Nos sentamos en una mesa muy cercana al escenario, en posición céntrica, la mesa tenía un cartel de reservado en dorado que fue quitado por un hombre uniformado en el segundo que Vaal tomo asiento. Por fin las luces se apagaron del todo y el telón rojo se abrió, pude percibir dos figuras en las sombras hasta que unos focos brillantes apuntaron al escenario. Un hombre con antifaz negro y pantalones de cuero sostenía a un chico desnudo de unos dieciocho años, el chico era rubio de ojos verdes, tenía una cara muy linda con rasgos finos, podría pasar como mujer si usara peluca larga.
Yo ya estaba sorprendido y un poco alarmado pero una voz a modo de narración me sobresalto.
-Damas y caballeros, el día de hoy les traigo un producto fresco, joven y muy sensible.- Se hizo una pausa y observé a la gente a mi alrededor mirando muy interesada.- El joven tiene un saludable cuerpo, mucha tolerancia y una tersa piel clara.- La puja comienza con unos quinientos mil dólares.-
Me petrifiqué en mi asiento, estos hombres y mujeres estaban en la sala para pagar por los servicios de ese pobre chico, o peor para comprarlo y quien sabe lo que le harían. No pude evitar tener una sensación amarga en la boca, me daba asco que se cosificara a las personas, ¿acaso la ley era tan ajena a esto?
El hombre del antifaz sacó de su bolsillo trasero un vibrador gris, lo encendió con el dedo y comenzó a pasearlo por el torso del chico rubio, este cerró los ojos ante el contacto y se retorció un poco. El vibrador hizo presión sobre un pezón del joven y este protestó con un jadeo, se elevó la otra mano del hombre enmascarado para tocar el otro pezón y retorcerlo entre los dedos. La sala se inundó de los gemidos del chico, sin soltar el vibrador de su posición la mano comenzó a bajar por el abdomen acariciando la zona. Seguí el recorrido de la mano y pude apreciar como el sexo del joven se hallaba erguido en toda su longitud.
-Como podrán ver, su sensibilidad de rápida respuesta es increíble.- Dijo la voz en off y percibí varios carteles con números alzarse en el aire.-
El chico se mordía el labio inferior y se retorcía, como si pidiera que la mano bajara más y lo tocara por fin ahí, justo en ese punto. La mano siguió bajando pero rodeando la zona, acarició sus muslos de afuera hacia adentro muy lentamente, el chico jadeó y el vibrador cambió de pezón.
La mano ascendió por las costillas, trepando hasta su cuello donde acarició hasta meterse entre su pelo. El consolador bajo esta vez y rodeo la zona genital sin tocarla directo, el chico parecía a punto de doblar las rodillas. Su miembro goteaba en la punta y su respiración se aceleraba, en un movimiento la mano tomó aquel líquido y lo esparció por todo el pene del chico, presionaba con cada movimiento desde la base hasta la punta y el chico gemía con los ojos fuertemente cerrados invadiendo el ambiente. El rubio no pudo sostenerse debido a que lo mareaba la sensación y se recargó contra el hombre enmascarado, una de sus manos agarró la mano que tomaba su miembro a modo de alentar el movimiento. Y entonces el vibrador bajó hasta la basé del pene y presionó, un grito intensó llego hasta los oídos de todos, el chico no podía con la sensación asique termino arrodillado en el piso junto con el hombre tras él.
-Tenemos ya dos millones, ¿quién da más? El chico tiene el record de doce horas de sexo seguidas sin descanso y busca alguien que lo rompa con el.- Anunció la voz sacándome de mi trance, me di cuenta que mi respiración estaba agitada y sentía calor en el cuerpo. No podía evitar ver la escena y no sentirme extraño al respecto, ver como a otra persona le dan placer es intenso.-
El enmascarado detuvo su mano en la punta del sexo del chico e hizo movimientos circulares con sus dedos, de manera experta. El chico se mordía los labios para no gritar pero igual se filtraban sonidos delirantes de su agitación pronta al clímax. El consolador se movía en círculos y a través de su longitud muy lentamente, parecía una tortura placentera y el chico comenzaba a mojar el piso con el líquido que goteaba de él. Se sostuvo con ambas manos del hombre enmascarado, movía el abdomen contrayéndolo, un signo de su inminente orgasmo, adelantó la pelvis y cerró los ojos con fuerza. Y de un momento a otro el hombre enmascarado retiro el consolador y la mano dejando al joven sin liberación, este jadeó fuerte ante su evidente frustración y giro la cabeza en dirección a su anónimo asistente. Me sentí adolorido en la parte baja del cuerpo, como si compartiese la misma sensación frustrante y bloqueadora.
