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Halloween por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Espero les guste

Los personaje no me pertencen

Notas del capitulo:

Especial atrasado de Halloween para Almaschmetterling  

espero les guste

—Ya todos tienen su pelotita— anunció feliz Kise Ryōta  —Ábranlas.

 

—Pero que mierda esto.

 

—Eso si que no.

 

—Yo no tengo problemas.

 

—Me niego ¿Cómo fue que llegamos a esto?

 

—Fue culpa de tu novio, Midorima

 

—Tsk…

 

—A mí me gusta la idea.

 

—¡Dices eso porque te tocó un buen disfraz, Akashi! — daiki había leído el papel azul del pelirrojo.


—Esto será vergonzoso— murmuraron dos castaños.

 

Los demás varones inconformes comenzaron a reclamar hasta que Akashi Seijūrō intervino.

 

—Todos accedimos. Así que se callan. Kise, Takao ¿Qué sigue?

 

—Eso es todo, Akashichi. Será en mi casa  el día de Halloween a las 7 de la noche, no lo olviden. Si gustan llevar algún cambio de ropa para quedarse pueden hacerlo.

 

—¿Qué te tocó, Kise?— Yukio Kasamatsu cuestionó a su kohai ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué había accedido si se saltó las clases de la universidad?

 

—Secreto, S-e-m-p-a-i— susurró en el odio del pelinegro.  Yukio se apartó rápidamente sonrojado.

 

—¿Cómo fue que dijimos que sí?

 

—La entrenadora nos amenazó, Kagami-kun.

 

 

———— Una semana antes ————

 

Seirin.

 

Estaban en pleno entrenamiento cuando un hombre desconocido entró al gimnasio —¿Aida-san?

 

—Soy yo.

 

—Firme esto.

 

La castaña firmó y el hombre le entregó un sobre negro. Todos miraban a Riko y al sobre, y luego la vieron leer el contenido.

 

Terminó de leer la hoja naranja y sonrió —Oh…

 

—¿Qué pasa?— preguntó Kiyoshi Teppei aproximándose a ella.

 

—Todos venga. Tengo algo que decirles.

 

Los chicos obedecieron y se aproximaron.

 

—A continuación leeré algo que acaba de llegar— tomó la hoja y comenzó a leer:

 

Hola Seirin.

 

Quedan cordialmente invitados a la fiesta de Halloween,  que se llevará a cabo en mi casa. Los que acepten ir, los espero el sábado, a las 4 pm, en xxxxx. Allí daré más detalles.

 

Atte. Kise Ryōta y Takao Kazunari“

 

—¿Una fiesta de Halloween?

 

—Sí, es un mes.

 

—¿Iremos?— cuestionó Fukuda.

 

—Yo no puedo— Riko habló con pesadez.

 

—Estamos igual. Yo tengo que sacar a mi hermana a pedir dulces…

 

Algunos otros se unieron a ellos.

 

—¿Kuroko y tú?

 

—Pues no tengo nada planeado… y si no voy tendré que soportar a Kise-kun con sus berrinches.

 

—¿Bakagami?

 

—Sí va Kuroko, no tengo problemas en ir.

 

—¿Entonces…? — busco a quienes más  y hasta que lo noto escondiéndose —También vas Furi.

 

—Pero…

 

—Asistirás en nuestra representación. Ustedes tres irán y punto…

 

 

————— Shūtoku.

 

—No.

 

—Me niego.

 

—No soporto a los demás.

 

—Esos es para niños.

 

—¿Y tú Shin-chan?

 

—No.

 

—Por favor— rogó usando su rostro de perrito arrepentido.

 

—Está bien.

 

—¡Sí!

 

————— Tōō 

 

—Me niego.

 

—Aomine.

 

—No.

 

—Sakurai también va.

 

—…

 

—¿Sakurai verdad que asistirá a la fiesta?

 

El castaño detuvo el balón que estaba por lanzar —Sí. Se lo prometí a Takao-san y Kise-san.

 

Imayoshi sonrió al moreno.

 

—Vale. También voy…

 

————————— Yōsen

 

 

—Atsushi. Anda, vamos. Quiero ver a Taiga.

 

—No.

 

—Te daré muchos dulces.

 

—No...— murmuró dudoso.

 

—Los dulces y un postre.

 

—…¿Qué postre?

 

Se acercó lentamente a donde el pelo morado estaba sentado. Al llegar dejó clara sus intenciones mordiendo el lóbulo de la oreja derecha y con su pie acariciar la intimidad de su novio —Este postre~

 

—Bien. Vamos. Pero lo quiero ahora— jaló al pelinegro y lo sentó sobre su regazo.

