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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Muchas muchas gracias por leer y siempre dejar reviews y decirme que les gusta la historia y todas esas cosas lindas que hacen siempre. 

Lectores i love youuuuu <3 <3 <3

Nicola

Marco dormía en la cama mientras yo arreglaba algunas cosas en el portátil. Realmente no podía concentrarme después de todo lo que había pasado. No me animaba a hablar con Vaal porque no sabía si había hecho bien en matar a Dimitri, bueno yo consideraba que había sido lo más correcto que hice en toda mi vida pero no sabía si para Vaal era así.

Las palabras de Dimitri resonaban en mi cabeza “En el fondo sabes que fui más padre para ti de lo que tu cobarde progenitor era” era ridículo porque el hijo de puta le había hecho pasar un infierno a mí y a mi hermano, mucho más a Vaal. Pero aun así nunca entendí que era lo que Vaal pensaba al respecto de Dimitri, la manera en la que se paralizó cuando lo tuvo en frente, cuando vio la posibilidad de matarlo tan a la mano.

Lo peor fue que después de ver morir a Dimitri yo no me regocijé en lo que hice, no sentí  alivio o calma por mi venganza propia sino que pensé en Vaal al hacerlo, pensé que lo desataba de algo. El problema fue que no estaba seguro de nada, quizá matar a Dimitri era algo que Vaal tenía que hacer por su cuenta, quizá tenía pensado otro final para él, la verdad es que todo me desesperaba.

Estos días habían sido realmente horribles para mi hermano, cuando los videos que enviaba el hijo de puta llegaron algo en Vaal cambió. A mí me dolió muchísimo averiguar lo que había en ellos asique no podía imaginar siquiera lo que había sido para el rubio verlos, aun así los miró absolutamente todos de principio a fin y varias veces. No entendía porque se torturaba así pero su justificación era que estaba buscando alguna pista en ellos que le revelara el paradero de Liam, aunque para mí parecía que se castigaba a si mismo mirándolos. Todo me parecía tan macabro, quería asesinar al hombre que le estaba haciendo tanto daño a mi familia, a mi amigo.

 

-¿Estas torturándote tú también no es así? Los hermanos Petrov son claramente familia.-Me llegó la voz de Marco y me giré para verlo incorporado sobre un codo en la cama, me miraba serio.- Dimitri está muerto, solo es cuestión de tiempo para que las cosas se acomoden. Lo hecho, hecho está, nosotros dos no podemos hacer nada más.-

 

Miré fijo a Marco y le sonreí, sé que él quería ayudarme tanto como yo a Vaal. Pero yo no podía dejar estar las cosas, me sentía algo inseguro.

 

-Nicola mataste a Dimitri, fue lo mejor que hiciste por tu hermano. Era lo correcto, no hay más vueltas que darle.- La voz de Marco fue severa y yo lo miré sorprendido, ¿Cómo era que este hombre sabía las palabras justas que necesitaba oír?-

 

Me paré y fui hasta la cama, me senté en la esquina.

 

-Gracias.- Le dije al hombre que tenía en frente, me asustaba un poco necesitar de Marco en tantos aspectos. Me daba miedo la dependencia.-

 

De un momento a otro estuve sobre la cama y Marco encima de mí, las sabanas se desenroscaron de su cuerpo y lo descubrí totalmente desnudo.

 

-No quiero un gracias, lo hago porque te amo. No sé si estabas al tanto.- Su mirada pasó de sería a perspicaz y tiró de mi camiseta hasta quitármela por la cabeza, yo me dejaba hacer.-

 

No soporté mucho más estar bajo el escrutinio de la mirada de Marco  entonces tomé su rostro para acercarlo al mío pero él tomó mi brazo juntándolo con el otro y reteniendo ambos sobre mi cabeza.

 

-No quiero tener seco contigo para distraerte, quiero que entiendas que estoy aquí, que puedes apoyarte en mí.- Me dijo mirándome a los ojos y me costó mucho impedir que se me formara un nudo en la garganta.-

 

-Te amo.- Le solté, era la primera vez que se lo decía después de todo este tiempo. Hacía mucho que me sentía así por él pero me daba miedo decirlo en voz alta, me daba miedo lo mucho que el sentimiento provocaba en mí.-

 

Marco se sorprendió mucho, me di cuenta por su rostro que las palabras impactaron en él y me sentí  estúpido por no haberlo dicho antes, su reacción me tomó desprevenido porque creía que Marco lo daba por sentado.  Aproveché su descuido para soltarme y abrazarlo.

 

 

-No te sorprendas tanto, pensé que a estas alturas era obvio. Te amo.- Le repetí y Marcó se incorporó sentándose en la cama y arrastrándome con él.-

 

Quedamos frente a frente, mis piernas pasaban a ambos lados de su cadera por arriba de las suyas que se encontraban de igual manera en sentido contrario. Me tomó de la cara para besarme con fervor y al acerarme hasta él sentí su erección dura presionar contra mí. Me quedé sin aire al notar lo que habían provocado mis palabras. El de ojos claros tiró de mi cabello con fuerza hasta acostarme sobre la cama nuevamente y el quedar sentado, me miraba desde arriba con lujuria y me reí. Esa era su forma de expresarme sus sentimientos. Las palabras a Marco le costaban aunque siempre decía lo que yo necesitaba oír, pero el sexo era más crudo, más revelador, con esto entendía todo de él aunque también supe que mis palabras habían sido necesarias hace mucho para él.

