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Mafia roja por BlackWidowHunger

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Notas del capitulo:

Bueno aca esta el fic pero desde el punto de vista de Vaal, guiense con los capitulos segun numero y nombre para saber a que escena pertenece cada sección.

Es un poco triste porque Vaal es algo oscuro pero recuerden que tiene un final feliz en el fic. :D

Gracias por leer y por sus lindos reviews. Me falta el epilogo que subiré mañana.

Graciassss :) los quierooo <3

1 (Piloto)

-¿Greta que paso con mis papeles?-Grité desde la oficina, la incompetente mujer solo tenía que hacer dos copias de una maldita factura. Estaba hartándome, fue estúpido haberla elegido porque tenía una apariencia decente.-

 

-Sí señor, aquí están.-Me dijo apresurándose desde la puerta al escritorio, la mire con exasperación y mi cara la puso más nerviosa, que molestia.-

 

Le di un vistazo a los papeles y no solo que las copias estaban mal hechas sino que no eran correctas. Levanté la mirada y busqué algún objeto a la mano, encontré el vaso con whisky y lo lancé contra el archivero, la chica morena saltó hacía atrás y me miro presa del pánico.

 

-Detesto a la gente incompetente.- Le dije, no quería gritar pero me costaba reprimirme.- Estas jodidamente despedida, vete antes de lo próximo que lance impacte en tu cara.- La chica salió corriendo de la oficina con expresión de llanto mientras yo me paraba y rompía los papeles, si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú mismo. Sobre todo detestaba que pusiera esa cara de miedo constantemente y ni hablar de su expresión de enamoramiento estúpido cuando me encontraba cambiándome en la oficina. No debería haberme acostado con ella, las mujeres eran tan problemáticas.- Mierda, hoy no es mi día.-

 

2 (Vaal Petrov)

Mis días no dejaban de empeorar, Nicola llevaba las cuentas y me comunicó que había hablado con la gerencia del maldito hotel y se había perdido una cuenta de varios ceros. Vacié el séptimo vaso de alcohol del día mientras esperaba al desgraciado culpable en mi oficina. Tenía el silenciador del arma bien puesto si se negaba a pagarme, tenía el humor perfecto para ponerle un tiro entre los ojos. Leía su expediente, Liam Miller, un chico de 25 años con familia y buen curriculum, aun así era un idiota que no sabía atender gente.

Tocaron dos veces la puerta y Marco pasó con el idiota.

 

-Muchas gracias Marco.- Le dijé mientras revisaba los papeles sobre el tal Liam y la cuenta de la señora Glines.-

 

Levanté la vista y me encontré prácticamente con un chico que no aparentaba los 25, más bien parecía de 20 años. Tenía unos redondos y grandes ojos color ámbar, me miraban con miedo y esto lo hacía ver aún más joven. Tenía una nariz pequeña y labios prominentes, mi mirada se enredó unos segundos en ellos. Su cabello era ondeado de color castaño brillante y lo llevaba algo despeinado lo que me distraía, me daba la impresión de que sería suave al tacto.

Tenía una expresión de pánico y nervios en el rostro asique calmé un poco mi ira, mi idea de meterle una bala entre los ojos cambió por una mucho mejor. Se me ocurrían otras cosas para hacerle al chico.

 

-Liam Miller- Dijé y noté que se sobresaltaba, interesante reacción.- ¿Tienes idea de quién soy, o en estos once días nadie te informó?- El juego era más divertido si él no sabía quién era, me hartaba rodearme de gente que fingía respetarme solo por ser jefe de la mafia, aduladores.-

 

-Vaal Petrov.-Pronunció con vos insegura y reprimí una sonrisa, el chico no tenía idea de quien era, su ignorancia a mi persona me resultaba muy fresca.-

 

 

5 (Trabajo nuevo)

 

Liam y yo nos sentamos en la mesa, el espectáculo estaba a punto de empezar y yo no podía quitar mí vista del chico, quería averiguar que expresión pondría al ver lo que había tras las cortinas.

