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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Gracias por sus lindos lindos reviews :3 Les estoy dejando capitulos relativamente largos y todos los dias porque en unos dias me voy de viaje. Perdón pero no creo poder subir alla en el espacio exterior donde voy jaja.

Gracias por leer :D

Pasé a la oficina de Vaal y él se sentó en uno de los sofás, yo por otra me quedé mirando fijo el lugar en el que había pasado todo, Vaal suspiró y me volteé hacia él.

 

-Lo lamento.- Le dije.-

 

-No tienes que pedirme perdón.- Me respondió y me señaló el sofá en frente a él.- Siéntate, tengo algo que contarte.-

 

Le hice caso a pesar de que yo era el que venía a hablar con él en primer lugar. Tomé asiento y lo vi tomar un vaso lleno de líquido ámbar de la mesa cerca de nosotros y darle un trago.

 

-Tengo que hablar con un amigo mío hoy, vino desde Italia para un asunto importante asique iremos a cenar esta noche.- Me informó y me sorprendió que me contara lo que íbamos a hacer, en general eran todas órdenes.- Es la cabeza de la mafia italiana pero no te preocupes porque es aliado mío desde hace muchos años, aun así quiero que te mantengas cerca nuestro porque Dante es algo particular.-

 

Me sonreí sin poder evitarlo y con eso mi humor particular se disipó por completo, no solo me estaba contando algo de él y lo que íbamos a hacer sino que también estaba teniendo cuidado conmigo. Me miró inquisitivo ante mi mueca y lo miré para responderle pero me quedé callado. El sol del atardecer entraba por los grandes ventanales iluminándole el rostro y el cabello, realmente me gustaba Vaal, muchas cosas contribuían a ello y aparté la mirada avergonzado.

 

-¿Qué?- Me pregunto con voz sería el rubio al no entenderme.-

 

-Nada es que yo venía con dudas a hablar para aclarar algunas cosas y cambié un poco mi discurso.- Le dije pensando cada palabra, él no era mala persona, tenía una personalidad difícil pero así había sido su vida.- Me di cuenta de que tu realmente me…- -

 

-No.- Me interrumpió con voz sería y apartó la mirada.- No sigas por ese camino. Vete a cambiar y dile a Marco y Nicola que lo hagan también por favor.- Dicho esto se levantó y se fue de la oficina.-

 

Me quedé muy quieto sobre el sofá, me sorprendió su contestación dejándome un sabor amargo en la boca, pero lamentablemente Cacia ya me había advertido sobre esto, no era fácil querer a Vaal.  Suspiré y me pasé las manos por la cara en un gesto para tratar de despejarme un poco, mi buen humor volvía a salir volando. Me paré y fui hasta la sala de estar pero ya no había nadie, encontré a Marco y Nicola y les informé lo que me había pedido Vaal, ambos parecían extraños pero no quise meterme entre ellos, últimamente no tenía mucha suerte asique no quería cuásar problemas.

Fui hasta mi habitación y me duché y cambié concentrándome en lo que iba a ponerme, no tenía ganas de seguir cargando con más y más cosas. Vaal no quería escucharme pero lo que me pasaba con él no iba a desaparecer aunque yo no se lo confesara, aunque cabía admitir que sabía que no iba a ser fácil.

Se hizo la hora de irnos y salimos del hotel en los autos con dirección a la residencia de visita que ocupaba el capo de la mafia italiana, Dante. Todo esto ya se parecía más a una película de Coppola y me resultaba algo irónicamente gracioso. Luego de un incómodo viaje en silencio al lado de Vaal llegamos a una gran casa sobre la playa tan o más lujosa que el penthouse de Vaal.

Al llegar un par de rejas negras y gigantes se abrieron para que los autos pasaran al patio delantero donde se estacionaron. La entrada era inmensa y estaba bordeada de un jardín espectacular lleno de vegetación muy bien cuidada. En el centro había unas escaleras de mármol negro con unas enormes columnas oscuras  que flanqueaban un recibidor extenso en el cual había dos hombres de traje negro. Al acercarnos los tipos se abrieron pasó hasta la puerta doblé de madera, muy impresionante con bisagras de hierro negro, estás se abrieron dejándonos entrar.

