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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

¡¡Feliz navidad para todos!! Espero que esten muy bien y gracias por leer :D

Nicola

Piso 7 del hotel, mi piso preferido y me encontraba exasperadamente aburrido haciendo el trabajo sucio el día de hoy.  Vaal me había pedido que le saque información a un CEO de una empresa  de préstamos aunque con sacar información se refería a seducir al infeliz para obtener papelería suficiente para infiltrarnos y hacer nuestro trabajo. El hombre era prestamista para compra de terreno apto para la construcción, pero el truco estaba en que también era el que daba los permisos de construcción, entonces nunca otorgaba los permisos obligando a  sus clientes a pagar con creces los préstamos al no obtener el aprobado para construir. Un hijo de puta,  traducido al castellano.

El tipo tenía aspecto promedio, no poseía el don de la belleza pero al menos tenía buen cuerpo y manos interesantes, algo muy importante para mi gusto. Yo siempre aceptaba estos trabajos porque eran fáciles y divertidos, seducir gente era lo mío, me gustaba la sensación de poder sobre otros y hoy las cosas me estaban siendo fáciles.

Aunque había algo que me desconcentraba totalmente, Marco. Vaal había enviado a Marco conmigo para vigilarme por si pasaba algo malo pero en realidad solo quería tiempo a solas con Liam ahora que Cacia había salido unos días. Y lo que pasaba es que Marco se encontraba en la barra sin siquiera echar una mirada a mi trabajo, pero su nula reacción no era lo que más me molestaba sino que una chica se le había acercado. Una rubia de apariencia femenina, tímida y con belleza natural, no sé qué tipo de personas le gustaran a Marco pero esta chica parecía acercarse mucho al ideal que yo imaginaba para él.

 

-Suele ser agotador pero en general es bueno conseguir muchas cuentas semanalmente, entonces dime ¿Cuál es tu trabajo? Porque me la pase hablando de mí, lo lamento.- Escuché el murmullo del tipo que tenía en frente mientras yo terminaba mi tercer vaso de vodka, agudizando mi vista en dirección a Marco y la tipa.-

 

-Trabajo en una firma de abogados, me gusta mi trabajo.- Le respondí sin mirar a mi engatusado cliente.- Voy a traer otro vaso y vengo, espérame.-

 

Y con esa excusa me levante con dirección a la barra, la mujer se había sentado al lado de Marco y estaban hablando mucho con él, lo que me llamo poderosamente la atención considerando que mi amigo era prácticamente monosilábico. Cuando estaba a unos pasos de la barra vi que Marco le sonrió a la rubia y sentí como el fuego de la ira me salía por la nariz prácticamente,  jamás obtenía una sonrisa con el de ojos grises aunque me pasaba la vida intentando. Me clavé al lado de Marco y fingí ignorarlos mientras pedía mi vaso haciéndolo doble medida luego de ver la exasperante escena.

Sentí a Marco observarme unos segundos y luego continuó conversando con la mujer, lo que hizo que yo apretara la quijada con fuerza ideando un plan para sacarme de encima a la odiosa perra.

 

-Oye creo que te conozco.- Le dije dirigiéndome a Marco.- Eres el tipo que salió en la televisión, el que golpeó a su esposa hasta hospitalizarla.- Mentí  ganándome la atención de la chica quien puso una expresión horrorizada.- Eres un hijo de puta, deberían encerrarte.-

 

Marco me miró sin expresión alguna mientras suspiraba audiblemente.

 

-Disculpa a mi amigo, le gusta gastarme bromas.- Le dijo Marco a la chica quién amagaba con irse.-

 

-Yo no te conozco.- Respondí mientras me entregaban el trago, la maldita chica no se iba.-

 

-Tus bromas se pasan de la raya a veces Nicola, ¿porque no vuelves a tu mesa?- Me contestó algo frustrado Marco mientras se volteaba nuevamente a la chica.- Lo lamento, me decías que la ciudad era algo difícil para vacacionar.- Le dijo a la chica retomando su conversación.-

 

Apreté el vaso furioso y estuve a punto de romperlo pero en cambió me lo tomé de un sorbo y lo deje en la barra con poco control de mí mismo. El maldito idiota de Marco rechazaba todos mis putos intentos para coger pero se quedaba felizmente charlando con una imbécil que acaba de conocer, entonces si yo no le gustaba mejor iría a pasar la noche con alguien que sí.

Regresé a mi mesa mientras sentía el calor de la cólera y el vodka bajarme por la garganta.

