Lo había llamado al amanecer y quedaron en juntarse después de clases como solían hacer siempre. Aunque en esa ocasión la situación era completamente diferente a las de siempre, ciertamente, temía un poco por lo que podría pasar ese día. Para su suerte, Itachi sabía que Naruto iría a casa, pero no había omitido siquiera una palabra cuando se acercó a él y le avisó que quería hablar con el rubio sobre los trabajos pendientes que no habían terminado para el instituto y debían entregar en pocos días.
Por supuesto, eso era una excusa nada más para poder hablar sobre lo ocurrido hacía unas semanas y, aprovechando la oportunidad de que su hermano no se encontraría en la casa, le diría un par de cosas a ese estúpido dobe. Aún seguía sintiéndose extraño por ese beso y si no terminaba por sacarse de encima el tema continuaría pensando en ello. Por otro lado, comprendía la actitud de su niisan luego de lo ocurrido dos días atrás… bueno, en parte lo entendía, no le cerraba del todo el por qué Itachi se había quedado en silencio después de preguntarle si se había besado con Naruto, ya que en realidad esperaba que reaccionara de otra forma muy diferente.
¿Quizás, como ponerse furioso?
A decir verdad, no quería fastidiar a su niisan por ningún motivo, y lo notaba en un raro estado más que tranquilo para su gusto. Eso le generaba un poco de temor. No lo entendía y eso lo alteraba.
Ese día, de cualquier manera, decidió concentrarse en el usuratonkachi que tenía por mejor amigo; más tarde, si había alguna posibilidad, trataría de acercarse a su hermano y… arreglar las cosas, si es que podría llamarlo de esa forma.
Sasuke suspiró largamente mientras veía un programa al cual ni siquiera le estaba prestando atención, descansando en el suelo y con la ventana de la sala abierta que permitía que el suave viento ingresara.
Él era consciente de que el dobe y su niisan eran las personas más importantes en su vida, sin embargo, ambos en ocasiones se comportaban como unos idiotas y lograban confundirlo con sus actitudes. Recordó cuando Itachi mencionó algo sobre casarse con Naruto… Sasuke siempre había pensado en la idea de que si se casaba con alguien sería tanto como con Itachi y Naruto, pero si él mencionaba eso, de seguro su hermano estaría de peor humor y él odiaba verlo en ese estado. ¡Ese dobe e Itachi eran unos grandísimos imbéciles! Nunca se percataban de cómo se podía sentir él con todo lo que causaban… eran unos malditos egoístas desconsiderados.
—¿Por qué parece como si fueras a llorar-ttebayo?
Un espasmo le recorrió todo el cuerpo cuando oyó la voz de Naruto a escasos centímetros de él, peor aún, su expresión fue de horror absoluto cuando lo vio tan tranquilamente sentado a su lado, viéndolo con sus enormes ojos azules.
Demasiado cerca.
—¿Cuándo demonios… llegaste, dob--? —el chico de las marcas no esperó más y se arrojó sobre el moreno para abrazarlo efusivamente. Sasuke quiso golpearlo por haberle hecho pasar aquel terrible susto, no obstante, no era la primera vez que lo hacía cuando le avisaba que Itachi no estaría en la casa. ¿Por qué sentía que Naruto y el estúpido de su aniki sabían algo que él no? —Ya puedes soltarme, ey.
No supo en qué momento el ojiazul se incorporó, quedando enfrentados y en una extraña posición en la que jamás habían quedado antes: Naruto, básicamente arrinconándolo contra el suelo, a cuatro patas, mientras que él se encontraba debajo y con la espalda al suelo, mirándolo directamente a los ojos e intentando preguntarle con la misma que era lo que estaba haciendo. Se sentía incómodo con su espacio personal tan invadido.
—¿Te molesta? —preguntó el rubio, sonriendo exageradamente.
—Es raro.
—¿Por qué?
—Si Itachi nos ve…
—Itachi no está, teme.
—¿¡Y eso qué demonios quiere decir, idiota!? —Sasuke comenzó a removerse impaciente ante la mirada de Naruto que cambió tan repentinamente y todo rastro de sonrisa de su rostro desapareció. —¿Q-qué?
¿Se había molestado por su comentario? Sasuke no soportaba tanta presión mental, ¡necesitaba saber que era lo que sucedía!
—Oye, no me molesta que estemos así, pero… —sus pulmones se llenaron de aire, dándose las fuerzas que siempre decía tener pero que en esos momentos le estaba costando tanto demostrar. Desvió la mirada por unos segundos para luego volverla a centrar nuevamente en Naruto, éste se mantenía serio, esperando a que hablara. —Mira, dobe, esto se está poniendo extraño… hoy te invité a casa porque quería hablar contigo sobre…
—Ya. ¿El beso que te di el otro día?
