—Tome.
Agarró un pañuelo que el rubio le ofreció —Gracias.
—¿Qué le hiciste Kōsuke?— Souichi entro y se encontró llorando al castaño —¿Dónde está Kazuma?
—¡Nada!— conocía al pelinegro y era mejor aclarar las cosas —Kazuma trató mal a Furihata-sama, y él la despidió.
—Al menos ya nos liberamos de su acoso...
Kōki alzó la mirada —¿Los acosaba? ¿Por qué no decirme?
—Es vergonzoso para un varón decir que es acosado— Souichi se encogió de hombros —Además estaba empeñada en saber el contenido del testamento... Nunca entendí porqué.
—Era su amante— susurró antes de volver a sollozar —Por culpa de ella perdí a mi bebé.
—...— se miraron preocupados. Sabían lo que había pasado mas no de un tercero en discordia.
—Si ella sabe de usted, es posible que quiera demandar por despido injustificado— Souichi se acomodó los lentes.
—No sé si sabe de mí. No creo que Fukuda dijera sobre mi...
—Me alegra haber guardado esto— Kōsuke abrió el cajón que mantenía con llave — Si demanda esto será de ayuda.
Souichi revisó los papeles —Sí.
—¿Qué es?
—El contenido del buzón de quejas y los malos trabajos... y algo muy malo. Servirá si demanda.
—Bien.
—En la junta lo presentaré cómo Fukuda.
—Pero...
—Nadie lo sabe y es mejor así. Sólo nosotros lo sabemos. Eso nos ayudará también a evitar los rumores. Sus padres ya saben que regresó a su apellido.
—Entendido.
—Ire a sacarle unas copias a esto. Nos servirá para la reunión. Kōsuke. Habla a recepción y que pasen a unas de las recepcionistas aquí. Necesitamos ayuda para la junta.
—Sí...
Kōki se levantó y miró a través del gran ventanal. Era una hermosa vista.
———
Wakamatsu entró a la sala de juntas seguido por la recepcionista, quien rápidamente entregó carpetas y salió de inmediato.
—¿Kazuma-san?— pregunto el jefe de ventas.
—Despedida— dijo mientras jalaba una de las sillas y la dejaba al otro lado de la cabecera —Hoy Fukuda-sama asistirá a la reunión.
Se pusieron pálidos —Él está muerto.
—No habló de Hiroshi-san. Habló de su viudo.
—¿Estaba casado?— cuestionaron. Pues nunca le vieron anillo y siempre estaba con Kazuma.
—Sí. Ni una palabra que lo incomode, su estado de ánimo no es el mejor.
—Sí...
La puerta fue tocada.
—Adelante.
Observaron entrar al abogado, y detrás de él, entró un doncel muy lindo, se veía nervioso.
—B-buenos días.
—Buen día, Fukuda-sama.
—Fu, está bien— odiaba que lo llamarán así.
—...
Wakamatsu e Imayoshi sonrieron —Bien, Fu-sama. Comenzaremos.
Kōki siguió a Imayoshi y se sentó a su lado.
———
—¿Qué piensa, Fu-sama?— pregunto el jefe de finanzas.
A Kōki no le gustó la mirada — Sinceramente Madara-san, no entiendo. No entiendo nada de esto. Estudié para maestro y no algo administrativo o finanzas. Por eso no entiendo.
—Fu-sama. Madara-san está tratando de decir, que si seguimos así, la empresa seguirá creciendo — Kōsuke explicó amablemente —Sí ponemos en marchas las nuevas estrategias, y sin Kuzama de traidora, la empresa irá por buen rumbo.
—Ya veo.
—Tambien están los nuevos clientes. Ventas está al tanto de ellos.
—Entiendo ¿Entonces cual era el problema?
—Era eso. De que perdimos los contratos. Pero ahora que sabemos la verdad y sin Kazuma no creó que haya mas problemas —el jefe de ventas explicó —Ahora nos enfocarnos a las nuevas estrategias.
—Tambien necesitamos a alguien que se encargue de hacer una auditoría. No sabemos que documentación tiene Kazuma.
—Entonces...— estaba dudoso.
—Buscaremos a alguien externo de la empresa para la auditoría. Alguien que no sea a corrupto — dijo Souichi revisando los papeles.
—¿Usted conocé a alguien, Fu-sama?— cuestionó el vicepresidente de la empresa.
—...— Si necesita ayuda, alguna asesoría llámeme —Si. Pero no se si pueda.
—¿Puede llamarlo?— cuestionó Kōsuke.
—Permítanme— salió de la sala de juntas y marcó ese número.
—Hola.
—Sensei, habla Furihata. Necesito de su ayuda.