 

—Espera Atsushi yo… Atsu aghhhh~

 

 

———————— Rakuzan

 

—Di que sí Sei-chan.

 

—No.

 

—Akashi. Di que sí. Anda. Es fin de semanas y al siguiente lo tenemos libre— hayama rogaba de rodillas.

 

—No.

 

—¿Pases para un mes de la cafetería?— extendió los pases VIP incluían postre ilimitado de fresas.

 

—No… — ¡fresas, fresas, fresas!

 

—La colección de libros #### y además va a estar… Seirin.

 

—¿Seirin? — cuestionaron los otros titulares.

 

—Bien. Espero la colección mañana y los pases ahora— extendió la mano a nebuya.

 

—Pero…— no quería entregarlos.

 

—Entrégale los pases cerdo.

 

—Tsk...

 

Sonrió victorioso con los pases en la mano ¿Una tarta o pastel? No, mejor fresas con crema… o una crepa de fresas.


—Perdimos a Sei-chan— murmuró Reo observando la sonrisa del pelirrojo mientras miraba los pases. Sabía cuándo amaba las fresas su amigo.

 

 

 

————————————

 

—¿Dónde voy a conseguir este estúpido disfraz?— reclamo Daiki ondeando el papelito azul.

 

—Los que les tocó el papel rojo quédense a lo último— dijo Ryōta sonriendo y miró a su ex capitán.

 

—Bien. Los demás conmigo— ordenó Seijūrō mientras sacaba su teléfono.

 

————

 

Vieron marcharse a varios detrás de Akashi y luego miraron al rubio —¿Tiene algún plan, Kise-san? Lo siento…

 

—Claro, Sakuraicchi. De hecho tengo los disfraces.

 

—¿Qué?

 

—Un amigo me los regalo. Sólo hay que cambiarles las medidas.

 

—Eso lo haré yo— Kazunari sonrió.

 

—Vamos. Iremos a mi casa— Ryōta empujo a todos los que quedaban.

 

Dudosos caminaron detrás del rubio.

 

—¿Kuroko-kun esto es seguro?

 

—No te preocupes, Furihata-kun.  De seguro Kise-kun ya tiene todo arreglado.

 

—Está bien.

 

Conforme caminaban Tetsuya notó algo extraño. Todos los que seguían al rubio eran donceles ¿Cómo le habían hecho Takao y Kise para que “casualmente” todos fuesen donceles?  ¿Qué estaban planeando?

 

—Aquí será la fiesta.

 

—Woohhh— era una gran casa moderna que sin duda dejaba ver por qué el rubio era uno de los varones más ricos de las pasarelas.

—Pasen. Dejé todo listo en una recámara de invitados, Takaocchi llévalos. Iré por unos refrigerios.

 

—Vamos — Kazunari guió a los demás a la habitación, abrió el guardarropa y comenzó a sacar los trajes.

 

—Kuro-chan ¿Qué disfraz es?

 

———

 

—Gracias Kise-san—  los castaño hicieron una reverencia al rubio.

 

Kōki estaba nervioso era demasiado para él. Tal vez un doncel cómo a Takao le quedaría a la perfección pero a él no.

 

—Recuerden, los espero aquí el día de la fiesta. Cómo voy a estar trabajando, los disfraces se los enviaré a su dirección.

 

—Gracias.

 

 

—————— Con Akashi.

 

Los varones salieron al fin de la tienda de disfraces. Fue agotador probarse disfraz tras disfraz hasta que al fin obtuvieron uno que les quedará bien.

 

—Lleguen puntual. Odio a los impuntuales— ordenó mientras balanceaba la bolsa del disfraz.

 

—Si Akashi-sama — lo obedecieron sin dudarlo, después de todo el pelirrojo pagó los disfraces.

 

Seijūrō observó a todos sonriendo.

 

 

————————————


Los días avanzaron lentamente.

Los entrenamientos y clases continuaron con normalidad.

 

El día de la fiesta llegó, y con ella un mensaje a los invitados: Será a las 8.

 

—Te queda muy bien Tetsuya.

 

—Gracias mamá.

 

—¡Te he dicho que me llames padre! …¿Llevas la ropa?

 

—Sí, mamá.

 

—…Cualquier cosa me avisas  — dijo mientras tomaba cientos de fotografías.

 

 

———————

—Me voy.

—Te vaya bien, Kazunari. Aun no estoy de acuerdo con ese disfraz.

 

—Papá, me hiciese ponerme un short más largo ¿aun así no estas feliz?

 

—Es que eres un doncel.

 

—¿Y eso qué? ¡Es una fiesta de disfraces!

