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Cam boy por LadyBondage

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Notas del capitulo:

A leer.

Epilogo: Prisionero

[1]

 

No podía ser cierto. Él pasa saliva pesadamente, los sinsabores en su paladar le provocan náuseas y lo último que desea es mirar esos ojos brunos que están clavados en su persona: escaneándolo de pies a cabeza.

 

—De verdad que no puedo creérmelo —admite una voz barítono. Naruto acaricia la masculinidad de esos decibeles.

 

¡Cuánto había deseado escuchar de nuevo a su amo!

 

Pero eso ya había pasado, su amo pagó por él y lo usó como todos esos hombres que lo miraban a diario para cumplir sus morbosas fantasías. Él era un objeto a ojos de ese hombre de cabellera obscura, nada más. Y si había fantaseado con él, mejor que lo fuese olvidando porque no sucedería nada entre ellos.

 

—Su firma, señor Uchiha —a pesar de que Naruto está temblando, el tono de su voz adquiere firmeza para dirigirse a uno de los hombres más ricos de Japón.

 

Sasuke sonríe ladino, el chico que había sido su presa ahora actuaba somero a comparación de aquella noche donde gimió por y para él.

 

—Lo había olvidado —estira su brazo derecho, Naruto cabizbajo le acerca una nota, Sasuke la toma delicadamente, quiere que el rubio se acerque más a él, desea olerlo, acariciarlo, sentirlo. —Así que esto es lo que haces para ganarte la vida además de prostituirte por internet —lanza un comentario hiriente. Consigue lo que buscaba; provocar a su contrario.

 

El ceño fruncido y la mirada turbia son prueba de una incipiente rabia. Naruto da tres pasos hacia adelante, toma a Sasuke de las solapas de su costosa camisa Dolce & Gabanna.

 

—No te pases de listo conmigo, el hecho de que seas un maldito ricachón no me impedirá que te de un puñetazo.

 

Sasuke amplía esa sonrisa peligrosa que irrita a Naruto. Entonces advierte la cercanía entre él y el sujeto que noches atrás había pagado por él.

 

—Me encantaría que lo intentaras gatito, para así poder castigarte sin remordimiento —Sasuke aprovechando la escasa distancia se aventura a dar una lamida a esos labios sedosos que había anhelado probar aquella noche mientras se masturbaba detrás de una pantalla.

— ¡Ahg, que te jodan! —Naruto se empuja hacia atrás mermando el acercamiento del otro. No iba a ceder a sus instintos y mucho menos darle el placer a su ex amo de verlo débil como esa noche.

 

El Uchiha se toma esa actitud como un reto, pues si el rubio quería jugar, él sabía unos excelentes trucos.

 

—Ya sé dónde trabajas, no me será difícil buscarte.

—Más te vale que no lo hagas —. Naruto se da la vuelta ignorando el llamado de Sasuke: estaba olvidando la nota.

 

 

[2]

 

—No es gracioso, Ino —la suave risa de su amiga rubia llena ameniza el incómodo ambiente. Naruto resopla afligido.

 

Para Ino es gracioso que Naruto haya librado un acorralamiento con uno de sus clientes. Se lo había contado porque Ino es de confianza y además Naruto quería contarle a alguien lo jodidamente atractivo que le pareció ese hombre.

 

— ¿Y tienes idea de cómo se llama, para variar? —la pregunta descoloca al rubio. Naruto menea la cabeza de lado a lado.

—No, y no me interesa.

—Ajá —dice ella no muy convencida. Naruto tampoco se creía lo que había dicho. Daría todo lo que fuera por saber el nombre de su fantasía húmeda.

— ¿Es que acaso no me crees? —finge indignación, Ino levanta una ceja, su rostro completamente serio.

 

Posteriormente otra risotada hace eco en la habitación del blondo.

 

—Honestamente creo que deberías buscarlo y pedirle que te arrebate tu virginidad, ah espera, que ya no eres virgen; el dildo te la arrebató —ahora son múltiples carcajadas las que brotan de la garganta de la rubia. Naruto cruza sus brazos a la altura de su pecho.

