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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Perdon perdon por ausentarme pero aca estoy!! :D Gracias por ser pacientes y esperar, espero no hallan extrañado mucho el fic. Les dejo un capitulo largo y les prometo que voy a a ctualizar más seguido de nuevo como antes. <3

No podía evitar distraerme al hablar con el tal Andre porque a pocos metros tenía a Vaal charlando animadamente con mucha gente que yo no conocía. El alcohol había dejado dolor de cabeza y malestar luego de que su efecto  amortiguante de la realidad había caducado. Dejé mi vaso a un costado y esperé que el italiano no notara que no estaba escuchando lo que me decía a causa de mi horrible cefalea, sonreí un par de veces cuando él lo hacía y asentí educadamente cuando debía. Realmente quería irme.

 

-Y espero que estés de acuerdo con ello.- Me dijo Andre mientras yo miraba por sobre su hombro como Vaal se alejaba con un tipo al interior de la casa y una copa en la mano, me deprimía que le sonriera a otra persona.-

 

-Claro.- Le contesté e intenté sonreír pero no salió como yo esperaba.-

 

-Bien entonces estás de acuerdo con que mañana vallamos a robar diamantes Tiffany a la central de la ciudad, que bien, pensé que no aceptarías.- Me dijo y lo mire.- Vamos Liam sé que algo te está distrayendo, es como hablarle a una lámpara, apagada por cierto.-

 

-Lo lamento, de verdad.- Le dije y él se bajó de su asiento tendiéndome una mano.-

 

-Sera mejor salir de aquí, ¿me dejas llevarte a un lugar genial?- Me preguntó mirándome e invitándome a bajarme del taburete y seguirlo. Dudé unos segundos, la familia italiana me daba un mal presentimiento pero quedarme en una fiesta mirando como Vaal se paseaba con todo el mundo y teniendo a Dante merodear no parecía una mejor idea.- Vamos, sé que no confías en mi pero al menos dame una oportunidad, tienes tu teléfono contigo y solo basta una llamada a Vaal para sacarte de apuros.- Dudaba mucho que si yo me encontraba en una bolsa plástica negra saliendo de contrabando fuera del país Vaal me pudiese ayudar.- No quería arruinar la sorpresa pero solo vamos a un café que está a diez calles de aquí.-

 

Acepté su mano y lo seguí por entre el gentío, contaría las diez calles y sino llamaría a Vaal, dejaría su número listo por si acaso en el teléfono.

Entramos a la casa y bajamos un piso hasta el sótano, calculé que íbamos a la cava asique me preparé a correr pero doblamos a la izquierda y entonces me quedé paralizado hasta que se encendieron las luces y vi que me encontraba en una cochera.

 

-Vamos ven, me haces sentir mal, no soy un asesino psicópata o algo por el estilo, aunque sé que eso diría también un psicópata.- Soltó y se rió, me estaba poniendo nervioso pero lo seguí, tampoco estaba mintiendo.-

 

Pasé por al lado de una 4x4 Mercedes Benz, dos autos antiguos con pintura negra brillante, un auto costoso del cual no reconocí la marca y me detuve junto con Andre frente a una lujosa Ferrari roja.

 

-Odio alardear pero sé que este es el preferido de Dante asique me gusta la idea e molestarlo un poco.- Dijo sonriéndole al auto y subiéndose en el asiento del piloto, las puertas abrían hacía arriba y yo me maravillaba porque jamás pensé que iba a subirme a un auto tan costoso.-

 

Al salir de la casa vi que los hombres de traje negro miraban muy bien la cara del italiano para cerciorarse de que no estábamos robando el auto, aunque por las palabras de Andre parece que si lo hacíamos. El de cabello negro pisó el acelerador y salimos calle arriba a una buena velocidad, no pude evitar reírme, los barcos me mareaban terriblemente, no amaba viajar en avión pero la velocidad en un auto me encantaba, algo estaba mal conmigo.

 

-Qué alivio que te estés riendo.- Me dijo mirándome de reojo y avanzo a más velocidad por entre los autos, olvidé contar las calles pero por lo menos si iba a pasarme algo malo me había divertido un poco primero.-

 

En menos de lo que esperaba dobló a la izquierda metiéndose en un barrio menos ostentoso del que se encontraba la casa de Dante, vislumbré un café estilo de los sesenta, con cartel de neón rojo y todo. Se metió en el estacionamiento y aparcó el auto en una esquina, salió y se dirigió al baúl del cual sacó una tela negra. Apreté el celular en mi bolsillo y salí del auto, entonces Andre cubrió el vehículo con la tela y me sentí un estúpido por desconfiar tanto.

 

-No quiero llamar tanto la atención.- Me confesó riendo y caminó en dirección a la entrada trasera, abriéndome la puerta.- Pasa.-

 

Entramos y el lugar tenía todo el aspecto de llamarse Trixie´s y servir milkshakes de fresa. Nos sentamos en una mesa, no había mucha gente asique Andre eligió una mesa sobre la ventana que daba a la calle, yo me senté frente a él. Una camarera de unos cincuenta años se acercó a nosotros con unos menús, les sonreía abiertamente al italiano, parecía conocerlo, Andre la detuvo.