 

—Está bien.

 

—Adiós— le dio un beso en la mejilla y abandono la casa para abordar un taxi que lo esperaba.

—¡Recuerda usar protección!

 

—¡Papá!

 

El taxista se rió por la cara avergonzada del doncel —Su padre tiene razón— dijo riendo.

 

Hizo un puchero y se cruzó de brazos ignorando al taxista.

 

————————


—¡No puede ir así!

 

—Cariño, tu hermano ya está en edad para vestir así.

 

—Pero…

 

—Nada de pero, se ve lindo.

 

—Está enseñando mucho.

 

—Es un pantalón. No exageres.

 

—¿Pantalón? Parece una segunda piel.

 

—Ya Kaito. Kōki ve que tú padre va a llevarte.

 

—Gracias— les beso las mejillas a su  madre y hermano.

 

—Mañana llegaremos hasta la noche.

 

—¿Por qué le dijo eso?

 

—¿No lo sabias? Kōki se quedará a dormir en casa de su amigo. Por eso lleva aquel bolso— le dijo adiós con la mano a su hijo y el auto arranco desapareciendo de la cuadra.

 

—¡¿Qué?!

 

—Ya Kaito.  ¿Tengo recordarte tu primera fiesta?


—N-No…

 

—————————————

—Te queda perfecto.

—Pero no me gusta, es muy…

 

—¿Revelador? — su hijo asintió —Te ves hermoso y ten por seguro que el varón que te gusta no te quitará la mirada.

 

Las mejillas del castaño se tornaron rojas —pe-pero..

 

—Anda. Toma tu bolso.

 

Tomo su bolso que contenía el cambio de ropa y salió a abordar el auto de su primo —Adiós.

 

—¡Usen protección! ¡Recuerda que soy muy joven para ser abuela!

—¡Mamá!

 

—Ya escuchaste a la tía.

 

—Medio vecindario lo escucho.

 

—Cierto— rió mientras encendía el auto y se ponía en marcha.

 

 

————————

—Estúpido Kise.

 

—Pero aun así lo amas.

 

—Cállate— farfulló a su hermano menor.


—Vamos. Solo no lo maltrates. Siempre que los veo están discutiendo. Nos vemos mañana.

 

—¿Discutiendo, eh? — Era cierto pero kise se lo merecía, siempre andaba sonriéndole a mujeres y donceles bellos… nunca se fijaría en él  —Estúpido Kise…

 

————————————————————


La fiesta estaba a todo su esplendor. Los colores negros y naranja predominaban en la casa junto con los murciélagos, calabazas y figuras de esqueletos.

—¿Por qué Kuroko no llega? —Taiga miraba atento la entrada y nada.

 

—Joder. Sí pierdo a Ryō, Imayoshi me asesinará. Lo peor es que no responde y ya son las 8 de la noche.

 

—Bakao tampoco llega. Takao-san dijo que ya venía.

 

—Posiblemente ya vienen.

 

—Murochin me dijo que me adelantará— murmuró comiendo un chocolate del montón que se había servido.

 

—Qué extraño que lleguen tarde. También falta Reo y no me responde.

 

—Akashi.

 

—¿Sí?

 

—Ese doncel… ¿Reo? ¿Estas con él?

 

—¿ja? Debes estar bromeando ¿Por qué estaría con él? — frunció el ceño.

 

—¿Por qué siempre se la pasa abrazándote y dice “Sei-chan” una y otra vez?

 

—Es novio de Kōtaro…

 

—¿Qué?

 

—Reo es novio de Kōtaro ¿No les había dicho?

 

—¡No!

 

—¿Entonces estas con la copia de Kuroko? —  Taiga apunto al joven vestido de fantasmas…

 

—¿Por qué estaría con un varón?

 

—¿Es varón?

 

—Sí.

 

—…Se ve tan delicado, creí que era doncel— daiki se rascó la cabeza  —¿Entonces quién te gusta?

 

—Eso no te importa— respondió cortante y se alejó.

 

—Así que le gusta alguien a la cereza.

 

—Shhh— daiki silenció a Taiga dándole golpe en las costillas.

El pelirrojo comenzó a reclamarle al peliazul hasta que todo quedo en silenció —¿Qué pasa…

 

Los donceles habían hecho su entrada. Los varones observaron a los donceles, quienes tenían la mejilla sonrojada por todas la mirada.

 

—¡Bienvenidos! — Ryōta corrió a los brazos del cabello celeste — Te ves fabuloso Kurokocchi —  Yukio frunció el ceño y se alejó de todos. Se dirigió a donde estaban las bebidas.

—Sé que eso es mentira— farfulló apartado al rubio. Niguo comenzó a ladrar.

