Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nadie te encontrará por Tris

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias a las personas que comentaron, me hacen mucho muy feliz, y me motivan a seguir escribiendo :D 

La semana pasada, después de salir de aquí, llegué a una estación de servicio,  llené el tanque de mi auto y decidí comprar algunas cosas para comer; cuando estaba en la caja, observé los estantes repletos de golosinas, y recordé lo mucho que me gustaban. Tenía prohibido la comida chatarra en la cabaña, y los primeros meses echaba de menos un sinfín de cosas, pero a medida que pasaba el tiempo dejé de recordar incluso el sabor de todo aquello. Mis únicos premios o postres eran las frutas, y sólo si él consideraba que me hubiese portado muy bien.

La cajera me preguntó si deseaba algo más, a lo que yo respondí que no en automático, pero un segundo después, comencé a arrojar bolsas y bolsas de golosinas en el mostrador: gomitas, paletas, chocolates, chicles, salados, decenas de dulces de todo tipo. La gente que había detrás de la cola miraba sorprendida cómo un loco se llevaba todas las golosinas de la tienda, pero no me importaba lo que pensaran.

Una vez estando en mi coche, abrí una bolsa tras otra sin parar, atiborrándome la boca de chucherías mientras lloraba sin razón. Comía con desesperación, como si alguien fuese a venir a quitármelas de un momento a otro. Fue demasiado para mi estómago, vomité llegando a casa y la lengua se me llenó de llagas, pero eso no me impidió seguir comiendo. Quería ser como antes, doctora, deseaba tanto ser el chico que no estaba roto.

Los dulces no sabían igual a como recordaba, ya nada tiene el mismo sabor.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Sentía sus jadeos en el cuello, su aliento me hacía estremecer del asco pero había aprendido a mantenerme quieto. Era un muñeco de trapo que él manejaba a su antojo.

Trazaba figuras en mi cuerpo con las yemas de sus dedos una y otra vez. Yo debía permanecer desnudo hasta que él lo decidiera, entonces me devolvía el pijama y estando listo me envolvía en sus brazos para cubrirnos a ambos con una manta.

Era difícil conciliar el sueño las primeras semanas, pero la resignación fue haciendo estragos en mi cuerpo y ahora me dejaba llevar por la fatiga del día.

—Kibum—habló sacándome de mi letargo—, ¿has estado enamorado alguna vez? ¿Realmente enamorado?

Era extraño escucharlo preguntar algo tan personal, especialmente si tenía relación con mi pasado. Y me ponía nervioso decir algo que le molestara. No le gustaban las mentiras, pero mencionar a Jonghyun era demasiado arriesgado.

 

—No —murmuré después de un rato. Parecía contento con mi respuesta.

—Lo sabía— dijo—. Eres un chico listo, tú sabes apreciar la diferencia entre el cariño y el amor verdadero. Yo cometí el error una vez de creer que amaba a un hombre.

— ¿Y qué pasó? —pregunté.

—Bueno, pues que me di cuenta a tiempo que no era el indicado. Fue antes de conocerte, claro. Salimos durante unos meses, y después quiso terminar: dijo que yo controlaba su vida, lo cual era totalmente falso. A él le gustaba tener muchos amigos e ir de fiesta y no estuvo de acuerdo en que yo se lo prohibiera. Yo sólo quería protegerlo,  traté de ser paciente, estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad, entonces confesó que había alguien más.  Soy una buena persona que cree en el amor, así que simplemente les ayudé a estar juntos. Probablemente habrían terminado en un futuro pero yo me encargué de unirlos para siempre.

 

No quería creer lo que estaba escuchando. Aunque sabía que Minho era una mala persona, no quería pasar mis días con un asesino sin escrúpulos que piensa que todo lo que hace es por amor.

 

— ¿A qué te refieres con…unirlos para siempre?

—Exactamente lo que estás pensado—dijo con absoluta indiferencia—.No le des tanta importancia. Era el destino—continuó—, justo un mes después fui a la cafetería donde Baekhyun y yo nos conocimos, y te vi. Salías de la escuela cargando una montaña de libros que terminó en el suelo, y no estabas molesto, te observé e imaginé el sonido que tendría tu risa. Lucías encantador tratando de llevar todo a tu auto y…simplemente lo supe. Supe que eras el indicado. Tuve que seguirte para saber tu dirección, y el resto es historia. Tomó bastante tiempo preparar todo, cada día era más difícil permanecer alejado de ti, pero valió la pena, ¿no crees? Todas las veces que tuve que soportar verte en los brazos de alguien más…Pensé en quitarlo del camino, pero creí que de esa manera te sentirías culpable de ser feliz conmigo.

 

Era demasiada información para asimilar. Pensar que sin saber nada alguien decida arruinar tu vida de un segundo a otro. Saber que he sido observado durante meses, y que las probabilidades de volver a casa se vuelven cada vez más pequeñas me aterra. Porque sé que ha pensado en cada detalle, que si escapar fuera cosa  fácil no dormiría tan tranquilo cada noche.

—¿En qué piensas? —preguntó.

—¿Por qué…? —no estaba seguro de cómo formular la pregunta, todo era un desastre dentro de mi cabeza— ¿Por qué fue diferente conmigo?...Tuviste relaciones normales antes, ¿por qué no…intentar conocerme y salir como todos los demás?

—El mundo está hecho un asco, Key, y tú no mereces eso. Mientras más te observaba más me convencía de estar haciendo lo correcto, debía alejarte de toda esa maldad. Todo tenía que ser perfecto para ti.  Tenía que salvarte; aquí no hay nada que pueda hacerte daño.

