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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Gracias por los reviews, de verdad son los mejores :) 

Nicola

Que mal humor de mil demonios me generaba Marco, quien para colmo estaba evitándome.  El beso de ayer había valido el empujón que le continuó por parte del rubio y también valía el mal humor de hoy, sabía que habría piel entre nosotros aunque Marco arruinara todo. ¿Cuál era su puto problema?

Estaba en mi habitación frustrado y sin tener nada que hacer por el momento, divagué con los ojos cerrados y terminé pensando en la figura de Marco sin darme cuenta, su peso sobré mi mientras me acorralaba contra la cama y como sería su expresión incontenible en un orgasmo. Gruñí de molestia al no encontrar la forma de doblegar a mi amigo, asique escribí un mensaje a un compañero de noche que cogía particularmente bien y lo recibí en la entrada metiéndolo a escondidas hasta mi cuarto. Que le den a Marco y su espectacular pene sin uso.

Kurt, así se llamaba mi acompañante de cama, comenzó a desnudarse mientras me contaba algo a lo que yo no estaba prestando atención. Tenía el pecho amplio, los músculos definidos, la piel pálida, mierda, se parecía a él.

 

-¿Qué te pasa hoy Nic? ¿Mucha tensión?- Me dijo mientras me desabrochaba la camisa y me besaba el cuello, me di cuenta que tenía que pasar al sexo rápido antes de seguir divagando asique lo bese con urgencia.-

 

Desvestí rápidamente a Kurt y lo hice sacarme el pantalón y ropa interior mientras me quitaba la camisa, quedamos desnudos y atraje su nuca para que me besara nuevamente, no quería tener tiempo para pensar.  Tocaron la puerta pero supuse que cuando escucharan los ruidos que estábamos haciendo quien estuviera ahí se daría cuenta de la situación y se iría, pero no fue así. La puerta se abrió y Kurt quiso ver quien era pero lo tome del pelo para que me siguiera besando, prefería que la persona sin tacto viera la escena y se fuera sin tener que notar quien era. Sentí que mi acompañante se levantó bruscamente de la cama y de repente me encontré desnudo y solo sobre las sabanas

 

-¿Pero qué mierda?- Grité molesto y me giré para ver como Marco sacaba al tipo de mi cuarto con un solo movimiento y sin esfuerzo, le lanzó la ropa al pasillo y cerró la puerta con un golpe y llave.-

 

Marco se quedó parado a un metro de la cama mirándome con ojos acusadores, y ahí estaba otra vez la razón de mi mal humor quien también me arruinaba mis planes de escape de la realidad.

 

-¿Por qué carajos hiciste eso?- Le dije con voz irritada mientras me incorporaba sobre mis codos en el colchón.-

 

-Estamos para trabajar no para jugar a ver quién se mete con más personas a la cama, aunque claramente nadie va a vencerte nunca en eso.- Me dijo con voz severa y me dejé caer en la cama sin mirarlo, ya estaba harto de Marco, de verdad no tenía ganas de ver su cara.-

 

-Ya está, ya me arruinaste los planes por jugar a los mafiosos, ahora vete.- Le dije con los ojos cerrados mientras me llevaba las manos al rostro en un gesto de exaspero. No escuché movimiento alguno luego de varios minutos mientras esperaba que me hiciera caso, que molestia.- ¿Qué más quieres? No vas a coger conmigo pero tampoco me dejas coger con otras personas, al menos déjame en paz de una puta vez.- Elevé la voz.-

 

-Bien.- Me respondió y escuche como algo caía al suelo, me volteé a verlo y se estaba sacando la camisa por la cabeza mientras su corbata y tiradores estaban en el piso.-

 

-¿Qué haces?- Pregunté.-

 

-Voy a acceder a tus desesperados pedidos, te voy a coger duro para que se te pase tu frustración, pero no vas a obtener más que eso, solo sexo.- Dijo y se acercó a la cama sin camisa y con los pantalones desabrochados. Puso una pierna a cada lado de mi cadera sobré mí y me besó bruscamente.- Ya estabas duro, que fácil eres respondiendo a cualquiera que te toque.-

 

No me dejo replicar porque presionó su boca contra la mía con ferocidad, besaba bien, no podía negarlo. Le mordí el labio inferior en respuesta a su intratable ritmo, se separó de mí y cuando quise atraerlo nuevamente tomó mis manos con una de las suyas y las aprisionó sobre mi cabeza mientras me besaba y mordisqueaba el cuello, justo debajo de mi oreja.  Presionó su pelvis contra la mía en movimientos circulares y lo noté duro, lo que me tentó y mucho.