—¿Verdad Kagamicchi que se ve lindo?

—S-Si— respondió desviando la mirada avergonzado. Kuroko vestía un short corto que le llegaba a medio muslo en color azul-verdoso y una corbata de moño en el mismo color, una camisa blanca con un chaleco sin mangas color morado y unas orejas y cola de gato negro —Se ve lindo.

Aquel ultimo murmuró llegó a los oídos oji celeste —Kagami-kun también se ve lindo.

—De-Deja de mirarme— dijo avergonzado. Pues le daba vergüenza su disfraz, le había tocado un lobo pero para él eso que vestía no era un disfraz de lobo. Vestía una camisa roja arremangada hasta los codos, una pañuelera naranja y un chaleco sin mangas negro. Una bermuda verde oscura, unos botines cafes y orejas y garras grises de lobo.

—pfff ¡¿Qué ese disfraz Shin-chan? — Kazunari al llegar a la casa de kise, antes de entrar, se quitó esa bermuda que su padre le había obligado a utilizar. Pero cuando entro comenzó a reírse  a carcajadas del disfraz del peli verde . Pues estaba envuelto en como una movía, aunque no todo, ya que dejaba al descubierto partes de la camisa negra que portaba, la mitad del pantalón  gris y unos botines negros. Y en su mano derecha llevaba una calabaza llena de dulces… su lucky ítems.

—¡ES UNA MOMIA! — gritó enfadado y sonrojado.

—pfff ajajajaj.

Miró enfadado al ojo de halcón pero esa mirada desapareció al verlo reír de esa manera adorable. Desvió la mirada al notar la penetrante mirada de Akashi… una mirada burlona; de seguro había estado mirando embobado al pelinegro  ¿Cómo no hacerlo? Si se veía adorable y algo sexi ese disfraz de diablito. El disfraz consistían en una playera negra de manga larga ajustada y guantes negros, un diminuto short blanco que dejaba ver sus parte de sus muslos y una medias negras con rojo que llegaban arriba de sus rodillas, unos botines negros  acompañada con una capa, cuernos y cola de diablo en color rojo y un tridente.

Daiki no podía apartar la mirada de Sakurai Ryō. Se veía muy sensual en esa yukata que dejaba ver su piel. Vale, a él le iban las mujeres de pechos grandes y siempre le irían, pero Ryō se había colado en sus pensamientos y sus deseos más profundos.

Ryō sintió una mirada penetrante sobre él; discretamente buscó al dueño de la mirada y vio que era Aomine ¿Por qué lo miraba así? ¿Se veía mal? Desvió la mirada avergonzado pero tampoco podía evitar no mirar al moreno ¡Se veía perfecto! Ese traje fue hecho solo para él, nadie más podía portarlo de esa manera tan sexi. El traje solo hacía que se notara el cuerpo marcado del moreno y contrastará perfectamente con él ¡Parecía un general de verdad!

—Murochin— Atsushi veía maravillado a su novio. Se veía increíble en ese disfraz de mago, incluía la capa naranja  y el sombrero negro con una mini calabaza de adorno.

—Toma Atsushi— le entregó una gran calabaza llena de dulce. Los que miraban aquella escena se preguntaban cómo demonios había cargado esa calabaza.

—Te quiero murochin.

El pelinegro se sonrojó y más al notar lo tierno que se miraba su novio. Atsushi vestía una camisa blanca de manga ¾  que quedaba cubierta gran parte por un overol naranja, unas medias negra con blanco, zapatos color café, una capa verde claro y un corro de calabaza.

Ryōta juraría que vio llegar a Kasamatsu-sempai con los demás pero lo había perdido en tan solo unos segundos. Comenzó a buscarlo por todo la casa hasta que lo encontró en el jardín mientras bebía una soda, y se lanzó a sus brazos —Sempai~

—Deja de molestar— le pateó.

—Eso dolió sempai— se frotó la cadera.

—Nadie te manda a que me abraces— dijo enfadado.

—¿Qué pasa sempai, por qué enfadado?

—No es de tu incumbencia— le dio la espalda al rubio.

—Ya veo…—  ¿Por qué actuaba así? ¿De verdad nunca se fijaría en él?

Volteó y vio que Kise se marchaba —Idiota… ¿Ahora me piensas dejar aquí solo?

Volteó y sonrió al pelinegro. Gracias a que Kasamatsu se había acercado a él, pudo observar lo bien que se miraba. Le había tocado su un disfraz de pirata: una camisa blanca arremangada hasta sus codos, un pantalón  negro y una cinta azul cielo amarada a su cintura y otra en la cabeza —Te vez increíble, sempai.

