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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Hola queridos lectores, hice una especie de dos capitulos en uno, porque se que esta parte del fic es bastante intensa asique no quiero que me odien por dejarlos con la intriga ajjaaj.

Gracias por leer y por sus reviews de siempre, de verdad me gusta mucho leerlos y contestarlos, gracias. :3

Toqué la puerta de mi casa y esperé.

 

-Ya va.- Gritó la voz de mi madre,  se la escuchaba ocupada, seguramente la había interrumpido preparando el almuerzo.-

 

Escuché un ruido como si viera por la mirilla de la puerta y luego abriera los cerrojos a toda prisa, la puerta se abrió y mi madre estaba ahí mirándome incrédula. Dió un paso adelante y me abrazó muy fuerte, haciendo que soltara el bolso que tenía en la mano.

 

-¡Hijo que bueno es verte!- Me gritó alegre y me apretó un rato más al tiempo que le devolvía el abrazo. No podía evitarlo pero estar en mi casa, donde era bienvenido, un lugar que me pertenecía, del que no iban a echarme jamás, todo eso hizo que llorara todo lo que había retenido en el vuelo.-

 

Mi madre se separó al oír que yo sollozaba y me miró muy preocupada.

 

-¿Qué es lo que pasa? ¿Qué te trae de vuelta Liam?- Me preguntó alarmada mientras tomaba las valijas del suelo y yo la ayudaba a llevar las cosas adentro.-

 

Pasamos al recibidor pero yo no podía evitar que las lágrimas pararan, que gran alivio era estar en mi casa. Mi madre me miraba expectante mientras retorcía su delantal con fuerza.

 

-Me despidieron del trabajo.- Fue la mentira que había estado pensando para decir cuando volviera, que irónico era decirle trabajo a lo que había vivido todo este tiempo.-

 

-Hay Liam no te pongas así.- Me dijo mi madre volviéndome a abrazar con fuerza.- Eres tan inteligente que te admitirían hasta en la nasa si lo propusieras, ya vas a ver como encuentras uno nuevo en cualquier momento, uno en un lindo lugar del mundo nuevo por conocer, puede ser uno en la nieve, que lindo sería ver bosques nevados.- Abrasé a mi madre fuerte, de verdad tenía las palabras justas para hacerme salir del agujero depresivo en el que me metía.-

 

-Gracias.- Le dije limpiándome la cara y sonriéndole mientras nos separábamos. –

 

-¿Mama que es todo ese ruido? Tengo hambre.- Escuché la voz de Jack por el pasillo de arriba, siempre malhumorado, me reí.-

 

-Ayúdame cielo.- Gritó mi madre en respuesta.- Trajeron un cachorro perdido y no sé qué hacer con él.- Me guiñó el ojo y desapareció en la cocina, seguramente para terminar de preparar el almuerzo.-

 

Escuché dos pares de pies corriendo por la escalera, eran incorregibles, cuando llegaron abajo se quedaron congelados mirándome en el último escalón para luego reaccionar y abrazarme un por cada lado.

 

-Hola monstruos.- Les dije riéndome y me soltaron mirándome enojados.-

 

-No viniste para navidad.- Me recriminó Jack.-

 

-Ni para mi cumpleaños.- Lo imitó Charlie.-

 

-Lo lamento mucho.- Les dije poniéndome en cuclillas a su altura.- El trabajo no me dejaba venir tan seguido este año.-

 

-Dejen a su hermano en paz niños, ya está de vuelta y va a quedarse por bastante tiempo.- Nos gritó nuestra madre desde la cocina y los chicos se me tiraron encima gritando felices.-

 

Al rato llegó mi padre y lo saludé también, de verdad extrañaba mucho a mi familia. Almorzamos todos juntos y luego Jack y Charlie me arrastraron a su cuarto para mostrarme sus juegos nuevos, tenía que admitir que me habían distraído completamente y el saber que me habían extrañado me hacía sonreír con ganas. Pasó el día y cuando llegó la noche volví a mi cuarto para quedarme conmigo mismo nuevamente, algo que no me gustaba tanto. Me acosté en la cama y los recuerdos me abrumaron, la primera vez que entré a la oficina de Vaal, cuando me salvó en Cuba, la primera vez que tuvimos sexo, el hospital y me dormí con la cara mojada nuevamente.

