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Los idiotas se enamoran por LaylaRedfox

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3. Los idiotas lo deciden

—Como sabrán, en dos semanas ya estaremos partiendo a Tokyo al campamento de concentración en la escuela Shinzen — comenzó a decir el profesor Takeda —. Y como los de tercero y segundo saben, tienen que hacer firmar el permiso por sus padres o tutores.

Los muchachos, arrodillados frente a él y al entrenador asintieron todos al mismo tiempo.

—Y también sabrán que los exámenes finales empiezan en una semana — avisó Takeda con ojos cansados pero gesto firme.

Eso hizo que chicos de todos los grados se pusieran alerta.

El capitán y Yachi suspiraron con pesadez.

—Les podemos encargar la educación de esos 6 niños ¿no es así? — les preguntó Ukai a ambos.

—No hable de nosotros como si fuéramos mocosos, entrenador — se quejó Noya en tono herido.

Sin embargo Yacchan y Ennoshita asintieron. El capitán miró a Himura y a la manager nueva, Shitasawa.

—¿Podemos contar con ustedes también?

Ambos chicos de primero asintieron con ganas, parecían entusiasmados de ayudar al equipo, aunque solo fuera a través de la nivelación de Shiraiwa y Toyogawa.

—Es increíble que todos los estudiantes con menor rendimiento estén juntos en el equipo de volley — se burlaba Hamasaki de sus compañeros y de sus senpais.

—Detesto estar de acuerdo contigo — murmuró Tsuki por lo bajo, pero concordó en que era una buena broma para hacer.

Tsukishima odiaba a Hamasaki. Y Hamasaki odiaba a todos los senpai de segundo así que el odio se compensaba.

—Silencio Hamasaki — bramó Tanaka —. Hay chicos peores.

—Sí, claro — rio con altanería el chico de primero.

Himura, a su lado, le dio un golpe en la nuca.

—Haru, tú también vas a ayudar — le indicó su amigo.

—¡¿Qué?! ¿Por qué? ¡No quiero, Mizu-chan! — el nombre de pila de Hamasaki era Haruto, y el de Himura era Mizuki

—Parece buena idea — dijo Chikara —. Nosotros tres ayudaremos a Noya y a Tanaka — señaló con la cabeza a Kinoshita y a Narita —. Yacchan, Yamaguchi y Tsukishima ayudaran a Hinata y a Kageyama, y ustedes dos junto con Satomi-chan ayudaran a Toyogawa y a Shiraiwa.

Satomi era el nombre de Shitasawa, y ella junto a Mizuki asintieron enérgicamente de nuevo, mientras Haruto gruñía. Le dio una mirada enfadada al más alto de su grado.

—¡Rai, tú también ayudas! — le ordenó a Mizushima.

El aludido se encogía ante la mirada grave de su compañero.

—Está bien… — aceptó con voz nerviosa el más alto.

—Mizushima, que no tienes que aceptar todo lo que Bakahama te diga — le dijo Toyogawa, pensando que si los senpai se podían insultar entre ellos, él también lo podía hacer con el maldito de Hamasaki —. Y no es necesario que me ayuden, yo puedo estudiar bien por mi cuenta.

—Has estudiado bien por tu cuenta estos tres meses, y no te ha ido muy bien — dijo Haruto con una sonrisa torcida, ganándose una mirada hosca de Toyogawa.

—Nadie estudiara por su cuenta aquí — avisó Ukai de brazos cruzados —. Hinata me ha demostrado que no puedo confiarles algo como eso.

Casi todas las miradas se posaron sobre Shouyo, quien al lado de Kageyama se encogió con cierto temor entremezclado con desconcierto.

La primera parte del semestre dijo que iba a estudiar solo, pero fue peor, reprobó casi todo, y estuvo a nada de no poder participar en el intercolegial por bajo rendimiento, pero se salvó por los pelos. Ahí fue cuando se puso serio con los estudios. Igual, Hinata no entendía como Kageyama, quien recibió ayuda de Yacchan y Yamaguchi terminó en la misma situación que él, así que le resultaba igual si recibía tutoría por sus compañeros o no, pero si el entrenador se lo decía tenía que hacerlo y ya. De todos modos, Tokyo era Tokyo.

