Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nadie te encontrará por Tris

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este lindo (y un poco raro) especial, va dedicado a STEFAN, que fue quien me pidió conocer un poco más sobre nuestro malvado Minho. 

Estaba un poco insegura sobre publicarlo o no, así que espero que les guste. 

                   MINHO

 

Precioso.

Era la palabra perfecta para describirlo.

Cada gesto suyo provocaba un remolino de emociones en mi pecho, y me hacía darme cuenta de que estaba haciendo lo correcto. Tan sólo un par de meses más y todo estaría listo. Iba a ser mío. Completamente mío.

Estoy por tomar otra fotografía cuando mi vista se ve ofuscada por la mesera, bajo la cámara hasta mi pecho y le dedico una mirada interrogante ante su intromisión.

—¿Desea algo más? —pregunta.

Niego con la cabeza y espero a que se marche para seguir observando a Kibum, pero ella continúa tapando mi vista.

—¿Eres fotógrafo?

—Algo así—respondo, esperando que sea suficiente para saciar su curiosidad. Echo un vistazo a la mesa de la ventana y veo como Kibum y su amigo están recogiendo sus cosas.

—Debes ser muy bueno—oh no, está coqueteando conmigo—.Pareces muy concentrado.

—Sí—contesto evasivo—. Hago lo que puedo ¿me das la cuenta?

—Claro—dice un poco decepcionada, y al fin se retira.

 

 

—¡Vuelva pronto! —escucho gritar a la misma chica entrometida de hace un rato.

Le regalo un gesto con la mano como despedida y me encamino a mi auto, dispuesto a seguir con lo mío.

Kibum ya ha encendido su coche, Taemin se ha ido y él seguramente irá al centro comercial, igual que siempre. Es un vanidoso. Pronto aprenderá que las cosas materiales no son importantes, será cuestión de tiempo para que se acostumbre.

Oh, mi dulce Kibum, hay tantas cosas que tienes que aprender.

Lo sigo despacio sólo para comprobar que, efectivamente, está de compras por segunda vez en esta semana.

Camino lo más cerca posible a él, está entretenido observando unos pantalones de cuero, pasando su mano por la tela, para confirmar que son de su gusto. Claro que sí. Le gustan las cosas atrevidas y sexys.

Aun cuando no son de mi total agrado, no puedo evitar imaginarlo con ellos puestos. Imaginar esas largas y deliciosas piernas enfundadas en el cuero, esperando a por mí, a que las libere de esa tela opresora.

Me acerco un poco más, necesito sentirlo. Mi piel quema por esta ansiedad tan loca de tocarlo. Me dirijo hacia él y me lanzo, pretendiendo ir con prisa y distraído.

Chocamos y lo tomo del brazo para que no caiga. Lo sostengo más de lo que debería, recorriendo la piel de su brazo. Es tan suave como lo imaginé. Es perfecto.

—Lo siento—le digo.

—Descuida—responde regalándome una sonrisa. Siento el corazón latiendo fuerte contra mi pecho y me obligo a soltarlo.

Me alejo despacio, luchando contra las mil emociones que me hace sentir, entonces volteo y lo veo con la mano al aire, saludando. Busco entre la gente y encuentro al estúpido de Jonghyun caminando hacia él. Toda la emoción que había sentido se convierte en rabia. Ese idiota no debería estar aquí, no se merece estar aquí. No se merece nada.

Es mío.

Kim Kibum es mío y muy pronto se los haré saber.

 

*-*-*-*-*

 

—¡Ese maldito!

Arrojo todo al suelo y camino entre los vidrios que el perfume ha dejado, sintiéndolos crujir bajo mis pies.

Golpeo la pared intentando liberar mi ira pero es imposible. No me importa el escándalo que estoy haciendo, y aunque sé que es cuestión de minutos para que mi madre aparezca preguntando qué pasó, ya no podía soportarlo más tiempo, ese imbécil tenía quien saber quién era el verdadero dueño de Kibum.

Mi pobre Kibum estaba perdido entre los brazos de ese hombre, no sabía que el camino correcto estaba en mí, no podía saberlo, pero pronto le enseñaría que la felicidad estaba a mi lado.

Solo había querido verlo un poco antes de irme de viaje para finalizar detalles en la cabaña, solo quería observarlo, pero tenía que estar con ese estúpido de Jonghyun. Y él, él lo había dejado recorrer su piel, escondidos en ese auto, creyendo que nadie los vería, jugando a los enamorados. Tuve que obligarme a salir de allí.

