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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Nicola

Me alegraba de ser bueno en el sexo oral en este momento, Marco me había tirado fuerte del pelo haciéndome saber que estaba por alcanzar el orgasmo y era uno fuerte asique me esmeré mucho más. Con mi mano libre presioné ese punto cerca de su entrada y luego de ponerse más duro en mi boca llegó al clímax, en ese momento vi su rostro y sonreí, era una sensación muy poderosa verlo poner esa expresión al acabar y que sea yo el que se la haga hacer. Tragué,  no era nada porque ya lo habíamos hecho 3 veces, igualmente no tenía asco, no me daba asco nada en el sexo teniendo en cuenta que era con él.

 

-No sé qué es más preocupante, que seas putamente bueno en esto o que no dudes al tragar.- Soltó Marco con voz ronca y me reí a carcajadas.- Ahora te toca a ti.-

 

Con un fácil movimiento me levantó del suelo de la habitación y me apoyó encima de un mueble, me impresionaba la manera en la que yo no pesaba nada para él y me maniobraba sin problemas. Apoyé mi torso y mi estómago sobre la mesada del mueble, Marco tomo una de mis piernas y la subió sin esfuerzo sobre el mueble y la sostuvo allí. Introdujo dos dedos de su otra mano y los hizo girar presionando la pared sensible de mi entrada, no pude evitar gritar de gusto, recordaba muy bien donde era que yo sentía más y lo usaba en mi contra de la mejor manera. Sentí como me besaba entre los omoplatos y aceleraba el ritmo dentro de mí lo que me obligaba a tomarme fuertemente al borde de la mesada con ambas manos.  Tenía suerte de estar en una de las habitaciones del burdel porque mis gemidos iban en aumento y no los podía retener.  Sacó sus dedos de mí y pasó su mano adelante para tomarme de mi sexo.

 

-No Nicola, todavía no quiero que te vengas.- Me susurró en el oído y le dio una lamida a mi cuello. Apretó uno de sus dedos en mi uretra lo que me distrajo de la tensión sexual que venía acumulando y maldije en voz alta.-

 

-No.- Le grité con voz ahogada y sentí que temblaba incontrolablemente y los músculos de mi pelvis dolían ante la presión.-

 

Antes de que pudiera seguir quejándome me penetró lentamente mientras gruñía con voz ronca, se introdujo poco a poco en mí y avanzo todo lo que pudo, la posición hacía que entrara por completo en mí y hacía que mi sexo ardiera frente al estímulo pero sin poder hacer crecer mi orgasmo. Salió y volvió a entrar lentamente repitiendo el proceso lo más adentro que pudo en mí, grité y me retorcí más contra él, la tensión en la parte baja de mi estómago iba en aumento.

 

-Por favor Marco.- Le dijé sin aire mientras el entraba y salía de mí, estaba más que duro y el tampoco podía contener los jadeos. Sé que él deseaba como yo aumentar el ritmo.-

 

-Mierda.- Lo escuché gritar y me embistió feroz soltando mi miembro y tomándome con ambas manos de la cadera para ayudarse.-

 

Me costaba mucho estar agarrado del mueble porque su ritmo era tan fuerte y salvaje que me hacía temblar, doblegarme y contraer todo los músculos de mi cuerpo. Estaba muy cerca del orgasmo y sentía que era tan intenso que me costaba llegar a él.

 

-Vamos Nicola.- Escuché decir a Marco con voz ronca mientras tomaba la punta de mi pene en sus manos y masajeaba en ritmo creciente.-

 

Gemí de placer puro y duro, no me costó mucho más en llegar al clímax y fue tan fuerte que duró más de lo normal, sentí que temblaba incontrolablemente mientras mi interior palpitaba y se apretaba en torno a Marco y eso fue lo que lo hizo eyacular a él. Gruñó clavando sus dedos en mi espalda mientras empujaba sus caderas contra mí todo lo que podía. Se derrumbó encima de mí pegando mi espalda a su pecho mientras seguía dentro mío. Nos costó bastante recuperar el aliento, pero luego de unos minutos él se separó de mí. Supe que eso era todo e iba a tomar sus cosas para salir por la puerta lo más rápido que podía, como hacía siempre asique probé detenerlo.

