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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Para compensar un capitulo largo y con contenido triple X :O 

-No Liam no tengo idea de que me estás hablando.- Me contesto Nicola mientras tomábamos café. Quise saber si él estaba actuando como mi amigo secreto regalándole dinero a mi familia pero no era así, solo se me ocurría de dos personas con dinero que quisieran ayudarme y Nicola parecía la más sensata. Solo me quedaba otro, el improbable.-

 

-Está bien olvídalo.- Le dije y continuamos hablando de su viaje, me contó un poco de Philip y lo interrogué otro poco sobre quien era para obtener data que me ayude entender algo más todo, volví a escuchar el nombre de Dimitri ¿Quién diablos era?-

 

-¡Deja de informarlo tanto Nicola!- Dijo una odiosa voz femenina apareciendo en la sala, la insoportable pelirroja.- Va a salir corriendo a delatarnos en cualquier momento.- Finalizó mirándome con recelo mientras tomaba asiento con nosotros.-

 

-Él no va a delatar a nadie Irlanda, no le serviría de nada.- Le contestó Nicola antes que yo soltara palabras no tan agradables.-

 

-Sí, claro. Ni bien tenga oportunidad saldrá corriendo para traicionar a Vaal, sobre todo cuando no obtenga lo que quiere.- Este último comentario lo hizo mirándome con real desagrado, fueron palabras con doble intención y seguro eran por nuestra última conversación.-

 

-Realmente no sabes porque Liam está aquí ¿no?-Se echó a reír Nicola y yo no hice nada para evitar que contara la verdad, quizá eso haga que la insoportable mujer me dejara en paz. Cacia miró al moreno con atención y negó con la cabeza.- Vaal lo obliga a quedarse con nosotros porque Liam le debe mucho dinero.-

 

Me regocijé con la expresión estupefacta que puso la mujer, luego se recompuso y me miro incrédula.

 

-Pero Vaal no es así, si le debieras una gran suma él te hubiese hecho pagar y si no es la muerte, él no es de segundas opciones.- Me reveló y el comentario llamó mi atención, también me dio algo de disgusto la parte sobre la muerte, no me imaginaba a Vaal siendo tan malvado.- Voy a hablar con él, quizá si lo hago entrar en razón te deje ir.- Agregó la mujer y me congelé.-

 

Irme, no había pensado en eso como opción hasta ahora, solo consideraba mi estancia miserable y que debía soportarla. Una pregunta dio vueltas en mi cabeza inevitablemente ¿De verdad quería irme? A veces esto se hacía insoportable y odioso pero otras veces la pasaba bien con Nicola, me tenían atrapados los misterios que rondaban a Vaal y ahora sabía que mi familia estaba bien. Rápido pensé en que Vaal no me dejaría irme sin algo que yo no podía darle a cambio entonces me aferré a esa idea levantándome del asiento.

 

-Ya vuelvo.- Me excusé mientras Cacia y Nicola discutían, Nicola argumentaba sobre que yo era su mejor amigo y eso me había hecho sonreír por un segundo.-

 

Fui directo a la oficina de Vaal, toqué la puerta y pasé. Adentró me encontré con el rubio tomando un vaso de Whisky mientras buscaba algo en un archivero, solo. Me miró con ojos entornados sin levantar la cabeza, me llegó su vista calculadora por entre sus pestañas.

 

-¿Podemos hablar?- Le pedí y esperé parado en el medio de la habitación.-

 

Sonrió al aire y cerró el archivero mientras apuraba su vaso de contenido ámbar y se servía otro.

 

-Toma asiento.- Me indicó y le hice caso para que a luego el hiciera lo mismo pero en vez de sentarse en su lugar corrió mi silla para atrás y se sentó sobre el escritorio frente a mí.- Dime.-

 

Me intimidó un poco el hecho de que se sentara tan cerca, pero necesitaba saber la verdad.

 

-Es sobre mis padres.- Le solté y lo miré para notar alguna reacción en él quién volvió a sonreír.-

 

-Pensé que ibas a venir antes a preguntarme esto, debo admitir.- Me dijo y su comentario me pareció sospechoso.- Si Liam yo estoy dándoles dinero, eso es todo.- Le dio un sorbo a su vaso y se paró del escritorio con dirección nuevamente al archivero. Cada vez se volvía más exasperante su escases de palabras.-

 

-No no es todo, ¿Por qué? ¿Estas intentando que te deba más dinero? No voy a poder devolvértelo.- Elevé mi tono mientras me paraba de la silla siguiéndolo.-

 

Se volteó y me dedicó una mirada fría e iracunda lo que me hizo retroceder unos pasos.

