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Los idiotas se enamoran por LaylaRedfox

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Notas del capitulo:

El capitulo más largo :D disfruten!

 

Los idiotas se enamoran

8. Los idiotas son sinceros

Hinata y Kuroo se miraron con alarma. Miraron al señor genio llamado Oikawa pero hasta él había entrado en shock. Sin embargo, quien salvó el día fue el tipo más inesperado.

—¡Para el súper entrenamiento que van a tener ahora mismo! — exclamó Bokuto —. No los hice llamar para que se sentaran y recibieran consejos. Va a ser la práctica más dura de sus vidas.

Tsukishima parpadeó.

—Ah, claro — respondió —. Llamaré a los demás, entonces.

Y tan rápido como entró, se fue.

Todos se tiraron sobre Bokuto.

—¡Bokuto!

—¡Boku-chan!

—¡Bokuto-san!

—¡KOOOU! — gritó Kuroo con ojos llorosos y brillantes — ¡Eres el hombre!

—¡Jaja! ¡Lo sé, lo sé! ¡Elógienme!

Y así lo hicieron. O bueno, Oikawa empezó a elogiar sus rápidos reflejos mientras Iwaizumi le palmeaba la espalda. Akaashi y Daichi solo reían. Kuroo aprovechó rápidamente para hablar con Hinata.

—Como decía ¿crees que puedas ablandarlo para cuando haga un movimiento? — le preguntó.

Hinata arqueó una ceja.

—¿Le dirá como se siente?

—Le diré todo.

A Shouyo eso le bastó.

—Tengo un aliado para esto, solo estaba esperando a que usted quisiera hacer algo también — dijo Hinata asintiendo —. Iba a ser difícil porque no lo veía, pero si me dice que solo tenemos que hablar con Tsukishima, puede dejarlo en mis manos.

Kuroo sonrió.

—Un aliado ¿eh? — dijo ladeando la cabeza —. Es ese armador chismoso tuyo ¿no es así?

Hinata rio con nerviosismo.

—Haré que se disculpe por leer lo que no debe — aseguró mientras asentía sin parar.

—No te preocupes por eso — le dijo Kuroo —, así me hacen las cosas más fáciles.

Hinata arqueó una ceja.

—Tú confía en mí y ya — aseguró Kuroo señalándose.

En ese momento llegaron Kawakami y Hamasaki y casi se matan contra el suelo.

—¡Gané! — exclamó Kawakami con pose de victoria.

—¿Qué eres? ¿Un niño de primaria? — cuestionó Hamasaki recobrando el aliento.

—Aunque tú estabas compitiendo con él desde un principio — comentó Toyogawa llegando después de eso, obteniendo una especie de gruñido departe de Hamasaki.

Después de eso llegaron todos los demás. Oikawa dio unas palmadas para llamar su atención.

—Muy bien, es momento de organizarnos — declaró con las manos en la cintura.

.

.

.

—Yachi-senpai ¿le gusta alguien?

A Noya y a Tanaka se le erizaron los pelos. Ennoshita formo una redonda ‘o’ con los labios. Mizushima se sonrojó de la vergüenza, Himura y Shiraiwa pusieron gesto interesado. Yamaguchi escupió y casi se muere. Kageyama solo esperó.

Los cuervos, a una distancia prudente, lograron escuchar la conversación de las managers durante el almuerzo.

Yacchan por su parte, enrojeció, y hasta pareció que salió humo por sus orejas. Miró a Shitasawa con alarma.

—¿P-p-p-por qué d-d-de repente p-preguntas? — temblaba como gelatina, y sus dientes castañeaban como si se muriera de frío.

Kageyama alcanzó a ver como Shitasawa lo miraba por encima de hombro.

—Es mera coincidencia, senpai — respondió con simpleza.

Yachi gimió cuando las demás managers parecieron querer integrarse a la conversación.

—Sí Yacchan — dijo la manager de segundo año de Fukurodani, Suzumeda —, a mí me da curiosidad.

—¿Pero no tienes novio? — comentó otra —, con lo linda que eres…

—¡S-Soy normal!

—Claro que no — una chica le tomó la mano —. Siente que suavecitas son ¿y por qué tiemblas? Es una charla de chicas y ya.

—Yachi-san debe ser muy popular entre los chicos — comentó la manager de Nekoma, Akimori Shizuki de primer año. Al parecer los de Nekoma eran unos completos inútiles sin los de tercero, así que tuvieron que conseguirse una Manager.

—Solo responde Yacchan — insistió la Manager de Fukurodani.

—N-No tengo interés por nadie en este momento…

—Ah, por el momento.

—¿Pero tienes algún tipo en mente?

—No he pensado mucho en eso… pero, creo que tendría que ser alto.

—¡Claro que debe ser alto! — comentó alguien.

—Los enanos no lo valen.

—También tiene que ser fuerte ¿a que sí Yachi?

—Ehh, no creo…

—Esperen, esperen — dijo la Manager nueva de Shinzen —, deberíamos dejar que lo piense.

Las chicas se callaron, pero miraron a Yachi esperando una respuesta. Ella sudó frio, y luego se puso a pensar.

—Mmm… creo que me gustaría alguien con quien sea fácil hablar… — comenzó diciendo mientras chocaba sus dedos índices —… alguien amable y… — pareció pensárselo bien —. Alguien con quien pudiera ser yo misma supongo.

—Eso es en personalidad — dijo Suzumeda —, pero ¿y aspecto?

—Dije que tiene que ser alto.

—¿Qué tan alto? — señaló Shitasawa.

Yachi se lo pensó.

—Bueno, siempre estoy rodeada de gigantes — dijo al cabo —, con tal de que no me sienta tan pequeña está bien, supongo.

