-James necesitó que el grupo de hombres esté listo para antes del amanecer, tomaran el avión y quiero que sigan las ordenes que les di por favor.-Habló por teléfono Andre, estábamos todos reunidos en la sala de estar haciendo nuestro mejor esfuerzo.- Si exactamente, tienen que aproximarse preguntando por el café rojo si los encuentran, recuérdalo bien porque esa es la palabra clave sino ellos abrirán fuego y sería un desastre.- Vaal y Dante habían establecido antes de partir una palabra clave para casos de emergencia, Vaal siempre lo hacía.-
Miré a Nicola y su expresión estaba perdida en los adornos de la mesa de café, aunque sabía que en realidad no estaba admirando cuan hermosos eran sino más bien pensaba en su hermano y en Marco seguramente. Me acerqué a él disipando el humo del cigarrillo con mi mano, miré de reojo el cenicero y había unas veinte colillas apagadas, estuvimos toda la noche despiertos intentando ayudar.
-Tienes que dejar de fumar como chimenea.- Le lancé el chiste aunque ni yo ni él nos reímos, el humor se nos escapó cuando Andre llego solo hacía unas horas.-Ayúdame a preparar café y unos sándwiches, los hombres de Andre y él de seguro no comieron nada en bastante tiempo.-
Nicola asintió y me acompañó, creo que sino ocupaba mi cabeza en Nicola y en ayudar a Andre yo también recaería como el moreno, pero no podía haber dos depresivos en un grupo de rescate.
Hicimos todo en la cocina como autómatas en silencio, aunque los trabajos mecánicos de mantienen ocupado un tiempo. Luego volvimos a la sala de estar con todos y me sentí un poco mejor cuando vi a todos comer con ganas y agradecernos.
-Van a estar bien, hemos viajado a Japón muchas veces, tú lo sabes Nicola, sabemos que hacer en casos de emergencia y un grupo excelente de hombres los estarán buscando en pocas horas. Todo tiene que salir bien.- Las palabras seguras del italiano me convencían por un tiempo, hasta que mi cabeza empezaba a divagar en las peores posibilidades, trataba de no caer en eso, trataba.-
-Muchas gracias Andre.- Escuché decir a Nicola con una sonrisa que no le llegaba hasta los ojos pero al menos lo intentaba.- De verdad.-
Andre asintió y se fue al pasillo para hacer más llamadas, realmente se estaba esforzando mientras los otros tres hombres tecleaban en sus computadoras y hablaban por radio de vez en cuando, los estaban rastreando por mapa de acuerdo a señales radiales, no entendía cómo funcionaba.
Los días pasaban y Nicola dormía muchísimo, prácticamente todo el día, pensé que estaría internado en el bar pero en vez de eso dormía. Yo le llevaba comida y el por suerte se la comía, aunque si yo no la preparaba él no iba a la cocina a tomar ni comer nada. Su cuarto apestaba a nicotina y los paquetes vacíos de marlboro se acumulaban sobre su escritorio.
Ocuparme de Nicola, limpiar todo un poco y cocinar para mí y para Andre me mantenía ocupado pero no lo suficiente. Hacía cuatro días que no obtuvimos más que un rastro de señal por radio que luego se perdió por mar. Estaba al borde de terminar como Nicola.
Lo peor es que no le había dicho a Vaal lo que realmente estaba en mi cabeza, no había llegado a conocerlo del todo, no sabía ni siquiera si tomaba café negro o cortado. Me puse a pensar que odiaba no conocer cosas de Vaal, él estaba ayudando a mi familia, hacía que todos me trataran bien, había dejado a Nicola a mi cuidado, nunca me había puesto a trabajar para pagarle…Entonces de repente todo me abrumó un poco, no solo Vaal había hecho muchas cosas por mí sino que jamás me había pedido nada a cambio y entonces mi papel en su vida no me quedaba muy claro ¿Qué era yo para él? Quise ir hasta su oficina para preguntarle pero no estaba, sentí que me ardían los ojos y se me anudaba la garganta, parecía que una mano me apretaba el pecho con toda su fuerza. Quería que Vaal volviera, quería verlo.
-¿Liam?-Escuché la voz de Andre en la puerta de mi cuarto y me limpié las lágrimas rápido.-
-Pasa.- Contesté y fingí que hacía la cama poniéndome de espaldas a la puerta.-
-Quería decirte si te gustaría acompañarme, tengo que pasar a hablar con un hombre que contraté para que hacke los teléfonos de Vaal, Marco o Dante a ver si eso logra ayudar.- Me contó y yo me volteé a verlo, me había calmado un poco.- Si quieres luego podemos ir a tomar un café, tú y Nicola no han salido hace mucho de aquí.-
-Si claro.- Le respondí, Andre estaba ayudando mucho porque su hermano también había desaparecido, eso pensaba pero en realidad él hacía más que eso.- Gracias Andre.- Me miró y supe que estaba por quitarle importancia al asunto.- No de verdad, porque estas encargándote de todo y hasta tienes tiempo para distraerme un rato, teniendo en cuenta que tu cabeza debe estar igual de preocupada porque fue tu hermano quien también desapareció.-
Me sonrió y salimos de allí hasta los ascensores, subimos a un auto que yo no conocía, un auto común y corriente sin chofer ni nada.