Ukai finalmente resopló con cansancio.

—Muy bien, que quede así — anunció dando una palmada —. Eso es todo por hoy, vayan a sus casas y descansen.

Recibió un ¡OSU! general de todos, después todos se pusieron de pie. Ukai le lanzó una mirada al combo raro, quienes se sobresaltaron un poco.

—Ustedes dos, y quien sea — dijo al aire eso ultimo —, no se queden hasta muy tarde.

Kageyama y Hinata se miraron. Luego miraron al otro par raro de su grado, quienes se sobresaltaron aún más. Tsukishima los miró como si de basura se tratara. Él sabía lo que querían. Querían el condenado celular, y querían revisar sus conversación, pero obviamente él no los iba a dejar, así que se dispuso a hacer una retirada estratégica en medio de la maraña de gente que se acumuló en la puerta -de verdad que eran demasiados en el equipo ya- y escapar de esos dos raros, pero quien se interpuso en su camino, para sorpresa de sus compañeros, fue nada más y nada menos que Yachi.

—Tomate un tiempo para ayudar a esos dos con ingles por favor — le pidió con las dos manos juntas, para sorpresa de Tsukishima —. Yo me quedaría, pero tengo que acompañar a Shitasawa a la parada del bus — lo miró con ojos brillantes —. Por favoooor.

Entonces Tsukishima pareció entrar en crisis. Por un lado estaba Yacchan pidiéndole eso de una forma tan adorable e infantil que ni él, lleno de toda la crueldad e ironía del mundo, podría rechazar, pero detrás de él estaban el combo raro, rodeados por un aura de impaciencia, y también estaba Yamaguchi, pero él tenía un aura asesina, por alguna razón.

O escapaba de esos dos y hacía llorar a Yacchan para ganarse el odio de Tadashi por una semana, o quedarse, y atenerse a las consecuencias.

Ni uno ni lo otro le parecía bonito. Nada le parecía bonito en ese instante.

—Está bien… — aceptó al final, de muy mala gana.

Así, se ganó la sonrisa de Yacchan, quien saltó de alegría y felicidad. Después de eso se despidió de los demás chicos, apretó los brazos de Tsukishima en señal de gracias y salió corriendo del gimnasio. Kei se quedó viendo cómo se iba, después se giró a ver a Tadashi, quien también era observado por la mirada neutra de Kageyama y la mirada risueña de Hinata. Nuevamente, Yamaguchi se había quedado embobado.

—Me debes esa reacción, te exijo un bollo de carne — le dijo Tsukishima despertando a su amigo de su trance.

Yamaguchi lo miró indignado.

—¡Ya es muy tarde para un bollo de carne!

—Hey, yo hice que le pidiera que se quedara y que generara esa reacción — señaló Hinata —. Así que me debes más — ladeó la cabeza un poco antes de gritar — ¡Rápido! ¡Sosténganlo!

Kageyama, quien solo actuaba por instinto, fue tras Tsukishima a la velocidad de la luz y lo sostuvo por un brazo y Yamaguchi, que solo reaccionó por sorpresa también lo hizo. Kei ni tuvo tiempo de darse cuenta de la situación, cuando Hinata ya estaba rebuscando en sus bolsillos, y encontró el bendito celular. Ahí fue cuando Tsukishima comenzó a forcejear para liberarse, pero las figuras semi musculosas de Kageyama y Yamaguchi podían con su largo cuerpo.

En eso, Hinata ya había desbloqueado y encontrado la bandeja de mensajes no leídos de Tsukishima.

—Ni siquiera lo has visto ¿eh? — dijo Hinata subiendo y bajando las cejas.

—¡No te atrevas!

Hinata levantó el dedo contra la pantalla. Kei agrandó los ojos.

—No lo harías...

—¿En serio no me crees capaz?

Tsukishima rechinó los dientes, intentando liberarse de sus amigos. Miró a Yamaguchi por lo bajo.

—¿En serio? ¿Vas a traicionarme así? — intentó sonar lo más indignado posible.

