No podía creerlo.
Los habían captado de una forma comprometedora, y ahora estaban en las portadas de revistas y periódicos de sociales.
—Lo voy a matar.
En la portada se podía ver a Kōki Furihata de espalda mientras que se besaba con el Akashi Seijūrō... El problema recaía en que una de las manos del pelirrojo estrujaba el glúteo izquierdo mientras que la otra mano estaba alzando la playera dejando expuesta un poco de la espalda. Con el encabezado: los amantes negados.
Después de dos años de negación, así captamos al divorciado Akashi Seijūrō con Furihata Kōki, el viudo.
—Supuse que no lo sabía.
— No... Esto es vergonzoso.
—Tampoco iban a mantenerlo mucho tiempo en secreto. Era más que obvio que son novio.
—Espero Seijūrō-san lo tome bien...
—Tenga por seguro que Akashi-san los demandará.
—Gracias Ryō-san.
—De nada, Kōki-san— sonrió y vió a sus niños pelearse —Nos vemos a la salida... Shima-kun suelta a Nanase-kun.
Soltó un largo suspiro.
Ahora entendía las miradas de los padres de familia. Ahora no sabía cómo darles la cara cuando recogieran a los niños.
Su teléfono comenzó a sonar —Hablando del diablo...
—Bueno.
—Kōki hoy...
—La revista. Lo sé— interrumpió a su novio —. Ryō-san me la acaba de mostrar.
—Lo siento. Si hubiese...
—Ya no podemos hacer nada.
—Lo siento.
—Tambien fue mi culpa por no haberlo detenido— susurró apenado.
—... Es es cierto, no te negaste.
—Adiós— colgó enojado. No tenía que recordárselo.
Ya habían pasado dos meses desde su encuentro sexual, y no habían intimado.
Ese día él había ido al jardín del hotel donde se encontraban ( una reunión de empresas), cuando el pelirrojo lo abordó y comenzaron a besarse. Poco a poco todo fue subiendo de nivel, olvidando donde estaban. Agradecía a Sōichi por la interrupción.
Ver a Seijūrō después de su encuentro le entraba una gran vergüenza y no podía mirarlo a los ojos ¿Qué iba a decir de él? Se había acostado con él muy fácilmente. Pensándolo con detenimiento él fue el que se "ofreció", pero no estaba arrepentido. Necesitaba ser tocado por la persona que le gustaba.
Nada más de recordarlo le hacía sentir nervioso.
Además, no todo fue bien.
Tuvo que confesarse con sus amigos. Decir todo. TODO. Con lujo de detalles.
Tambien tuvo que hablar con Akashi Masaomi y pedirle que no le comentará a su hijo nada de lo que habían hablado en el restaurante. Akashi padre no se negó, al contrario, lo felicito por el noviazgo y que quería nietos pronto...
Ese comentario le cayó mal. No porque no quisiera hijos, sino porque no estaba mentalmente preparado para otro hijo. Estaba lleno de temores e inseguridades ¿Y si lo abortaba? ¿Sí moría antes de nacer?
Además, recordaba el gesto del pelirrojo al decirle que había tomado la pastilla de emergencia. Se sintió un poquito culpable, pero le explicó su sentir: no estaba preparado para un hijo.
Sacudió la cabeza.
Tenía que pensar en otra cosa. Estaba trabajando, no quería ponerse triste o melancólico.
——————————
Observó el teléfono. Kōki le había colgado, y por el tono de color estaba bastante enojado...
—¿Qué pasa?
—Kōki ya vió la revista.
—¿Y?
—Esta enojado.
—Claro que se iba a enojar con lo que le dijiste.
—No lo pensé. Me gusta molestarlo.
—Lo sé.
—Entonces.
—No está en cinta.
—...
—Él te dijo la verdad. Entiende. La pérdida de su bebé fue muy fuerte para él, es más que obvio, y tú debes saberlo muy bien, que él tenga miedo a un embarazo.
—Sí. He visto muchos casos.
—Como doctor y amigo te aconsejo que lo envíes con otro psicólogo.
—Pero...
—No es sano para ninguno de los dos mezclar las cosas. Tú ya sabes parte de su vida, y él de la tuya. Pero ahora que son pareja, es mejor que Furihata-san hablé con otro psicólogo. Habrá cosas que lo harán sentirse incómodo contigo y no te lo dirá.
—Tienes razón— Kōki de había vuelto más reservado.
—Será mejor que hables bien con él.
—Gracias, Shintarō. Eso haré.
Su amigo tenía la razón.
Era lo mejor para ambos... Extrañaría que Kōki lo llame sensei