 

-Damas y caballeros el día de hoy les traigo un producto fresco, joven y muy sensible.- Dijo el presentador y me divertí mirando a Liam tantear el ambiente.-El joven tiene un saludable cuerpo, mucha tolerancia y una tersa piel clara.-

 

El espectáculo comenzó pero yo no podía quitarle los ojos de encima al castaño, sus reacciones eran más que interesantes. Vi como su pecho se agitaba y sus ojos seguían todos los movimientos del hombre en el escenario, mi mente voló pensando en que cara pondría si me adentrara en él, como sería su piel al tacto, él sonido de sus gemidos. Tenía un lindo rostro y me imaginé como sería al tener un orgasmo, como sería bajo los efectos del placer. Apreté la mandíbula porque mis pensamientos estaban generando tensión en mi entrepierna, no quería delatarme pero la idea de tener sexo con este chico estaba inundando mi cabeza. Liam me miró sacándome de mi trance y su visión me hizo resoplar, tenía una expresión muy sexy y se retorcía en su asiento.

 

7 (Prueba)

Lo besé y no pude evitar pegarme a su pequeño cuerpo, de verdad quería sentirlo. Me separé y su rostro contrariado, agitado y sensual me costó todo mi autocontrol, quería ir despacio. Miré sus labios y me tentó volverlo a besar, estaban entreabiertos y enrojecidos. Mierda anhelaba enserio volver a probar su boca.

 

-Para para, por favor.- Me dijo con pánico en sus ojos.- Por favor no quiero.-

 

Le hice caso y no me moví, lo que menos quería era asustarlo. Descarté la idea de que no fuese gay porque había respondido muy placenteramente a mí beso. Mi mente divagó en la idea de que podría ser virgen o que el chico hubiese tenido malas experiencias sexuales pasadas. Este último pensamiento hizo que me hirviera la sangre asique solo lo dejé hablar, quería una explicación.

 

-Yo…- Titubeó pero esperé a que hablara.- Yo, soy virgen.- Sus palabras me sorprendieron gratamente, hacía muchísimo que no estaba con alguien sin experiencia en el sexo. Además me encantaba la idea de ser su primera persona, este chico no paraba de sorprenderme. -

 

No entendía bien como podría ser virgen, el castaño era listo y desafiante lo que lo volvía interesante. Todo sin contar que tenía un rostro muy atractivo y un buen cuerpo que estaba por descubrir.

 

9 (Muere otro día)

Llegué justo para ver como un hombre apuntaba con un arma a Liam, la furia me recorrió la sangre junto con la adrenalina. Me apresuré y le pegué un tiro al maldito idiota, estaba muy agitado y no sabía por qué pero la sola idea de pensar que el castaño estaba en peligro movía en mi algo oscuro y feroz. Lo examiné concentrado de pies a cabeza, parecía estar bien pero muy aterrado lo que me hizo sentir culpable. Vi que miró muy impresionado el cuerpo y me apresuré a sacarlo de allí, no sé de dónde nacía el querer protegerlo pero me actuaba por instinto.

 

-¿Estas bien?- Le pregunté para distraerlo, asintió con miedo y lo vi temblar, quise abrazarlo para ponerlo a salvo de cualquier cosa pero el chico no confiaba en mí, solo iba a asustarlo más.-¿ Liam puedes ir al balcón trasero y quedarte ahí?- Le indiqué cauteloso para distraerlo, necesitaba encargarme rápido de esto y esperaba que Nicola o Marco pudieran distraerlo mientras tanto.-

 

16 (Visitas indeseadas)

El sexo con Liam estaba afectándome demasiado y ni siquiera lo habíamos hecho. Se me estaba haciendo demasiado difícil contenerme pero quería que confiara en mi primero, quería que él quisiera tener sexo conmigo. Mierda, me estaba convirtiendo en un idiota, jamás había esperado a nadie para tener sexo y eso me estaba volviendo loco.

Para empeorar las cosas el idiota de mi hermano se pegaba al chico todo el tiempo y yo comenzaba a sospechar que a Liam le gustaba Nicola. La ira me recorría el cuerpo ante la sola idea, había estado incontables días tratando con cuidado al castaño para que el imbécil de mi hermano me lo ganara. Estaba perdiendo la cabeza y me enfurecía no poder controlarme, quería romper algo.

 

29 (Al límite)

No le deseaba a nadie estar en mi situación. Ver a Liam herido durmiendo en la cama del hospital estaba matándome, me mortificaba la culpa y sentía un maldito nudo constante en el pecho. Prefería mil veces estar en su lugar, no podía dejarlo solo y los idiotas de los doctores no paraban de venir a pedirme que me fuera. Tuve que amenazar al cuerpo de enfermeras para que me dejaran quedarme con él en la noche.