—¡No juegues con eso! Además yo también quiero saber — se excusó Yamaguchi.

Hinata acercó más el dedo al celular. Tsukishima se contrajo de furia.

—¡Déjate de bromas boke! — le instó Kageyama — ¡Esta no es una sesión de tortura! ¡Revisa esos malditos mensajes!

Finalmente Hinata presionó el dedo contra la pantalla.

Los mensajes se abrieron y leyó.

—“¿En serio? ¿Vas a dejarme así?” — leyó Hinata, intentando imitar la voz de Kuroo.

Kageyama y Yamaguchi lo miraron con ojos cansados, mientras Tsukishima se quedaba tieso donde estaba. Tobio, al tenerlo sujeto por el brazo, sentía como su cuerpo se tensaba, y dejaba de forcejear. De un momento a otro Tsukishima ya estaba cayendo al suelo, tomándose la cara entre las manos, soltando un quejido largo y lleno de frustración. Los otros tres se miraron sin miraron sin saber que hacer o que decir, y dejaron a Tsukishima ahí acuclillado en el suelo. Hinata puso cara de preocupación, Tadashi hacía gestos raros con las manos porque no sabía qué hacer, y Tobio se quedó parado ahí, viéndolo desde arriba. Supuso que algo en el mensaje que acababa de escuchar le sonaba mal, que no estaba bien, que seguramente sus conversaciones tenían un deje de burla e ironía, pero Kei debió escuchar ese mensaje como algo completamente opuesto. Para él seguramente Kuroo no sonaba herido, sino más serio que de costumbre. Y Kageyama lo sabía porque había leído gran parte de los mensajes, entonces podía deducir como debía ser un mensaje de Kuroo. Para confirmar, le quitó el celular a Hinata y leyó el mensaje por su cuenta. Y pues sí, se sentía diferente a como usualmente era.

Miró a Tsukishima de soslayo. A Tsukishima, que siempre estaba serio y confiado, y ahora estaba acurrucado en el suelo con la cabeza entre las manos. A Tsukishima que siempre tenía algo que responder, y ahora parecía haberse quedado sin palabras.

—Tsuki… — dijo Yamaguchi preocupado, con su mano sobre él, sin saber si tocarlo o no.

Porque parecía que si lo hiciera, él podría romperse.

¿Eso significaba estar enamorado, entonces? ¿Que si no sabías si era correcto o no, te frustrabas, gritabas y luego llorabas porque no sabías que hacer? A Kageyama no le quedaba claro eso. Siempre había pensado que enamorarse debía ser un sentimiento especial, algo que te hiciera sonreír y saltar hasta el cielo, como Hinata siempre hacía. Pero Hinata era así, no sabía si estaba enamorado de alguien o no, y tampoco se había puesto a pensar en eso, y por alguna razón no le gustaba pensar en eso.

Y volviendo con Tsukishima, no sabía que pensar. No sabía cómo actuaria alguien como él en su posición, así que solo le quedaba preguntar.

—Para empezar ¿Cuál es el problema con Kuroo-san? — dijo para romper el silencio.

Kei dio un pequeño respingo, pero no lo miró.

—¿Es por qué vive lejos? ¿Es por qué es mayor? — empezó a decir — ¿o es por qué son hombres?

Tsukishima pareció tensarse en el suelo, y Tadashi se preocupó más. Hinata solo observaba, y esperaba a que Kageyama dijera lo que tenga que decir.

—¿O solo tienes miedo? — dijo Kageyama ladeando la cabeza —. La verdad es que no lo entiendo bien.

Esta vez Tsukishima sí lo miró con rabia.

—¿Tú qué sabes? No se supone que debas esforzarte por entender algo — le recriminó poniéndose de pie — ¿Qué te interesa de todos modos?

—No solo a mí me interesa — hizo un gesto con la cabeza para señalar a los otros dos —. A todos nos interesa. Nos preocupa.

—¿A ti te preocupa? — cuestionó Tsukishima desconfiado.

Tobio asintió.

—Claro, tu rendimiento en el torneo se verá afectado si sigues así. Eso sería un problema.