-Este es mi auto, ya no puedo impresionarte en una Ferrari, la verdad es que no me gustan las cosas caras, me hacen sentir culpable porque en realidad no estoy ganando ese dinero sino quitándoselo a otros.-Me reveló mientras encendía la radio y salíamos a la calle.-
-Yo vengo de una familia que se reúne en la sala cuando pasan una película interesante y recoge el periódico de la entrada todas las mañanas.- Le dije y me reí al recordarlos.- No fui rico jamás y no creo serlo nunca.-
Andre me miro de reojo mientras conducía y se rió.
-No sabía que tenías una familia normal, no recuerdo la última vez que mi padre salió a buscar un periódico a la calle.- Me confesó y me hizo reír.- Cuéntame de tu familia.-
-Vivía con mi madre y mi padre y tengo dos hermanos menores que me volvían loco y me querían mucho en partes iguales, bueno supongo que me siguen queriendo pero ya no los veo seguido.- Le contesté.-
-¿Cómo se llaman?- Me pregunto divertido el italiano-
-Jack y Charlie, los nombres que sobraban de la lista pensada para mí cuando nací, mi madre no es muy original.- Le dije riendo, siempre me habían gustado más los nombres de mis hermanos que los míos.-
-Bueno yo no puedo competir contra Dante, lleva el nombre de uno de los italianos más importantes en la literatura mientras que yo soy un italiano con nombre Francés, no te quejes.- Me dijo y me reí con ganas sobretodo porque me imaginé como Dante seguro se regodeaba en su italeaneidad.- No te rías porque al menos yo soy el más normal.-
-Eso es cierto, tu hermano me espanta.- Le dije sinceramente y esta vez él se rió con ganas.-
-Me alegro porque en general todo el mundo le perdona esa personalidad horrible por ser prácticamente el padrino sumado a que tiene bastante encanto. Me hubiera puesto celoso si él te caía mejor.- Me dijo y lo miré de reojo.- Ya vuelvo espérame.- Me dijo y frenó el auto en la entrada de un edificio.-
Andre salió del auto y se metió por una puerta desapareciendo por medía hora mientras yo pasaba estaciones de radio buscando alguna canción interesante. Luego salió del lugar con una carpeta en la mano, la cual dejó en el asiento trasero del auto al subir.
-Parece que encontraron algo asique ahora lo revisamos en el café.- Me dijo con una sonrisa en el rostro, me contagió su buen humor con sus palabras, necesitaba oír noticias buenas.- ¿Qué te parece mejor café con donas o café con hotcakes y miel de maple?-
-La primera opción.- Le contesté intrigado.-
-Perfecto entonces vamos a “Buddie´s café” El nombre es patético pero sus donas son geniales.-Me comentó entusiasmado.-
-¿Por qué conoces tan bien todos los lugares que tienen comida de la ciudad?- le dije intentando no reírme pero en verdad llamaba mi atención.-
-Supongo que me identifico con el estereotipo de italiano, dicen que somos de buen comer, yo lo soy.- Me comentó fingiendo seriedad pero lo miré y retenía la risa.-
Llegamos al lugar y nos sentamos en un box con sillones, con dos cafés y una caja de donas surtidas. Andre abrió la carpeta y me explicó que habían encontrado el teléfono de Marco en Tokyo mientras que los de Vaal y Dante estaban en Hokkaido, lo que podía significar varias cosas. En principio podría ser que estén separados, o que estén en una ubicación y la otra sea solo teléfonos perdidos o puede que hayan perdido sus teléfonos. Yo no quería caer en el pesimismo y Andre tampoco asique me quedé con la idea de que era una gran pista que nos podía ayudar para tener una idea de dónde buscar.
Andre llamó al jefe del escuadrón que estaba en Japón y lo informo con lo escrito en la carpeta, el hombre le comentó a Andre que estaban siguiendo un rastro que los conducía hasta Hokkaido asique esto pareció servir de algo.
-Ha sido un día genial.- Le dije a Andre de mejor humor.- Vallamos a contarle a Nicola, quiero que su humor mejore como el mío.-
-Espero que sí.- Dijo Andre preocupado mientras se levantaba de la mesa.- Al menos me alegro de haberte hecho reír un rato.-
Le agradecí de nuevo al pelinegro y volvimos al penthouse, Nicola pareció alegrarse y pude aliviarme un rato porque conseguí que saliera de la habitación para ver una película con nosotros. Realmente no sabía cómo agradecerle a Andre por lo que había hecho por nosotros.
Dos días más pasaron y un martes a la mañana Andre entró en mi cuarto gritando, me despertó tan precipitadamente que casi me caigo de la cama.
-¡Los encontraron!- Me gritó y yo tardé en reaccionar.- Estaban en Hokkaido, estaban ahí.-
Tardé varios minutos en entender que pasaba, pero cuando las palabras se filtraron claras en mi cerebro reaccioné y abrasé en el acto a Andre quien me hizo saltar un par de veces, sentía que iba a llorar en cualquier momento.