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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Me divertí mucho leyendo los reviews, creo que el suspenso los estaba matando asique les dejo otro capitulo :O

No sé porque mi cuerpo no me ayudaba y me desmayaba de una vez, pero no, yo seguía consiente y muy consiente de todas las heridas que recibía en estos interminables minutos. Para este momento me encontraba muy aturdido, eso ayudaba un poco pero no mucho, el último golpe cerca del oído me había jodido el sentido de orientación un poco. Vaal le gritaba al maldito tipo tanto que había logrado distraerlo aunque eso significaba que ahora lo golpeaba a él.

 

-Como esto no está funcionando entonces vamos a pasar al plan B.- Oí lejana la voz del mexicano y no supe si alegrarme por la pausa o entrar en pánico por algo peor.-

 

No entendía muy bien que pasaba pero cerca de mí había aparecido una mesa con ruedas en la que podía vislumbrar artefactos filosos, agujas, jeringas, encendedores, sogas y cosas que no sabía muy bien para que eran pero tampoco quería enterarme.

 

-No voy a dejar que te duermas.- Me dijo la horrenda voz mientras yo sentía que mis parpados eran demasiado pesados.-

 

Por dios el tipo era macabro y yo quería desmayarme de una vez. Pero no podía decir donde era la central porque Marco y Nicola estaban ahí, sabía que Vaal estaba protegiendo a su hermano y a su amigo por eso no hablaba aunque su mirada era de desesperación y eso me hacía querer ser fuerte por él, pero yo no lo era.

 

-Maldito idiota si no puedes matarme solo lastímame a mí, él no sabe dónde está la puta central.- Escuché el grito de Vaal iracundo y afónico.-

 

-Ah, pero como estoy a punto de hacerle cosas peores a tu puta, tú vas a decirme.- Le contestó tranquilamente el tipo al rubio mientras elegía un bisturí de entre toda la mesa, lo sostuvo frente a mí y de solo imaginarme lo que me haría sentí náuseas y se me disparó el pulso mientras los ojos me ardían.-

 

-Solo haces esto porque eres un maldito cobarde.- Dije reuniendo fuerzas para hablar y cuando recibí la mirada de odio del mexicano me di cuenta que mi plan había funcionado asique sonreí cuando recibí otro puñetazo porque con eso bastó para desmayarme.-

 

Estuve inconsciente mucho tiempo, en el medio escuche gritos con la voz de Vaal, luego sentí como alguien me sacudía, después supe que estuve en un auto y por ultimo mucho silencio asique en ese momento dormí tranquilo por bastante tiempo.

Me desperté muy mareado pero para mi suerte estaba recostado, estuve unos minutos con los ojos cerrados y percibí que estaba en una especie de cama, todo estaba en silencio y había poca luz en el lugar asique abrí los ojos. Me encontraba en un hospital, me dolía todo el cuerpo pero menos que antes, sentí algo raro en mi brazo y me di cuenta que tenía puesto una aguja con suero.  Miré a mí alrededor y vi que en diagonal a la cama en la que me encontraba había un sofá en la esquina de la habitación donde Vaal estaba recostado, se había dormido con el teléfono celular sobre el pecho y una mano tocando la cintura de su pantalón donde había un arma metida.

Me reí ante la escena, ni siquiera dormido descansaba. Los parpados me pesaron nuevamente y me dormí más tranquilo sabiendo donde estaba y que él estaba cerca.

 

-Solo esta desmayado, no es como si estuviera en coma, necesita dormir Vaal y tú también.- Escuché vagamente la voz de Nicola y me alegré porque estuviera tan a salvo como para discutir con su hermano, parece que entonces las cosas habían salido bien.-

 

Había demasiada luz en el cuarto como para abrir los ojos asique me dormí de nuevo.

Me desperté con la sensación de que había dormido demasiado, todo estaba en silencio de nuevo y no parecía haber tanta luz asique abrí los ojos. Era de noche de nuevo y el lugar estaba vacío, vislumbré el sofá donde antes estaba Vaal pero ahora estaba vacío, debía admitir que eso me había decepcionado un poco. Tenía que alegrarme de que quisiera protegerme y se quedara conmigo un tiempo mientras yo dormía, después de todo pretendía demasiado queriendo que él se quedara sin moverse de mi lado. Vaal seguro tendría cosas que hacer, o debía atenderse, dormir, también seguro tenía que visitar a Cacia y la última idea hizo que mis ojos ardieran, me sentí horriblemente solo en la habitación. Toda la tensión, el miedo, los nervios y la adrenalina me abrumaron haciéndome llorar como un tonto, este era el mundo real de la gente mezquina y llena de odio. Ahora que me ponía a comparar era ridículo haber pensado que Vaal era mala persona, después de todo estaba en esto y jamás me había hecho nada que yo no quisiera. Pero realmente era ilógico esperar algo más de él cuando tenía que agradecer haber terminado en su casa y no en la de un tipo como el que me había enviado al hospital así.