—Alto y agradable — asintió una —. Que simple, ¡deberías pedir más!

—No creo que este bien ser tan exigente… — dijo Yachi con una sonrisa nerviosa.

Entonces comenzó una discusión exhaustiva, debatiendo que razones tenía Yachi para pedir un chico lindo o no. la interrogaron entonces por su familia, que hacían, que pensaba estudiar, donde, como le iba en la escuela. A base de todo eso supusieron que tenía que ser alguien inteligente y sensato, con los suficientes recursos para acompañarla a donde quisiera estudiar ella después. Ella les dijo que no, que no hacía falta ser tan extremos, pero ellas le cortaron, y le insistieron en que valía la pena ser un poco caprichosa y pensar en grande. No es como si Yachi buscara novio desesperadamente, pero por si surgía la oportunidad que al menos supiera que chico vale la pena y cual no. Obviamente Yachi no tenía maldad suficiente en su corazón para despreciar a algún chico, pero sí tenía sentido común, por lo que entonces podría diferenciarlos al menos.

Toda la charla de chicas se volvió un barullo que absorbió a todo el comedor, obviamente la conversación se salió de control y ya no solo se trataba de Hitoka, sino que cada una comenzó a contar cuál sería su tipo de chico, y los chicos estaban ahí, tomando nota de tanto en tanto para saber qué clase de sujeto era del agrado de las chicas.

Llegó un momento, en que todas las chicas estaban tan concentradas hablando de eso, que no se fijaron en que Shitasawa se giraba un poco sobre su silla y le hacia una señal a Kageyama, levantando los dos dedos pulgares. Él le devolvió el gesto, bajo la mirada alterada de sus compañeros de equipo.

Ya no se había separado por grado al parecer, los últimos partidos habían creado una enemistad temporal, y nadie quería hablarse con nadie que no pertenezca a su mismo equipo.

Así que los cuervos, todos reunidos, miraron a Kageyama sin comprender nada. Este, por su parte, miró a Yamaguchi a su lado.

—Alto, inteligente y agradable eres — dijo como si nada —, ahora tiene que ser fácil hablar contigo y ya.

—¡¿Qué se supone que significa eso?! — preguntó Yamaguchi, sonrojado y alterado.

Tanaka rio.

—¿Qué? ¿Todo eso fue para sonsacarle información indirecta a Yachi? — preguntó arqueando una ceja, divertido por lo que pasó — ¿Cómo lograste que Sawa-chan te hiciera el favor, de todos modos?

—¿Cómo sabes tú el significado de sonsacar, de todos modos? — inquirió el capitán.

—No es que sea un experto en el tema, pero sé que las chicas comienzan una conversación de ese tipo con un pequeño incentivo — explicó Kageyama —, así que solo le pedí a Shitasawa si podía preguntar eso y ya, y las chicas harían los demás sin que ella dijera otra cosa. Creo que sabía lo que tenía en mente, y no era nada del otro mundo así que no se negó.

Los demás parpadearon.

—¿Por qué no tienes esa clase de razonamiento con tus estudios, Kageyama? — dijo Ennoshita con tono cansado.

—Porque es una situación crítica — respondió Kageyama muy serio.

—¿Situación crítica?

—Casi faltar al campamento de concentración me parece una situación más crítica, Kageyama-senpai — señaló Himura.

Tanaka tosió.

—¿Te das cuenta, de que si quieres hacer de casamentera, puedes haber venido con nosotros, tus Senpais? — cuchicheó Tanaka —. Podemos ayudarte si se trata del tema amoroso de Yamaguchi.

El nombrado palideció.

—No, por favor, no hace falta — dijo él haciendo un gesto con la mano.

—De hecho… — dijo Kageyama.

—¡No les des alas!* — le recriminó Yamaguchi, histérico.

Noya sonrió con malicia.

—¿Qué tienes en mente, Kageyama? — preguntó — ¿o quieres opiniones? Todos estamos desesperado con la situación de Yamaguchi.

—¡¿AH?!

—Chico, te la comes con la mirada desde inicio de año — dijo Tanaka —, sino hacemos algo con respecto a eso morirás de hambre.

—¿Qué acaso es buena idea que se la coma después? — inquirió Michio —, es decir, si sabe de qué ‘comer’ hablo.

La cara de Yamaguchi casi explota por lo roja que se puso.

—¡Y-yo no…!

—¡Yayaya, suficiente blablá! — le calló Noya —. Kageyama, di que quieres.

—Que Yamaguchi actúe genial — respondió automáticamente.

—¿Eh?

—Yamaguchi-senpai es un poco genial — comentó Himura.

—Puede mostrar su genialidad durante el torneo — sugirió Kinoshita.

—Mucho tiempo — dijo Kageyama —, tiene que ser antes.

—¿Por qué?

Kageyama se encogió de hombros.

—Temas sin importancia. No como lo de Yamaguchi.

—Explica el hecho de que quieras que se vea genial — pidió Ennoshita.

—Bueno, que se vea genial es una forma de decirlo — respondió Tobio —. Se podría decir también que confíe más en sí mismo.

Yamaguchi lo sopesó.

—¿Pensar en lo lindo que sería que Yacchan sea tu novia no te da motivación suficiente para que creas en ti mismo? — preguntó Noya con una sonrisa torcida.

Tadashi dio un respingo.

—No pierdes nada diciendo cómo te sientes, creo yo — siguió hablando Noya.

—Salvo el hecho de que te rechace y se pasen el resto de sus dos años de preparatoria en silencios y momentos incomodos — dijo Tanaka como quien no quiere la cosa.

Todos lo miraron con el ceño fruncido, como si hubiera dicho una atrocidad. Yamaguchi sudó frio.