Odiaba que Naruto lo conociera tanto… ya no se sorprendía si se daba cuenta primero de lo que le sucedía.
Asintió como pudo ya que aún permanecían en aquella posición incómoda, aunque admitía que ya no le incomodaba demasiado. Y si Naruto querría alejarse lo haría sin que él se lo dijera.
Aunque seguro tenga que empujarlo, este idiota no tiene intención de levantarse.
—¿Te molestó que lo haya hecho? —la pregunta le llegó algo tarde. Debía dejar de quedarse pensando mientras le hablaban.
Sintió sus mejillas algo calientes, no obstante, pese a no saber por qué se sentía avergonzado, negó con la cabeza.
—No me molesta que lo hagas… que lo hayas hecho. —se corrigió rápidamente. La verdad es que tampoco le enojaba si Naruto volvía a hacerlo, pero esa era una de sus dudas; si Naruto tenía intención de hacerlo una segunda, tercera o cuarta vez, ¿cómo serían las cosas entonces?
—Piensas demasiado, teme. Sé lo que quieres decirme. —una sonrisa afloró de los labios del kitsune, causando que Sasuke se sintiera menos tenso. —No lo haré frente a Itachi, si es lo que querías preguntarme.
Eso no lo había pensado, pero es bueno saberlo. Espera, ¿por qué lo dijo como si…?
—Pero tienes que saber que volveré a hacerlo si se me da la gana.
A Sasuke no le irritó esa forma altanera que había usado para decirlo, ciertamente, la vergüenza lo estaba dominando y aquello sí que comenzaba a fastidiarlo. Él era un Uchiha, no podía mostrarse tímido, avergonzado o sonrojado frente a nadie, y siempre terminaba pasándole precisamente todo eso frente a ese jodido dobe. Tenía que parar con todo eso de alguna manera, el problema es que no la encontraba.
—Sabía que no te había molestado cuando te quedaste mirándome con esa cara de teme que tienes y saliste corriendo a tu cuarto. —de acuerdo, la sonrisa de Naruto lo estaba enojando, más le valía borrarla cuanto antes.
—Es que me sorprendiste, imbécil.
—¿En serio?
Automáticamente giró su rostro hacia el costado derecho. El programa de la televisión había terminado y daba paso a que otro comenzara, quizás, un animé de genero shonen o… pero su atención no estaba fija en eso, sino en cómo el rubio se había aproximado a su rostro sin siquiera haberle avisado. Bueno, no es que tenía que avisarle pero, maldita sea, lo había sorprendido de nuevo…
Necesitaba esconderse en alguna parte pero con Naruto encima suyo era imposible. Comenzó a respirar de forma ajetreada y nerviosa.
—Teme, mírame.
—No.
La risa estruendosa de ese dobe terminó por hacer que su rostro explotara con todo el rubor que seguramente el otro estaba observando.
—Teme, te quiero.
Ok, que alguien le recordara lo imbécil que era porque no habían pasado dos segundos que tras escuchar las palabras de Naruto se giró y lo observó fijamente a los ojos, claramente asombrado, encontrándose con su enorme sonrisa decorándole el rostro de idiota que se cargaba. ¡Pero era imbécil por un motivo importante! ¡Naruto nunca le había dicho eso! Y se suponía que jamás se lo dirían mutuamente.
—Usuraton--
Sus palabras se vieron interrumpidas por los labios del kitsune capturando los suyos. Esta vez lo había hecho más suavemente y no se alejó tan rápido… no que Sasuke quería que no se alejara, sólo que ese dobe era un bruto y si lo hacía rápido podría herirlo.
Naruto tomó a Sasuke por los hombros con ambas manos, moviendo su boca sobre la contraria al tiempo que veía como los ojos de Sasuke se cerraban y cada tanto los presionaba, todo lejos de molestarse. Sonrió y saltó de alegría interiormente cuando el azabache llevó sus propias manos al cabello rubio, entrelazando sus dedos en él y apretándolos para luego asir la cabeza con fuerza y así Naruto captara que quería más contacto. Y sin duda, ambos querían más contacto, aunque no supieran como proseguir…
—¿Ototo?
Naruto y Sasuke se separaron de un tiro al escuchar esa voz, quedando sentados y a una cierta distancia del otro, se encontraban agitados y algo sonrosados, pero por sobre todo muy nerviosos por ver que a tan sólo unos metros Itachi estaba de pie observándolos.