Me limpié las lágrimas con mi brazo libre pero más ocupaban su lugar, me sentía tan estúpido llorando ¿Qué estaba esperando?

Alguien abrió la puerta y traté de limpiarme las lágrimas rápidamente, levanté la vista y me encontré con Vaal parado con expresión de alivio en el umbral de la puerta. Salió rápidamente de la habitación y yo me quedé esperando en silencio sin poder contener las lágrimas. En unos minutos Vaal entró nuevamente en el cuarto junto con una enfermera que me examinó en silencio y agradecía que no me hablara porque yo seguía llorando y la situación me avergonzaba mortalmente. Vaal  estaba sentado en el sofá y movía los dedos sobre el apoyabrazos de manera histérica, no nos quitaba la vista de encima. Me alegré de verlo bien, parecía que las heridas de las piernas no habían sido tan graves porque no usaba muletas ni lo veía cojear al caminar.

 

-Bueno hijo, estás bien y parece que las heridas sanan rápido, sólo tienes que tener mucho cuidado cuando te traiga la cena porque tienes el labio muy lastimado y no quiero que se te infecte la herida.- Me explicó y le agradecí  en voz inaudible mientras me limpiaba las últimas lágrimas, me sentía más calmado.- Señor Petrov debe ir a ver al doctor Linux.-

 

-Luego.- Fue lo único que dijo y cuando la mujer se fue suspirando Vaal se acercó hasta mi cama.-

 

-Deberías dejar que te revise el doctor ahora.- Le dije a Vaal con la voz ronca y me aclaré la garganta pero solo terminé tosiendo. -

 

-¿Por qué llorabas?- Me preguntó muy serio el rubio haciendo caso omiso a mis palabras.-

 

Me estremecí ante su pregunta y desvié la mirada.

 

-Solo tenía miedo, ¿Estas bien? ¿Salió todo bien?- Le pregunté mientras fingía que me interesaba ver los vendajes de mi mano lastimada. Estuvimos en silencio varios segundos y me sentí estúpido pretendiendo que no pasaba nada.-Realmente tuve miedo.-

 

Sentí que iba a volver a llorar y me mordí el labio para intentar aguantar pero no pude.

La cama se movió del lado de mi costado sano, sentí el peso de Vaal en ella y me miró a mí y al lugar que había en la cama como pidiéndome permiso. Me corrí un poco con dificultad hasta que él se recostó a mi lado, no sabía que cara poner asique miré su mano vendada, muy quieto. Vaal  se metió bajo las sabanas acercándose a mí, metió un brazo bajo mi cabeza y con el otro me tomó de la cara, obligándome a mirarlo. Tenía el labio superior lastimado, un corte en la ceja izquierda y el pómulo del mismo lado muy herido.

 

-Yo estoy bien.- Me respondió ante mi mirada.-Lo lamento Liam, lamento que tuvieras que pasar por todo eso y más aún porque es todo por mí y tú no tienes que ver en esto.- Me dijo en voz baja y seria, sus ojos tenían una mirada de remordimiento.- Pero te juro que no voy a dejar que te pasé esto de nuevo.- Prometió y me miró a los ojos como si hubiese resuelto esa frase hace mucho.-

 

No supe que responderle, yo me sentía algo culpable por haber empeorado la situación pero me tranquilizaron sus palabras, confiaba en él. Me pasó los dedos por el cabello y comenzó a retirarse de la cama.

 

-Por favor quédate conmigo esta noche.- Le pedí en un susurro y lo vi sonreír de lado pero luego volvió a poner su expresión preocupada.-

 

Sacó su mano debajo de mi cabeza y pasó un brazo por encima de mí para acercarme a él. Yo hice mi parte y también me acerqué.

 

-¿Cuánto tiempo dormí?- Le pregunté en voz baja.-

 

-Tres malditos días.- Me respondió y me reí ¿Estaba mal si interpretaba las cosas como más me convenía?  ¿Estaba mal pensar que a Vaal le importaba?-

 

-Y ¿Qué pasó ahí?- Le pregunté mirándolo aunque él había enterrado la cabeza en mi cuello y yo no podía verle el rostro.-

 

-Luego te cuento Liam, vamos a dormir.- Me respondió con voz remilgada.-

 

Escuché su respiración constante, era el único ruido de la habitación, realmente me tranquilizaba tenerlo a mi lado, no me importó si el gesto era porque se sentía culpable o los medicamentos lo hicieran más accesible, el caso era que me relajé con él a mi lado. Me gustaba estar con Vaal, me gustaba Vaal.

 


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