Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A tu lado... siempre por barbychan

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Antes que nada, perdonen la demora, este cap y el fin en general son para Dulce, quien mi anima a seguir ^^ y para todas las bellas personitas que me dejan sus comentarios, prometo responderlos todos y creanme que los leo todos y cada uno ^^ ahora si vamos con el fic.

Pequeño mal entendido… por partida doble.

 

-Echizen… ¿Cuándo llegaste aquí?- el rubio aún podía juntar una o dos palabras para darse a entender, se veía tan indefenso y lindo que… Ryoga no pudo evitarlo, simplemente se lo llevó a la habitación del hotel donde se estaba quedando, fue un camino corto, pues estaba cerca del lugar de la fiesta, cuando llegó a su habitación, depositó al lindo rubio en la cama, contemplándole embelezado, se sentó a su lado y comenzó a acariciar sus cabellos, su mejilla, bajando luego por su cuello, topándose con la molesta ropa, obstáculo del que se hizo cargo de a poco, disfrutó de cada centímetro de piel que iba descubriendo del joven tenista, recorriéndole con los dedos y luego con los labios, sin parar hasta dejarle desnudo, comenzando a lamerle los pezones con delicadeza, deleitándose con los deliciosos sonidos que salían de la boca del pequeño, invitándole a acallar los gemidos con su propia boca.

 

Ryoga llevó su mano al miembro de Kevin, rodeándolo y moviéndolo de arriba abajo, se deleito con las nuevas reacciones que conseguía ocasionarle al rubio, el pelinegro se llevó un dedo a los labios, lamiéndolo el mismo, para luego llevarlo a la entrada de Kev, comenzando lentamente a prepararlo, cuando la estrechez del rubio podía albergar tres dedos sin problemas, reemplazó estos por la punta de su goteante miembro, sin parar de masturbarle lentamente, no quería acelerar las cosas, deseaba disfrutar de ese delicioso rubio por todo el tiempo que pudiera, al menos esa noche.

 

Entró en el, maravillándose de la calidez y estrechez que el conducto rectal del menor le ofrecían, alojándose con cuidado y sin prisas en él. Entonces comenzaron la danza más antigua de la historia, la del amor, porque Ryoga Echizen estaba seguro de que ese chico era lo que tanto había estado esperando, y no se equivocaba.

 

Por desgracia, Ryoga había prometido viajar a Japón a la mañana siguiente, por lo que una vez saciada la pasión, se recostó junto al rubio y colocó una nota en la cama.

 Kevin: Estaré fuera por una semana, por favor, no te olvides de mi, espérame, se que te debo varias explicaciones, y te prometo dártelas a mi regreso. R. Echizen.   

Mientras tanto, en cierto club de tennis, el menor de los titulares estaba teniendo problemas para cambiarse de ropa, ya que usar el uniforme del club le traería problemas ese día en particular.

 

-Padre…- era lo único que podía decir, ya que al no haber querido dejarle a su padre la última ración de arroz hecho por su prima, este se había “vengado” pellizcándole el cuello y dejándole una marca que más bien parecía pasional, con la intención de que el castigo durase más que ese día, sabiendo que si su hijo tenía pareja, dicha marca le traería problemas.

 

-Ryoma, el entrenamiento está por empezar, debes cambiarte más rápi… - el capitán del equipo y novio de Echizen se quedo con la palabra en la boca, ya que sus ojos fueron directamente al cuello del menor, dándole la espalda en el acto y saliendo de los vestidores, siendo seguido por un apenado y ya vestido Ryoma.

 

-Hablaremos de esto luego de la práctica- habían sido las únicas palabras que le había dirigido Tezuka antes de hacerse con el mando del entrenamiento del día.

 

Esa tarde, tras un agotador entrenamiento, estaba claro para todos que el capitán estaba actuando raro, la pareja de oro del Seigaku caminaba con rumbo a sus respectivas casas, comentando la práctica del día.

 

-Oishi… ¿No crees que Tezuka está actuando raro?- dijo estirando los brazos, mientras iban rumbo a una sucursal de comida rápida, para comer algo antes de despedirse.

 

-Es obvio Eiji, estaba celoso porque el pequeño Ryoma lucía una linda marca en el cuello, y por la cara del capitán, estoy seguro de que no se la hizo el.

 

-Mmm no creo que el cachorrito le engañara, se ve demasiado tierno.

 

-Si hablas así de el me pondré celoso- dijo Oishi robándole un  beso, tras el cual se adentraron, no si que varias miradas curiosas se posaran sobre la singular pareja, que además de compartir los entrenamientos, compartían su vida juntos.

  

A la par que la pareja de ojo hablaba del consabido asunto, cierto tenista pelinegro caminaba con rumbo a su casa, a lado de su capitán y pareja, el silencio reinante estaba poniendo cada vez más nervioso a Ryoma, quien se sobre saltó al escuchar hablar a Tezuka.

 

-Dime como te hiciste esa marca…- había usado su voz fría, sin sentimientos, esa no era la voz que usaba con el.

 

-Fue mi padre, me pellizcó porque no le deje comer la última ración de arroz- dijo esperando que le creyera.

 

-Te creeré… te acompañe ayer a tu casa, pero por un momento pensé que te habías visto con alguien en la escuela, antes de los entrenamientos.