 

Ino Yamanaka conoce a Naruto Uzumaki mejor que nadie, quizá más de lo que él mismo se conoce, por eso cuando la mirada furibunda de Naruto se clava en ella; detiene su risa burlona. Optando por la pose más seria que se conoce de sí misma, esboza una ligera sonrisa, se acomoda en el sofá de dos plazas, las rodillas juntas y las manos sobre el regazo.

 

—Jamás lo buscaría, me humilló en su oficina el muy maldito y no me interesa, un cliente más que no volveré a tener.

— ¿Seguro? —no, no estaba seguro pero se obliga a sonreír. Ino revira los ojos, Naruto era un terco de lo peor.

 

¿Por qué no admitía que le había gustado aquel hombre?

 

—Soy un prostituto para él —sin querer, el tono del rubio se encuentra entre la zozobra y la aflicción.

—Ay cariño, ¿es por eso? —abre los brazos hacia Naruto. El Uzumaki no se hace del rogar, busca el calor de su amiga, porque la necesita, Ino entiende mejor que nadie lo duro que es hacer lo que hace, porque ella también es una cam girl.

—Sí, y no vale la pena hacerme ilusiones. Con lo que yo hago me será difícil encontrar una pareja estable.

 

Ino parece afectada por las palabras de su mejor amigo. Ella había sido víctima de ese tipo de comentarios peyorativos de parte de un chico del cual se había enamorado, pero cuando supo a lo que ella se dedicaba; él la dejó.

 

—Él se lo pierde, te lo aseguro

 

La sonrisa de Naruto es natural ante el consuelo que recibe de su amiga, cobijado por sus brazos y arropado por sus palabras de aliento.

 

—Eso creo.

 

 

[3]

 

— ¿A dónde vas hermanito, tonto? —Itachi Uchiha es persuasivo y en cuanto el culo de Sasuke se despega de la silla, es el primero en atacar con una pregunta insidiosa.

 

Sasuke se detiene al filo de la puerta, su padre dirige su mirada hacia su hijo, el más pequeño. Itachi sonríe de lado, su hermano menor vacila entre tomar el pomo o girar su cabeza.

 

Podría ser un hijo de puta si quisiera y sólo chasquear la lengua, abrir la puerta y azotarla. ¡Maldito Itachi!, después se encargaría de su hermano mayor.

 

—Tengo trabajo que hacer en casa —Sasuke suena como un niño pequeño justificándose ante una travesura. 

 

Sasuke sale tan rápido de casa sin mirar atrás. Tiene que llegar a su lujoso departamento y entrar en esa maldita página, adquirir una membresía y deleitarse con Sonnenblume.

 

[4]

 

No hay rastros de Sonnenblume por ninguna parte, ha desactivado su sesión, y todos los usuarios que pretendían pagar por verle darse placer a si mismo se decepcionan porque su chico favorito ha decidido tomarse el día, lo que usualmente no sucede.

 

Sasuke golpea el escritorio con ambas manos, frustrado. Ese chico que ahora sabia se llamaba Naruto gracias a sus influencias lo había provocado esa mañana con su sonrisa pícara y esos preciosos ojos añiles. Tenía que verlo nuevamente en acción, y si no estaba en línea, entonces iría a donde él.

 

— ¿Diga? —del otro lado Sasuke escucha un breve bostezo.

—Karin, necesito que me envíes la dirección del chico rubio que esta mañana fue a dejarme un paquete a mi oficina. ¡Ahora!

 

Poco después una sonrisa aparece en su rostro.

 

Lo tenía.

 

 

[5]

 

Naruto abre la puerta sin preguntar quién yace del otro lado. Está adormilado y con ganas de continuar su sueño erótico donde un atractivo azabache lo estrecha entre sus brazos, de sólo pensarlo nace una sonrisa.

 

Sus ojos se abren como platos y todo rastro de sueño se queda atrás, tiene frente a él a su pecado; en carne y hueso.

 

— ¿Q-qué haces aquí? —tartamudea tontamente, Sasuke empuja la puerta haciéndose un hueco entre el cuerpo del rubio y la madera.

— ¿Esa es la manera de recibir a tu amo?