 

-No te pedí que me devuelvas más dinero del que me debes y tampoco lo voy a hacer.- Me respondió con firmeza mientras se acercaba amenazante.-

 

-Entonces ¿por qué lo haces?- Traté de tragarme el miedo parcial, ¿Por qué se estaba enojando conmigo? Era como si mi desconfianza le molestara, pero era algo natural ya que estaba atrapado en esto.-

 

-Eso no te incumbe, lo que yo haga con mi dinero es mi problema. No creo que tengas quejas al respecto sobre tu familia siendo ayudada.- Finalizó algo más calmado y terminó otro vaso de alcohol, recién me percataba de lo mucho que tomaba y como no parecía afectarle en nada.-

 

-Quiero saber por qué me ayudas, de verdad no lo entiendo, no tiene sentido.- Le respondí tomándolo del brazo para que volteara a mirarme, quería averiguar demasiadas cosas.-

 

Miró mi mano sobre su brazo y luego me miró a la cara, no me moví ni un milímetro y apreté mi agarre reafirmándome.

 

-Porque tu familia lo necesita más que yo, tómalo como una inversión para hacer feliz a cuatro personas en el mundo que en un futuro no se volverán delincuentes que se pudieran revelar potencialmente contra mis propósitos.- Me respondió y me desentendí totalmente de la conversación.-

 

Estaba diciendo que invertía en mi familia, eso era un porque totalmente ilógico pero era obvio que no iba a obtener respuestas sinceras con él. ¿Cómo sabía cuántos eran los miembros restantes de mi familia?

 

-Aunque no te creo déjame agradecerte.- Le dije mirándolo a los ojos sin soltarme, era una excusa lo que me ponía pero no veía sus actos como algo con fines perjudiciales. No tenía idea de porque me ayudaba pero sinceramente me había sacado un gran peso de encima.- Realmente gracias, estaba muy preocupado por ellos. Al menos déjame pagarte cuando pueda algún día.-

 

Me estudió con la mirada unos segundos y sonrió con los labios cerrados como acostumbraba.

 

-Puedes pagarme ahora.- Me dijo y me tomó fácilmente en brazos hasta subirme a su escritorio.-

 

Antes de que yo entendiera que estaba pasando se posicionó entre mis piernas apretándose contra mí y me besó con toda intención tomándome con ambas manos del rostro.  Pasó sus dedos por entre mi cabello en un gesto suave y sin pensarlo me recliné contra él.  Me besó intenso como siempre, su boca me hacía imposible rechazarlo y no corresponderle no era opción.

Delineó mis dientes con su lengua, la cual no dejo ningún hueco de mi boca sin repasar, nuestras lenguas actuaban al unísono y de vez en cuando me mordía suavemente los labios tirando de manera lenta. Había algo distinto, si bien nos besábamos con hambre el beso era distinto, tenía algo muy parecido a la pasión que cuando reparé en ello hizo que mi corazón se desbocara audiblemente. Podía contra el Vaal salvaje y despiadado, también con el Vaal frio y distante aunque me desesperara pero no supe que hacer con esta cara de él.

Acarició con su mano derecha mis pómulos, descendió por la mandíbula y rozó toda la piel de mi cuello dejando un rastro de caliente, sus manos eran cálidas, grandes y viriles. Estaba volviéndome loco. Se separó de mí unos centímetros sin dejar de tocarme y me miró de manera fervorosa, sentí como si se desnudara con la mirada y hubiese querido poder leer lo que transmitía pero no era tan fácil.

Bajó ambas manos a mis muslos y comenzó a ascender lento sobre la tela de mis jeans, todo mirándome a los ojos sin pestañear, me acerqué a él para volver a besarlo porque no me gustaba que viera tan abiertamente como yo reaccionaba a él pero no me dejó. Siguió ascendiendo hasta meterse dentro de mi camiseta, sus manos cubrían mi abdomen, costillas y ascendían por el pecho hasta llegar a mis pezones.