 

-Espera unos minutos y lo podemos hacer en la ducha, todavía no probamos ahí.- Le dijé con voz agitada pero sugestiva mientras me sentaba en el suelo para recuperarme.-

 

-Ya lo hicimos cuatro veces, me voy.- Me dijo mientras se pasaba la camiseta por la cabeza y se abrochaba los jeans, se guardó la ropa interior en el bolsillo trasero, tomó su chaqueta y se fue.-

 

Suspiré mitad por cansancio y mitad por frustración, lo veníamos haciendo muy seguido en estas dos semanas pero ni bien terminábamos Marco escapaba, ya me estaba molestando esta actitud. Y para colmo ya no se me acercaba a hablar como antes, buscaba pasar el tiempo mínimo e indispensable conmigo mientras trabajábamos.

 

Me paré del suelo y me dirigí al baño, llené la bañera de agua tibia y me metí dentro, se sentía genial ya que las cuatro veces que lo hicimos fueron igual de enérgicas y con el ritmo que llevababamos hasta ahora mi cuerpo necesitaba una pausa.

Dos semanas del mejor sexo de mi vida y nada más, yo no era una persona romántica y odiaba que las personas que me cogía pidieran más que sexo pero Marco estaba logrando hartarme con esta actitud. Era mucho dormir juntos después de tener sexo, levantarme y seducirlo para tener más sexo en medio de la noche, hablar un poco, salir a cenar cuando terminemos tarde un encargo de Vaal, no estaba pidiendo algo como un regalo de san Valentín por dios santo. ¿Qué mierda volvió tan complicado a Marco?

Me prendí un cigarrillo y estuve media hora más en el agua. Después de cambiarme salí al mostrador y devolví las llaves, era una suerte que no nos cobraran por la habitación, beneficio de socio vitalicio y empleado del dueño.

Al llegar al penthouse vi que todo estaba demasiado silencioso, pasé a saludar a Vaal y me encontré que uno de los tipos de limpieza quitaba sangre de su pared.

 

-¿A quién asesinaste hermanito?- Le pregunté riéndome mientras me sentaba en na de las sillas frente a donde se sentaba él y la hacía girar.-

 

Vaal me contó lo que había pasado y después de entender que seguro Liam se encontraría mal decidí pasar a su habitación para charlar con él y mejorar las cosas un poco.

Cuando vi que Liam estaba algo mejor decidí que mi misión estaba completa asique fui a la cocina por cualquier cosa salada y algo de cerveza. Al pasar por la sala de estar vi a Marco sentado en el suelo contra el sofá mirando por el ventanal opuesto a la terraza con una botella de vino tinto a su lado.

 

-Embriagarse después de tener sexo es casi tan bueno como tener otra ronda debo admitir.- Le solté cuando estuve a su lado, no solo que no me contestó sino que ni me miró.-¿Qué pasa?- Le dije algo preocupado mientras me sentaba en el sofá, en general no respondía a mis bromas pero gruñía o se quejaba de ellas.-

 

-Renuncié Nicola.- Me dijo sin mirarme y le dio un buen trago a la botella.- Me voy de aquí.-

 

Me quedé paralizado procesando sus palabras ¿Qué se iba? ¿A dónde? ¿Por qué?

 

-¿Y a donde mierda piensas irte? No es como si ahora pudieras trabajar de un simple vendedor de libros, hay personas que van a ir tras de ti.- Le grité muy audible, este hombre me frustraba más que nadie ¿Qué pasaba por su cabeza?- ¿En qué mierda estás pensando?-

 

Marco se quedó callado unos segundos y luego se levantó del lugar mirándome con expresión exhausta. Me daba la impresión de que había tomado esta decisión hace mucho y yo estaba excluido de todo.