Me levanté y miré mí alrededor sin entender dónde estaba, hasta que caí en cuenta que ya no iba a despertarme más en el penthouse. No podía evitar la pena que me arrastraba con él, no podía evitar recordar todo lo que había pasado, no sabía por dónde empezar para recuperarme. Es cruel como la distancia te hace extrañar y la nostalgia convierte todos tus recuerdos en algo mejor de lo que eran para que quieras vivir en el pasado, tentándome de recordar su cara, el contacto con su piel…

 

Pasaron los días y me di cuenta que la única manera de seguir adelante era con tiempo, a medida que pasaba los días me veía más metido en la vida con mis hermanos y mis padres, hasta visitando a mis viejos amigos.

Un martes a la noche tuve una recaída a las dos de la mañana, la hora en la que nadie puede escapar de uno mismo, sobretodo en la oscuridad y soledad de su propia habitación. Tuve que ir a la sala de estar porque los recuerdos de Vaal me arrastraban a la depresión, tenía muy frescas sus últimas palabras, haciendo que dudara de todo lo que había hecho por mí. Lo peor es que no podía odiarlo, lo que haría todo mucho más fácil, pero no podía y sabía que, aunque no quisiera, si entraba por la puerta y me pedía perdón lo seguiría a donde fuera. Que patéticos se oían mis pensamientos.

 

Luego de un mes me creí menos vulnerable asiqué envié mi curriculum para otro trabajo que me interesaba, esperaba tener suerte porque aunque amaba estar con mi familia no podía quedarme ahí sin trabajar eternamente, aislado del mundo.

Continuaron pasando los días y festejamos el cumpleaños de Jack, me alegraba mucho poder estar al menos en el de uno de los chicos, Charlie estaba celoso pero le hice un gran regalo también para que festejara con su hermano. Todos mis familiares vinieron y tuve que explicarle a cada uno lo que había pasado, agradecía que mi madre siempre estuviera cerca para salvarme, a algunos les gustaba escuchar desgracia ajena, supongo que eso los hacía horriblemente felices por suponer que estaban mejor. Pero lo peor de todo era que una de mis tías, con la que menos me llevaba, me buscó por toda la casa para darme una clase de cómo no perder un trabajo y de paso como ser perfecto como ella, la detestaba. En una de mis odiseas para escapar me fui al patio delantero a sentarme en las escaleras del pórtico, era un atardecer hermoso y el sol del otoño era muy bienvenido cuando empezaba a hacer frio.

 

-¿Liam?- Preguntó una voz familiar y levanté la vista, me asombré de verdad cuando vi a Andre luego de dos meses de tratar de olvidar su cara junto con la de todos los demás.-

No contesté y de verdad consideré la idea de meterme a la casa o en el peor de los casos podría rodearlo y correr hasta la calle donde vivía uno de mis amigos y refugiarme un tiempo.

 

-Por favor hablemos.- Me dijo el italiano acercándose, se ve que mi expresión me delataba, no quería volver a repasar las cosas, no quería recordar, no quería que me volviera a doler.- Solo escúchame y luego si quieres me voy y no vuelvo a venir jamás.-

 

Me sentí un poco culpable, si había alguien a quien le debía una charla era a Andre, él había hecho mucho por Nicola y por mí antes de todo el caos.

 

-Espera que voy a buscar un abrigo.-Le dije y asintió.-

 

Fui a buscar una campera y le avisé a mi madre que salía por un tiempo, la gente estaba por irse asique no había problema. Salí nuevamente de la casa y Andre me señaló un auto, no tenía idea de que iba a decirme y solo esperaba que sus palabras no hicieran que mi alma se estrujara aún más.

Nos subimos al auto en silencio y el prendió la calefacción mientras conducía.