—Kise— farfulló avergonzado y más al ver lo guapo que se miraba el rubio en el disfraz de capitán. —También te ves bien…

Sonrió al ver aquella mirada avergonzada, se aproximó al pelinegro y lo beso.

¿Qué? ¿Kise lo estaba besando? Trató de empujarlo.

Sujetó la cabeza de su sempai al ver que se pretendía alejar. Sintió cómo el pelinegro se relajó en el beso y comenzó a corresponderle. Quería profundizar el beso pero no sabía cómo se lo tomaría su sempai.

—¿Por qué?— fue lo primero que salió de su boca al separarse.

—Porque amo a sempai.

—Mentira— retrocedió.

—¿Por qué mas lo haría?— se aproximaba mientras el pelinegro retrocedía.

—¡Porque tienes novia!

—¿Novia? Yo no tengo novia.

—¡No mientas! Te besaste con ella ¡Incluso entraron a un hotel!

—Oh eso. No fue nada— le restó importancia.

—Maldito imbécil.

—Escuchame sempai— lo sujetó de la mano y acorralo contra la pared —Estabamos grabando  un comercial para  ese hotel. Te juró que fue por eso sempai.

—Mentiroso.

—No estoy mintiendo— sin soltarlo busco su teléfono y le mostró el comercial.

El vídeo concordaba con más fotos de la revista —Esto...

—No miento. No tengo novia y tampoco novio. A mi me gusta sem... Me gustas Yukio Kasamatsu— quitó aquella actitud infantil que siempre utilizaba y se mostró cómo realmente era.

Se estremeció por el tono de voz y la mirada penetrante y sería. Sólo pocas ocasiones lo había visto así, cuando perdieron ante Tōō. No parecía el Kise Ryōta de siempre. Ese tono de voz y aquella mirada provocaron que se excitara —... ¿Es verdad?

—Jamas mentiría sobre mis sentimientos. Desde que conocí a sempai supe que era el único doncel para mi.

—Kise...— su corazón latía de manera rápida.

—¿Quiere ser mi novio?

—¡Más vale que no beses a otros! ¡Eres mío!— exclamó mientras jalaba de la capa al rubio para después capturar sus labios en un beso.

—Soy todo tuyo sempai~ — susurró en los labios del pelinegro, y esta vez fue él quien inició el beso.

————————

En el interior de la casa,  la fiesta estaba en todo su apogeo. Algunas parejas bailando y otros charlando. Pues no sólo estaba invitada la Kiseki no Sedai y las preparatorias, también otras amistades del rubio (modelos, maquillista, etc).

—¡Quítame esa bestia de encima!— gritó Taiga huyendo de Niguo.

—No hace nada— cargó a su mascota —Kagami-kun es un bebé.

—¡No soy un bebé!— sus mejillas se tornaron rojas por la vergüenza que ocasionaba aquellas risas de los desconocidos. Miró con el ceño fruncido a Kuroko y luego pasó a su lado golpeando su hombro.

—Kagami-kun...— murmuró y siguió al pelirrojo.

—————————————

—N-no…

—¿Pero por qué? Eres muy sexi y más en esta yukata ¿Acaso los varones que conoces están ciegos?

Ryō trataba de huir. El modelo Kana, pelinegro alto y guapo, lo tenía acorralado contra la pared e intentaba tocarlo —S-soy menor de edad. L-Lo siento.

—Mucho mejor.  Apuesto que no has debutado.

—¿Debutado? — miró confundido al pelinegro.

—No me importaría darte tu debut. Será una gran experiencia.

—¿Debutar como modelo? — comenzaba a impacientarse. La mirada de ese modelo le daba miedo.

— No exactamente— acercó su mano a la intimidad del castaño  y estaba a punto de tocarlo…

—Será mejor que te alejes sí no quieres perder la mano.

Una voz fiera y la mano lastimando sus huesos provoco que se alejara pero la mano morena no lo soltó.

—Aomine-san— murmuró ya más tranquilo.

—Espérame aquí Ryō — el castaño asintió nervioso —“Kana” y  yo tenemos que hablar….

————————

Avergonzado, salió de la casa y se dirigió al jardín. Antes ya había visitado la casa del anfitrión por lo que sabia donde se dirigía. El jardín trasero era muy amplio y contaba con unas bancas frente al mini lago.

—Kagami-kun.

—¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no me asustes así?!

—Lo siento…— dejó en el suelo a niguo y éste corrió a la orilla del mini lago para observar los peces.

—¿Qué quieres Kuroko? — farfullo enojado.

—No debí enojar a Kagami-kun.