 

Se notaba, por su tono de voz, que Tezuka no estaba del todo conforme con la explicación del pelinegro, pero no deseaba ser tan desconfiado, cuando llegaron a la puerta de la casa del menor, encontraron a Nanjiro Echizen, quien sólo se rió.

 

-Lo que te sacas por no dejarme el último tazón de arroz- dijo, logrando sin saberlo, que el rubio capitán respirase más tranquilo.

 

-Echizen kun… espero me permita invitar a Ryoma a pasar la noche en mi casa-

 

-Claro, claro, pero tiene que regresar el domingo.

 

Ese viernes por la tarde, mientras dos personas decidían sus actos sin consultarle, no le quedó más remedio que subir por su maleta y meter lo necesario para pasar dos días en la residencia de Tezuka Kunimitzu, cuyos padres, convenientemente, se encontraban en un viaje de negocios.

 

-Este… perdone… capitán, pero… ¿Porque me invita a pasar dos noches en su casa?

 

Ryoma estaba todo rojo, además de que no entendía lo que le había pasado durante esa tarde, algo le decía que no iba precisamente a dormir en la casa de su novio.

 

-Es simple Ryoma, porque quiero hacer dos cosas, una es demostrarte cuanto te quiero y la otra es darte una probada de lo que pasaría si me engañaras con otra persona.

 

Llegaron pronto a la casa de Tezuka, quien invito a pasar al menor a su casa, Echizen entró, notando que no era muy distinta de su propia casa, se calzó las zapatillas de estar en casa y siguió a su novio a su cuarto, donde tenía preparados unos emparedados para cenar. Cenaron en silencio, mientras veían uno de sus últimos partidos, el cual había sido grabado por Inui, se trataba del partido que había mantenido Ryoma con Tezuka, sonrojándose el menor al recibir nuevos elogios por lo pronto que progresaba con su técnica.

 

En cuanto terminaron los emparedados y el refresco que tenían en el cuarto, Ryoma se dispuso a cambiarse de ropa.

 

Comenzaba a desvestirse, cuando sintió las manos de Tezuka sobre su cuerpo, sobre saltándose en el acto.

 

El rubio capitán, se posó sobre el y le besó apasionadamente, hablando luego sobre sus labios.

 

-Esperé durante mucho tiempo a poder tenerte así…

 

-Aahh… Tezuka… pensé que te enfadarías conmigo- el pequeño Ryoma se abrazó fuertemente del cuello de su capitán, sintiendo como sacaba el unas pequeñas cuerdas de debajo de la almohada.

 

-Jugaremos un poco- dijo por toda respuesta el rubio tenista, tomándole las muñecas y atándolas a la cabecera de la cama.

 

El pelinegro abrió mucho los ojos por la sorpresa, tensándose en un primer momento, tras el cual se dejó terminar de desvestir por su amante.

 

Tezuka disfrutó del rostro del menor al ser desnudado por sus hábiles manos, tras lo cual le ofreció un envidiable espectáculo al quitarse lenta y sensualmente la ropa, posándose de nueva cuenta sobre el y comenzando a acariciarle lentamente el pecho, para luego bajar entre besos y dedicarse a lamerle todo el abdomen.

 

Esto provocaba leves gemidos y temblores en el cuerpo del menor, en el cual no tardó en aparecer una erección que clamaba por ser atendida, a lo cual el rubio respondió rozándola con la punta de la lengua, logrando un jadeo ahogado por parte de su pareja.

 

Comenzó a lamerle toda la extensión de su masculinidad, introduciéndolo por completo en su boca para hacerle perder los sentidos.

 

A los pocos segundos, la boca del mayor estaba llena de la esencia del pelinegro, quien disfrutaba del dulce sopor post orgásmico, a la par que sentía un dedo intruso abrirse paso en su interior, se sentía extraño, resbaladizo, ya que el rubio lo había humedecido con lubricante, que convenientemente estaba escondido también debajo de la almohada.

 

Al primer dedo, le siguió un segundo y un tercero, el menor estaba desesperado por abrazar a su amado, pero las cuerdas que le sujetaban a la cabecera de la cama se lo impedían, Tezuka decidió torturarle un poco más, sacando sus dedos de el y esperando varios segundos antes de darle lo que con la mirada reprochante y deseosa le estaba pidiendo.

 

Se  besaron mientras el miembro del rubio tenista era cuidadosamente introducido en el estrecho canal de Ryoma, quien ahogó un gritito, pues pese a la preparación le dolía su conducto, por ser virgen.

 

Por eso Tezuka estaba siendo cuidadoso con el, sabía que era la primera vez que se entregaba y eso le hacía sentir especial, espero a que su niño se habituase a la intrusión, antes de comenzar a moverse a ritmo lento, pero profundo, sintiéndose desfallecer ambos al sentir el orgasmo conjunto, el cual llegó demasiado pronto para el gusto de ambos.

 

-Eres delicioso Ryoma –dijo el rubios sobre los labios de su amante, buscando a tientas un paño húmedo que también tenía preparado, limpiando el cuerpo de su amado y el suyo propio, para luego cobijarse y disfrutar de un sueño tranquilo, con la seguridad de saberse amados y necesarios.

Notas finales: Gracias por leer ^^

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).