 

-Tócame.- Le pedí entre jadeos mientras cerraba los ojos ante sus movimientos sobre mí.-

 

En un segundo me volteó de cara a la cama sin darme tiempo a entender que pasaba, puso mis manos bajo mi cuerpo para inmovilizarlas y paso se lengua por toda mi espina dorsal provocando que arquera la espalda. Elevó mi cadera sobre la cama y metió su cara entre mis piernas hasta que su boca caliente tocó mi entrada, grité audiblemente ante el contacto. Metió su lengua en mí moviéndola, metiéndola y sacándola, sentía que me temblaban las piernas y no tenía fuerzas para elevar las caderas entonces él me tomó del culo con ambas manos y lo sostuvo más contra su cara. Gemí contra la cama, el maldito era bueno dando un oral y yo lo consideraba prácticamente virgen.

 

-Por favor tócame.- Le pedí con dificultad sintiendo que el orgasmo estaba cerca pero no podía alcanzarlo.-

 

-No, ¿porque te haría fáciles las cosas?- Me respondió entre lamidas y yo cerré los ojos con fuerza en respuesta, me dolía la entrepierna de reprimirme.-

 

Separó su boca y metió un dedo dentro mío haciéndolo girar, luego dos y el tercero entró son problemas, su ritmo implacable me atormentaba pero no era suficiente y sentía las piernas muy entumecidas de sostener mi peso en esa posé sin poderme relajar del todo. Retiró sus dedos y yo jadeé en busca de aire porque lo estaba reteniendo al estar tan cerca del clímax pero no accediendo a él. Me besó la parte baja de la espalda lentamente, como si su ritmo arremetedor de hace cinco minutos no hubiese existido, que frustración.

 

-Vamos métela.- Le dije con voz dificultosa y girándome a verlo.-

 

Sostuvo mi nuca para que no me moviera y me besó entre los omoplatos lentamente, pasó sus manos por mis costillas haciéndome retorcer pero sin tocar las zonas importantes. Me giró con un movimiento brusco y acercó su entrepierna a mi cara, mirándome desde arriba.

 

-Chúpame.- Exigió acercando su glorioso pene a mí y me lo metí en la boca sosteniéndome de su trasero.-

 

Estaba muy duro, tenía una forma fantástica, era realmente un buen ejemplar. Envolví mis dientes y chupé con fuerza metiéndomelo lo más adentro posible mientras miraba al rubio a los ojos. Escuché que su respiración se agitaba pero su expresión seguía seria y yo quería verlo agonizar de placer. Me lo saqué de la boca trazando movimientos circulares con la lengua endurecida sobre su punta mientras acercaba una de mis manos a presionar de arriba abajo sobre su base.  Arrugó su entrecejo y exhaló audible por la nariz lo que casi me hace sonreír pero debía concentrarme. Aumenté mi ritmo y me lo metí repentinamente casi enteró en mi boca inhalando con fuerza para no atragantarme y gruñó para mí satisfactoriamente. Descubrí mis dientes un poco y presioné contra él, saltó en un respingo y lo sentí más duro en mi boca.

 

-Suficiente.- Me gruño y se retiró un poco hasta que su miembro rosó mi entrada, me besó salvaje nuevamente y me contoneé durante el beso para que el contacto sea más profundo y ambos jadeamos.-

 

La metió con fuerza y entró de una sola embestida lo que me hizo gemir muy fuerte mientras el hacía del ritmo algo más constante sacándola y metiéndola con fuerza. Quise decirle que lo hiciera más rápido pero lo hizo como si me entendiera, en un ritmo brutal y despiadado. Sentí como toda la tensión se acumulaba en mi sexo y me mordí el labio inferior para liberar presión. Salió de mí y yo abrí los ojos desorientado, estaba demasiado cerca de alcanzar el orgasmo, iba a quejarme y me puso en cuatro para meterla fuerte desde atrás mientras sostenía uno de mis brazos para girar mi cuerpo y besarme al mismo tiempo. Gemí dentro del beso, en esta pose llegaba muy profundo, su pene era enorme y me llenaba por completo. Nuevamente aumentó el ritmo implacable, animal, las embestidas eran más rápidas y más profundas. Tiró de mi pelo para que bajara la cabeza y subiera las caderas, no sabía que podía entrar más profundo en mí todavía pero podía y yo lo recibía delirando. Lo sentía cada vez más duro y grande en mi interior y el orgasmo se me hizo inevitable, nublándome la visión y haciéndome gritar.

El gruño audible mientras se agarraba con fuerza a mi cadera, arañándome y alcanzando su propio abismo, su respiración se había disparado tanto como la mía. Quise ver su expresión pero no me recuperaba del orgasmo, había sido muy intenso. Salió de mí luego de unos minutos, fue hasta el baño y salió con una toalla envuelta en la cadera, tomó su ropa y se fue de la habitación.

No tuve tiempo de quejarme porque todavía intentaba recuperarme boca arriba sobre la cama, sentía todavía las corrientes del clímax y mi tórax subía y bajaba para recuperar el aliento.

Sexo y nada más, si ese era su castigo yo podía con él. Fue un sexo muy fervoroso y muy abrasador, si no tenía cuidado iba a sucumbir ante Marco, valla que teníamos piel.


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