—Pues parece que te diviertes usando.

—Lo siento sí parece eso.

—¡No lo parece, lo es!

—¡Claro qué no! — observó fijamente a su luz —Nunca es con esa intención. Nunca he querido burlarme de Kagami-kun.

—¿Entonces? — se levantó de la banca y enfrentó a su sombra.

—Yo… yo…

—¿Tú qué?

—Quiero a Kagami-kun.

—¿Ja? — no entendió que fue lo que dijo —¿Qué dijiste?

—¡Quiero a Kagami-kun! — gritó mientras sus mejillas se volvían rojas.

—¿Eh?

—I love you Kagami Taiga.

—¿Really?­— el pelo celeste asintió  y Taiga sonrió, acortó el espació entre ellos   —Yo también te quiero— musitó antes de besar a Kuroko.

Se aferró de la camisa del pelirrojo y respondió al beso… su primer beso.

Se separó de Kuroko y lo observó, sus mejillas estaban sonrojadas y mejillas húmedas, sus ojos brillaban intensamente —¿Quieres ser mi novio Kuroko?

—¡Sí! — esta vez fue él quien beso a su novio.

————————

Cuando regresó de  darle una pequeña lección de disciplina al modelo buscó a Ryō y lo encontró en el mismo lugar. Algunos se le quedaban mirando al castaño pues la yukata no dejaba mucho a la imaginación.

—¿Por qué te vestiste así?

—Aomine-san… yo— murmuró sin verlo —Fue el disfraz que me toco.

—Lo sé. Podías haber elegido otra Ryō.

—Kise-san me la consiguió. Lo- Lo siento.

— Eso explica mucho —soltó un suspiro exasperado.

—Lo siento— trató de cubrirse con la misma yukata pero solo provoco que se deslizara del lado izquierdo dejando al descubierto el pecho y su mostrara su pezón erecto. La suavidad de la tela había estado haciendo fricción con sus pezones y ambos estaban erguidos.

—Joder.

Nunca lo vio venir. Aomine lo había cargado y ahora se encontraba a boca abajo y mirando el piso, sentía la mano del moreno sobre sus muslos y a los demás invitados mirándolos —Ao-aomine-san ¿Qué hace?

—¡Cállate! — ordenó abofeteándole uno de los glúteos.

—Aghhh— se cubrió la boca avergonzado ¿Acaba de gemir?

Daiki conocía perficiente bien esa casa. Antes de que todos comenzaran a distanciarse en Teiko visitaban con frecuencia la casa del rubio ya que era la más cercana para todos, por ello la conocía.  Se dirigió a una de las habitaciones, abrió la puerta para después entrar y cerrarla con seguro. Llegó a la cama y aventó al castaño a la cama, dejando a Ryō Sakurai en una posición muy sugerente y con la yukata abierta.

—Aomine-san— se frotó su trasero —¿Por qué hizo eso?

—Es tu culpa— señalo al castaño.

—¿Mi culpa?

—¡Por estar de provocativo!

—Yo- yo no hice nada eso— frunció el ceño.

—¿Quieres verlo? — es castaño asintió —Bien— se aproximó al castaño, le sujeto una de sus manos y le mostró.

—Aomine-san— sus mejillas se tiñeron de rojo ¡Estaba tocando el pene de Aomine Daiki!... bueno, era sobre el pantalón ¡Pero lo toco y estaba duro!!

 —Esto tú lo provocaste ¡Ahora este responsable y se mío!

—¡¿Qué?! — retrocedió asustado.

—¡Joder Ryō! Llevo un año tras de ti y tú ni tan siquiera te responsabilizas!

—¿Qué? — ¿Detrás de él?

—Te amo Ryō ¿Tú me amas? — se aproximó peligrosamente al castaño para presionarlo contra la cama —¿Me amas?

—¿Pero y esas mujeres? ¿Qué no solo tiene ojos para esas voluptuosas mujeres? — evitó la mirada azul.

—Lo sé — obligó al castaño mirarlo —Lo sé pero te amo. Te amo Sakari Ryō ¿Tú me amas?

—Sí.

—Perfecto. Ahora somos novios ¡Eres mío y nadie más va a tocarte, solo yo!

Esa gran sonrisa provoco que se abrazara al pelo azul y lo besó, pero no era un simple beso. Daiki forzó su lengua en la cavidad bocal del castaño, subiendo la temperatura de sus cuerpos — Apenas estamos comenzados— agregó despojando de la yukata al castaño.

————————

—Detente atsushi.

—No quiero— siguió besando al pelinegro.

—Atsushi— golpeó la cabeza del peli morado.  Estaban en medio de la sala, y muchos invitados los miraban.