Una noche miraba su rostro golpeado y no pude evitar conectarlo con mi apariencia en el espejo durante esas oscuras noches de mi infancia. Me sentía tan mal, sentía que mis manos le habían provocado eso y la sensación me desesperaba, no quería verlo así. ¿Por qué no despertaba de una vez?

 

31 (Mea culpa)

Me encargué del maldito chico y me dispuse a buscar a Liam en el apartamento, me costó dar con él y al encontrarlo me molestó verlo en una esquina. Me acerqué hasta él y vi su expresión de angustia, me molestaba porque me daba cuenta que estaba corrompiendo al chico. Él tenía una familia normal, una familia que yo no pude tener y realmente me gustaba ayudar con dinero, era la única cosa que podía hacer por él.

Liam podía llevar una vida normal, con un trabajo normal y encontrar una pareja común y corriente que lo hiciera feliz pero por mi egoísmo yo lo mantenía ahí. El problema era que no quería dejarlo ir, su deuda para conmigo había pasado a segundo plano, ya no me interesaba. La idea de que se fuera me molestaba de sobremanera y no podía contener mi ira de solo pensar que lo estaba entregando a brazos de otro hombre. Tenía pensamientos encontrados y me ponía muy inquieto, era desesperante.

 

-¿Por qué?.- Me preguntó sin mirarme y me irritó su distancia, sentía que estábamos acercándonos este último tiempo. Yo no podía cambiar lo que era.-

 

 

33 (La mafia italiana)

Estaba hablando con Liam en mi oficina, me alegraba que pudiéramos hablar nuevamente pero aun así me sentía inquieto. La idea de mandarlo con su familia rondaba mi cabeza varias veces al día, tenía que alejarme de él antes de hacerle daño o que le pasara algo por mi culpa.

 

-Nada es que yo venía con dudas a hablar para aclarar algunas cosas y cambié un poco mi discurso.- Se calló y vi su expresión cambiar, me miraba fijo con mucha intensión. Me di cuenta que su mirada era significativa pero no lograba entender que quería decir.-Me di cuenta que tu realmente me…-

 

-No.- Pronuncié seco. No quería que tuviera sentimientos por mí, eso iba a terminar hiriéndolo.- No sigas por ese camino. Vete a cambiar y dile a Marco y a Nicola que lo hagan también por favor.-

 

Nada bueno iba a salir de esos sentimientos que parecía tener por mí, comprendí mirándolo a los ojos que realmente lo decía enserio, que sentía algo por mí. Salí de la oficina porque no podía quedarme ahí con él. Maldije para mis adentros porque realmente quería cruzar la distancia que teníamos y apretarlo contra mí, besarlo, meterme en él. No podía, necesitaba poner distancia entre nosotros o iba terminar mal para él.

 

37 (Furia)

Vi a Liam entrar al penthouse junto a Andre y mi idea de tomar distancia se fue al diablo. Yo quería protegerlo y él no paraba de meterse en donde había problemas, primero Dante y luego Andre. Entendí las intenciones ocultas del italiano en segundos, lo entendía porque yo pasaba por lo mismo, con conocer a Liam un poco bastaba para rendirte ante él.

Tuve que apretar mi mano porque sentía que me temblaba por culpa de la adrenalina, quería golpear al italiano menor en el rostro tan fuerte que me asustaba. Él era mío, Liam era mío.

 

 

41 (Ojala nunca)

No podía sostener esto, todo este tiempo sabía lo que tenía que hacer pero no lo hacía. Al entrar al penthouse nuevamente fui a encerrarme a la oficina. Lo único que quería era ver a Liam, tocarlo, pero tenía reprimirme porque iba a enviarlo lejos. No podía dejarlo al alcance de Dimitri, no podía seguir siendo egoísta, tenía que alejarlo de mí. Sentí como un temblor violento me recorría, no podía controlarme ni calmarme asique comencé a romper todo lo que tenía a la mano. ¿Por qué mi vida era una mierda? Había encontrado algo que valía la pena, mi vida era vacía y horrible pero Liam la hacía mejor y ahora tenía que alejarlo de mí. Me dolía, me dolía muchísimo y no podía hacer nada, la furia me cegaba y no conseguía tranquilizarme.

Vislumbré a Liam dentro de la oficina, no sabía hace cuanto estaba ahí parado y se me hacía tan difícil con él tan cerca.

