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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Gracias por sus reviews de verdad, son los mejores :)

Me levanté con la sensación de cansancio en los músculos y luego de unos segundos caí en cuenta del porqué. Al abrir los ojos me di cuenta que estaba en mi propia habitación pero al mirar hacía el costado me encontré con la cama vacía, bueno era una idea pretenciosa esperar que Vaal se quedara a dormir conmigo. Repasé mentalmente los hechos de ayer y algo me apretó el pecho de solo pensar todo lo que había pasado, si así lo quería todavía podía sentir a Vaal dentro de mí y aquel pensamiento me revolvió un poco. Nunca pensé que el rubio fuera una persona cuidadosa a la hora del sexo, que contentaba al otro antes que sí mismo, en ese momento todo me abrumó pero no pasaba por alto lo expresivo que parecía a diferencia de su personalidad diaria. Tampoco pasé por alto como me abrazó antes de que yo me durmiera.

Me metí al baño y mi cuerpo se me hizo terriblemente sensible lo que me hacía avergonzarme y agradecer el estar solo. Una vez que terminé me cambié y fui a desayunar, en la cocina solo vi a Nicola.

 

-Hola – Saludé mientras me sentaba a la mesa cerca del ventanal, hacía un día espectacular y el sol entraba a raudales.-

 

No obtuve respuesta del moreno, tenía un aura distinta a la despreocupada de siempre, parecía enojado y sumido en sus pensamientos mientras revolvía infinitamente su taza con el líquido marrón oscuro. No pregunté nada porque no me dio la impresión de que quisiera hablar. Por la puerta entró Cacia con su valija, parece que volvía de su viaje lamentablemente.

 

-Necesito hablar con Vaal urgente.- Vociferó mientras se sacaba sus lentes de sol y los guardaba en su bolso.- Hola les estoy hablando.- Nos increpó a lo que yo elevé los hombros en señal de ignorancia porque no tenía idea de donde estaba el rubio, también desearía saber su paradero.- Nicola.- Le gritó al no obtener respuesta de su parte y yo miré atento la escena porque presentía que se iba a desatar una tormenta.-

 

-Salió, maldita bruja ruidosa.- Le gritó el moreno elevando las manos en el aire al tiempo que se levantaba de su asiento bruscamente.- No tienes sirvientes en esta puta casa, si quieres saber algo averígualo tu.- y gritando esto último salió de la cocina dejando a la pelirroja algo espantada.-

 

Cacia se sentó del otro lado de la mesa y se sirvió un vaso de agua, intenté concentrarme en mi desayuno para poder huir lo más pronto posible de su molesta presencia.

 

-Lo lamento.- Escuché decir a la mujer sentada frente a mí y la mire sorprendido.- No tienes que parecer tan impactado, ya me siento bastante culpable yo sola. Supongo que molesté a Nicola en un mal día y te torturé un poco sin saber tu historia. No tengo la mejor personalidad del mundo.-

 

-No te preocupes.- Le respondí algo aliviado de no tener que estar en guardia todo el tiempo frente a ella.- Pero no vamos a ser amigos.-

 

La pelirroja se rió con ganas y se sirvió un poco de huevo revuelto.

 

-No esperaba menos de ti. Supongo que aunque odie admitirlo mi despreció por ti nació cuando te vi como una amenaza, jamás tuve que preocuparme por un amante de Vaal, siempre se los eligió manejables y acatadores, pero tú no eres su amante.- No se bien porque pero sus palabras me molestaron.- No me malinterpretes, quiero decir que estas contra tu voluntad, aunque no soy tonta sé que algo pasa entre ustedes, por eso no vamos a ser amigos jamás.-

 

No le respondí porque todavía no terminaba de cerrarme la personalidad de esta mujer, ¿Nadie le había enseñado límites?

 

-Bueno podemos hacer tregua, no te quedes callado. Por el bien de Vaal y todos en esta casa.-Me dijo con una sonrisa.-

 

-Si pero esa paz momentánea va a durar hasta que me creas nuevamente una amenaza en tu “vida amorosa con Vaal”.- Le solté acentuando las comillas, la mujer se quedó sorprendida unos segundos.-

 

-No te portes como un niño inmaduro.- Me respondió recuperándose en un segundo.- Vaal y yo nos conocemos desde hace mucho y tengo más derecho de quererlo que nadie.- Bramó orgullosa y yo intenté que mi molestia no se notara.- Además él es una persona que se merece que lo quieran.-

 

Sus palabras me produjeron curiosidad, esta mujer sabía más cosas que nadie sobre Vaal y aunque esto no me agradara estaba dispuesto a dejar de lado mis diferencias.