 

-Fratello.- Dijo un hombre con claro acento italiano y se adelantó para abrazar a Vaal quien le correspondió riendo.- il famoso Vaal Petrov en persona.-

 

Al separarse de Vaal le dio algunas palmadas en el hombro y nos miró. Tenía un aspecto impactante, tenía el cabello negro ondeado, un rostro angular con la mandíbula marcada, barba oscura incipiente de algunos días, ojos muy azules y de pestañas largas y oscuras. Estaba vestido con un traje de lino, camisa blanca desabrochada sin corbata ni moño donde se asomaba un pecho musculoso. Nos sonrió enseñando sus dientes perfectos y blancos, tenía algunas arrugas a los costados de los ojos al reírse, seguramente tenía unos treinta y tantos años.

El tipo era un maldito dios italiano, parado junto a Vaal ambos deslumbraban en belleza extranjera. Nicola se apresuró a saludar con una sonrisa y Marco se acercó detrás, me quede algo apartado, el tal Dante realmente intimidaba con toda su presencia y aspecto italiano.

 

-Scusa, ¿tú eres?- Me dijo el impactante hombre dirigiendo su mirada hacia mí.-

 

-El empezó a trabajar para mí hace poco, se llama Liam.- Se me adelantó Vaal antes de que yo pudiera decir algo.-

 

El italiano me tomó de la mano y antes de que pudiera estrecharla con él se la llevó a la boca y le dio un beso dejándome perplejo.

 

-Veo que Vaal tiene un amante muy interesante.- Le dijo al nombrado sonriendo sin dejar de mirarme.-

 

-¿Que parte de trabajar no entendiste querido Dante?- Le contestó Vaal impaciente.-

 

-Que poco sincero, andiamo que nos espera una cena espectacular.- Respondió riendo el anfitrión y nos condujo por la casa.-

 

El lugar me impactó, era inmenso, lleno de estatuas, cuadros y adornos impresionantes, la sala de estar tenía una alfombra roja muy extensa y un juego de sillones antiguos de terciopelo. Al llegar al comedor nos acomodamos en una mesa enorme de madera oscura, Dante se puso en la cabecera por supuesto y Vaal a su derecha mientras que a mí me tocó el lugar de la izquierda, no se me pasó por alto que el italiano me arrimó la silla y retuve la risa ante el gesto. Dante era todo un caballero italiano, de esos como en las películas románticas.

 

Aparecieron dos hombres con traje blanco a dejarnos ensaladas y dos botellas de vino tinto, con las cuales llenaron nuestras copas. Todo era tan italiano que me causaba gracia, intercambié algunas miradas graciosas con Nicola a quien tenía en diagonal, era obvio que él iba a reírse con esto.

 

-Dante, muchas gracias. Ahora yo quería explicarte que…- Empezó Vaal pero por primera vez en mi vida vi a alguien interrumpirlo.-

 

-Aspetta querido hermano, primero la comida y luego los negocios.- Pronunció Dante con seriedad.- Disfrutemos la cena.-

 

-Me preocupa que seas la reencarnación de Michael Corleone- Soltó riendo Nicola y Dante lo miró.-

 

-Y no solo en la educación. También en el mal carácter.- Le sonrió Dante con expresión filosa.-Dime Liam, ¿te gusta la comida?- Me dijo el de ojos azul cambiando rápido de humor a uno más relajado, ahora entendía lo que me había dicho Vaal.-

 

-Si muchas gracias.- Le respondí educadamente.-

 

-Me alegro.- Me respondió.-

 

Noté la mirada abrazadora de Vaal sobre mí y me encogí en mi lugar, ¿se suponía que no debía responderle? Luego de la ensalada comimos un excelente plato de pasta y Dante habló mucho con Vaal mientras que Nicola y Marco hacían su mundo aparte. Yo solo escuchaba las conversaciones, realmente no sabía que decir aunque debes en cuando Dante se dirigía a mí al responderle a Vaal.

 

-Se acabó el vino iré a buscar una botella de mi reserva especial, ¿Podrías acompañarme Liam? per favore.- Se dirigió hacia mí el italiano sorprendiendome.

 

-Él no sabe de vinos.- Respondió Vaal antes de que yo lograra decir algo.-

 

-Bueno entonces con más razon me corresponde enseñarle.- Respondió rapidamente Dante y me hizo gracia su astucia, Vaal se quedó callado.-¿O a caso te molesta? Querido amici.-

 

Miré a Vaal quien me dedicó una mirada molesta que yo no supe interpretar y negó en un gesto rapido a lo que el italiano se sonrió entre dientes, luego ambos me miraron espectantes y me puse algo nervioso porque hasta Marco y Nicola estaban pendientes de la situacion.

 

-Claro.- Logré articular y Dante me sonrió satisfecho.-


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