 

-Yo también te amo.- Gruñó con voz ronca y maniobró mis piernas para quitarme el pantalón y la ropa interior.-

 

-Lo sé.- Le contesté, no me concentraba para una charla en este momento.-

 

Acomodó mis piernas nuevamente uno a cada lado de su cadera y se arrodilló bajo ellas acercando nuestros miembros. Metió dos dedos en su boca y luego de lamerlos los posicionó en mi entrada, me agité al contacto y los hizo entrar sin previo aviso. Yo me removí bajo el arqueando la columna, dándole más acceso. Masajeó la zona haciendo círculos grandes y luego presionó en mí ese punto que conocía, no pude evitar gemir mientras lo miraba fijo, no podía deshacer el contacto visual, me hipnotizaba. Sacó sus dedos de mí y posicionó su pene en mi entrada, lo metió muy despacio, la tortura me hacía lanzar jadeos ahogados. Cerró los ojos al entrar por completo en mí y escuché su respiración cambiar, estaba igual de agitado que yo y no habíamos hecho esfuerzo físico todavía. Lo sentía muy caliente en mi interior y el efecto daba directo en mi sexo que palpitaba, quería aliviar la tensión.

Tomó mi miembro entre sus manos y comenzó a masturbarme de arriba abajo, apretaba la punta y masajeaba mi glande. Lo tenía dentro de mí y todo se sentía potenciado, no podía aguantar los gemidos él sabía cómo hacerme perder la razón. Sostuvo mi miembro en su mano mientras que con su pulgar trazaba círculos en la piel muy cerca de la punta. Presionaba cada vez más y yo sentía que no podía respirar de tantas sensaciones, adelanté mi cadera todo lo que pude para hacerlo entrar más en mí pero estaba completamente dentro, me estaba volviendo loco. Me retorcí en la cama bajo él, mi respiración era muy audible y agitada no aguantaría mucho más. Con su mano libre acarició mi muslo en la cara interna, la base de mi miembro y luego llegaba hasta mi estómago.

 

-Me estas apretando mucho y estas que ardes.- Me llegó su voz lasciva aunque a mí me costaba enfocarme, él apuraba el ritmo con sus manos deslizándolas en mi sexo.-

 

-Por favor.- Le pedí entre gemidos pero no sabía muy bien que pedía, estaba a punto de venirme.-

 

Marco resopló de gusto ante mis suplicas y aumento más el ritmo y la presión de su mano. Alcancé el clímax, sentía el cuerpo arder y sus manos solo hacían que el orgasmo fuera cada vez más intenso e interminable. Sentí el semen caliente sobre mi vientre y Marco tomó las sabanas para limpiarme y luego las arrojó al suelo.

 

Separó más mis piernas y pasó ambas manos en mis muslos para aferrarse, salió de mi completamente y entró de nuevo con fuerza.  Jadeé fuerte ante la intromisión y sentí el latir de su corazón en su miembro a través de mi piel.

 

-Me duele.- Le acusé, no me dolía que se metiera en mi porque ya me había acostumbrado a su tamaño pero acababa de tener un orgasmo lo que hacía que mi miembro doliera.-

 

-Bien, eso hará el segundo orgasmo más intenso. No puedo aguantar más estar sin moverme.- Salió nuevamente y con todo su peso se metió totalmente en mí, ambos gemimos al unísono.-Carajo Nicola.-

 

-Si yo también lo estoy sintiendo.- Le contesté con dificultad, tocaba algo en mí que me estaba haciendo delirar.-

 

Aumentó el ritmo de las envestidas, bajando sobre mi cuerpo y tomándome de los hombros para que su miembro entrara más y más profundo con cada intromisión. Marco gemía grave y eso me ponía peor. Lo sentí ensancharse dentro de mí y supe que estaba por alcanzar su orgasmo. Tensaba todos los músculos del abdomen y fruncía el entrecejo al tiempo que apretaba la mandíbula. Su ritmo fue de rápido a implacable y me arrastró col el al clímax. Nuestro gemidos llenaban el cuarto, mi orgasmo estaba tardando mucho, por más que su rimo era imposiblemente brutal me costaba terminar y lo único que podía hacer era retorcerme sobre la cama.

 

-No puedo…quiero más.- Le dije como pude y el gruño y salió de mí. Estaba a punto de quejarme pero me volteó en la cama y levantó mis caderas.-

 

Se hundió en mí sin perder un segundo, la posé hacía que el entrara más en mí y tocara algo que me hacía temblar de placer. Tomó mi miembro y comenzó a subir y bajar por el con su mano a un ritmo frenético. Sentía que iba a llorar de placer, era todo muy abrumador. Alcancé el clímax y escuché a Marco gruñir porque de seguro mis paredes lo estaban apretando con fuerza, no podía evitarlo había sido muy placentero. Su orgasmo llegó luego de un par de embestidas, su respiración estaba muy agitada y hundió sus dedos en mi cadera. Salió de mí y nos recostamos en la cama, yo encima de su pecho agitado.

 

-El sexo contigo jamás me decepciona.- Le solté divertido y lo vi sonreírme de lado.-

 

-Que bien, porque cuando empiezes a aburrirte me avisas y seguro puedo inventarme algo nuevo.- Me reí entre dientes y lo besé.- Jamás voy a cansarme de ti.-

 

Más tarde todo el mundo preparaba las maletas, nos volvíamos al hotel en Bahamas, extrañaba mucho el último piso. Había vivido tanto tiempo allí que lo consideraba mi hogar. Vaal parecía un poco más relajado pero no creo que los problemas se hubieran disipado sino más bien que Liam parecía tranquilizarlo.


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