Me desperté y miré el reloj, era casi mediodía. Me quedé unos minutos mirando el cielo raso mientras reproducía las escenas de ayer mi conclusión era que me gustaba mucho Vaal pero no entendía absolutamente nada sobre él.
Al pararme las piernas me acusaron recibo del sexo, me reí, después de todo lo hicimos de pie y luego en la tina, no era un dolor tan malo porque me recordaba a Vaal.
Me duché, me vestí y salí al pasillo, la estancia estaba sumida en un total silencio, lo que me resulto raro porque pensé que habría una gran reunión por el viaje a Japón. Cuando entré en la cocina me encontré a Nicola y su rutinario café.
-Buen día Nicola, ¿Dónde están todos?- Le pregunté mientras ponía una taza bajo la máquina de infusión marrón.-
-En un avión.- Me contestó mientras le daba un sorbo a su café, me volteé a mirarlo sin entender nada y lo vi hacer dibujos en la mesada con azúcar derramada. Me percaté de que estaba distraído.-
-¿Pero qué?- Le pregunté y me miró suspirando.-
-Vaal no quería dejarte, pero no puede llevarte porque si te atrapan como la otra vez te pondría en riesgo y también correría peligro él intentando ayudarte. Sabía que tú elegirías quedarte para no ser una debilidad para Vaal y que también querrías quedarte solo para que él tenga a todos sus hombres consigo. Entonces decidió organizar todo sin decirte y dejarme a cargo, no solo me siento un inútil sinó que estoy preocupado por todos, asique por favor hagamos algo antes que me vuelva loco.- La explicación cuadró a la perfección y no supe si sentirme inútil también o mal por Nicola.-
-¿Salgamos a comer te parece?- Le dije porque fue lo primero que se me ocurrió, supongo que pensaría en más cosas para hacer conforme pasara el tiempo.-
Nicola se levantó y dejó su taza en el fregadero, yo decidí no tomar el café asique guardé la mía. Tomé una cazadora de mi armario y cuando volví Nicola tenía puesta una campera de jean con un paquete sin abrir de cigarrillos en su bolsillo derecho, llaves en las manos y lentes de sol, parecía sacado de alguna banda de rock de los 80.
Bajamos hasta el estacionamiento y nos subimos a una jeep negra, Nicola bajó su ventanilla y encendió un cigarrillo ni bien puso en marcha la 4x4, conté 7 cigarrillos más hasta llegar a un restaurant de su elección, esperaba que la comida le calmara los nervios.
Cuando vislumbré el cartel brillante y colorido de In-N-out me reí en voz alta, con Nicola eso de restaurantes caros y vino tinto quedaba desterrado.
-Tienen las mejores malditas hamburguesas de todo Norteamérica, solo detesto que no vendan cerveza dentro pero para mi suerte hay un mini mercado a unos metros.- Dijo en una mueca graciosa y cruzamos la calle, compramos cuatro cervezas y nos metimos a in-N-out.-
Nicola no mentía y la comida de ahí era la más rica que había probado, nos bebimos las cervezas y hablé todo lo que pude sobre mi familia y mis amigos para mantener distraído al Petrov menor y también a mí mismo.
Luego fuimos a jugar al Pool, no sin antes comprarnos una botella de Jack Daniels con miel, tenía que admitir que yo también necesitaba estar ebrio. A cada rato me imaginaba lo peor, pensando que a Vaal podrían estar disparándole, necesitaba ahuyentar esa imagen de mi mente.
