.- Imítame en la postura.- Me dijo al oído y puso sus manos sobre las mías, no sé si esto me enseñaba algo, ya que me estaba desconcentrando bastante estar tan cerca.- Tienes que levantar más el codo.-

 

Apreté el gatillo y entonces vi que mi disparo, aunque no dio en el centro,  alcanzó el blanco. Le sonreí al aire y me sentí muy conforme.

 

-Muy bien, probemos de nuevo.- Me felicitó el de ojos bicolor y me corrigió la postura nuevamente, realmente estaba muy cerca mío y eso hacía que me costara focalizarme ene l blanco, en vez de eso pensaba en su pecho pegado a mi espalda.-

 

Probé tirar unas veces más y me alegró saber que estaba acercándome un poco al centro, aunque no mucho.  Vaal disparó una vez el con mis manos sobre el arma y dio justo en el centro del blanco lo que me impresionó.

 

-Tienes que descubrir cuan certero es tu ojo al ver el objetivo y cuan inclinada sale la bala, para corregir el desvió.- Me explicó y se pegó aún más para señalarme la mira en el cañón de mi pistola.-

 

-No puedo concentrarme si estas tan cerca.- Le dije en voz baja, escuché su risa en mi oído y sentí como vibró en su pecho.-

 

-¿Te pongo nervioso?- La pregunta la escuché muy cerca mío y luego sentí como acercó todo lo que pudo su sexo a mi trasero descaradamente, me estremecí ante el contacto.-

 

No contesté a su pregunta porque la respuesta era sí y no podía responder que no porque la mentira iba a ser muy obvia. Bajó una de sus manos y me tomó del cuello girándome en una maniobra rápida y me empujo hacía atrás hasta que me acorraló contra la mesa de tiro. Me sacó el arma de la mano y la apoyó en una mesa al costado. Se pegó nuevamente a mí hasta que pasó una de sus piernas por en medio de las mías y acercó mi entrepierna a la suya al tiempo que me besaba con fuerza. Eso fue toda la clase, con el influyente contacto de nuestros labios me olvidé de donde estaba.

No podía negar que odiaba esto, antes había dicho que estaba metido en una vida que odiaba y odiaba admitir lo que sea, pero tenía que admitir que esto no estaba tan mal.

Le respondí al beso agarrándolo por la espalda y en respuesta me mordió  el labio inferior sin lastimarme pero con suficiente presión para que yo soltara un jadeo. Metió una mano por debajo de mi camiseta y acarició la piel desnuda, tenía los dedos cálidos pero más allá de eso donde tocaba todo se encendía en respuesta. Comenzó a bajar la caricia hasta llegar debajo de mi ombligo y cuando iba a meterse en mis pantalones no pude evitar gemir unas palabras inentendibles  y él sonrió entre el beso.

Antes de que su mano siguiera su curso sonó un teléfono celular y supe que era el de Vaal, se separó de mí. Sorprendiéndome a mí mismo me encontré bastante frustrado con la interrupción.

 

-discúlpame.- Me dijo y atendió, oí el susurro de una voz del otro lado de la línea.- Bien, ya subo al penth y la recibo, no te preocupes dile que me esperé ahí.- Y cortó la comunicación.- Lamento mucho que la llamada nos interrumpiera y tampoco poder seguir nuestro asunto pero debo recibir a una invitada importante, acompáñame.-


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