Me hervía la sangre de recordarlo.

Golpeo mis almohadas y tomo una para enterrar mi cara en ella, gritando hasta desgarrar mi garganta.

Estuve un largo rato antes de escuchar golpes en la puerta.

No me moleste en abrir, no quería oír reclamos.

—¿Minho? ¿Estás durmiendo? —escucho la voz de mi madre al otro lado de la puerta, sin atreverse a entrar

—Sí—contesto—.Largo

—¿Te sientes bien? —Insiste asomando la cabeza, seguramente observando el desastre que había—¿Qué paso?

—Mamá, te he dicho que no entres a mi cuarto—digo, apenas desenterrando el rostro de la almohada.

—No me importa—dice entrando—.Dime qué paso

—Me caí

—¿Crees que soy idiota? —pregunta molesta

—No quieres oír la respuesta

—¿Qué pasa contigo? ¿Tomaste las pastillas?

—¡No soy un maldito loco! —respondo, cansado de la misma pregunta de siempre.

—¡Entonces no te comportes como uno!

—Largo de aquí, mama

—No—contesta—.Y mañana mismo iremos con el doctor

—No pienso regresar ahí

—No es una pregunta, Minho

Pienso en algo rápido, algo que la haga desistir de sus tonterías, entonces me invento una historia conmovedora.

—Lo siento, mamá—digo fingiendo dolor—.Yo…vi a Baekhyun con alguien más hoy  y fue un poco duro para mí, no quise comportarme así, pero fue tan doloroso ¿me perdonas?

Veo su rostro transformarse en un gesto comprensivo y sé que ha funcionado.

—Oh, cariño, lo lamento—dice acercándose—.Ven aquí. Claro que te perdono. Sólo tenías que decírmelo, sé que querías a ese chico, pero lo superarás, ya lo verás.

—Lo sé, mamá. Gracias—susurro, dejando que sus manos se pierdan entre mi cabello.

 Así era mi madre. Tan fácil, tan manipulable, tan cegada de amor por mí.

 

*-*-*-*-*-*

 

—¡Minho!

—Hola, mamá.

Se acerca corriendo y me envuelve en un abrazo de oso. Intento corresponderle pero únicamente logro darle unas palmaditas en la espalda.

—¡Cariño, debiste decirnos que venías para acá! —me reprende separándose a penas un poco.

—Quería darte una sorpresa.

—¡Oh, cariño, eres tan lindo! —dice apretando su agarre.

—Mm sí, ¿puedes soltarme ya?

—Oh, sí, lo siento—dice alejándose apenada—.Es sólo que te extraño demasiado.

Permanezco en silencio sin saber qué responder, así que tan sólo le dedico una pequeña sonrisa.

—Minho, ¿no has pensado…? Digo, sé que no te gustan pero, ¿no crees que sería bueno tener un teléfono? —se retuerce las manos nerviosa, sabiendo que está tocando el tema equivocado.

—Ya lo hemos hablado, mamá—digo mientras me dirijo a la sala de estar. Hace tiempo que no estoy aquí.

—Sí, sí, lo sé—continúa—.Sé que la tecnología no es lo tuyo, pero es que estar tanto tiempo sin saber de ti me preocupa.

—Estoy bien

—Ni si quiera voy a llamarte—insiste—; sólo lo harías tú, cuando tú quieras, te lo prometo, incluso puedes únicamente mandar un mensaje de vez en cuando y así…

—No—la interrumpo.

—Pero Minho…

—He dicho que no ¿por qué siempre estás en contra de todo lo que hago? Sabes que no me gusta la tecnología, creo que vuelve a la gente estúpida, y allá vas tú, queriendo que sea como todos los demás, igual que siempre.

—No, no es eso. Sólo quiero saber más de ti. Estás fuera todos esos meses, ni siquiera sé en dónde vives, ¿y si te pasara algo?

—Nada va a pasarme, estoy seguro en donde estoy.

—¿Y dónde es eso?

—En Japón

—Eso ya lo sé, pero no tengo un solo número de teléfono o alguna dirección, Minho, es peligroso, ¿por qué no quieres que sepamos nada de ti?

—Me gusta ser independiente

—No vamos a molestarte—insiste de nuevo.

—Estás molestándome ahora mismo—digo levantando la voz.

Escucho como suelta un largo suspiro he intenta componer una sonrisa.