 

Naruto frunce el ceño, ¿amo? ¿De qué carajos estaba hablando?, con la digna torpeza de sus pies, Naruto trastabilla hasta caer de nalgas contra el piso. El golpe duele pero no tanto como esa mirada lujuriosa sobre él.

 

— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste que vivo aquí? —Sasuke atina a sonreír nuevamente, acto que irrita a Naruto hasta hacerlo gruñir como un lindo gatito.

—Tenía ganas de un show en vivo —dice descarado para pesar del rubio.

—Esto no es gracioso así que te voy a pedir que te vayas…

 

Normalmente, nadie le hablaba así al Uchiha pero dadas las circunstancias no podía pedir otra cosa.

 

—Sasuke.

—Sí, eso, como sea. ¡Vete! —Naruto señala la puerta, Sasuke le ignora olímpicamente.

—No pienso irme.

 

Harto de la insulsa discusión el menor se pone de pie y a paso rápido se aproxima al azabache para sacarlo de su apartamento pero lo único que consigue es que Sasuke lo atraiga con una facilidad abrumadora, apresándolo entre sus brazos. Naruto se embebe el aroma a menta y humo de cigarro que mana del cuerpo ajeno.

 

—Q-que me sueltes —la hesitación de Naruto es evidente, se remueve como pez en la red, intenta vanamente alejar a Sasuke.

 

Pero los Uchiha siempre obtienen lo que quieren, Naruto no es la excepción.

 

— ¿Cuánto? —el rubio deja de removerse, sus ojos azules se posan sobre las perlas negras de Sasuke.

 

La decepción centellea en su mirada. Cabizbajo, sorbe por la nariz, y Sasuke frunce el ceño porque la rabieta infantil se ha esfumado y en su lugar hay un escuálido muchacho de piel trigueña que se rinde a su suerte. Y no le gusta esa actitud para nada.

 

—Jejeje, ¿es eso, no?, quieres pagarme para que me acueste contigo.

—Obviamente —el Uchiha no tiene reparo en decirlo. El rubio sacando provecho de la distracción de su contrario, decide empujarle con fuerza hasta que deja de sentir el calor de su cuerpo.

— ¡No soy un prostituto y jamás me acostaría contigo ni aunque me pagaran! —Naruto es hiriente cuando está enfadado pero sobra decir que la rabia mezclada con la decepción es el peor de los males en una mente joven como la suya.

 

Él tenía razón, los clientes como Sasuke quieren diversión a costa de lo que sea. Y si le había parecido endemoniadamente atractivo hace días, su descaro y egoísmo lo convertían en uno de los seres humanos más horribles que haya conocido.

 

—Todo tiene un precio —Naruto alza una ceja.

— ¡No!

 

Sasuke no se la pone fácil cuando en un rápido movimiento lo acorrala contra la pared y su anatomía de adonis. Naruto traga saliva pesadamente, el aroma del mayor se cuela por sus fosas nasales, no sabe si será capaz de resistirse a semejante espécimen.

 

—Te deseo rubio, no te he dejado de pensar desde aquella noche. Quiero probar cada centímetro de tu piel, saborearte lentamente, hacerte mío…

 

Naruto también lo deseaba, no tenía que fingir demencia, el Uchiha lo ponía caliente a mil. Gime suavemente para el hombre que tiene frente a él. El sonrojo se acrecienta en sus dulces mejillas morenas.

 

—No —su cálido alienta golpea la nariz de Sasuke.

—Si —determina Sasuke, porque aunque Naruto quiera negarse a ello, no podrá contra sus ocultos deseos, lo anhela, quiere saciar su libido, ha podido verlo a través de esos ojos azules.

 

Naruto jadea entrecortado, las protestas mueren en su boca, el Uchiha ha tomado deliberadamente cada una de sus palabras introduciéndole la lengua sin su permiso. Intenta empujarle pero no tiene fuerzas suficientes para hacerlo o simplemente no quiere apartar a ese hombre de su lado.

 

Las manos ávidas de Sasuke se pasean por el cuerpo enjuto del rubio; tenia tantas ganas de hacerlo que el simple hecho de tocarlo le quema las manos. El menor es fuego viviente y quiere saciarse con él.