—No le hagas caso a quien ya ha sido rechazado Yama — dijo Kinoshita.

—¡OYE!

—Indirectamente, claro, pero rechazo fue rechazo — recalcó Ennoshita.

—Gracias por recordármelo — dijo Tanaka con una falsa sonrisa, para luego estampar su cara contra la mesa.

Los demás lo miraron con ojos cansados.

Yamaguchi tamborileó sus dedos sobre la mesa.

—De hecho… — dijo llamando la atención de los demás —. Kageyama ¿te quería pedir un favor?

Él lo miró expectante.

Yamaguchi se rascó la nuca.

—¿Me enseñas el servicio con salto?

.

.

.

Se la pasaron como dos horas jugando, almorzaron, le vaciaron la billetera a Oikawa y a Daichi, y luego volvieron a jugar. Kuroo solo podía resoplar y decir que los jóvenes de hoy en día tienen mucha energía.

—Que hables como un viejo me hace sentir más viejo — le dijo Iwaizumi —, así que para.

Kuroo lo ignoraba y ya, entonces a Iwaizumi le daban pequeñas ganas de golpearlo, pero no lo hacía porque no valía la pena. Quien quería golpearlo realmente era Oikawa. Sus propios kouhais ni caso que le hacían y solo le preguntaban a Kuroo dudas sobre su bloqueo. Hasta Kyoutani, que sentía las malas vibras a kilómetros de distancia se había aventurado a preguntarle algo. Oikawa no aguantaba, quería golpear a Kuroo en esa sonrisa cínica suya que tenía. No estaba ahí para ver como los chicos que él mismo había invitado iban a pedir consejo a otro, aunque solo fuera ese chico de primer año que ni conocía y el insoportable e indomable de Kyoutani. Kindaichi seguro le hubiera preguntado algo, y Yahaba también, pero ninguno estaba jugando, habían perdido en el Yan-ken-po y habían quedado fuera al momento de formar equipos, esperando a que alguien se cansara y entrar así después. Pero los de primero y segundo parecían tener resistencia infinita. Solo Lev parecía estar a punto de ceder, pero aguantaba porque era terco y obstinado.

Al menos a Bokuto sí le preguntaban cosas, aunque solo fuera Miyakita, emocionado por estar hablando con la antigua estrella de su escuela. Hamasaki le preguntaba una que otra cosa, porque no quería parecer muy ansioso, aunque en el fondo disfrutaba jugar con estudiantes de elite realmente fuertes. Y luego estaba Hinata, que estaba recluido al lado de Kindaichi, viéndolos jugar. Se maldijo por la mala suerte de haber pedido, y también maldijo su sentimiento de querer ser buena persona y dejar a Tsukishima jugar.

Si bien podían haber cambiado lugares, y Kei habría estado más que de acuerdo en sentarse a mirar, Hinata quería que juegue al lado de Bokuto y Akaashi. Obviamente le dolía ver como todo el grupo que solía jugar el año pasado durante la concentración en el tercer gimnasio estaba jugando ahora, pero estaba ese estúpido sentimiento de querer hacer su buena acción del día, así que se conformó con observar.

Pero existe el buen karma, y Toyogawa, que tiene poca resistencia. Sabe que tiene que mejorar eso. Hinata sabe que tiene que mejorar eso, pero no puede evitar sonreír como idiota al aceptar tomar su lugar.

Ahora todo el grupo del tercer gimnasio está reunido, claro que ahora los búhos están al lado de los cuervos, jugando contra los gatos, acompañados de… ¿plantas? Como sea, Hinata estaba emocionadísimo, más cuando Akaashi le pasó el balón y logró pasar a través del bloqueo de Kawakami y Lev. Lev había mejorado su bloqueo, pero el chico de primero de Seijo, a pesar de que pedía consejos a cada instante, era un poco relajado aun así.

Sin embargo, la rotación cambió, y Kuroo pasó a estar al frente de nuevo. Miyakita y Hamasaki sudaron frio. Bokuto rio ante esa reacción, pero no los culpaba.

—No desesperen, y vean como lo hace esa gran estrella — les dijo con una sonrisa orgullosa.

—No hables más de la cuenta, Boku-chan — comentó Oikawa al otro lado de la cancha —. Yo estoy parado aquí.

—¡Es precisamente por eso que lo digo, Oikawa-kun!

En ese momento a Hoshimoto le tocaba servir, y apuntó a Akaashi, pero Hamasaki lo leyó muy bien e interceptó el balón. Hinata, desde fuera de la cancha, se había dado cuenta de que Hoshimoto apuntaba al armador para que les fuera más complejo hacer una colocación decente. Sin embargo, Haruto se había dado cuenta de ello también, y logró pasársela a Akaashi.

—¡A mí! — gritaron Bokuto, Hinata y Miyakita al mismo tiempo.

Akaashi frunció los labios. Era como un ataque sincronizado. Ver tres años al Shinzen realizando esa jugada debía servir para algo.

Kawakami y Lev saltaron, justo cuando Hinata también lo hizo, pero el balón no fue para él. Ni para Bokuto que estaba saltando en ese preciso instante, y la ilusión de rematar el balón desapareció de sus ojos al ver como Miyakita remataba desde la parte de atrás. Kyoutani logró ir por el balón y lo interceptó apenas, y volvió al otro lado de la cancha.

—¡Ahora sí pásamelo a mí! — replicó Bokuto.

Kuroo rio, y llamó a los otros dos bloqueadores y se juntaron en el lado izquierdo de la cancha. Bokuto saltó y Akaashi se lo pasó, porque conocía a Bokuto, y sabía lo que quería hacer. Kawakami fue el que estaba más cerca de Bokuto en ese preciso instante, y con su 1.80 irradiaba poder, pero no era nada diferente a lo que Bokuto haya visto en el pasado.