—Murochin— se frotó el lugar del golpe —¿Murochin no quiere que lo coma?

Sus mejillas se tornaron aún más rojas —Sí pero no aquí…

Atsushi sonrió y jaló el peligro.

————————

—Aghhh Shin-chan— gimió al sentir como era tocado.

—Takao— murmuró besándole la frente.

—Mghhh—mordió sus labios y se aferró a los hombros del peli verde.

—¿Se siente bien?

—Sí— jadeó mientras se aproximaba y besaba al peli verde. Había estado tratando de poner celoso a Midorima pero nada funcionaba, hasta que un actor se le acercó y estuvieron platicando. El pelo verde llegó y lo arrastro a esa habitación donde. Ahora Shin-chan era su novio —Tócame más shin-chan — le susurró en la oreja y le mordió el lóbulo.

—Takao…

————————

—¡Qué piel tan suave tienes!

—G-gracias — las mujeres le tocaban las mejillas.

—¿Qué usas para el cabello? — le pregunto otra acariciándole el cabello.

—Sham-shampoo y acondicionador de jazmín — murmuró avergonzado.

—¿Tienes novia?

Negó —Soy doncel— estaba algo mareado, la bebida que le había ofrecido le había hecho sentir mal.

—¿Entonces tienes novio?

—No.

—Nee ¿Te gusta alguien?

—No.

—Es una lástima, eres muy encantador— le dijo una de ellas — No me importaría que fueses mi novio.

—¿Qué dice? — se avergonzó. 

El castaño estaba tan nervioso que no noto la mirada de terror de las mujeres que lo rodeaban ni cuando alguien se detuvo detrás de él.

—Bueno… nosotras nos vamos— huyeron despavoridas.

—¡Qué divertidas! — Exclamó riendo pero se mareo y se detuvo del sillón. Sintió la pared y se apoyó de ella mientras cerraba los ojos… ¡Espera! Donde estaba no había pared. Abrió los ojos y, sin dejar de apoyarse, miró sobre sus hombre solo para encontrar una mirada roja —¡Lo siento! —Chilló aterrado pero se mareo.

—¿Estas bien? — sostuvo al castaño sujetándolo de la cintura y acercándole a él.

—Sí…

—No mientas. Ven— llevó al castaño a la cocina y le dio un vaso de agua.

—Gracias — colocó el vaso sobre la repisa.

—¿Cómo te sientes? — preguntó acariciándole la mejilla.

—Hace calor…

—Lo sé.

—Me gustó su disfraz Akashi-san — El pelirrojo estaba disfrazado de vampiro; un vampiro muy sensual.

—Y a mí el tuyo Furihata-kun — El pelirrojo sonrió, el castaño también estaba disfrazado de vampiro pero a diferencia  suya Furihata tenía puesto un corset negro de cuero hecho para donceles que resaltaba su cintura y el pantalón de cuero no dejaba nada a la imaginación, se le miraba perfecto. Juntó con unas pequeñas alas de murciélago en su espalda, haciéndolo ver sexi.

Las mejillas del castaño se tornaron rojas —No me queda bien. Quizás a un doncel como Takao-san le quedaría perfecto.

—Te vez hermoso.

—¿Qué dice? — se sonrojo y desvió la  mirada.

—¿Seguro está bien? — toco la frente del castaño.

—Hace calor— volvió repetir pero el ser tocado envió un escalofrío a su cuerpo.

—¿Bebiste algo?

—Un amigo de Kise-san me regalo una soda.

—Ven— obligó al castaño seguirlo y lo llevó a una habitación. Al entrar cerró con seguro y miró al castaño.

 Su respiración se había vuelto constante y rápida, removía sus piernas. Sentía un calor recorrer su anatomía —No sé qué me sucede.

—Yo sí sé ¿Me dejas ayudarte?

—Sí— decidió confiar en el pelirrojo.

—Bien. Gírate— ordenó.

 Después de que el castaño se giró comenzó a desatarle el corset para luego despojarlo de sus pantalones.

—¿Q-Qué hace? — cuestionó confundido  al ver que el pelirrojo comenzaba a desvestirse.

—Te haré sentir mejor.

—Pero…

—Sólo déjate llevar por la sensaciones — ordenó antes de besarlo  y comenzar a tocarlo.

—mgghhh— Esos ojos rojos le transmitían seguridad. Esos ojos rojos que lo habían enamorado lo hacían sentir especial.  —aghh Akashi.

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Al día siguiente la casa Kise estaba hecha un desastre.

Algunos de los invitados se habían quedado dormido en los sillones, sillas, suelo, jardín. Conforme amanecía fueron desapareciendo de la casa… pero solo algunos de ellos, otros están aún dormidos en las habitaciones.