 

-Sé a lo que me enfrento Nicola, ya pensé bien esto, también lo hablé con Vaal.-Hablaba en voz baja y seria.-

 

Me quedé callado nuevamente, carajo, no quería que se fuera. ¿Por qué siempre decidía todo solo? Me seguía hasta aquí sin que se lo pidiera y ahora se iba como si nada. Sentí un enojo muy grande alimentarse de mi frustración, Marco estaba haciéndome creer que yo controlaba las cosas cuando en realidad él siempre jugaba solo. Las palabras que tenía enterradas dudaron en salir, había cosas que quería decirle al rubio pero tenía miedo de lo que podían desatar.

 

-Nunca fue una buena idea que yo esté aquí en primer lugar, no debí seguirte.- Y dicho esto dió media vuelta y se fue por el pasillo en dirección a su habitación.-

 

Estuve algunos minutos congelado, entonces se arrepentía de estar aquí, se arrepentía de estar conmigo, se arrepentía de tener sexo, quería irse. Me levanté y me dirigí rápidamente hasta su cuarto, cerré la puerta tras de mí y me apoyé en ella. Marco suspiró sentado sobre la cama y abrió la boca para decir algo pero lo interrumpí, ni siquiera filtré las palabras solo solté todo.

 

-Perdón, perdón por irme, perdón por ser el peor amigo que pudieras tener, perdón por siempre ser tan egoísta, perdón por ser un idiota, perdón por forzarte a todo.- Le grité, me ardía la garganta y sentía la respiración entrecortada.- No voy a obligarte a que te quedes, sé que me seguiste porque sentías el deber de protegerme del mundo como siempre lo hiciste y realmente te lo agradezco. Cuando mi madre murió aunque me apoyé en mi padre tú fuiste el que me ayudó a avanzar y cuando él también falleció no me quedaba nada. Vaal apareció y creí que era una buena idea irme con él, siempre fui una carga para ti pero como nunca te quejabas yo seguía aprovechándome y lo siento de verdad lo siento.- Sentí el cuello mojado y al tocarme me di cuenta que eran mis propias lagrimas.-

 

No fui tan valiente como para mirar a Marco a la cara asique tomé el picaporte de la puerta y la abrí dispuesto a huir como siempre. Sentí su mano envolver mi muñeca y el rubio tiró de mí hasta acorralarme contra la puerta. Me quedé quieto con la mirada hacía un costado esperando que me dijera que me perdonaba, Marco no iba a dejar que me fuera sin perdonarme, así era él. Me sentía terrible, decir las palabras en voz alta hacía que todo se convirtiera en verdad, siempre había abusado de la bondad de mi amigo, de su familia…

 

-Mírame Nicola.- Me dijo luego de suspirar cansino y le hice caso.-

 

-Ya sé que me disculpas idiota.- Le dije riéndome, quería volver esto menos tenso.- Siempre fuiste buena persona y sé que vas a decirme que quedamos a mano, yo no en…- Me dolía soltar esas palabras con falsa despreocupación pero no sabía cómo enfrentarme a él de otra manera. Me interrumpió.-

 

-Te amo.- Me dijo mirándome serio a los ojos y repetí sus palabras en mi cabeza luego de escucharlas ¿Qué?- Te amo y nunca abusaste de mi bondad porque yo no soy buena persona, hago todo porque siempre te quise, nunca fui bondadoso con nadie más. No entiendo como nunca te diste cuenta que apenas hablo con la gente, que no tengo sexo con nadie porque nadie aparte de ti me interesa, y si siempre te protegía era también para tenerte cerca. Te seguí porque te amo y quería irme por la misma razón, no soy bueno sino que estoy siendo egoísta. No puedo mantenerme al margen teniendo sexo, estoy volviéndome loco Nicola.- Todas sus palabras las dijo tan sinceramente que aunque quise pensar que todo era una broma porque yo no lo merecía, me fue imposible. Marco se rió mientras yo lo miraba incrédulo-Pídeme que me quede y lo haré, siempre hice lo que querías y siempre lo voy a hacer pero si esto es una jodida molestia para ti, déjame irme.-


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