Tanto Hinata, que se había mantenido callado escuchando todo, y Tadashi que tenía el corazón en un puño, se les salió el alma de la boca, casi cayendo de espaldas.’

—¡Kageyama!

—¡Maldito cerebro de pelota! — gritó Hinata exaltado — ¡Deja de pensar en el volley y piensa en nuestro amigo, cielos! ¡Parecía que ibas a decir algo interesante!

Tsukishima por su parte no sabía si gritarle a Kageyama también, o solo golpear su demacrado rostro.

—Lo digo porque — se excusó Kageyama antes de que alguien lo golpeara —, tú eres el pilar de todos al momento del bloqueo. Eres el líder de los bloqueadores en momentos decisivos, y tu mente siempre está centrada en eso. Eres un tipo aterrador cuando llega el momento pero si tu mente desvaría, caeremos todos.

Los otros se le quedaron viendo sorprendidos, más Hinata porque ya había escuchado esas palabras antes salir de la boca de Kageyama, pero él mismo había jurado que nunca se lo iba a decir de frente a Tsukishima. No, claro que no, la confianza que le tenía al más alto de los 4 se lo demostraba de otras maneras, y el hecho de que dijera todo eso sin vacilar, era porque de verdad apoyaba a Kei. Y Hinata también lo hacía.

—Mi vida personal no va a afectar mi rendimiento en el volley, Bakageyama — repuso Tsukishima un tanto molesto aun así.

—Eso no es completamente cierto — dijo Hinata, para darle un respaldo a Tobio —, Kuroo-san esta tanto dentro de tu vida personal como en el volley. ¿Cómo jugarías así de genial sino fuera por él?

Tsukishima chasqueó la lengua, mirando a otro lado.

Tobio le extendió la mano, con el teléfono celular en ella.

—No creas que solo pienso en el volley — le avisó —. Talvez el 99% del día piense solo en eso, pero en ese 99% están incluidos ustedes también.

Tadashi sonrió con algo de alivio, al igual que Hinata. Tsukishima lo vio de reojo, luego suspiró y tomó el celular. Lo encendió, y tecleó una respuesta para Kuroo. Los otros tres no perdieron tiempo y se acercaron a ver.

“Estaba en el entrenamiento”

—Podrías hacerlo mejor — comentó Hinata, con intención de que solo sea una crítica constructiva, pero Tsukishima, con el humor que tenía, se lo tomó a mal.

—Cállate — fue lo único que dijo aun así —. No puedo creer que este siendo aplacado por comentarios de dos tipos que ni saben que les gusta alguien.

La pareja rara esa inclinó la cabeza a un lado, confundidos.

—No seas malo con ellos, Tsuki… — le reprochó Yamaguchi.

—Te digo, que el único enamorado estúpidamente aparte de ti, es Yamaguchi — dijo Hinata con el ceño levemente fruncido. Luego de eso algo pareció hacer clic en su cabeza — ¡Tú deberías contar lo tuyo también!

Yamaguchi estaba a punto de decir algo, pero en eso, sonó el teléfono de Tsukishima. Parecía que ese celular soltaba pitidos solo para salvar a la gente de momentos inoportunos, pero en ese momento no fue un solo pitido, sino varios. Kei vio su teléfono con miedo.

Estaba recibiendo una llamada de Kuroo. Por primera vez en el día, todos entraron en pánico.

—¡Maldición! ¡Tenía que ser justo ahora!

—¡Contesta!

—¡Contesta!

—¡No voy a contestar con ustedes aquí!

—¡Cálmate! ¡Tienes que sonar cool y relajado!

—¡Nunca me he sentido menos cool y relajado en mi vida!

—¡VAYAAAAN A CASAAAA!

El cuarteto de primer año dio un salto al cielo, se giraron, y en la puerta estaban Ennoshita y Noya, pero ninguno de los dos había gritado, había sido Tanaka estaba montado en los pilares de afuera y asomaba su cabeza por la ventana.

.

.

.