—¡En serio, porque los chicos ahora son tan altos! — exclamó, antes de girar su brazo y lanzar el balón a un lado, evitando el bloqueo por completo, realizando un corte perfecto.

Hinata, Hamasaki y Miyakita gritaron de emoción. Akaashi medio que sonrió y Tsukishima resopló.

Oikawa vio la pelota rodar por el suelo.

—¡Yo también estoy pareado aquí, Oikawa! — exclamó Bokuto, girando el brazo y apretando su hombro.

El aludido resopló.

—Ríe mientras puedas, idiota — dijo pasándole el balón a Miyakita, a quien le tocaba servir —. Solo cuida tu hombro, maldita sea.

—Sí, sí~ — canturreó Bokuto, feliz.

Hamasaki esbozó una sonrisa divertida.

—Bokuto-san es increíble — le susurró a Hinata antes de que volvieran a sus posiciones.

—¿Verdad que sí? Considérate afortunado de verlo de cerca. Yo tuve la gran suerte de jugar y practicar con él muchas veces el año pasado — le contó.

—Algo así me ha comentado Noya-san — dijo a la vez el de primer año.

Miyakita hizo un servicio de salto, que para sorpresa de muchos, consiguió llegarle a Oikawa, quien no tuvo otra opción más que recibirla, pero se la pasó a Kyoutani lo suficientemente alto para que lograra hacer un remate fuerte. Pero eso pasó en una fracción de segundo, y todos habían pensado que Oikawa se la pasaría a alguien más para luego hacer una colocación buena, pero se arriesgó y se la mandó a Kyoken-chan. Sin embargo, Tsukishima, quien había desarrollado una concentración que superaba a la de Kageyama, y Bokuto, quien ya conocía más o menos bien las mañas de Oikawa, se las arreglaron para ir al mismo lado por donde estaba saltando Kyoutani.

—Cuide el recto — le susurró el más alto al ace universitario.

Hinata, desde un lado de ahí, vio claramente como el remate de Kyoutani hubiera sido bloqueado perfectamente por Tsukishima, pero la estrella del Seijo había hecho una finta, y el baló apenas tocó sus dedos para pasar a un costado de Tsukishima. Hinata estaba dispuesto a ir a salvar el balón, a su lado, notó que Hamasaki y Miyakita iban a hacer lo mismo. Sin embargo, ninguno notó que el balón se había alejado lo suficiente del cuerpo de Tsukishima para que este extendiera su brazo y lanzara el balón hacia arriba. Akaashi lo vio elevarse en aire. Y Tsukishima, quien se había lanzado prácticamente al balón desde donde estaba y había caído al suelo, se levantó en un abrir y cerrar de ojos y le pidió que lo pasara.

Nadie del otro equipo se esperó eso. Nadie se esperó que Tsukishima diera tres pasos atrás para tomar impulso y saltar hacia arriba. Salvo Kuroo, quien se le puso adelante con los brazos al frente, pero Tsukishima vio una abertura al costado de la cancha, y dio un remate directo que impactó contra el suelo, que ni Kyoutani tirándose al suelo rápidamente pudo alcanzar.

—¡Un recto! — exclamó Iwaizumi al lado de un sorprendido Daichi.

—¡¿Ves que practicar duro sí sirve, Tsukishima?! — exclamó Hinata emocionado e impactado, al igual que los demás del equipo.

Tsukishima intentaba recuperar el aire, y Kuroo, delante suyo, observaba el balón alejarse. Miró al chico de lentes con los brazos en la cintura.

—No te recordaba tan enérgico, Tsuki — dijo con una sonrisa torcida.

Tsukishima rio con sorna.

—Bueno, he pensado que vale la pena seguir insistiendo y luchar un poco más, supongo — dijo relajando los hombros —. Talvez me estoy volviendo un idiota del volley también.

Kuroo rio también, mientras se iba a buscar el balón y pasárselo a Miyakita para que sirviera.

Hinata miró a Tsukishima sonriendo.

Ese tipo podía ser amargado, podía ser mandón. Pero tenía más espíritu del que aparentaba.

Miyakita se paró en el extremo de la cancha con el balón en las manos y respiró hondo. Se fijó en la puntuación. Su equipo ya tenía el punto de partido, una más y ganarían el set.

Levantó la vista hacia los demás.

—¿Vamos a seguir jugando después de anotar, verdad? — preguntó alto, para que lo escucharan.

Bokuto y Akaashi se giraron a verlo con una sonrisa en sus rostros. Oikawa soltó un grito de indignación.

—¡Suenas como si fueras a anotar de una vez, mocoso! — exclamó enfadado — ¡Ni lo sueñes!

Bokuto rio aún más.

—¡Ve por ese punto!

—¡Ven con todo, Miya! — exclamó Hoshimoto exactamente al otro lado de la cancha.

El nombrado sonrió, con el balón a la altura de la cara. Lo lanzó al aire y empezó a correr, y luego saltó. El balón resonó en la palma de su mano y voló al otro lado de la cancha, justo al borde. Cualquiera lo hubiera tomado por fuera, pero Kuroo no. Kuroo vio que llegaría justo delante de la línea, así que se lanzó al piso y con el puño levantó el balón de nuevo al aire.

—¡Vamooooos!

Los que estaban fuera del partido se quedaron asombrados, Toyogawa y Kindaichi más que nadie.

—¡¿No que era bloqueador central?! — exclamó Toyogawa confundido.

Iwaizumi y Daichi rieron, con un deje de orgullo en sus expresiones.

Oikawa corrió hasta estar debajo del balón.

