Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nadie te encontrará por Tris

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Recomiendo mucho escuchar la cancion Noise de Gemma Hayes cuando vean: Una, dos, tres cuatro.

 

(Presente)

 

—¿Kibum? ¿Estás en casa? Soy mami, cariño.

Joder.  Como si soportarme a mí mismo no fuera suficiente.

Sé que cubrirme de pies a cabeza sólo funciona contra los fantasmas, pero aun así hago el intento de que logre poner una barrera entre mi madre y yo.

— ¿Kibummie? —la escucho susurrar muy cerca—¿Sigues durmiendo?

Espero que me silencio la convenza de marcharse, pero entonces no sería mi madre. Mi terca y hostigosa madre.

—Kibummie, anda ya, sé que no estás durmiendo.

Suelto un bufido y bajo las mantas a la altura de mi nariz

—No, pero iba a hacerlo –respondo

—Entonces llegué justo a tiempo—dice con entusiasmo.

—Mamá, realmente sólo quiero dormir—intento una vez más, pero por supuesto, su plan sigue en pie.

—Tonterías—resopla—, llevas meses durmiendo. Sal ahora, te he preparado un pescado justo como te gusta. También preparé arroz y papas fritas.

 

Me conmueve el detalle, pero no me apetece. Así que trato de nuevo con más delicadeza.

—Gracias, mamá. ¿Puedes ponerlo en el microondas? Lo comeré después.

Puedo sentir como se agota su paciencia Está buscando la manera de reñirme sin hacerme explotar, pero jamás lo logra. Es por eso que ya nadie viene, se dieron por vencidos.

—Pero si traje tu cátsup favorito.

—De verdad no tengo hambre.

—Estás muy delgado, Kibum. ¿Estás comiendo bien? No hay nada en tu despensa.

—Sí, mamá, estoy comiendo bien

—No te creo, cada día que vengo te encuentro metido en la cama y con la cocina intacta.

—De acuerdo, ahora soy anoréxico. ¿Puedo dormir ya?

— ¡No, no puedes!

Aquí vamos…

— ¡Tienes que salir, Kibum! ¡No puedo ayudarte así! ¡Tienes que superar esto!

 

“Tienes que superar esto”. No hay frase que odie más en este infierno al que llaman vida. Como si “superar esto” fuera una puta decisión que ha estado en mis manos todo el tiempo. Como si con tan solo desearlo fuera a desaparecer cada maldito recuerdo. Como si tomar aire fresco pudiera borrar cada golpe, cada lágrima, cada noche aterradora en los brazos de ese monstruo.

 

—Gracias, no necesito tu ayuda

— ¿Por qué haces esto, Kibum? Sólo quiero ayudarte a continuar con tu vida—hace unos años esto me habría conmovido hasta las lágrimas, pero había llegado al punto en donde el odio hacia la vida te convierte en el villano. Era mi turno de ser la bestia—He intentado todo, cariño, pero sinceramente ya no sé qué hacer. Dime. Dime que tengo que hacer para que superes est-

— ¡Ya lo superé, madre! ¡Ahora lo único que quiero hacer es poder dormir sin escuchar tu jodida voz! –Su rostro afligido pasó a la ira absoluta.

— ¡Respétame, Kibum! ¡Soy tu madre! —gritó apuntando su dedo hacia mí enfurecida.

—Oh, ya sé que eres mi madre, lo dices cada cinco putos minutos—respondí

—¡Es imposible hablar contigo! —exclamó caminando a la puerta. Usualmente sus visitas no duran mucho.

—¡Pues lo lamento!

—No, no lo lamentas—Su ojos se había vuelto brillantes, y yo intentaba sentirlo de verdad, pero mis emociones se habían consumido. No sentía nada—No te entiendo, Kibum.

—¡Sólo lárgate, mamá! ¡Imagina que nunca regresé! ¡Déjame y sigue con tu vida perfecta! –Así es como terminaba cada visita de mi madre. Gritos.

—¡¿Qué vida, Kibum?! –Estaba exigiendo una respuesta—¡¿Crees que eres el único que ha sufrido con esto?!

—¡Sí, eso es exactamente lo que creo!

 —¡A mí también me arruinaron la vida! ¡Jamás dejé de buscarte! ¡Ninguno de nosotros lo hizo, ese hombre acabó con todo!

—¡Oh, lo siento tanto! ¡Pero yo estaba muy ocupado siendo violado cada maldita noche! ¡No tienes idea de lo que ese hombre me hizo! ¡No tienes ni puta idea! ¡Así que no vengas a decirme cuánto es que sufrieron sin mí! –Estaba jadeando. Mi madre permaneció en el marco de la puerta con la cara cubierta por sus manos.

—Tienes razón—dijo después de un rato—. No tengo idea, pero tú no quieres hablar conmigo así que no me pidas que te entienda.