Después de haber sido echados del gimnasio, y despedirse de sus senpais, Tsukishima se permitió soltar un pequeño grito de frustración. Talvez por el hecho de que no le gustaba recibir regaños por los de tercero, menos por Tanaka. O era porque no había alcanzado a responderle a Kuroo.

—Llámalo tú — opinó Hinata en ese momento.

—Entonces me preguntaría, porque razón motivo o circunstancia no le respondí en el momento justo después de mandarle un mensaje — explicó rápidamente con cara de pocos amigos —. Así de fisgón es él. Pero ya pasó…

—Si hablas con él, tienes que contar después — dijo Kageyama en tono serio.

—¡¿Por qué debería?!

—Tenemos derecho a saber — dijo Hinata —. No podremos ayudarte si no lo haces.

Tsukishima resopló con las manos en los bolsillos.

—Si quieren ayudar a alguien, que sea a Yamaguchi, él lo necesita mucho más que yo — señaló a Tadashi —. Entre ineptos seguro y se pueden ayudar.

—Hey.

—Y también, seguro que si escuchan su historia ustedes se iluminaran y sabrán que sienten — dijo tomando sus audífonos entre las manos —. Aunque es demasiado improbable, aun así. Como sea, nos vemos.

—¿Y tu bollo de carne? — le preguntó Yamaguchi mientras su amigo se iba y se colocaba los audífonos.

—Déjalo para mañana — dijo Tsukishima sin mirar atrás, pero haciendo un gesto con la mano en señal de despedida.

Hinata observó cómo se iba.

—¡Nosotros te apoyamos, Tsuki! — exclamó lo suficientemente alto para que Tsukishima lo escuchara por encima de los audífonos.

Y así lo hizo, poniendo cara de disgusto, sin embargo no se giró a verlo y solo movió la mano con más ganas, para que dejara de gritar. Lo último que necesitaba era que el entrenador saliera de su tienda que estaba a unos pasos de distancia para que los regañara también.

Entonces los otros tres vieron como Tsukishima se iba, y luego el combo raro miró a Tadashi de forma insistente. Este sintió que encogía ante su mirada, y lo único que pudo hacer después fue suspirar.

—Cielos, en verdad son molestos — se quejó rascándose la cabeza —. ¿Qué quieren saber?

Hinata sonrió y Kageyama pareció aliviado de que alguien accediera a contarle su situación y no dejarlo con la duda hasta el día siguiente para que haga teorías extrañas hasta la mañana siguiente. Lo bueno también era que podría dormir en paz.

—¿Desde cuándo te gusta, Yacchan? — preguntó Hinata.

Yamaguchi lo miró entrecerrando los ojos, pero no se sorprendía. Esos dos tenían las neuronas bien atrofiadas por el volleyball, que no podían darse cuenta de cosas que un adolescente normal debería notar. Y eso explicaba porque ninguno estaba al tanto de su propia situación.

—Supongo que… — comenzó diciendo Tadashi, rememorando —… desde que se llegó por primera vez al club.

—Amor a primera viste ¿eh? — dijo Hinata con los dedos índices en alto.

—No digo que haya sido amor de buenas a primeras, solo que me pareció… linda, eso — dijo mirando a otro lado, levemente avergonzado.

Los tres habían comenzado a caminar por la calle iluminada por los pocos faroles que había.

—Ella se presentó hecha un manojo de nervios, pero se veía… se veía… — las mejillas de Yamaguchi se habían vuelto como el color de los tomates, y parecía que se había quedado sin palabras que decir.

Kageyama ladeó la cabeza.

—Ahora que lo pienso bien, tú fuiste quien recomendó a Yachi para que nos ayudara a estudiar, aunque ella no se había unido al club todavía — señaló el más alto.

Yamaguchi se avergonzó más por eso.

—Incluso ya sabias su clase — dijo Hinata —. ¿Empezaste a acosarla o algo por el estilo?

—Voy a golpearte. Y claro que no. se lo pregunte a Kiyoko-senpai sin que nadie lo notara. Porque si lo hacían, Tanaka-san y Noya-san me habrían molestado tanto después de eso…

Hinata asintió, comprendiendo, mientras Kageyama solo los miraba en silencio.