 

Excepto tú.

—¿No eres feliz aquí? — En ocasiones Minho hacía preguntas como esa que me llevaban a pensar que no era realmente consciente del daño que ocasionaba. En su cabeza sus actos crueles y despiadados eran todos para mejorar el mundo.

Con el tiempo fui aprendiendo lo que él quería escuchar. Lo mantenía feliz, y me mantenía a salvo.

—Sí, soy feliz. Soy feliz contigo.

Eso me hizo merecedor de otra ronda de besos y roces por doquier. Pero sabía que no habría golpes mañana, y que incluso tendría la tarde libre para leer lo que quisiera sin tener que estudiar.

A veces es necesario llevar un extintor al infierno que mejore el ambiente.

Cuando el silencio en mi mente se volvía insoportable y las ganas por interactuar parecían consumirme, compartía pedazos de mi vida esperando obtener sus oscuros secretos y las razones por las que había terminado con una mente retorcida.

—Yo tenía un hermano—le dije capturando su atención—.Era tres años mayor que yo, su nombre era Eunhyuk…era mejor que yo en todos los aspectos, y el favorito de mamá. Pasé gran parte de mi vida intentando llenar el vacío que mi hermano dejó en mi madre, pero éramos tan diferentes…jamás lo logré.

—¿Qué le ocurrió? —cuestionó con verdadero interés.

—Un auto lo arrolló. Iba camino a su práctica de fútbol, era realmente bueno, ganó muchos trofeos. Y era muy apuesto. A mi madre y a él les encantaba ver películas de terror, así que por la noche me escabullía a la habitación de Eunhyuk para que me dejara dormir en su cama. También eran aficionados al deporte, hacían muchísimas cosas juntos, tenían una relación envidiable.

—¿Qué edad tenía cuando murió?

—Catorce.

—¿Y cómo lo tomó tu madre?

—Pues fatal, por supuesto. Nunca volvió a ser la misma, una parte de ella quedó atrapada en ese ataúd. Muchas veces intentó que me interesaran las mismas cosas que Eunhyuk, aunque no lo admitiera. Y yo de verdad quería complacerla, pero odiaba el deporte y… cuando se enteró que soy gay, bueno, fue difícil. Sé que habría sido más fácil si Eunhyuk continuara aquí porque él le daría nietos. Mi tía Min Ji tiene dos…he visto cómo los mira…como algo que nunca podrás tener.

—Entiendo, tampoco fui el orgullo de la familia—dijo—. Mi hermano mayor es un hombre exitoso y en cambio yo…yo sólo era una carga.

—¿Por qué lo dices?

—Estaba enfermo, y no, no pongas esa cara, no es contagioso, ni grave, pero requería de supervisión constante. Pasé bastante tiempo en hospitales, es por eso que conozco tantos libros, era mi único pasatiempo. No tenía amigos. Algunas veces Minseok iba a jugar conmigo, pero siempre estaba muy ocupado.

—Tu hermano debe quererte mucho. ¿No crees que…no has pensado que tal vez, tu familia te extraña?

—Están acostumbrados a vivir largos tiempos sin mí, no te preocupes.

—Pero, ¿tú no los extrañas? ¿No extrañas a tus amigos o las cosas que solías hacer?

—-¿Como qué?

—No lo sé, como ir al cine, a una cafetería…comer un postre.

—No, contigo tengo todo lo que necesito, y pronto seremos una familia completa, no podría ser más feliz.

—Sí, tienes razón…

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

La mayoría de la gente se imagina que pasé mis días en esa cabaña a punta de pistola, y yo no los saco de su error. Y es que, cómo podría explicar que bastaron unos cuantos días para que mi fortaleza se hiciera pedazos.  Cómo explicar que disfrutaba las tardes de lectura y las mil anécdotas que tenía por contar cuando se transformaba en el hombre amable que vivía dentro de él; que en ocasiones, había canciones que le iluminaban los ojos y podía ver la sonrisa que me hizo confiar ese día en la escuela; que una vez fue tanta su emoción que me arrastró a bailar con él sin importar que se quemara un poco la cena. No se equivoque, no hay un solo gramo de cariño en mí por ese hombre.

Hice muchas cosas en esa cabaña de las que me avergüenzo, pero todo lo hice para sobrevivir. Es sencillo sentarse a hablar en la comodidad de tu casa de lo que harías en una situación como esa, de cuán valiente eres y cuánto lucharías por mantener tu orgullo intacto, pero ¿sabe qué? Es toda una mierda. Porque no sabes lo que harás hasta que tienes una puta pistola entre los ojos, no sabes cuánto estarás dispuesto a decir hasta que una sola palabra puede hacer la diferencia entre comer o morir de hambre. No tienen ni puta idea, porque incluso poder ver el sol se convierte en un deseo inalcanzable. ¡Así que a la mierda! Pueden decir que no luché lo suficiente o que me terminó gustando tanto que decidí quedarme, no cambiaría nada de lo que hice. Si me convertí en una puta, fue para protegerme a mí y a mi hijo.

 

Y lo haría un millón de veces más. 

Notas finales:

Amo las golosinas. El principio del capítulo me recuerda a mí, hace unos años, cuando falleció un amigo, y después de dos días de shock, compré muchas chucherías y me comí todas mientras lloraba.  

Bueno, comenten si les gustó el capítulo. 

Pregunta curiosa: ¿Qué creen que harían ustedes en una situación como la de Kibum? ¿Lucharían, recurrirían al suicidio, serían la sumisa aterrada, resignación después de varios intentos de vencer a su agresor, hacer que confíe en ti para matarlo? ¿Un poco de todo? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).