—¿De verdad quieres saber, mamá? ¿Quieres escucharme contar cada violación, cada humillación, cada golpe, cada…cada súplica, implorando que salvara a mi hijo? —Mi voz sonaba rota— Y después, ¿qué? ¿Cómo es que eso me beneficia? ¿Cómo es que ver tus ojos repletos de lástima hacia mí va a ayudarme a salir de esta maldita mierda?

 

Después de unos minutos se limpió un par de lágrimas y dio un largo suspiro.

No se giró a verme para despedirse.

—Te amo, Kibum, pero esto está acabando conmigo.

Y se fue.

—¡AH! — grité contra la almohada hasta que mi garganta dolió.

Miré todo en mi habitación y quise destrozarlo, así que me lancé contra el tocador.  Rompí cada perfume, vela y espejo. Tiré cada cajón y cada cuadro que tenía; seguí con el ropero. Lancé toda mi ropa al suelo y comencé pisotearla, arrojándola de un lado a otro; continué lanzando mi colección de zapatos, entonces ví a Sluppy. Estaba en un rincón del armario. Era mi peluche favorito, un dinosaurio que Jonghyun me obsequió en nuestro primer año de novios. Adoraba a Sluppy, dormía con él cada noche que Jonghyun no podía acompañarme.

Lo abracé, y recordé lo feliz que había sido. Recordé cada momento dulce de mi vida.

No podía ser este monstruo frente a Sluppy. Él, que vio lo mejor de mí.

Lloré en el suelo, y en el armario: justo como prometí no volver a hacerlo. Lloré como cuando eres capaz de sentir que algo dentro de ti a muerto, y no volverá jamás porque no hay modo de repararlo. Lloré como quien sabe que es su último día.

Lloré por querer terminar la vida por la que tanto luché.

 

 

Una

Dos

Tres

Cuatro

Cuatro blísters de pastillas.

Cuatro heridas en mis muñecas.

Me aferré a Sluppy esperando entrar en mi sueño sin regreso. Y me permití llorar una vez más.

Después de todos mis esfuerzos y de todo el dolor, por fin podría descansar. Quizá Dios incluso me permita verlo. Ver a mi bebé nuevamente. Tal vez el cielo tenga piedad y podamos yacer juntos en nuestro propio paraíso.

Tal vez la vida después de la muerte será más justa conmigo. 

 

Escucho un pestillo deslizándose, y me pregunto si es el efecto de las pastillas que me hace delirar.

Hay pasos, y el sonido de unas llaves chocando contra la mesa de centro.

Segundos después Jonghyun aparece en la puerta de mi habitación. Entrando cautelosamente, igual que siempre.

—¿Kibum? —Me agrada el tono dulce de su voz. Es perfecto para ser lo último en oír antes de partir.

Se ha detenido observando todo con horror, entonces recuerdo que destrocé la habitación.

Todo se ha vuelto borroso para cuando lo escucho gritar y acercarse.

—¡Kibum! Oh, no, no, no. Dios mío, ¿qué has hecho? —Sentía sus manos pasearse por mi rostro. Lanzó las cajas de pastillas con furia antes de alzarme en brazos—. Aguanta un poco, Bummie.

 

Había algo mojándome las mejillas, pero esta vez no eran mis lágrimas. De nuevo lo estaba hiriendo. De nuevo aniquilaba a la única persona que no se daba por vencida conmigo.

—Jjong—intentaba hacerme oír sobre sus sollozos, pero mi voz era apenas un susurro— Lo siento.

Abrió la puerta del baño de una patada y se apresuró a ponerme en la bañera. Sus dedos trataban de entrar en mi boca, a lo que yo me resistía. Tomó mi barbilla con un poco más de fuerza y hundió sus dedos hasta tocar mi campanilla.

No parecía importarle bañarse en vómito. Seguía introduciendo sus dedos en mi garganta.

—No puedo perderte de nuevo—su voz sonaba entrecortada. Su llanto aumentaba y yo me uní a él—No otra vez.

—Déjame ir—suplicaba—, déjame…por favor.

—Te amo más que a nada, Kibum. Sólo quédate conmigo.

Giró la perilla de la ducha y comenzó a limpiarme, mojándose en el proceso.

—Necesito llevarte al hospital, ¿de acuerdo? —murmuró. Continuaba quitando los restos del vómito, después colocó sus manos en el dobladillo de mi piyama y levantó la vista nervioso, como preguntando si tenía el permiso—.Tengo que…Tengo que quitarte esto, ¿está bien? Sólo voy a limpiarte y entonces podremos ir al hospital.

—No quiero…no me lleves. Quiero…quiero quedarme aquí.

—Yo…Necesito asegurarme que estás bien. Traeré tu bata, quédate aquí.