 

-No creo que con quererlo solamente alcance para resolver sus problemas.- Le respondí con una frase de interpretación abierta, esa era mi mejor estrategia para obtener información adicional.-

 

-Es lo que más le faltó toda su vida.- Me respondió Cacia con una mirada seria, supongo que tenía sentido ya que el rubio se comportaba muy distante siempre.- Mi familia lo adoptó cuando tenía 18 años, se había escapado de un orfanato y estaba viviendo en la calle, había sobrevivido medio año en la calle sin problemas, siempre se las arregló solo para todo.-La revelación me impactó, a esa edad mis padres me obligaban a volver temprano a casa para que no me pasara nada mientras él dormía sobre el suelo a la intemperie.- Si pensarlo ya suena duro, no imaginó como fue vivirlo para él, no sé nada de él antes de que entrara en mi casa porque jamás lo contó. Viví unos años con él y cuando legalmente quisimos adoptarlo tuvimos que averiguar si nadie tenía la tutela, su madre biológica estaba muerta y su padre desaparecido. No tenía padres adoptivos porque nunca habían llegado a adoptarlo, luego de un tiempo averiguamos el paradero de su padre pero antes de que pudiéramos contactarlo falleció. Cuando Vaal se enteró de esto nos dejó, descubrimos que se había escapado y mi padre encontró un sobre en el comedor con bastante dinero y una nota de gracias con su letra. Jamás entendí que hacia un chico de su edad con esa suma de dinero que le sobrara.-

 

Escuché el relato atentamente y uní los rasgos que relataba la pelirroja con la actual personalidad de Vaal. Todo encajaba con más claridad, aunque tenía bastantes preguntas. Me imaginé que para el momento que descubrió que su padre falleció fue a encontrarse con Nicola, tal como esté me había contado, ambos habían sido huérfanos aunque la condición de Vaal parecía peor.

Estaba a punto de preguntar más al respecto pero en ese momento entró Vaal junto con Marco, esté ultimo estaba más serio y rígido de lo normal lo que coincidía sospechosamente con él comportamiento de Nicola.

 

-Vaal necesitó hablar contigo.- Dijo Cacia al tiempo que se paraba de su asiento rápidamente.-

 

La pelirroja y Vaal estuvieron unas horas encerrados hablando y yo me encontraba inquieto ante la idea, estuve un tiempo repasando las palabras de Cacia y no pue evitar estar agradecido por haber tenido siempre a mi familia conmigo. Realmente no podía imaginar cuan duro tenía que haber sido su vida, supongo que todo eso empujó a Vaal a madurar antes, a hacerse cargo y si sobrevivió a todo fue por su implacable personalidad lo que obviamente lo llevó a estar donde estaba hoy.

Cacia se había ido a su habitación hace un largo rato pero aun así Vaal no salía de su oficina, fui a preparar un café para llevárselo. Era tonto querer reconfortarlo de alguna manera después de escuchar su historia porque habían pasado bastantes años desde todo aquello pero me encontraba intranquilo.

Toqué la puerta con el café en la mano y pasé, Vaal estaba con los ojos cerrados y reclinado sobre su silla, el ruido lo despertó y me sentí algo culpable ya que sabía que él no dormía mucho.

 

-Lo lamento solo venía a traerte un café ya que no viniste a almorzar.- Me expliqué dejando la taza sobre el escritorio de vidrio.-

 

Me llegó una mirada curiosa por parte del rubio quien no pronunció palabra alguna pero tomó la taza y me relajé más tranquilo.

 

-Gracias.- Dijo sin quitarme la vista de encima.-

 

Quería contarle que había hablado con Cacia, resultaba estúpido pero quise decirle que sabía su historia y que podía apoyarse en mí si necesitaba hablar o algo. Era una idiotez si, pero al menos podía intentarlo, estaba cambiando mi percepción sobre el rubio.

 

-Estuve hablando con Cacia un poco, digo ella me contó.- No sabía cómo soltarlo sin sonar entrometido, Vaal no apartaba la mirada y me ponía nervioso.- Ella tal vez mencionó algunas cosas sobre ti y quería que sepas que si quieres hablar o lo que…- No pude finalizar la oración y me estaba costando explicarme.-

 

-No necesito hablar de nada.- Me respondió con una mirada extremadamente seria y mordaz, y ahí estaba la peor cara de Vaal haciéndose presente.- Gracias por el café, tengo trabajo.-

 

Con esas palabras me despachó y me sentí un idiota por querer ayudar, cada vez que averiguaba algo las cosas volvían a cerrarse, él se cerraba para con el mundo. Me molestó darme cuenta que Cacia sabía tanto pero yo no podía averiguar nada, no sabía cómo ayudar, tampoco me correspondía ayudarle, todo era confuso. Pero lo que más me afectaba era saber qué hace un día estaba abrazándome y ahora me dirigía su peor mirada, caliente y frio.


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