 

-Te parece si vamos a un café.- Me dijo a modo de pregunta mientras me miraba de reojo.-

 

-No tengo hambre.- Le contesté y era verdad.-

 

-Pues deberías comer algo, estás mucho más delgado que la última vez que te vi.- Me acusó y yo desvié la mirada, suficientes regaños por el día de hoy. A la gente le parecía demasiado fácil resolver un problema cuando el problema no era suyo.- ¿Cómo estás?- Me preguntó ante mi silencio.-

 

-Está bien vamos a una cafetería.- Supuse que en un lugar público no me haría preguntas tan personales.-

 

Andre condujo unas calles y nos metimos a un café, pedimos un latte cada uno y él compró dos porciones de hotcakes, supongo que esperaba que yo comiera.

 

-Hay algo que tienes que saber Liam.- Me dijo luego de que el silencio se volviera incomodo, yo no halaba y tampoco tocaba el plato de comida que él había puesto frente a mí. Lo miré para hacerle saber que lo escuchaba y luego volví a mi café, el que revolvía hacia varios minutos para no concentrarme su cara.- No sé qué pasó entre tú y Vaal pero algo grave pasó en Japón y tienes que saber la historia.-

 

Escuchar su nombre  en voz alta me hizo un nudo en el pecho pero traté de que no se notara. Miré a Andre invitándolo a hablar porque parece que no tenía alternativa.

 

-Cuando llegaron fueron a emboscar al líder de los Yakuza que te comenté, hubo algunas pérdidas pero lo mataron. Luego Dante y Vaal se metieron a investigar los archivos para obtener información y ahí cuando habían bajado su defensa apareció Dimitri.- Me explicó el italiano y no pude evitar sorprenderme, Vaal se había enfrentado a Dimitri en Japón.- Al parecer todo fue una trampa y Dimitri dejó que masacraran a su aliado sin problema sabiendo que eso dejaría desprevenido a Vaal. Apresaron a todos y Dimitri le mostró a Dante que tenía a toda su cede en Italia bajo fuego, amenazándolo que si no revelaba la ubicación de Vaal mataría hasta la última persona allí. No sé si estas al tanto pero Dante aunque de otra impresión tiene esposa e hijos y aparecieron en las imágenes que Dimitri le mostraba asique reveló todo.- Todo esto me lo decía muy serio, algo abatido de que fuese su hermano el que causó todos los problemas. Yo no podía parar de sorprenderme frente a todo lo que me contaba, nunca hubiese imaginado que Dante estuviera casado.- Dimitri es una persona cínica y retorcida, le van peores adjetivos también, no le basta con querer destruir a Vaal, lo que quiere es verlo sufrir. Los dejó a todos bajo custodia en Hokkaido mientras reunía gente para hacer una emboscada en Bahamas, ahí fue cuando el grupo de rescate dio con Vaal, Marco y Dante.-

 

-¿Y todos están bien? ¿Ahora que Dimitri lo sabe los encontró?-Le dije bastante inquieto e impaciente, Dimitri había tenido a Vaal y se le había escapado, no sé qué clase de persona era pero me imaginaba que eso no significaba algo bueno.-

 

-Bueno después de eso nos fuimos del Penthouse, cuando tú te fuiste al día siguiente salimos de ahí. No sé si alcanzó a salir en las noticias pero a los dos días que nos fuimos el Hotel sufrió de un atentado, los dos últimos pisos volaron en pedazos.- Me reveló Andre y no pude evitar espantarme ante la idea de que es lo que podría haber pasado. El italiano se quedó callado y comencé a asustarme.-

 

-¿Andre ahora están todos bien?- Le pregunté con la voz temblorosa.-

 

-Nadie esta grave no te preocupes pero hubo muchos problemas entre mi hermano y Vaal, pero yo continué trabajando con él, sentía que se lo debía luego de que Dante se hiciera a un lado. La cosa es que aunque Vaal no está grave ni nada, no está bien.- Me explicó el italiano y yo me encontraba intranquilo.- Dimitri lo encontró nuevamente, pero primero tengo que explicarte quien es Dimitri para que entiendas la dimensión de las cosas.- Me comentó muy serio y yo cada vez estaba peor, el panorama parecía seguir empeorando.- Pero yo no soy quien para contarte las cosas, por eso Nicola vino conmigo y nos está esperando en el hotel en el que nos hospedamos. Por favor Liam ven conmigo, te necesitamos.-


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