—¿Y cuándo te comenzó a gustar de verdad? — preguntó Shouyo.

Yamaguchi respiró hondo.

—Después del juego contra Seijo el año pasado… ella se acercó a parte a felicitarme — contó —. Dijo claramente que estaba ya llorando de la emoción, y que se sentía conmovida. Yo por mi parte dije que no era la gran cosa, ustedes estaban destacando más que yo — les hizo un gesto con la cabeza y se encogió de hombros —. Y por alguna razón solo dije “solo hice lo que tenía que hacer”.

Se detuvieron en un pequeño parque cerca de allí, y se apoyaron en las cercas mientras Tadashi decía todo eso.

—Entonces ella dijo que eso me hacía más genial — siguió diciendo —, pero lo dijo con una emoción y sentimiento que no creí que alguien como yo pudiera hacer sentir. En serio, chicos, la vi y me sorprendí a mí mismo de que pudiera seguir caminando después de eso — admitió rascándose la mejilla —. Ya de por sí me sentía muy bien de por si por haber ganado, pero que ella dijera eso de mí se sintió mucho mejor. Y me di cuenta de que era porque me gustaba. Me gustaba mucho y fue por eso que sus palabras se oyeron tan bien.

Una sonrisa cálida había aparecido en la cara de Tadashi, y los otros dos solo podían observarlo en silencio.

—Aunque igual, al día siguiente eso desvaneció cuando tocó jugar contra Shiratorizawa — declaró suspirando —. Pero eso fue mi culpa. Ella intentó ayudarme también, pero los dos estábamos nerviosos por igual, así que la situación no mejoró mucho… y creo que le parecer demasiado nervioso ante ella empeoró la situación.

—Pero ganamos y fuimos a las nacionales — le animó Shouyo —. Y ahora estamos donde estamos, y es gracias a todos en el equipo. Tú eres tan genial como cualquiera.

Tadashi esbozó una sonrisa torcida.

—Es fácil para ti decirlo, Shouyo — suspiró Yamaguchi —. Tú siempre actúas genial y confiado. A veces te asustas pero te recompones al instante. Y qué decir de Kageyama. Yo por otra parte todavía soy un miedoso.

—Eso no es cierto — dijo Hinata, muy serio —. Es cierto que a veces la confianza te falta pero no quiere decir que no puedas ser genial a veces.

Yamaguchi no pareció muy convencido igual. Kageyama arqueó una ceja.

—¿Por eso te molestas cuando Yachi se fija más en este idiota? — preguntó de repente — ¿Por qué piensas que es más genial? Porque déjame decirte que no es cierto.

Hinata lo miró entre enojado y sorprendido, y luego miró a Tadashi un poco indignado. El otro se excusó con una risa nerviosa.

—Perdón por eso. Pero creo que deber ser eso… — confesó al cabo. Unió los dedos de sus manos y se les quedó viendo —… el deseo de ser una persona genial a quien la gente admire siempre ha cruzado por mi mente. He estado cerca de personas geniales todo el tiempo que ese deseo solo creció incontrolablemente pero… ahora solo pienso, que quiero ser genial para que Yachi en especial me vea. Siento que si alguien como ella, tan alegre y llena de vida que irradia luz por donde sea que va, me mira y admira, me sentiría capaz de hacer cualquier cosa.

Dijo todo eso de un tirón, y justo después se cubrió la cara, suspirando.

Hinata no pudo evitar sonreír conmovido. Luego le dio una ojeada a Kageyama, y parecía que hasta él tuvo cosas que pensar al respecto. Hinata se enderezó y llevo las manos a la cintura, levantando el mentón decididamente.

—Yamaguchi, no puedo perder contra ti en genialidad — anunció —. No puedo perder contra nadie del equipo en realidad.

—Ya pierdes contra Noya-san por mucho, Hinata — comentó Kageyama.

—¡Aprende a leer la situación, idiota! — le recriminó Shouyo a su armador, pero luego sacudió la cabeza y volvió a mirar a Yamaguchi —. He decidido que no voy a perder contra ti, pero también he decidido que quiero estar a la par contigo. Así que me encargaré de que consigas la confianza necesaria para gritar “¡Soy tan genial como cualquiera en este equipo, o más aun!”, y que Yachi pueda mirarte así como quieres.

