La alarma lo despertó. Estiró el brazo y la apagó. Intentó levantarse pero no le fue posible, un brazo lo tenía sujetado. Giró lentamente y lo miró...Todo lo que habían hecho golpeó su mente ¡Habían tenido relaciones!
¿Ahora que seguía?
Todo fue muy rápido...
—mghh...
Hizo el brazo a un lado y se sentó. Las pantuflas seguían en su lugar, se las colocó y se levantó...
No lo hubiese hecho. Un fuerte dolor en su cadera hizo que sus piernas temblaran y el frío semen escurrió a través de sus piernas.
Se sonrojo fuertemente y entró en pánico. Estaba tan cegado por el placer que olvido el preservativo. Tendría que pasar a la farmacia.
Se dirigió al baño a ducharse, tendría que limpiarse muy, muy, muy bien.
———
—Seijūrō-san
—Hmm
Kōki sonrió al verlo dormido. Tenía los labios hinchados y más rojos de lo normalr03;... Y muchas marcas.
Complacido, jaló una hoja y dejó una nota sobre la ropa del pelirrojo. Le robó un beso y abandonó la habitación.
Tomó el elevador directo al estacionamiento y abordo su auto. Condujo a la farmacia más cercana.
—Buen día ¿En que puedo ayudarlo?
Con las mejillas sonrojadas y mirando el piso hizo su pedido —Una botella de agua y... pastilla de emergencia...
—Claro. Espere un momento.
Estaba avergonzado. Podía sentir las miradas sobre él. Tendría que agendar una cita con Midorima para evitar eso.
—Aquí tiene ¿Algo más?
—E-eso es todo...
Huyó despavorido de la farmacia y se dirigió al preescolar.
Al llegar Ryō le sonrió mientras comenzaba a recibir a sus niños.
————————————
Algo sonaba y sonaba.
Molestó, abrió los ojos y se dió cuenta también de donde estaba. Se sentó rápidamente pero no se escuchaba nada —¿Kōki?
La alarma volvió a sonar y se percató de que era muy tarde, las 10 de la mañana.
Rápido se levantó y al buscar su ropa se percató de la nota.
Intenté despertarlo, pero Seijūrō-san no despertó. Dejé la alarma puesta para cada media hora, espero lo despierte.
Dejé el desayuno listo, si está frío use el microondas.
Me tuve que ir al trabajo. Hablamos más tarde.
Gracias por las orquídeas y...
Kōki.
P.D: no entré a mi departamento sin permiso.
Sonrió y se levantó. Se dirigió al baño después de medio componer la cama...
Abrió el agua caliente y dejó que cubriera su cuerpo.
Le hubiese gustado despertar antes y ver a su novio, pero Kōki había cambiado sus planes. Kōki nunca dejaba de sorprenderle.
Se vistió rápidamente y se dirigió a la cocina, calentó el desayuno mientras miraba el teléfono. Tenía un sin fin de llamadas perdidas de su secretaria, de la secretaria de su padre y su padre.
Desayunó rápido y se dirigió a la empresa.
—Buen día, Akashi-sama— saludo la recepcionista con una sonrisa pero se le esfumó al notar las marcas en el cuello del pelirrojo y la misma ropa del día anterior.
—Buen día— saludó y se dirigió al elevador.
—Buen día. Akashi-sama que bueno que llega. Su padre lo quiere ver inmediatamente.
—Entendido ¿Algún pendiente?
—Reportes de las gerencias.
—Imprime todo. Cuando regrese lo leeré.
—Sí, Akashi-sama— sonrió de forma coqueta o eso quiso hacer, pero su rostro se deformó al ver los labios hinchados del pelirrojo y las marcas de besos en el cuello.
—Y un café negro bien cargado — agregó antes de abordar el elevador.
Bajó del elevador y vió a la secretaria de su padre.
—Lo está esperando.
—Gracias. — Entró a la oficina después de tocar —Padre ¿Me llamaba?
—¿Dónde estabas? El chófer no me quiso decir— Masaomi hizo a un lado los documentos que leía.
—Con Kōki...
—...— observó a su hijo, al parecer se habían divertido toda la noche — Bien. Por la tarde habra una junto con los gerentes. Ten listo el plan de los Midorima.
—Ya está listo.
—Eso es todo.
Asintió y se dispuso a salir.
—Será mejor que vayas a casa y te cambies de ropa... Y te cubras esas marcas.
Se tensó y giró. Su padre lo miraba con una sonrisa burlona.
—Espero tener nietos muy pronto...— soltó una risa al ver a su hijo tan rojo. Sin duda Kōki estaba cambiando a su hijo.