 

—Te he dicho que no… —pero Naruto no puede evitar que Sasuke cuele sus manos debajo de su camisa y mucho menos que alcance sus zonas más sensibles como sus pezones.

—Dilo de nuevo y te dejaré en paz, gatito —susurra Sasuke contra el oído de un Naruto embelesado.

 

Naruto tenía la decisión en sus manos, sería una gran mentira querer negarse a las sensaciones que ese hombre le hace experimentar. Quiere más y más. Y no sabe si podrá detenerse después.

 

—Ah —un gemido suavecito que huele a algodón de azúcar. Sasuke acerca sus labios a los ajenos, un ligero roce es suficiente para enloquecerlo.

 

Los labios entreabiertos del blondo le dan el acceso perfecto a su boca de pecado. Naruto no protesta cuando la lengua extranjera se adentra en su cavidad bucal, simplemente se remueve brevemente por la intromisión inesperada.

 

—Sasuke… —se escucha tan bien su nombre pronunciados de esa apetitosa boca.

 

No puede negarse a ello, Sasuke coloca sus manos sobre la delgada cintura, presiona sus dedos en la piel dejando una marca de propiedad. Ese chiquillo le pertenece y nadie puede decirle lo contrario.

 

—Bas-basta —Naruto jadea en los labios del Uchiha.

 

Sasuke no le da oportunidad de zafarse tan fácilmente, apresa sus labios con salvajismo denotando una sed de lujuria que le rebasa y que necesita ser saciada con urgencia. Naruto emite un lánguido suspiro, estaba a punto de darse por vencido. Por todos los medios intenta no gemir pero es imposible, su propio cuerpo lo traiciona.

 

—Ah, por favor…

 

Naruto hubiera agregado ‘por favor, más’ pero su orgullo varonil se lo impide. Sasuke presta atención a los suaves ronroneos que la boca del rubio prodiga. Los labios ajenos ahora se dirigen al cuello en un camino que va en descenso hacia el vientre plano donde yace la sensibilidad el menor.

 

—Uhm, hueles bien —Sasuke aspira el aroma a canela y anís de Naruto. El niño lo encandila como nadie jamás había podido lograrlo.

 

Su piel es suavecita y del color de la miel, pasea los dedos agiles por la curva de la espalda provocando un ligero estremecimiento en el blondo.

 

Naruto no contiene su voz, arrastrando las palabras consigue formular una oración.

 

—Mi… habitación

 

Y más tarde se preguntara porque dijo aquello, sin embargo, en esos momentos no le interesa saberlo, sólo quiere apagar el incendio que inició el pelinegro. Sasuke obedece en silencio, toma entre sus fuertes brazos el lánguido cuerpo de su futuro amante, no sabe dónde se encuentra la habitación del menor pero su instinto lo guía.

 

 

[6]

 

—Ahh… uhm, aaah, ah… —los brazos le temblequean, ya no puede soportarlo más. Y supone que Sasuke tampoco.

 

En esa posición; en cuatro sobre la cama, completamente desnudo y con Sasuke introduciendo su lengua en su cavidad anal no puede razonar.

 

De su boca un fino hilo de saliva traza un camino recto hacia la almohada de plumas, Naruto cierra los parpados con fuerza exorbitante y se desborda de placer cuando el mayor le mete dos dedos en su pequeño agujero casi virginal.

Sasuke está jodidamente excitado, su miembro erguido en su totalidad y entre las delgadas piernas del menor se asoma un falo henchido y hambriento. Delinea sus labios con esa lengua que minutos antes se introdujo en el agujerito rosado del rubio. Naruto sabía a jabón de jazmín, delicioso.

 

—Realmente quiero metértela —brama el delirio de Sasuke, Naruto echa una mirada por encima del hombro, sus ojos azules nublados de placer. Una criatura inocente a punto de ser devorada por el lobo feroz.

—Ah… Sasuke, ya… para —miente Naruto en medio de toda esa vorágine incontrolable que es Sasuke Uchiha.

 

Si quería continuar, quería ser follado salvajemente, empero, era un cliente a quien tenía detrás de él con el pene erecto apuntándole a su ano. Obviamente tenía que pensar fríamente las cosas por muy excitado que este.