Tadashi se le quedó viendo, sorprendido.

—Porque aunque no lo creas, varios lo hacemos ya — dijo Hinata con una sonrisa —. Pero te falta confianza para darte cuenta. Pero ya lo dije, te daré esa confianza ¡Cuenta con ello!

Se estaba poniendo derecho para aparentar que medía un poco más de lo que en realidad medía. Claro que era un esfuerzo inútil, no podía igualar a los gigantes que lo rodeaban en ese momento.

Tadashi, solo pudo reír. Después miró a Shouyo con ojos cansados, pero llenos de admiración.

—Dices eso pero suenas muy genial, Hinata — dijo casi riendo —. Pero gracias. Aunque no tengo idea de que vas a hacer.

—No, él no la tiene — dijo Kageyama encogiéndose de hombros —. Por esto tendré que ayudarle. Ya que he decidido lo mismo también.

Hinata frunció el ceño.

—Busca tus propios ideales, oe — le recriminó.

—Estoy muy seguro de que este no es el concepto apropiado para usar la palabra “ideales” — dijo Tobio arqueando una ceja, pero le restó importancia —. Además, me interesa saber cómo sería Yamaguchi jugando al 100% lleno de confianza.

—Solo te interesa el volley, al fin y al cabo — dijo Hinata entrecerrando los ojos, mientras Yamaguchi reía pero miraba a Kageyama como si le dijera “gracias” también.

—Que ustedes están dentro de ese ámbito, entiende — dijo Kageyama ladeando la cabeza. Luego, por cierto pensamiento fugaz, puso cara de desagrado —. Y eso incluye a Stingyshima(1) también.

Hinata agrandó los ojos.

—¿Habrá llamado a Kuroo-san, a las finales? — se preguntó a sí mismo.

—Que nos cuente mañana será difícil creo… — comentó Yamaguchi, y de repente se dio cuenta de algo —. Oigan ustedes, ya que les conté eso, ¿No se han dado cuenta de su situación también?

Hinata y Kageyama lo miraron parpadeantes. Se miraron, y de nuevo miraron a Yamaguchi.

—Sé que sonará idiota… — dijo uno.

—Pero… — dijo el otro.

—¿Nos puedes decir, por favor? — dijeron ambos al mismo tiempo.

Yamaguchi frunció el ceño con impaciencia.

—No puedo — dijo indignado —. Es demasiado obvio para que no se den cuenta ustedes mismos.

Los otros dos se miraron de nuevo, y luego volvieron a mirar a Tadashi de forma insistente. Este solo suspiró.

—Y se supone que nos van a ayudar… — murmuró para sí mismo —. Si para el inicio del torneo de primavera no se han dado cuenta, no sé qué les haré, en serio.

Los otros dos lo miraron con cara de pocos amigos, pero lo dejaron pasar.

Después de eso caminaron un poco más, inventado una mentira para contarle a Yachi, hablando sobre su ficticia clase de inglés con Tsukishima. Hinata confesó que había dicho eso en la mañana solo para dejarlos a ella y a Yamaguchi solos, cosa que a Tadashi no le parecía ni bueno ni malo. Al final cada quien se fue por donde debía, y por mientras, en otra parte y otra dirección del pueblo, estaba Tsukishima con el teléfono en la mano, sin saber qué hacer.

.

.

.

CONTINUARA

 

Notas finales:

(1) ¿Recuerdan cuando Hinata se quejó de Tsukishima diciéndole “Amargashima” o “Tacañoshima”? bueno, en inglés, Stingyshima es como suena xD y me pareció, no sé, que ponerlo así estaba bien y concordaba con el momento.

El capitulo salió re-largo, pero está bien ¿no? pensaba en cortarlo pero había donde xd y no soy tan cruel para cortarlo en una parte y dejaros con la duda, nonono :3

Nos vemos a la otra!

Layla Redfox fuera!

:3


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