 

-Quiero verte.- Me susurro sobre mis labios mientras su pesada mirada bicolor no me dejaba un segundo.-

 

De un segundo a otro me encontré sin nada que cubriera mi parte superior, me estremecí sobre el escritorio y pasé mis manos sobre su cuello para aferrarme a él con fuerza. Acerqué mi boca nuevamente y esta vez Vaal cedió besándome de manera húmeda, caliente y liquida.  Probé morder su labio inferior esta vez y obtuve un jadeo como recompensa de su parte, la sensación ya la había experimentado y obtener respuesta de su parte era muy regocijante. Me apretó más contra él hasta que quedé enzima suyo y caminó conmigo hasta la puerta de la oficina. Se separó un segundo de mí y cerró la puerta con llave, sonreí entre el beso, no se le escapaba ningún detalle nunca. Luego continuamos besándonos hasta que sin problema el rubio me llevó al sillón donde se sentó hasta que yo quedara sobre su regazo.

La fricción no era suficiente asique me moví sobre el varías veces hasta que a mis jadeos se le sumaron los de él y en consecuencia las manos de Vaal bajaron hasta mi culo el cual apretó para que el espacio entre los dos sea menor. Gemí audible y el separó su boca de la mía para besarme el cuello de punta a punta.

 

-Quiero estar dentro de ti Pronunció dispersando su aliento cálido sobre mi piel y me recorrió una corriente eléctrica a causa de sus palabras, que intenso.-

 

Me quedé sin pantalones y ropa interior sobre él mientras  una de sus manos recorría mi columna vertebral al tiempo que la otra no me daba respiró  estimulando mi sexo. El ambiente se cargó de tensión, calor y jadeos que salían irreconocibles de mi boca. No hacía falta admitir que Vaal sabía lo que hacía y muy bien pero hoy era todo más denso, más ardiente, más vivo. Su boca se dirigió a uno de mis pezones, mordiendo y succionando sin intervalos, sentía que el corazón se me iba a salir del pecho ante tanto agite y abrumadoras sensaciones. Mi cadera se balanceaba sola sobre su sexo y en ese momento sentí como su mano libre bajaba hasta mi entrada, expandiéndola, masajeando la zona y tocando puntos que me hacían saltar de placer.

Había olvidado el miedo, no lo reconocía como parte del sexo y ahora reconocía a este acto como la experiencia más feroz que hubiese tenido en mi vida. Grité con fuerza cuando el ritmo de su mano en mi sexo y el de su otra mano en mí entrada se acoplaron, iba directo a una espiral sin salida que me tragaba. El orgasmo me golpeó con fuerza, desgarrador,  me hizo nublar la vista y olvidarme de donde me encontraba, todo era sensación.  Vaal me besó mientras me recuperaba de aquel asalto sin quitar sus dedos de adentro mío, no me di cuenta que temblaba de placer, ni que me había mordido el labio tan fuerte que ahora me ardía al besarlo. Se desabrochó los pantalones sacando su miembro fuera y sin esfuerzo me subió sobre él.

Cuando la punta de su sexo estuvo contra mí abrí los ojos de la sorpresa, encontrándome con su mirada turbia, decidida y hambrienta. Entró en mí de una embestida sin esfuerzo, abrí la boca de sorpresa, esa sensación le ganó a todas, indescriptiblemente caliente y profunda.

Vaal gruño audiblemente y cerró los ojos frunciendo el entrecejo.

 

-Mierda.- Lo escuché gemir muy quieto mientras mi interior se amoldaba a él.-

 

Sentía que las lágrimas se escapaban de mis ojos porque todo era demasiado intenso, demasiado incontrolable, que diablos había hecho con mi vida que nunca había tenido sexo de verdad. Me tomó del culo con ambas manos y me movió sobre él lo que me hizo apretar mis manos sobre sus brazos para descargar tanta tensión, mi cabeza estaba abrumada con estímulos.  El movimiento me impulsaba rápidamente hacía un segundo orgasmo el cual era más arrasador que él anterior porque la posé hacía que Vaal presionara en mí un punto inexplicablemente ferviente. Noté el borde del orgasmo e impulsé mis caderas al choque con los movimientos de Vaal para que la fricción fuera mayor, con esto escuche a Vaal gemir y volverse más duro en mi interior, más ancho. Y eso fue todo para caer en el clímax inminente.

Me derrumbé exhausto, caliente y sudoroso contra el pecho de Vaal quien temblaba alcanzando su propio precipicio. Me tomó fuerte entre sus brazos abrazándome con la desesperación delirante producto del orgasmo. Y me sentí pleno, lleno y liviano, mi mejor experiencia hasta el momento.

 


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