 

— ¿Eso quieres? —un sonido hueco se escucha por toda la habitación. Naruto lanza un grito escueto.

 

Sasuke le ha dado una nalgada en el glúteo derecho, pasa saliva con dificultad. El Uchiha sonríe de lado, complacido por la sumisa actitud que de repente atrapa al menor.

 

—Yo… —no había sentido para lo dicho. Los dos estaban desnudos, aperlados de sudor debido al juego previo, y Naruto estaba en una posición demasiado comprometedora como para arrepentirse de sus actos.

 

No, no quería detener a Sasuke Uchiha. Si, lo quería dentro de él ¡ahora!

 

—Lo sospechaba, gatito —Sasuke separa las nalgas del trigueño, desde su punto de vista, Naruto estaba listo para recibirlo.

 

Sin ceremonia alguna introduce la punto lentamente, al principio, Naruto se zarandea. El dolor es lacerante y apenas puede acostumbrarse. Había una enorme diferencia en tamaños, el dildo y el miembro del Uchiha proporcionaban un dolor distinto. Con el dildo le fue sencillo adaptarse pero Sasuke tiene un falo nada despreciable. Gime más alto que las veces anteriores, y contrario a lo que pensó de Sasuke en un principio, su cliente se detiene para cerciorarse de que todo está bien.

 

Y Naruto con las mejillas arreboladas asiente frenéticamente, el dolor muta a un extraño placer que caliente su cuerpo y provoca que los latidos de su corazón se aceleren.

 

Eso es suficiente para el mayor, con movimientos sincrónicos comienza un vaivén tranquilo, la calidez de Naruto lo incita a ser más brusco pero su lado razonable le insiste en esperar. Sólo hasta que escucha los constantes gemidos del rubio es entonces que Sasuke olvida su pasividad y deja salir a la bestia que habita en su interior.

 

Esa noche Naruto más que entregar su virginidad, deja ir una parte de él que nadie más había visto. El sexo con Sasuke no sabe a compromiso ni a un contrato que tiene que ser cumplido perfectamente. Sólo son dos amantes entregados a un vendaval de emociones que juntos han descubierto en el cuerpo del otro.

 

Al día siguiente la calma vuelve a sus vidas, Naruto es el primero en despertar, su mirada recorre el adusto cuerpo del hombre que se encuentra a su lado.

 

Ahora es consciente de la resaca emocional, no debió de ceder a las provocaciones de Sasuke, era un maldito cliente y si habían follado, y no quería decir absolutamente nada.

 

— ¿Ya estás listo para otra ronda, gatito? —la voz barítono del Uchiha lo saca de sus trituradores pensamientos. Naruto abre los ojos de sorpresa.

 

Se ve presa de esos fornidos brazos, de nuevo esta en la cama y sobre él; Sasuke con una sonrisa de demonio.

 

—Yo… no, basta, ¡eres un cliente!

 

Sasuke frunce el ceño, confundido.

 

—No te pagué para acostarte conmigo, bobo.

 

A esa respuesta, Naruto no sabe que decir.

 

—A menos que te gusten los juegos de rol y…

— ¡Cállate! —el rubio empuja a Sasuke sólo para poder posicionarse sobre el estómago del azabache.

 

Naruto le regala una sonrisa zorruna, en su mirada de niño travieso hay un brillo inocentón que no augura nada bueno.

 

—Entonces, juguemos…

 

Ya habría tiempo de arrepentirse, si es que había algo de que poder sentirse culpable. El juego iba a durar más de lo que esos dos pensaban, quizá semanas, meses o hasta años. El tiempo es un aliciente y si el universo conspiraba a su favor, probablemente nunca se cansarían de jugar.

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado el breve lemon, sí, quizá no fue tan sexual como esperaban pero no queria que el lemon fuese relevante sino los pensamientos y sentimientos encontrados en los protagonistas, para mi, el sexo es el segundo plano en una historia. Si decidi darle continuacion -ademas de que fue muy pedido- fue porque queria que estos dos tuvieran su momento meloso y dulce hehehehe, ojala les haya gustado. Besos.


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