 

-Ya iba a ir a buscarte.- Se rió a modo de broma mi acompañante, lo callé sentándome sobre su regazo con una pierna a cada lado de su cadera y lo besé sin pudor alguno, estábamos en un burdel, no era nada raro.-

 

El tipo se sorprendió ante mi asalto pero cuando metí mi lengua en su boca me tomó por la espalda respondiéndome rápidamente. Succioné su lengua entre mis labios mientras tiraba de su pelo para tener mejor acceso a él, luego le mordí el labio inferior con fuerza y arañé su cuello un poco. Sentí su pene duró bajo mi culo y me reí, siempre me divertía tener pronta respuesta, tenía un ego muy hambriento. Abrí mis ojos mientras continuaba con el beso para vislumbrar a Marco, me estaba mirando y yo continué besando al tipo mientras le clavaba la mirada. Le dedicaba la escena para que probara que se perdía por negarme todo el puto tiempo. Marco me sostuvo la mirada unos minutos más, apenas me di cuenta que algo pasaba por su cabeza pero pareció espantarlo al instante y se volteó nuevamente a la mujer quién también me miraba impresionada pero enseguida volvió su atención al rubio cuando este le habló.

 

-Mierda.- Escupí en voz alta sin poder contener mi ira, ¿Qué carajo tenía que hacer para obtener alguna reacción de su parte? Me volvía loco.-

 

-¿Qué pasa?- Pregunto jadeante el hombre bajo mío y su erección me pincho recordándome que estaba ahí.-

 

-Nada, vámonos a una habitación.- Le ordené mientras me paraba y lo tomaba de la mano.-

 

El hombre abrió su billetera, dejó dinero en la mesa para la cuenta y me siguió a la zona de cuartos sin dudarlo un instante. Intenté no mirar de nuevo a Marco ya que me arruinaría el humor más de lo que ya lo había hecho, al menos el sexo me distraería. Entramos al cuarto y besé al hombre con la pasión que estaba acostumbrado a fingir, esa que aunque era la mitad de lo que podía dar alcanzaba y sobraba para hacer que la gente se doblegara  de deseo.

El sexo fue rápido, aburridamente rápido, tuve que recurrir a un doble round para eyacular porque la técnica oral que me dió el pobre diablo era realmente penosa.

 

-¿Voy a volverte a ver James?-Me preguntó el agitado tipo entre las sabanas a mi lado mientras me besaba el hombro, que patético se escuchaba ese comentario, parecía una mujer grande y solterona. Casi no respondo porque me olvidaba que James era mi nombre falso de hoy.-

 

-Todavía no terminamos.- Le sonreí con expresión seductora mientras abría las piernas  sentándome en la cama frente a su cara, vi como el hombre me miró sonriente la entrepierna y acerco una mano para tocarme.- Pero primero ve a ducharte, voy a hacerte compañía luego de pedir una botella de vino a la habitación.-

 

Mi mentira pareció ser muy tentadora para el hombre ya que asintió con la cabeza sonriendo y fue desnudo hacía el baño a preparar el agua.

El sexo era el arma más poderosa que podía portar, hacía que la gente me obedeciera sin tener que esforzarme tanto, amenazar o apuntar a nadie, era genial. Una vez que el hombre estuvo ocupado busqué en el bolsillo interior de su saco y encontré una credencial la cual tomé junto con la billetera que había visto en el bolsillo trasero de su pantalón de vestir. Me cambié en segundos, tomé lo necesario y me escapé de la habitación sin hacer ruido alguno.

Pasé por los pasillos de la zona de habitaciones hasta llegar al salón principal, el cual atravesé fácilmente y en pocos minutos estuve dentro del ascensor que me llevaría directo al penthouse. Las puertas estaban a punto de cerrarse cuando vi a alguien meterse dentro conmigo, levanté la vista alarmado y me encontré con Marco. Hice caso omiso a su presencia y me estiré un poco en el ascensor mientras subíamos al último piso, la espalda estaba matándome por haber tenido sexo en el suelo. Sentí la mirada del rubio sobre mí y lo miré exasperado.

 

-¿Qué pasa jamás viste a un hombre después de que tuvo sexo?- Me burlé sonriéndole con ironía y vi que Marco desvió su mirada a mi cuello donde seguro tenía marcas del idiota al que me había cogido.- Si son producto de una hora bien gastada, ¿Qué pasó con la rubia del bar se aburrió de ti y tus pocas palabras?- El solo pensar que Marco hiciera lo que yo hice con la tipa esa hacía que mi sangre hirviera de furia.-

 

Apoyé mis manos sobre el pecho del rubio con toda mi fuerza hasta conseguir que su cuerpo diera contra la pared, me miró entre sorprendido y confundido, entonces antes de que reaccionara lo besé.  Sentí la adrenalina correr líquida por mis venas, producto de la ira, el desenfrenó o en consecuencia de besar a Marco. Hice uso de todo mi potencial, sin restricciones, sin límites, sin contenerme, esperaba que mi amigo entendiera de lo que se perdía.


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