—¡León-kun, este es tuyo! — avisó.

El balón llegó sobre Lev, al mismo tiempo que el bloqueo de Hinata y Tsukishima, pero el balón se quedó más arriba de lo planeado, y los saltos de Lev eran enormes. Ya había rematado el balón cuando cayó en la cuenta de algo.

—Espera ¡¿León?! — exclamó consternado.

—¡Atento Lev! — le avisó Kuroo volviendo al frente, justo cuando al otro lado de la red Bokuto interceptaba su remate a duras penas.

El ángulo había sido tan agudo que tuvo que irse de espaldas para elevar el balón en el aire.

—¡Akaashi!

—¡Akaashi-san a mí! — exclamó Hamasaki de pronto.

Hinata y Tsukishima lo miraron sorprendidos, al ver como el chico se iba a su lado de la red y tomaba vuelo. Akaashi le pasó el balón, pero se preocupó al ver el muro delante del chico cuervo de primer año. Kawakami rio con malicia, haciendo que Hamasaki gruñera de vuelta.

—¡No te rías tanto — exclamó golpeando el balón, que rebotó en los brazos del mismo Kawakami y volvió al aire, hacia donde estaba Tsukishima —, idiota!

Kawakami y Lev gritaron alterados, mientras Kuroo chasqueaba la lengua.

Miyaki y Hoshimoto abrieron los ojos como platos.

—¿Desde cuándo sabe hacer rebotes tan buenos? — se preguntó Hinata, en voz baja.

—¡Tsukishima-senpai, uno más! — avisó Hamasaki volviendo a tomar impulso y corriendo hacia la red.

Tsukishima resopló, pero le colocó el balón aun así.

—¡Ahora no pasaras! — exclamó Kawakami antes de volver a saltar.

Pero no se había fijado en que Hoshimoto había llegado a su lado también, dispuesto a bloquear a Hamasaki. Sin embargo, a diferencia de Kawakami, Ryohei desprendía un aura de batalla que imponía presión para cualquiera que lo mirara. Por eso fue que se retrasó y no saltó a tiempo. Al final quienes cruzaron miradas por la fracción de segundo fueron Haruto y Ryohei.

Hamasaki también la sentía, esa presión peligrosa, y los ojos de Hoshimoto irradiaban emoción y poder. Pero a Hamasaki le gustaba arruinar el ambiente. Así que relajó el brazo y rosó el balón con la punta de los dedos.

—¡MALDITO MOCOSO! — gritaron Kuroo y Oikawa al mismo tiempo, lanzándose contra el balón que ya había tocado el suelo.

El lugar quedó en silencio.

Kuroo y Oikawa, tirados en suelo, miraron a Hamasaki desde ahí. El chico de primero alzó el mentón y les mostró una sonrisa torcida. A ambos universitarios se les marcó la vena de la frente.

No pasó ni un segundo para que Bokuto y Miyakita le saltaran encima. Hinata estaba explotando de envidia por ver a su kouhai ser tan genial. Akaashi lo felicitó con un golpe en la espalda, y Tsukishima, a duras penas, le dio un golpecito en el hombro.

Kyoutani reprendió a Kawakami por ser tan impulsivo, y aunque él se disculpó, acusó a su senpai de ser igual que él. Sin embargo lo elogió un poco por su intento, y a Lev también. Oikawa aceptó la derrota, pero no dejaba de molestarle la mirada de superioridad que le mostraba Bokuto.

Tanto fue el barullo que formó el equipo ganador que no se dieron cuenta de cuando un balón fue lanzado hacia Hamasaki, salvo el mismo Hamasaki, quien lo detuvo con ambas manos y lo sostuvo frente a su cara. Todos miraron el balón, y luego se giraron a ver a Hoshimoto, quien fue el que lanzó el balón.

—Hey… — comenzó diciendo Bokuto pero Lev lo cortó.

Hoshimoto señaló a Hamasaki.

—Un año — dijo con expresión seria pero llena de emoción a la vez —. En un año nos enfrentaremos en las nacionales, así que prepárate.

Haruto y sus compañeros parpadearon.

—¡Me gusta jugar contra chicos fuertes de mi edad! — exclamó sonriendo —. Así que lo he decidido. Estrella contra estrella, ¡yo te venceré en el escenario nacional!

Haruto se le quedó viendo sorprendido. Los mayores de igual manera. Los de Seijo lo miraron arqueando una ceja o entrecerrando los ojos. Hinata y Miyakita lo miraban sin saber que decir. Akaashi, Toyogawa y Tsukishima esperaban en silencio. Lev era el único que sonreía. Pero al cabo de nada, Hamasaki también sonrió, haciendo que Hoshimoto ensanchara la sonrisa que ya tenía.

—Si así lo quieres, pues ¡bien! — aceptó devolviéndole el balón que le había lanzado —. Pero debes saber, que el vencedor ¡seré yo! — se señaló a sí mismo con una mirada llena de determinación, pero luego cayó en la cuenta de algo — ¿eh? ¿Pero por qué de aquí a un año?

—Ah, no puede ser este año porque todavía no eres titular — respondió Ryohei con simpleza.

Hamasaki lo sabía, lo sabía muy bien, pero aun así el hecho de saberlo no pudo evitar que le doliera en el poco orgullo que tenía.

Hinata y Toyogawa se largaron a reír, y Tsukishima se cubrió la boca para no explotar también. Kawakami resopló.

—¡Como si fuera a permitir que este tipo llegue a las nacionales el próximo año! — le espetó a Hoshimoto, luego se giró a ver a Hamasaki —. Los derrotamos una vez, y los derrotaremos de nuevo.

Ahí fue cuando Hinata quiso tirársele encima, pero Tsukishima lo detuvo del brazo. Sorprendentemente Kyoutani también lo detuvo.

