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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Me es inevitable escribir el capitulo y pensar un poco en Yuri on ice XD de verdad que genial *.*

En estos días voy a publicar mi nuevo fic, por eso es que me atrasé unos días con subir capitulo en esta, es que estaba escribiendo *.*

Bueno sin más preambulos les dejo el capitulo :O

Gracias por leer y por dejar reviews :) <3

 

Estaba cerrando el bolso que había terminado de preparar cuando mi madre entró en la habitación.

 

-Te traje una chaqueta con piel sintética dentro, allá en Rusia hace demasiado frio, esta se la regalaron a tu padre pero como no es su estilo nunca la usó.- Dijo mi madre riéndose.-

 

-Muchas gracias mamá y perdón por venir e irme como si este fuera un hotel de paso, de verdad me gusta pasar tiempo con ustedes.- Le expliqué mientras ponía la chaqueta junto con una bufanda, el pasaporte y mi pasaje arriba del bolso listo.-

 

-Hay Liam no digas esas cosas tan crueles, aquí nadie te hace sentir culpable y siempre estamos alegrados de tenerte. Sabemos todo lo que te has sacrificado por nosotros asique estas habilitado a venir e irte la cantidad de veces que quieras.- Finalizó la frase con las manos en las caderas y una media sonrisa, mi madre era genial.- Deja de dramatizar todo hijo.- Esa última frase me hizo reír, mi madre no era la típica madre que se preocupa por todo, era más bien flexible y bromista. Aunque el drama me rondaba mucho, era difícil dejarlo a un lado.-

 

-Un amigo va a pasar a buscarme y le prometí que conocería a Jack y a Charlie, siempre les hablo de ellos.- Le conté a mi madre mientras tomaba las cosas y salíamos al pasillo.-

 

-¿Solo les hablas de los niños? Que hijo desconsiderado, y tu pobre madre merece un poco de atención.- Bajé las escaleras riéndome y en eso escuché la bocina de un auto afuera.-

 

-Bien lo haré pasar y va a conocer a todos.- Le respondí abriendo la puerta.-

 

-Huy iré a arreglarme.- Me contestó mi progenitora sacándose el delantal por la cabeza.-

 

Metí mi equipaje en el maletero del auto e hice pasar a Andre, Liam estaba hablando por teléfono con Marco asique solo el italiano pasó.

 

-¿Este es tu amigo? Preguntó Jack asomándose en la escalera.-

 

-Sí, ven y dile a Charlie que venga a saludar también, ya me voy.- Le contesté a mi hermano mientras Andre hablaba con mi madre animadamente.-

 

-No quiero que te vayas.- Gritó Charlie con voz llorosa mientras corría para abrazarse a mis piernas, realmente me partía el corazón.-

 

-Tu hermano va a un lugar que está lleno de dulces raros que no se pueden conseguir en la ciudad, lo voy a acompañar para asegurarme que les compre muchos y se los traiga.- Dijo Andre mirando muy serio a Charlie quién repentinamente dejó de llorar y le prestó mucha atención, yo retenía la risa.-

 

-Tu amigo me cae bien.- Agregó Jack tironeando de mi ropa.-

 

Andre, mi madre y yo nos reímos al unísono, mis hermanos eran terribles. Me despedí de mi familia y fui a buscar a mi padre al garaje porque reparaba la tostadora que seguramente mi madre habría roto. Luego de saludar a todos partí para el aeropuerto con Nicola y el italiano y tomamos el vuelo directo a Moscú. No fue cuando el avión estuvo a punto de aterrizar cuando me golpeó la realidad de que iba al encuentro de Vaal, entonces los nervios y el miedo me invadieron. Me costaba mucho espantar mis pensamientos pesimistas y las últimas palabras de Vaal, no creía que el rubio realmente me quisiera tanto como para yo ser el único capaz de ayudarlo, pero tampoco quería desesperanzar a todos, intentaría ayudar al menos.

Pisé las calles de Moscú y la fría temperatura de Octubre me golpeó con fuerza,  había nieve, no mucha pero había la suficiente para obligarme a poner tres capas de abrigo encima.