-Este hermoso espécimen disfruta de la clismafilia, algo muy raro y único.- Dijo la voz en off mientras el chico jadeaba y más manos se levantaban.-
El enmascarado aumentó la velocidad del consolador, que se escuchó sonar más fuerte y más rápido y lo directamente contra el orificio del pene del chico mientras con la mano frotaba los testículos. El joven retomo su rápida respiración y se retorcía en espasmos incontrolables que lo lanzaban directo al abismo. La tensión subía cada vez más y también el volumen de los gemidos del rubio quien se hacía oír en el ambiente, los movimientos del enmascarado se hacían más profundos, fuertes y rápidos hasta que culminó su tortura en un orgasmo profundo que lo hizo temblar.
Me encontré visiblemente agitado y trate de retorcer las manos en mi regazo para tapar una erección en mis pantalones, me sentí avergonzado y muy acalorado. Levanté la vista y vi que Vaal me miraba fijo, y mi respiración se detuvo, era una mirada demasiado profunda, calculadora e hipnótica. ¿Hacía cuánto tiempo me estaba observando? Se había dado cuenta de que estaba excitado por el acto seguramente y me estaba midiendo, sentía más vergüenza que antes bajo su intensa vista.
-Voy al baño.- Anuncié queriendo salir de la visión de Vaal y de todos, la sorpresa y la intimidad del acto me habían afectado demasiado.-
La voz en off siguió hablando, nombrando características hasta que por fin un hombre hizo la compra y fue llevado hasta el escenario a retirar la “mercancía”. Yo mientras caminé por el lugar hasta vislumbrar carteles de cuarto de baño, me metí en el de hombres y fingí que no veía a una pareja meterse en un cubículo, ni los gemidos de un hombre venir desde el fondo. Me senté en un baño con la tapa baja y cerré la puerta, traté de taparme los oídos con las manos para serenarme y que la erección se valla.
Luego de un rato, me calmé un poco y salí para lavarme las manos, me miré al espejo y tenía un poco de color en la cara pero era disimulable, tenía las ondas castañas de mi cabello indomables asique me acomodé un poco el aspecto.
Ni bien salí del baño vi a Vaal apoyado contra la pared de en frente, esperándome.
-Ya encontré tu profesión. Ve al penthouse, tengo unos asuntos que atender y me encontraré contigo en mi oficina.- Me dijo mientras se retiraba.- Nicola te está esperando en la puerta para escoltarte.-
Me asusté un poco, me ponía nervioso el hecho de que Vaal supiese que trabajo iba a desempeñar luego de visitar un Burdel ¿Y si quería venderme como ese chico? Traté de no pensar mucho las cosas y me dirigí hacia la puerta. Salimos con Nicola hasta el ascensor, el contraste era increíble, el hotel jamás sabría de las prácticas de ese lugar puertas adentro.
-¿El espectáculo estuvo entretenido?-Ironizó Nicola mientras subíamos pisos.-
Me enojó recordar el propósito de ese acto, un chico vendido a un tipo desconocido que creía tener derecho sobre el por pagar una suma de dólares.
-No, me parece una denigración.- Le revelé con repentina valentía a Nicola.-
-Apuesto a que tuviste una erección.- Me respondió haciendo caso omiso a mis palabras.-
-No es gracioso, ese pobre chico tiene un futuro como esclavo sexual siendo degradado.- Le dijé enojado a mi escolta impulsado por sus palabras, quienes habían dado en el clavo.-
-¿No sabes que es todo un acto verdad? Ese chico del espectáculo es empleado de Vaal.- Y la revelación me descoloco.- No se está vendiendo realmente, el chico se ofreció a ayudar a Vaal.-
-¿El chico fingió?-Se me escapó la pregunta de tanta sorpresa.-
-Bueno no exactamente, es verdad que le gusta mucho el sexo y todo ese espectáculo lo excita pero hace esto cada jueves para ayudar a Vaal a encontrar a un comprador en particular.- Desenfrascó más información y yo absorbía todas sus palabras.-
-¿Pero por qué? ¿A quién busca?- No pude evitar preguntarle y Nicola bajó del ascensor dejándome dentro del penthouse y retirándose rápidamente.-
Parecía que la información obtenida finalizaba allí. Me quedé con mucha intriga de quien era Vaal, que hacía realmente y que quería. Sobretodo que quería de mí.