-La maldita bola roja no quiere entrar.- Gritó Nicola golpeando la mesa de paño, me reí y le di un buen beso a la botella, estaba ebrio.-
-Es la primera cosa que no embocas.- Le dije con doble sentido y nos reímos en voz alta, Nicola fumaba y yo seguía bebiendo, no había casi nadie en el lugar.-
-Pues mira quien habla, el más rápido del oeste,¿ cuanto te tomó decirle que si a Vaal para tener sexo?¿ Una semana?- Se burló Nicola y yo evité contestar dando otro trago.- Oh si Liam huelo el sexo a kilómetros, no olvides con quien hablas.-
-Cállate.- Le dije riendo e hice mi tiro.-
-¿Y que tal es bueno en la cama?- Me pregunto con descaro y una sonrisa felina en el rostro.-
-Hay por dios es tu hermano.- Le respondí partido de la risa.-
-Bueno es solo simple curiosidad, igual no hace falta que me respondas para saber que yo soy mejor en la cama una y mil veces.- Gritó para todo el que quisiera escuchar que el moreno cogía excelente.-
-Le preguntaré a Marco si es verdad.- Le dije sentándome en el respaldo de un sofá viejo y ví como Nicola resbalo y dejó caer el taco al suelo.-
-Arruinas mi diversión.- Me dijo con recelo y bebió otro trago de Whisky.-
-Lo lamento pero veo como lo sigues todo el tiempo, apuesto a que tú te abalanzaste primero.- El alcohol me soltaba la lengua y esperaba poder callarme pronto porque Nicola parecía querer matarme.-
-Oye tu mejor y te detienes ahí, yo soy alguien muy deseado asique cierra esa boca.- Me gruñó.-
-Lo que digas Hugh Hefner.- Le respondí intentando no reírme.-
Terminamos el juego sin saber quién había ganado, luego Nicola compró algunas latas de cerveza y nos fuimos a una playa alejada para prender una fogata y seguir bebiendo, aunque Nicola bebía por los dos.
-Entonces Vaal pretendía que yo supiera disparar y yo no sabía ni sostener bien un lápiz.- Me dijo arrastrando las palabras el castaño mientras reía.-
-¿Vaal los preparaba para trabajar directamente o –Hice una pausa.- su objetivo al principio fue solo Dimitri?- Lancé la pregunta de manera astuta, el alcohol había disminuido en mí mientras aumentaba en Nicola.-
-Vaal comenzó queriendo hacerse fuerte, temido y respetado para así encontrar a Dimitri siendo un oponente dignado, digo digno.- Me dijo y terminó la segunda lata.-
-Sabes escuché decir a un par de personas que Dimitri era padre de Vaal, ¿e hizo mafioso para encontrarlo y luego se pelearon?- Le solté la pregunta mirando el fuego arder, era hipnótico.-
-¡Por dios no! Ya te conté que mi padre muró y ese era el padre de Vaal, todos le dicen eso porque saben que es su punto débil. Dimitri fue padrastro de Vaal desde que fue un niño.- Yo escuchaba incrédulo a Nicola mientras él abría otra lata.- Vaal sieeeempre lo odio con toda su alma, pero toda realmente. A veces da miedo, no quisiera que Vaal me odiara, igual sabes que a veces lo hacía enojar y me pegaba con sus tirantes, era muy gracioso, lo hacía correr por toda la sala.-
-Espera espera Nicola, ¿Vaal se crió con Dimitri? ¿Pero por qué quiere matarlo, no es como su padre?- Le pregunté intentando traer de vuelta al moreno de su estado.-
-Sí, la perra se casó con Dimitri, la madre perra sabes, de Vaal.- Sus palabras eran inentendibles y yo me esforzaba por sacarle la bebida.- Dejameee, estoy preocupado y bebo.-
Quise seguir preguntando pero Nicola terminó vomitando en la arena y tuve que traerlo al penthouse. Ahora entendía que la madre de Vaal y su padre se habían separado asique su madre se había vuelto a casar con Dimitri, eso era toda una sorpresa, pero aun había varias piezas que no encajaban. Me sentía mal por Vaal, cada cosa que me enteraba de su pasado estaba torcida, no parecía haber momentos muy felices en su niñez.
Los días pasaban y junto con Nicola no sabíamos que más hacer para distraernos, recurríamos mucho al bar del séptimo piso pero el olor a humo de cigarrillos y el sabor a alcohol me estaban empezando a asquear. Pasaron diez días y un viernes a las nueve de la noche André entró por la puerta, él y un par de hombres.
-¿Dónde están Vaal y Marco?.- Lo interrogó Nicola desesperado al verlo.-
Andre se veía mal, tenía cortadas en el pómulo y la frente, moretones y caminaba algo cojo, me preocupé de verdad y más al verlo entrar solo.
-No lo sé, lo siento, apenas nosotros logramos escapar, no encontré al otro grupo.- Se explicó abatido el italiano y sentí estremecerme, un escalofrío horrendo me cruzó el cuerpo.- Pero voy a hacer todo para encontrarlos, lo juro.-