Estaba nervioso.
Era sábado, estaba tomando clases pero no se podía concentrar, esa noche le tocaba sesión con "sensei".
Las últimas sesiones fueron muy incómodas. Se le hacía sumamente vergonzoso hablar con Akashi. Por más que trataba de separar su relación no lo lograba.
—-hata... Rihata ¡Furihata!
—¿Eh?
—¿Qué si realizó su trabajo?
—Sí sensei— sintió vergüenza.
—Pase al frente.
—Sí...
————
—Furihata-san.
—¿Ya sí?
—Kō... Furihata-san, pase.
Kōki asintió nervioso y entró a la oficina pero escuchó algo que le hizo inquietarse.
—Ya se puede retirar, Usami-san. Nos vemos el próximo sábado.
—Hasta el sábado.
Entró a la oficina y cerró la puerta después de constatar que su secretaria se hubiese marchado —Kōki.
Se sonrojó por el tono de voz y miró al pelirrojo —¿Sí?
—Necesitamos hablar.
—¿Por la revista?— no se habían visto. Estaba tan enojado que había evitado al pelirrojo por una semana.
—Ya los demandé— se encogió de hombros —Pero no es sobre eso, sino sobre las sesiones.
—¿Qué pasa con ellas?— se sentó correctamente.
—Creo que será mejor que asista con otro psicólogo.
—¿Qué. Por qué?
—Ambos somos concientes de que ahora que estamos en esta relación ya no has hablado sinceramente.
—Yo... Solo no me siento cómodo.
—Lo sé. Mi colega ya acepto recibirte. Ya le envié el expediente.
—Entiendo.
—Nos seguiremos viendo. Después de todo somos pareja.
—Siento que es lo mejor para nuestra relación.
—Lo entiendo— sabía que Seijūrō tenía razón, él no se sentía cómodo hablado ahora que estaban en una relación.
—Aun así no quiero que dejes de escribir ese diario. Hace bien para la terapia.
—Entiendo... ¿Entonces esta es la última sesión?
—Sí.
—Así que ya no mas sensei— murmuró desilusionado.
—No más.
—¿Nos seguiremos viendo?
—Por supuesto, somos pareja— aseguró acariciándole la mejilla.
—Ya veo...— de alguna forma eso le hacía sentirse deprimido.
—Vamos. No te dejare en malas manos— se acercó a él y le besó.
Respondió tímidamente al beso. Beso que le hacía sentir tantas cosas.
—Te extrañé— aseguró mientras depositaba pequeños besos en el cuello del castaño.
—S-Seii aghh— gimió y se aferró al suéter color guinda que vestía el pelirrojo.
Se apartó y contó hasta 10 —Vamos. Tenemos una cita.
—¿Cita?
—Sí, vamos— tomó su chaqueta, teléfono y llaves del auto y arrastró al castaño.
—¿Por eso me pidió que viniera en taxi?
—Por supuesto.
——————
Se sentía incómodo. Estaban en un lugar elegante, un restaurante 5 estrellas. Pero la gente no dejaba de mirarlos. Era obvio el porque. Era su primer cita "oficial".
Quería al pelirrojo. Tanto que estaba a más que dispuesto a ser suyo... Pero no estaba seguro que tan lejos llegaría su relación
¿Y sí Akashi se enamoraba de alguien más?
¿Sí lo engañaba?
¿Sí dejaba de quererlo por su pasado.
¿Sí....
¡Alto!
Estaba pensando cosas que no debía. Dejaría que la relación que tenían avanzará a su propio ritmo, sin precipitarse.
—¿Kōki?— le habló a su novio, se miraba confundido.
—No es nada. Tonterías.
—Me gusta cuando sonríes— aseguró mientras sonreía.
Estaba ruborizado. Lo sabía. Lo podía sentir.
—Eres muy tierno....
Waaaaa calla. Calla.
Solo pudo desviar la mirada.
Sonrió satisfecho por las reacciones de su pareja. Luego recordó algo...quitó la sonrisa aprovechando que el castaño desvió la mirada a la ventana, miró a los comensales y le dió una clara advertencia con la mirada. Rápidamente dejaron de mirarlos.
—¿Ya pensaste en el postre?
—Sí. Chocolate. Quiero un volcán de chocolate— dijo ilusionado. Tenía días queriendo comer uno. Todo era culpa de Taiga Kagami.
—Bien— sonrió divertido al ver la ilusión en Kōki. Quería verlo así cada vez más seguido.