—Tú tampoco eres titular, Kawakami — bufó —. Así que no te hagas el importante.

Kawakami sudó frio, y Hamasaki se burló de él. Miyakita se les unió.

—¡Yo también soy la estrella! — le dijo a Ryohei — ¡Rétame a mí también!

Hoshimoto le lanzó el balón, y Miyakita lo atrapó sobre su cabeza.

—¡Nos encontraremos en las nacionales! ¡Y no mostraré piedad!

—¡Te venceremos, Saki! — exclamó Hoshimoto saltando con los puños en alto.

—¡Exacto Saki, no mostraré piedad!

—¡¿Saki?!

—¡Jaja! ¡Saki! — Kawakami estaba que se partía de risa.

Entonces el chico gato y el chico cuervo empezaron a saltar alrededor de Hamasaki, bajo la mirada cansada de sus superiores.

—Tienen energía, Kenma debe quedar muerto debido a eso — comentó Kuroo.

—Su gemelo no es tan energético, pero hay otros 3 de primero que sí lo son, y si le suma a Yamamoto-san… Kenma-san está perdiendo pelo por el estrés — dijo Lev preocupado.

—De hecho yo pensé que le estaban saliendo canas — dijo Akaashi arqueando la ceja.

—¿A ti no te salen, Akaashi? — preguntó Bokuto.

—He tenido dos años de experiencia con un niño mucho más grande e inquieto — comentó tranquilo —, un año con un montón de otros niños imperativos no va a matarme.

Kuroo y Oikawa rieron, Tsukishima también rio por lo bajo. Bokuto tardó un segundo en procesar la información, y cuando lo hizo, frunció el ceño.

—¡HEY! — exclamó indignado.

Iwaizumi y Daichi rieron un poco también. Oikawa se calmó después de que Bokuto le gritara.

—Yahaba, cambia conmigo para que juegues, y alguien que cambie con Boku-chan también — Oikawa miró a los de primer año —. Querían un partido más, ¿no es así?

A las futuras estrellas de primer año le brillaron los ojos.

—¡Gracias por jugar con nosotros!

Y jugaron de nuevo. Jugaron hasta que se cansaron sus piernas, pero los muchachos seguían y seguían, y no parecían querer parar. Pero se detuvieron cuando Daichi se fijó en la hora. Ya casi iban a ser las 6, y él, Kuroo e Iwaizumi debían estar en su residencia que quedaba a una hora de la universidad de Oikawa y Bokuto, y solo tenían permiso hasta las 7, y aparte debían llevar a los chicos a la escuela de Shinzen. Los del Seijo tenían permiso una media más, lo que provocó que Kawakami se riera en sus caras.

Se despidieron de Oikawa y de Bokuto. Este último les deseó suerte y que se esforzaran, y que esperaba verlos a todos en las nacionales. Después de eso se fueron.

El viaje en la van no fue tan incómodo. Estaban apretados sí, pero Kuroo era un lunático al volante, así que llegaron a la escuela en tiempo record, y prácticamente fueron echados del auto al momento de aparcar. Ya los esperaban en la puerta Ennoshita y Kenma, quienes saludaron a sus senpais por la ventana del auto.

—Oigan, tómenselo con calma — les avisó Daichi —, pero no se contengan.

—¡Ossu! — exclamaron Hinata los de primero y Ennoshita, mientras Tsukishima solo asentía.

Kuroo le dijo a Kenma que no muriera, que él podía. Kenma no sabía de qué hablaba, entonces Kuroo le pidió a Akaashi que viera que no muriera o que quedara en coma por el estrés. Keiji dijo que no podía prometer nada, y Kenma le lanzó una mirada hosca.

Iwaizumi les deseó suerte a los de Karasuno, y dijo que iría a verlos al torneo de primavera si es que jugaban contra Seijo, por consiguiente Oikawa iría, entonces Bokuto también iría. Eso emocionó a los cuervos de primer año y a Hinata. Tsukishima puso un gesto amargo. Después de eso los universitarios se despidieron y Kuroo presionó el acelerador, y salieron disparados hacia la autopista.

—¿Ya cenaron? — preguntó Ennoshita.

El estómago de los muchachos, que no había probado nada desde la mañana, rugieron y respondieron por ellos mismos.

—Les guardaron sus porciones de la cena, creo — avisó Ennoshita a todos —. Si se apuran pueden llegar a comer. Ya no hay casi nadie en la cafetería que les quite sus raciones.

Dicho esto, los de primer año y Lev salieron disparados hacia la cafetería, y los capitanes los tuvieron que seguir de cerca para que no hagan tanto ruido. Hinata quería salir a comer también, pero fue retenido por Tsukishima. El más bajo se giró a preguntarle que rayos quería, pero nada más girar la cabeza, Tsukishima habló.

—Los escuché.

Y Hinata se quedó en blanco.

—¿Eh?

—Lo que hablaron mientras no estábamos — aclaró Kei soltándolo —. Los escuché.

Hinata sudó frio.

—¿Q-Qué tanto escuchaste? — preguntó alterado.

Tsukishima chasqueó la lengua.

—¿Importa realmente? — dijo encogiéndose de hombros, luego miró a Hinata, muy serio —. ¿Y? ¿Para qué se supone que vas a ablandarme?

Hinata lo miró con los ojos muy abiertos.

—Kuroo-san estaba a punto de decirlo — respondió —, ¿Por qué detenerlo?

La boca de Tsukishima se había vuelto una línea fina. Hinata arqueó la ceja.