 

-Vete.- Le grité con la voz quebrada, carajo.-

 

-Solo déjame revisar tus heridas.- Me dijo en voz baja, estaba asustado. ¿Por qué me lo hacía tan difícil? Sentía que me ardían los ojos. No podía soltarle las mentiras ahora porque no iban a sonar creíbles, me sentía en carne viva. Tenía que calmarme y enviarlo lejos de mí.-

 

-Te dije que te fueras.- Le grité de espaldas, no podía mirarlo porque esto me estaba costando demasiado, no quería ver su expresión dolida, no quería hacerle más daño.-

 

44 (Rusia)

Mis días eran una mierda, mi vida lo era. Al principio me encerraba a beber en mi habitación pero luego tenía que soportar a todos venir a intentar sacarme de mi miseria. Yo quería seguir hundido en ella, quería seguir recordando a Liam aunque doliera. Lo amaba, me había partido al medio darme cuenta de aquello. Luego de unos días saqué a todos de mi maldita casa y llamé a un viejo amigo, el alcohol no estaba haciendo más que darme dolores de cabeza horribles asique probé con cosas más eficaces y menos molestas.

La casa me recordaba a cuando comencé mi camino en la mafia, me recordaba que hacía poco me había encontrado con Dimitri. No quise recuerdos de eso en mi mente asique desenvolví el polvo blanco en un espejo de la casa y aspiré una generosa cantidad.

 

45 (Volverte a ver)

Era odioso que mi cuerpo fuese tan sincero, no podía evadirlo. En el momento que Liam cruzó la habitación del hospital el pecho se me cerró y mi pulso se disparó. Estaba ahí tan cerca de mí y era real, no como las alucinaciones de mierda que me había inducido. ¿Cómo haría que se fuera de la habitación? A mí no me quedaba tanta convicción para alejarlo de mí y él estaba tan cerca.

 

-¿Qué haces aquí?- Le pregunté desviando la mirada, intenté poner mi mejor tono de desinterés.-

 

-Quiero ayudarte.- Me dijo con voz ahogada, diablos que difícil. ¿Por qué no me odiaba? Supongo que él sentía algo por mí pero tendría que haber desistido cuando le dije esas horribles palabras en el Penthouse.-

 

Procesé sus palabras y me resultaron muy familiares.

 

-¿Eras tú?- Ple pregunté de repente, él había estado en la mansión ¿Por qué?-No te dije que te fueras ¿Por qué volviste?-

 

-Ya lo sé, me convenciste muy bien de irme la otra vez.- Le dije y me ardían los ojos.- Pero volví, supongo que quiero ayudar pero no sirvo para ello.-

 

No contesté, ¿Qué idiotez acababa de decir? ¿Qué no servía para ayudarme? Liam era la única cosa buena que me había pasado en la vida, nada podía hacerme mejor que él. Lo vi alejarse hasta la puerta y me sobresalté.

 

-No te vayas.- Le dijé sin pensarlo, no quería que se fuera, me desesperó el verlo alejarse yo no tenía tanta fuerza para soportar más tenerlo lejos. Frenó y yo me levanté de la cama, giró el picaporte y me apresuré hacía él pero me detuve a centímetros.-Tienes que irte pero la verdad es que no quiero que lo hagas.- Que tortura era tenerlo tan cerca, sentía su calor a tan poca distancia, su olor, que difícil era contenerme. No quería hacerlo más, amaba a este chico de pelo castaño y ojos brillantes. Lo necesitaba conmigo.-

 

48 (Traidor)

Liam había caído en manos de Dimitri y yo no podía estar peor. No dormía, ni comía, ni escapaba de la realidad con alcohol. Hablé con todas las personas que podía para recuperarlo, había puesto múltiples equipos de personas para que lo encontraran, la sola idea de que le pasara algo me asustaba. Me asustaba como nada lo había hecho antes, ni siquiera cuando Dimitri entraba en mi cuarto…

Los días pasaban y yo comenzaba a perder la razón, entonces llegaron unos paquetes con cd´s. Nicola los había visto y quiso frenarme para que yo no los viera, que idiotez si venían de parte de Dimitri yo necesitaba verlos. Tenía que encontrar una pista, algún indicio para buscarlo, tenía que traerlo de vuelta.

Cuando los puse en la computadora y apreté el botón de play sentí que algo me desgarraba al reconocer las formas de la imagen, al reconocer la escena que se sucedía en la pantalla. El mundo se me vino abajo, no podía dar crédito, no podía pensar. No, no podía pasarle eso Liam, mi propio infierno se había hecho real, mis peores miedos estaban haciéndose realidad, necesitaba pararlos. 


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