 

-Primero vamos a la segunda casa que usamos como central, estamos todos durmiendo allí, puedes dejar las cosas y luego iremos a ver a Vaal.- Nos informó Nicola mientras nos subíamos a uno auto negro de vidrios oscuros que parecía ser del personal Petrov.-

 

Escuché a Nicola dar indicaciones en ruso y me sorprendí, en realidad no era algo que  debería llamarme la atención ya que ellos provenían de aquí. Viajamos unos veinte minutos hasta que llegamos a un lugar muy alejado de la ciudad, la fachada era solamente una puerta doble blanca al igual que la pared, sin ninguna ventana y un portón enorme, el cual se abrió para darnos paso. Realmente esto no parecía una casa, pero como la usaban de central me imaginé que no cumplía el rol de hogar. Dentro del lugar había unas diez Jeep, dos autos de transporte como en el que veníamos y dos motocicletas negras. Pasamos por la cochera hasta llegar a un salón con un montón de armarios, había personal armando y acomodando armas, traté de no quedarme mirando fijamente algo espantado. Luego seguimos avanzando por un pasillo lleno de habitaciones, doblamos a la izquierda y había una cocina muy amplia con varias mesas, esta vez doblamos a la derecha y subimos escaleras arriba.

 

-Puedes dejar las cosas en la sala de estar, sobre el sofá de allí.- Me informó Nicola. El lugar era una sala de estar muy lujosa, tenía mesa de póker, una pantalla de televisión inmensa y un bar repleto de botellas.- Escucha Liam tenemos que pensar bien las cosas, Vaal ya no baja siquiera a responder la puerta, probamos entrar por atrás pero también está todo totalmente cerrado asique se me ocurrió una idea. Hay una puerta en la terraza que nunca tiene llave y es de fácil acceso, asique te alcanzamos unas escaleras, subes y entras.- Nicola me iba explicando todo esto y yo me ponía nervioso, ya suponía toda una misión lograr hablar con Vaal.- Pero lo más importante es que necesitas entrar hablando, lo que menos quiero es que Vaal te confunda con Dimitri o alguien que quiere dañarlo.-

 

-Bien si, entendí todo.- Le dije intentando sonar seguro y sin indecisión.- Entro por la puerta de la terraza y comienzo a hablar por la casa hasta descubrir donde esta Vaal ¿y lo saco de la casa?-

 

-Bueno esa es la parte difícil.- Agregó Andre.- Si está bien y lúcido puedes convencerlo de salir, sé que puedes, y lo llevamos directo l hospital para desintoxicarlo. – Me explicó y yo asentí.- Y si lo encuentras inconsciente tienes que  bajar a abrir la puerta del frente y nosotros entraremos, tenemos un grupo de médicos listo.-

 

-Está bien, vamos, no quiero perder el tiempo.- Les dije y me levanté, si seguíamos esperando tenía miedo de que algo malo le pasara a Vaal.-

 

Fuimos hasta la mansión Petrov, una casa inmensa cerca de la ciudad, era una mansión muy moderna de numerosos vitrales y una entrada doble. Había gente repartida en la entrada, vislumbre la escalera y me sentí algo nervioso, no por el hecho de treparla y entrar en la casa, tampoco me molestaba que Vaal me atacara confundiéndome con alguien más, lo que más me asustaba era encontrarme con él y que me reconociera. Me aterraba enfrentarme a un Vaal consiente.

Pusieron la bendita escalera y la subí sin problema, revisé la puerta de la terraza y estaba abierta efectivamente, fui hasta la baranda y le hice señas a Nicola que iba a entrar, asique pasé. Ni bien puse un pie dentro me encontré con una biblioteca que parecía estar en orden, avancé hasta la puerta y la abrí, daba a un pasillo.

 

-Vaal, soy yo Liam.- Grité y esperé pero no obtuve respuesta.-

 

 Las luces estaban apagadas pero la luz se colaba por las ventanas, revisé un par de habitaciones pero todas estaban vacías, crucé el pasillo de la escalera y me metí en un salón donde guardaban muchas cosas, tampoco había nada. Crucé a la derecha y vi dos puertas, la primera era una habitación en suite, estaba revuelta, tenía botellas de alcohol esparcidas por todos lados y paquetes de cigarrillos vacíos sobre la cama. Me metí en el baño y el espejó estaba roto, la ducha estaba prendida asique cerré el grifo, había vomito en el inodoro asique salí antes de sentir el olor.