—Puedes decírmelo, ¿sabes? — le dijo encogiéndose de hombros —. De todas maneras, al parecer soy un idiota enamorado también que no tiene idea de a quién quiere. No valgo la pena. Pero sé que debes desahogarte con alguien. Y si con Yamaguchi no lo has hecho, debe ser por algo.

Kei solo lo miró, luego dio unos pasos y se acercó al edificio, sentándose sobre la acera, con las manos en los bolsillos. Hinata se sentó a medio metro de distancia.

—Supongo que si escuchaba eso desde sus labios me iba a ser un poco difícil estar como si nada después — comenzó diciendo — ¿entonces me habría preguntado cuándo? ¿En qué momento? ¿De qué manera?

Hinata miró el suelo.

—Él solo dijo ‘le diré todo’ — dijo al cabo de nada —. Posiblemente será todo lo que piensa de ti, supongo. Pero yo creo que no solo te dirá todo lo que piensa, sino todo lo que quieres saber también.

Tsukishima arqueó la ceja.

—El incidente ese del año pasado, ocurrió demasiado rápido — contó —. No sabía cómo sentirme después de ello. Y cuando él hizo como si nada, pensé que solo quería pasar el rato conmigo. Por eso no sé cómo se supone que me deba sentir. Hablamos por el teléfono e intento sonar normal, pero en el fondo… me da miedo lo que vaya a decir. Talvez para ti yo sea alguien demasiado agrio y sin sentimientos…

—No pienso eso — le cortó Hinata —, ya no.

Tsukishima prosiguió

—Pero de alguna manera pensé ese tipo de cosas demasiado. No sé lo que siento, porque lo pienso demasiado ¿Cómo saberlo realmente?

Hinata resopló.

—¿El beso te gustó?

—Que pasó todo muy rápido, te digo.

Hinata frunció los labios.

—Y si te volviera a besar entonces…

—Él lo haría — dijo Tsukishima arqueando una ceja —, claro que lo haría. Sé que suena idiota, pero no quiero que gane él y sus sentimientos y me termine encariñando. O peor, enamorando.

Hinata ladeó la cabeza.

—Si es una batalla de esas, diría que ya la ganaste tú — le dijo simplemente.

Kei se giró a verlo.

—Cuando Oikawa le preguntó todo eso, Kuroo-san de verdad parecía preocupado — dijo Hinata —. Le importas mucho. No sé cuál es la cara de alguien enamorado, pero podría decir que él lo está. Y mucho.

—¿Y por qué yo? ¿Qué es lo que vio de mí que le gustó tanto?

Hinata se encogió de hombros.

—Quizás eso ya es algo que debas preguntarle a él — le dijo —. Quizás cuando lo sepas, es decir, cuando realmente lo sepas, no tendrás que pensarlo tanto.

Tsukishima miró el suelo.

—Y si lo que te preocupa son cosas como la distancia o el género, piensa que hasta el Gran Rey dejó todo eso a un lado — agregó Hinata de repente.

El más alto se atragantó con su propia saliva.

—Ah, dijeron algo raro en ese momento que no entendí — dijo sudando frío. Luego rio secamente —. Si así son las cosas, ya no me sentiré tan raro supongo.

Hinata lo miró arqueando una ceja.

—Es decir, que si tú fueras una chica, o si Kuroo-san fuera una chica, ¿no te sentirías tan extraño?

—Sé que suena estúpido, pero así es como pienso yo, supongo — dijo Tsukishima encogiéndose de hombros. Luego miró al ceño — ¿es decir que a ti no te importan esas cosas?

Hinata se encogió de hombros.

—Siempre he oído que la gente no escoge de quien se enamora. Ya sea mujer y hombre, supongo que tendré aceptarlo — se explicó —. Con tal de que sea alguien genial, no tengo problemas.

Tsukishima apretó los labios.

—Es hombre.

—¿Eh? — Hinata lo miró.

—La persona que te gusta. Es un chico.

Nuevamente, Hinata se quedó en blanco.

—¡¿AHH?! — exclamó poniéndose de pie de un salto — ¡¿Un chico?! ¡¿Quién es?! ¡¿Quién?!

—Así se reducen tus opciones, pero no te diré nada más — le dijo Tsukishima parándose también, y caminando hacia la cafetería, ignorando por completo a Hinata.

—¡Pero dime quien!

—Averígualo tú mismo — dijo Tsukishima.

Ya casi habían llegado a la puerta de uno de los gimnasios, y Hinata le seguía insistiendo. De repente, vieron a Kageyama acuclillado al lado de una ventana del gimnasio.

—¿Kageyama? — dijo Hinata extrañado.

El nombrado, quien estaba viendo por la ventana, se giró a verlos, y con el dedo índice en los labios les indicó que se callaran. Luego les hizo una seña para que se agacharan también. Hinata le hizo caso porque le daba curiosidad, y Tsukishima lo hizo porque no tenía nada más que hacer. Además que se fijó en quienes estaban dentro del gimnasio.

El balón fue lanzado a los aires por Yamaguchi, y este corrió unos pasos antes de saltar y golpear el balón. El balón salió disparado a un lado de la red y terminó fuera. Yamaguchi hizo un sonido de frustración.

—¡Uno más, Yamaguchi! — le animo Yachi al lado del cesto de pelotas —. Ya casi lo tienes.

—Sí — dijo Yamaguchi tomando otro balón.

Solo estaban los dos solos, y por el suelo estaban dispersos un montón de balones.

—¿Cómo hiciste para que se quedaran solos? — susurró Tsukishima notablemente sorprendido.

Hinata estaba en blanco, de nuevo. Se iba un día, y Kageyama hacía más progreso de lo que él había logrado en 3 semanas.

—Con los demás del equipo nos organizamos, y logramos dejarlos un rato solos — explicó Kageyama en voz baja —. Yamaguchi también hizo de su parte, y me pidió enseñarle la forma básica de un servicio de salto.