———

Un pelinegro le costó trabajo despertar completamente.  Se sentó y notó que estaba en la habitación del rubio.  Kise y él habían estado vigilando a los invitados, pues rompieron varias cosas conforme avanzaba la noche ¡Incluso habían ingresado bebidas alcohólicas!

Intento levarse pero un peso extra sobre sus piernas no lo dejo, levanto las sábanas… Su novio estaba dormido abrazando su cadera. No pudo evitar sonrojarse, Kise se veía sexi todo despeinado y dormido. Le acarició el cabello rubio, siempre lo había querido tocar, era tan suave.

—yukiooo— murmuró el rubio sintiendo las caricias. Abrió los ojos y lo primero que vio fue el gran sonrojo que cubría las mejillas en su novio, sonrió —Buen día sempai.

¡Pum!

Ahora entendía por qué kise era un modelo —Bu-buenos días…

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—Murochin tengo hambre — zarandeó a su novio.

—hummm deja dormir Atsushi— le dio la espalda.

Atsushi frunció el ceño. Se arrodillo y mordió el glúteo a murochin.

—¡Atsushi!

—Tengo hambre.

—¡Bien! Iremos a desayunar.

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—¿Te duele mucho?

—Algo— su mejillas se tiñeron de rojo.

—Lo siento. No tuve cuidado— Daiki se avergónzo. No puede creer que no se contuviera.

—No se preocupe Aomine-san.

—Es Daiki…

—Daiki-san.

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—¿Estas bien?

—Sí. Algo adolorido— comentó mientras se estiraba —Fue mi culpa por querer jugar con Niguo.

—Al final ni entramos a la fiesta y nos quedamos dormidos aquí — taiga se estiró. Se habían quedado dormidos en el jardín en una muy mala posición.

—Achuu— Tetsuya se cubrió la nariz.

—Vamos. Le pediremos a Kise un baño y un té.

—Si.

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Shintarō acarició la espalda desnuda de Kazunari. Al fin eran novios… aunque hacerle el amor no lo tenía planeado de esa manera, sino una cena romántica cuando cumplieran un año o un poco más de tiempo pero no se arrepentía. Amaba al ojo de halcón, solo que a veces le costaba admitirlo abiertamente.

— Shin…— murmuró.

 

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Kōki despertó desorientado, quiso levantarse pero no pudo. Miró a su lado derecho  y lo vio, Akashi Seijūrō lo miraba intensamente ¿Cómo es que…? Los recuerdos golpearon su mente —Akashi— chillo y trato de huir.

—Kōki ¿Qué sucede?

—¡Me violo! — exclamó al borde del llanto.

—Sí alguien te escucha me encarcelan. No te viole.

—Pero a noche... — sus mejillas se tornaron rojas al recordar los besos y caricias.

—Anoche evite que “el amigo de  Kise-kun” te violara. Te dio a beber un afrodisiaco  y lo que tenías eran los efecto, y como te dije, solo te ayude. Bueno… me descontrole poco.  Pero no te viole  ni hubo penetración. Solo acaricie tu pene hasta que se…

—Waaa ya entendí— le cubrió la boca para que no terminara. 

Lamió la mano y Kōki lo soltó —Debo disculparme por ello. Al verte en ese estado no pude controlarme. En verdad lo siento. Quería pedirte ser mi novio y luego tocarte y…

—¿Ser su novio? — interrumpió al pelirrojo.

—Sí ¿Quieres ser mi novio? — preguntó nervioso —Entiendo si no quieres y ahora me odias y …— Kōki lo silenció callándolo con un beso.

—Sí. Si quiero ser novio de Akashi-kun— volvió a besarlo y al moverse notó algo muy importante —Kyaaaa— salió huyendo con la sábana para envolverse  pero gracias ello logro ver completamente desnudo al pelirrojo.

—No estés nervioso. Anoche vi todo de ti.

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—¿Qué fue eso? — ya estaban reunidos en la cocina listos para desayunar.

—Creó que fue Furi— taiga había dejado de cocinar.

—¿Cómo llegó a las habitaciones?

Todos se miraron y solo faltaba una persona — ¡Akashi!

Kazunari y Ryōta se miraron y sonrieron —Al fin.

 —¿Qué les parece un partido? Kise tiene una cancha— propuso Daiki ignorando

—Está bien— algunos aceptaron pero otros (Takao, Sakurai y Himuro) se negaron, solo les quedaba esperar por Akashi y Furihata.

Notas finales:

Muchas gracias por leer
Espero les haya gustado 

Ai


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