Regresó con mi bata de dinosaurios y me eché a llorar al verla. Todo en esta casa me recordaba la vida perfecta que tuve en el pasado. Estaba inundada en regalos de Jonghyun. Estaba inundada de mí. Del Kibum que alguna vez fue feliz.

Jonghyun se acercó alarmado.

—¿Qué pasa? ¿Qué sucede, Bummie? ¿Son las heridas? —sostenía mi barbilla con delicadeza. Jonghyun era el hombre perfecto. Era tan injusto que alguien arruinara lo nuestro.

Mi llanto se había transformado en sollozos  desgarradores que aumentaban la desesperación en el rostro de Jonghyun. Las heridas eran superficiales, pero la sangre parecía estar a punto de ocasionarle un paro cardiaco.

—Vamos, ponte esto. Te llevaré al hospital —sus manos temblaban mientras me envolvía en la bata de baño.

—No...no quiero ir... No me lleves—sollozaba —, por favor, Jjongie. Quedémonos aquí. Quedémonos para siempre; nadie va hacernos daño aquí. Quédate conmigo.

—Estoy contigo. Estoy contigo, bebé, no me iré a ningún lado, pero tiene que verte un médico.

—No llames a mi madre.

—Escucha—dijo pacientemente—, prometo no decir nada de esto si aceptas ir conmigo. Si todo está bien entonces...sólo lo olvidaremos, ¿bien? —había un pequeño tono de súplica en su voz. 

—...bien.

 

 

 

—¿Quieres que prepare algo para ti? —Jonghyun permanecía expectante en la sala de estar. El médico dijo que el actuar tan rápido había sido de mucha ayuda, así que sólo necesitaba ir de nuevo en un par de días.

—Quiero dormir —contesté. Iba hacia mi habitación arrastrando los pies y envuelto en una sudadera que encontré en el auto de Jonghyun.

—¿Necesitas otra cosa? Puedo llamar a TaeMin para que se quede contigo hoy.

—¿Te vas ya?

—¿Tú... quieres que me quede? —Lucía sorprendido. Y feliz.

—Sólo si tú quieres

—Pues claro que quiero —Se  apresuró a decir. Me siguió a la habitación de invitados puesto que había destrozado la mía.

Me hice un ovillo en la cama esperando conciliar el sueño.

—¿Puedes traer las mantas de mi cuarto? -pregunté

—Claro.

Me sentí nervioso de pronto al pensar que era la primera vez desde que volví que interactuábamos tanto. 

Regresó a la habitación con los brazos cargados, se sentó en el lado izquierdo de la cama y me arropó hasta el cuello. 

—Gracias —murmuré

—Está bien— Depositó un beso en mi frente que duró unos segundos más de lo necesario.

Estaba realmente agotado, física y emocionalmente, pero mis ojos se negaban a permanecer cerrados. Era otro de los regalos que Minho me dio: insomnio.

No quería romper el silencio, pero sabía de algo que me haría dormir

—Jjong

— ¿Sí?

—Mm… ¿cantarías algo para mí?

Sus ojos brillaron con tanta dulzura al sonreírme que sentí nacer de nuevo todos mis sentimientos, y me aterraba. No quería volver a sufrir a causa de sentir demasiado, al menos ahora permanezco en modo automático, con arrebatos de vez en cuando, pero no era un mar de lágrimas como lo fui al volver.

—¿Alguna petición? —su voz estaba pintada de gracia, y por un momento pude ver al Jonghyun del que me enamoré: el despreocupado y alegre que no tiene miedo al hablar.

Esbocé una tímida sonrisa, y pensé en alguna melodía. Alguna tranquila que encajara con su voz.

 

—¿Recuerdas aquella canción de Park Ji Yoon que tanto me gustaba? —pregunté.

—¿La que ponías en la ducha? –asentí—. Sí, la recuerdo, no la quitaste durante un mes.

El recuerdo me hizo sonreír. Era cierto, estuve semanas con esa canción en mi cabeza: tenía un efecto relajante en mí.

—Lo sé – susurré.

Lo escuché aclararse la garganta segundos antes de comenzar a cantar. La habitación entera se sumergió en el aura melancólico de la canción. Cerré los ojos intentando recordar que esto alguna vez fue normal; Jonghyun cantando en mi cama, Jonghyun diciendo te amo, Jonghyun haciéndome el amor.

Sentí su mano acariciando mi cabello cuando llegaba al final de la letra, tarareando la parte instrumental.

—Cántala de nuevo—musité, y lo escuché retomar la canción

 

Esta vez no llegué al final de la letra.

 

Notas finales:

Sufrí mucho mientras escribía este capítulo, y aun así no me parece que transmita la tristeza que deseaba, no sé, ustedes me dirán.


La canción que canta Jonghyun es 4월 16일 de Park Ji Yoon, le gusta a Key y es una de mis canciones favoritas, también.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).