 

-¿Vaal estas aquí?-Grité mientras caminaba.-

 

Me metí en la última habitación de la planta alta y vi que también estaba destrozada, la cama estaba desecha y había varios platos sucios apilados encima, en la cómoda había un par de bolsas con pastillas y otro con un polvo blanco que seguramente fuera cocaína. En el suelo a un costado había una maleta totalmente desecha y al meterme al baño descubrí que el espejo de la pared había sido sacado y apoyado sobre la mesada del lavabo y allí había rastros del polvo blanquecino y algunos billetes enrollados.

Me asustó un poco que la casa fuera un caos, Vaal era la imagen del orden y la pulcritud, me costaba creer que fuese el quien vivía allí. Salí de la habitación y me dirigí a la planta baja, el recibidor estaba totalmente destrozado, todo estaba roto y fuera de lugar.

 

-Hola, soy yo Liam.- Volví a hablar en voz alta pero nadie respondía.-

 

Seguí avanzando hasta la sala de estar y escuché ruidos, me paralicé. Al agudizar el oído me di cuenta de que era el sonido de la televisión, pasé a la sala esquivando objetos rotos, las cortinas estaban corridas asique había menos luz en la habitación. Avancé rodeando un sofá volteado en el suelo y más platos de comida sucios y rotos en el suelo, había más botellas de alcohol junto con vasos tirados.

La luz del televisor  iluminaba un sofá de tres cuerpos y vi la figura de Vaal con el torso desnudo recostada boca arriba con un brazo tapando su rostro,  su pecho subía y bajaba con una respiración acompasada. Me alivié porque parecía que estaba bien y dormido, era más fácil si solo hacía pasar a los paramédicos.

Al voltear  pisé platos rotos y tiré una botella que rodo en el piso haciendo un estrepito muy audible.

 

-¿Quien está ahí?- Escuché la voz  ronca de Vaal, acompañado con el click de un arma al cargar.-

 

-Soy yo Liam.- Le dije volteándome a verlo por miedo a que si no me reconociera disparara.-

 

-Ah sí, lo siento, a esta altura debería saber que siempre eres tú.- Me dijo y sentí que se volvía a recostar.- Vienes a cada rato, pero no entiendo bien por qué.-

 

-Quiero ayudarte.- Le dije siguiéndole el juego, parecía que no estaba muy lúcido.-

 

-Gracias, ¿quieres recostarte a mi lado? Recién salgo de bañarme, no tengo mal olor de verdad.- Me dijo y no pude moverme del lugar, tenía miedo que se dé cuenta que no era un sueño. Esperé un tiempo en silencio, quizá tenía suerte y se volvía a dormir.- Bueno supongo que me merezco que no quieras acercarte. En general soy un hijo de puta, ese soy yo, Vaal Petrov el hijo de puta y retorcido.- Se rió amargamente y sentí un nudo en la garganta.-

 

Me acerqué al sofá y Vaal se corrió para dejarme un lugar, me recosté a su lado. Él estaba tumbado sobre su costado mirándome en la penumbra mientras yo miraba el techo, tenía que lograr que se durmiera rápido para poder hacer entrar a los médicos. Luego de unos minutos hundió su rostro en mi cuello y aspiró, yo me sobresalté.

 

-Mi mente esta tan jodida que recuerda tu olor a la perfección, este sueño parece más real que antes.- Me dijo contra mi cuello y lo oí reírse.- No parece tan mal castigo recordarte después de tomarme dos pastillas. Sabes voy a confesarte que siempre me tomo las naranja claro porque me hacen tener sueños en los que me preparas hotcakes y luego tenemos sexo en la mesa de la cocina.- Volvió a reírse y yo comencé a llorar sin poder retener las lágrimas, soñaba conmigo, en verdad lo hacía.-

 

-Te quiero.- Le dije con voz temblorosa.-

 

-Si siempre me lo dices. Ojala Liam me lo dijera.- Me dijo todavía contra mi cuello y me abrazó contra su cuerpo, me tenté pasándole los brazos por el  cuello y él se acomodó contra mí.- No te ofendas, me gusta que me lo digas, no quiero parecer maleducado.-

 

Me dolía ver a Vaal así, su mente parecía haber perdido todo rastro de lucidez, de sagacidad, esa rapidez con la que me contestaba y realmente pensaba la respuesta que iba a darme. De verdad lo quería y quería sacarlo de esto, quería que volviese a como era antes y quería ayudarlo para que no tuviera que volver a amurallarse como hacía siempre pero esta vez literal.


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