—De acuerdo, cariño—dice rindiéndose—¿Tienes hambre?

—Un poco

—Bien, vamos a prepararte algo en lo que llega tu padre.

 

—¿Estás tomando tu medicamento?

La verdad es que ya esperaba esta pregunta, e imagino que mi madre no tuvo el  valor suficiente para hacerla hace un rato, así que tuvo que recurrir a mi padre.

—Estoy bien—respondo evasivo llevándome el tenedor a la boca.

—Eso no fue lo que pregunté, Minho—dice endureciendo la voz.

—¿Cuál es el maldito punto de esta conversación? —mascullo.

Mi padre me mira enfadado y se limpia las comisuras de la boca con una servilleta antes de hablar

—En primer lugar—señala—, no me hables así que soy tu padre. Y en segundo, prometiste seguir con el tratamiento cuando te fueras a Japón. Era el trato, ¿ya lo olvidaste?

—No soy un niño—contesto enfadado—.Sé controlarme ahora. Mamá, tu sabes que…

—No metas a tu madre, ¿no dices acaso que eres un hombre? Acepta entonces que necesitas el medicamento y ve con el doctor ¿Al menos has visitado al doctor que te recomendé?

—No, no lo creí necesario—digo bajando la vista.

—Escucha, Minho, no hago esto para molestarte pero, si te niegas a ver al médico me temo que tendrás que volver a casa.

—Yo ya tengo una casa

—Sí, la cual no conocemos.

Le lanzo una mirada a mi madre pidiendo que pare con esto antes de estallar, así que deja los cubiertos a un lado y toma la mano de papá en un intento de calmarlo.

—Bueno, ya, hablemos de otra cosa—interviene— ¿has hecho algún amigo en Japón?

—Sí—contesto más tranquilo—.Bueno, estoy con alguien. Su nombre es Key.

—¿Key? —inquiere mi padre.

—Kibum—corrijo.

—¿Por qué no me lo habías dicho? —mi madre sonaba entusiasmada—. Cuéntanos,  ¿cómo es? ¿A qué se dedica?  ¿Cómo lo conociste?

—De acuerdo, mama, tranquila. Lo conocí en una cafetería, es...arquitecto y es genial. Es atractivo y hogareño. Es algo callado pero a mí me gusta. Él es realmente increíble

—¿Es coreano?

—Sí.

—Cuéntanos más.

—Es perfecto, no hay más que decir.

—Vaya, Minho, suenas enamorado—comenta papá sorprendido

—Lo estoy—afirmo—, y él también.

Mi madre me regala una sonrisa cargada de ternura y regocijo.

—No sabes cuánto me alegro, cariño—dice contenta.

 

*-*-*-*

—¿Crees que esté teniendo otra de sus crisis?—susurra mi padre. Sabía que los encontraría a esta hora en la cocina, charlando a escondidas como cuando yo era niño.

—Yo lo veo muy bien—contesta mi madre.

—Eso es lo que siempre parece. Podría estarlo ocultando, no podemos simplemente confiarnos y luego…

—Tranquilízate, él está bien.

Escucho un par de pasos y el sonido de trastes, tazas, quizá, después de todo son unos adictos al té.

—Es peligroso—continúa papá.

—Eso fue antes—se escuchaba segura.

—No, no fue hace tanto tiempo. Deberíamos  supervisarlo, esto de su independencia no me agrada

—Queríamos que sanara y lo hizo, ¿por qué no estás feliz?

—Lo de Minho no es una simple gripe, mujer ¿Te parece bien que ande por ahí sin su medicamento?

—No estamos hablando de un criminal

—No, estamos hablando de Minho, el mismo que hace tres años atacó a todos en ese hospital

—Los doctores dijeron…

—Los doctores dijeron que podía salir bajo estricta supervisión y no es lo que estamos haciendo

—Está feliz ahora, hacía tanto tiempo que no lo veía así. No quiero retenerlo aquí.

Mi padre suspira sabiendo que es una causa perdida.

—Sólo espero que estemos haciendo lo correcto.

Me alejo antes de ser descubierto, sabiendo que tengo la protección de mi tonta madre. 

Si tan sólo supieran…

 

Notas finales:

De verdad espero que les haya gustado, dejenmelo saber en los comentarios. 

 

Lamento tardar tanto, pero estoy con mi graduacion de la universidad y no tengo mucho tiempo.

Hasta luego :D 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).