 

-Ya sabemos Maggie, dos batidos de frutilla, dos hamburguesas completas con papas fritas y dos porciones de la tarta de chocolate.- Le soltó riendo y yo lo miré perplejo, ¿cómo pretendía que nos comamos todo eso?- Gracias.-

 

-No es nada corazón.- Le respondió la tal Maggie y se fue con una sonrisa.-

 

-Cuando no soporto el horrible carácter de mi hermano me escapo aquí, encontré el lugar de casualidad una noche de lluvia caminando.- Me explicó el de ojos azules ante mi expresión seguramente inquisidora.- Que suerte que no te lleve al matadero o algo por el estilo ¿No?- Bromeó y yo fui consciente de que seguía sosteniendo el teléfono en mi bolsillo asique lo solté desviando la mirada al lugar, este italiano no parecía malo.-

 

-Uno nunca sabe.- Le dije volviéndome para mirarlo y lo atrapé sonriendo.- En general no suelo conocer gente que repentinamente quiera ser buena conmigo a cambio de nada.-

 

El moreno se rió entre dientes y abrió la boca para responder pero justo trajeron el pedido, la mesa estaba completamente llena. Le di un vistazo a la comida y me pareció muy pero muy tentadora, todo tenía un olor espectacular y repentinamente me di cuenta que tenía hambre. Maggie dejo todo y nos sonrió antes de irse.

 

-Yo tengo mis propias razones para traerte solo hasta acá, no voy a decírtelas todavía, pero no tengo mala intención.- Me dijo en tono juguetón y acercó el plato de hamburguesa hacía el.- Realmente voy a extrañar este lugar cuando me vuelva a Italia.-

 

-¿Ya te vuelves?- Le pregunté mientras comía las papas.-

 

-No, primero tenemos que trabajar con Vaal sobre el asunto de Dimitri.- Me respondió mojando una papa en el batido y lo miré atento, primero él sabía quién era Dimitri y segundo ¿quién mezcla un batido de frutilla con papas fritas?- Si no lo probaste ni se te ocurra mirarme con asco.-

 

Lo imité conteniendo la risa y me sorprendí de que la mezcla no fuera algo repulsivo, sino más bien interesante.

 

-Entonces vamos a trabajar juntos.- Le mentí para  que pensara que yo sabía todos los detalles de la operación, quería saber si tenía información de Dimitri. Probé mi hamburguesa y estaba espectacular.-

 

-Sí, es lo que te dije cuando te dedicabas a ignorarme en la fiesta, voy a mudarme al penthouse unos días mientras mi hermano abandona la casa que alquila aquí. – Lo miré perplejo, asique iba a mudarse con nosotros.-Dante va a volver para armarse mientras ubicamos el paradero del grupo Yakuza más importante de Japón. Más precisamente a Yonekuni  Miyazaki, el asqueroso jefe Yakuza que ayuda a Dimitri.-Me explicó Andre y yo prestaba suma atención para retener todo esto en mi cabeza.-

 

-Sé que Vaal disolvió a la mafia Mexicana, sigue por la mafia japonesa y solo le falta un grupo más para poder ir contra Dimitri sin problema.- Intenté hacer uso de lo que sabía para hacerle creer al italiano que sabía de lo que hablaba.-

 

-Exacto, deja lugar para la tarta de chocolate, de verdad no puedes perdértela.- Me dijo mientras hacía a un lado su plato vacío y comenzaba a atacar la tarta, me reí, parecía un adolescente en pleno crecimiento.- Si no la probaste todavía no puedes reírte de mí.- Me respondió y contuve la risa.-

 

Terminé de comer la hamburguesa y le di un buen sorbo al batido antes de pasar al postre, mientras le pregunté a Andre si era verdad que viviría en el Penthouse, pensé que era otra de sus bromas por no escucharlo. Al parecer si era verdad, suponía algo no tan malo que viviera con nosotros, ya que por lo menos podía considerarlo otra persona amable en ese lugar, alguien con quien hablar ya que últimamente me aburría demasiado solo.

 

-Es verdad que la tarta es riquísima.- Le dije sinceramente, el lugar tenía una comida demasiado buena para su poca clientela, el italiano me sonrió satisfecho.- ¿Qué piensas de Dimitri?- Le pregunté como si nada, necesitaba atraparlo con la guardia baja.-

 

El de cabello negro iba a contestarme pero mi teléfono vibró y sonó muy audible, lo tomé y vi que tenía muchos mensajes de Vaal y una actual llamada entrante de él. Me sorprendió el hecho de que había olvidado el episodio de la casa, me había distraído hasta ahora. Tardé unos minutos en contestar, supongo que iba a preguntarme donde estaba de una no muy amable manera, pero consideraba buena idea hacerlo preocupar un poco antes de aparecer. Apagué el teléfono y lo metí en mi bolsillo bajo la atenta mirada de Andre.

 

-¿Es Vaal?- Me preguntó y yo asentí.- Entonces más vale que pienses una buena excusa para no atender, porque cuando sepa que estás conmigo va a matarnos a ambos.- Finalizó riéndose y lo miré perplejo.- Quizá pienses que Vaal es discreto y lo es, pero dejo muy en claro que nadie se te acerque, no soy tonto me doy cuenta que están juntos. Por eso te ayudaré a pensar una buena excusa antes de que me mate por llevarte lejos y estar solos un tiempo, todavía quiero seguir viviendo unos años más.-


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