—Debe sentirse genial de conseguirlo — comentó Hinata frunciendo los labios por la envidia.

—Y Yacchan lo está animando — dijo Tsukishima aun sorprendido —. ¿Quién diría? Resultaste ser más bueno de lo que aparentabas.

—Yamaguchi hizo de su parte también. Aunque no creo que pase algo ahora, pero solo creo que quiere lucirse — dijo Kageyama encogiéndose de hombros.

—Aunque solo lo está animando de tanto en tanto — dijo Hinata de repente —. Después esta ese silencio raro.

Y era cierto, que además de los impactos del balón contra la mano de Yamaguchi, y los golpes de estos contra el suelo, no había más ruido. Yacchan no parecía aburrida, pero sí pensativa. Y Yamaguchi parecía estar en su elemento después de un rato de seguir sirviendo. Después de un último remate, en que el balón voló sobre la red, rozándola apenas, y cayendo al otro lado, Tadashi decidió que era momento de un descanso.

Yacchan tenía su botella de agua en las manos.

—Buen trabajo — le dijo al entregársela.

—Gracias — susurró Yamaguchi antes de darle un largo tragó.

Yachi ladeó la cabeza.

—Yamaguchi, ¿Por qué de repente decidiste empezar con el servicio de salto? — le preguntó.

Tadahi dio un leve respingo pero no tardó en responder.

—Supongo que me motivó el hecho de que solo Tanaka-san, Kageyama, y los chicos de primero lo supieran — dijo encogiéndose de hombros —. No me gusta quedarme atrás.

—Me parece que esa es la razón de porque empezaste con el servicio flotante también ¿no? — le dijo con una pequeña sonrisa.

Yamaguchi asintió.

—Ser el sacador de apuros no es malo, pero quiero aprender cosas nuevas — comentó —. Todavía me queda otro año, y quiero jugar con todo lo que se pueda — se rascó la mejilla con nerviosismo —. Además, un saque flotante para confundir a equipo contrario y luego un servicio de salto para sorprenderlos me parece una idea tentadora, aunque suene un poco egocéntrico decir que causare eso.

Yachi negó con la cabeza.

—Claro que no, es genial que pienses así — le dijo con una sonrisa en la cara.

Yamaguchi sonrió también, sin querer. El trío de raros que observaba desde fuera festejó internamente. La palabra ‘genial’ era clave para la situación.

Yamaguchi se agachó a tomar un balón, bajo la mirada inquisitiva de Yacchan.

—Nee, Yamaguchi, ¿a ti te gusta alguien?

Entonces el mundo se detuvo. Yamaguchi casi se cae ahí mismo, y probablemente se hubiera muerto ahí mismo. Y los idiotas de afuera, se atragantaron con sus propias lenguas.

—¿P-Por qué preguntas? — dijo Yamaguchi intentando no sonar tan nervioso.

Yacchan se señaló los ojos con timidez.

—Tienes un brillo inusual en tus ojos — le dijo —. Parece que fuera especial.

El corazón de Tadashi dio un vuelco.

—Bueno, fue un tema que hablaron las chicas hoy en el almuerzo — contó con una sonrisa nerviosa —. Y me pareció algo lindo en realidad.

—Ya veo… — susurró Yamaguchi, asintiendo.

Miró el balón en sus manos, apretándolo con fuerza, y casi lo suelta al escuchar como Hitoka hablaba de nuevo.

—¿Entonces? — volvió a insistir.

—Ah pues… — dijo Yamaguchi rápidamente —… no sé decir si me gusta… talvez sea algo más que eso.

Yachi lo miró un segundo, pensando en silencio. Yamaguchi también pensaba. Pensaba que estaba entrando por un camino por el cual ya no podría regresar. Pero ya había tomado ese peculiar camino hace meses, cuando se enamoró de ella.

—¿Cómo saber eso? — preguntó Yachi de repente.

Yamaguchi arqueó una ceja.

—¿Cómo saber si te gusta? ¿Si la quieres? Si todo lo que la rodea es de tu agrado… — comenzó diciendo — ¿…cómo conocer a esa persona lo suficiente para decir que te gusta? A mí se me hace complicado, no conozco a alguien lo suficiente para decir que me gusta.

Tadashi lo pensó con cuidado.

—¿Y no te gustaría conocer a alguien en especial de esa manera?

Yachi miró el suelo, pensando con cuidado también.

—…no lo sé… depende quien sea… — dijo al cabo de unos segundos. Lo miró con curiosidad — ¿Cómo sabes tú que conoces a esa persona lo suficiente para decir que te gusta? O decir que es más que el solo hecho de gustar.

Yamaguchi apretó el balón en sus manos.

—…talvez por el hecho de que hablo con ella casi todo el tiempo. Hay cosas que te llaman más la atención que otras — contó sin vacilar —. Cosas que son… lindas.

—¿No le preguntas nada entonces? — preguntó Yachi

—A veces logró saber algunas cosas de su vida, me las arreglo para que me las diga sin que se dé cuenta — respondió sin malicia en su voz.

Yachi inclinó la cabeza a un costado.

—¿No se te hace difícil?

Yamaguchi la miró sin entender.

—¿El qué?

—Hablar con ella como si no pasara nada.

Y ese pudo haber sido el detonante. O bien pudo no serlo. Yamaguchi solo supo que estaba hablando y ya.

— No lo es, de hecho — respondió —. Estoy hablando con ella en este preciso instante.

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CONTINUARÁ

 

Notas finales:

Voy a hacer super actualizacion! :3 esperenme un rato pls, ahora subo todos los capitulos, hasta el final!


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