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Un ángel de paso por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

Las cosas se calientan señores XD

Disfruten ^^

 

 

 

Yuuri daba muestras de su fortaleza, actuando con madurez antes el comportamiento de los dos alfas ajenos a su familia, enfrentando el asunto con pocas palabras y de ser necesario un par de bofetadas que hicieran entrar en razón a los demás. Estaba molesto porque quería estar molesto, ¡era una situación demasiado molesta! ¿Qué era eso? ¿Una escena de celos tras otra? ¿Un intento de conquista tras otro? ¿Viktor y Yurio no podían simplemente ver que no quería ser acosado por nadie? ¿Que apenas su novio acababa de viajar? ¿Qué les pasaba a ese par? ¿Tan malditos eran como para aprovecharse de él, ya que estaba solo de nuevo?

El japonés sólo podía fruncir su ceño y apretar los puños porque no le estaba sentado nada bien el hecho de tratar con dos rusos inmaduros que tenían claras intenciones de lanzársele encima cuando tuvieran una mínima oportunidad. Si hasta sentía sus feromonas brotar debido al enfado, al menos eso se lo confirmó el amigo de su jefe, un alfa amable que sólo le quiso advertir. Siempre tuvo control sobre sus feromonas que delataban sus emociones, siempre calmado y disimulando todos sus conflictos internos, pero ahora se estaba saliendo de control. ¡Era el estrés y el enfado! Tal vez debió pararlos desde el principio, ponerles las cartas en la mesa y decirles que Ely era su único amor momentáneo. Su hija estaba por encima de cualquier beta, alfa o cosa que intentara conquistarlo. Elizabeth era su único amor en ese mundo y que lo demás le valía completamente un reverendo comino y…

 

 

—papi, ¿estás enfadado?

—¿eh? Yo no… no lo estoy – dijo relajando su cuerpo al ver a su pequeña en la pista. Debía controlarse, controlar su cuerpo y no dejar escapar la evidencia de que… ¡era un omega estresado! – sólo recordé algo — sonrió como en cualquier otro momento haría

—¿qué cosa? — con curiosidad se acercaba al azabache y lo miraba con esos ojitos brillantes

—tu daddy no me ha llamado en estos tres días – confesó y sintió de nuevo su furia incrementar, ¡quien se creía Tadashi como para no llamar! ¡Prometió que lo haría diario si le fuese posible!

—papi – dijo Ely acercándose a su padre, quien parecía emitir un aura pesada – ¿por qué Viktor-san y Yurio se están peleando? — con su dedo señalaba a un lugar específico

—¿qué? – Yuuri se giró a ver aquello y era verdad, ¡se retaban y empujaban hasta que empezaron a intentar golpearse! – ¡¿qué hacen esos dos?! – se quejó bajito, susurrando, no quería asustar a su hijita

—parecen niños – sonrió Ely mientras dejaba de verlos y se concentraba en Yuuri — ¿hay que detenerlos? — Yuuri tenía sus puños apretados, trataba de respirar profundo para no enfadarse más

—yo me encargo – entonces era Yuko la que salía a escena, pues escuchó y vio de lejos el escándalo que hacían esos dos rusos. Se enfadó y cuando una mujer se enfadaba, era de temer

 

 

El asunto fue demasiado sencillo en aquella ocasión. Viktor se había lanzado contra el rubio, intentando taclearlo. Yuri se defendía con habilidad, esquivando e intentando asestar un golpe que noqueara a su oponente. Dos alfas retándose con la mirada, emitiendo esa aura poderosa de quien no está dispuesto a parar. Todo había comenzado con una frasecita sencilla que golpeó el orgullo de uno, “no eres suficientemente bueno para Yuuri. Yo soy mejor que tú”. Después de eso habían sido lanzados retos, leves empujones, agarre de los hombros, miradas retadoras y terminaron en un golpe. Yuuri se había llevado a Ely con él, impidiendo que viera aquella agresión, siendo cubierto por las dos trillizas. La tercera adolescente había seguido a su madre para serle de ayuda de ser necesario, llevaba su celular activado, tomando evidencia gráfica de ese mal comportamiento y en la otra mano las municiones

 

 

—ALTO — Yuko gritó llena de enfado mientras se acercaba al par de alfas, pero fue ignorada

—te mataré viejo

—eres solo un niño. La experiencia es lo que vale, Yurio

—pues mira lo que este niño puede hacer — un golpe más. Las cosas caerse debido a que los alfas chocaron, cayeron y rodaron por el suelo

—Loop… ayuda a tu madre — una trilliza más se unía al equipo. Lutz llevaba en sus manos dos cubetas más de las que ya se hallaban cerca de Yuko, colocaba el contenido de dos bolsas grandes y sonreía

—¿lista oka-san? —sonreía tomando una de las cubetas y observando a la castaña mayor con una sonrisa aterradora sujetando la otra — vamos entonces

—DIJE QUE PARASEN —

 

 

Los alfas ignoraban todo a su alrededor, solo se centraban en rodar por el piso golpeándose, tratando de someter al otro. Su orgullo estaba en juego, se defenderían a cualquier costo y eso incluía malograr su hermosa apariencia física. Iban a dar un golpe más, ambos con sus puños cerrados que tomaban impulso para el ataque y… frío. Yuko y Lutz habían lanzado la primera carga hacia aquel par de rusos cabezas duras. Agua y hielo, nada mejor que eso para enfriar a ese par, dos cubetas más eran entonces usadas, logrando que el par de alfas se separaran y casi ahogándose, sin saber cómo reaccionar, gatearan intentando huir de ese líquido que volvía sus cuerpos pesados. Loop entonces vaciaba un polvito mágico en el líquido de los baldes restantes y reía estrepitosamente cuando su madre y hermana lanzaron la última carga. Cuando los rusos dejaron de toser y de asimilar que sentían un intenso frío, se levantaron y vieron a la beta enfadada sosteniendo aun el contenedor de aquello. Iban a protestar, gritar, pero algo los detuvo, una sensación graciosa en la piel de su rostro. Una molestia que se hacía intensa, insoportable, era una comezón del diablo que los obligó a detener la pelea. Un grito más de la beta, cosas lanzadas al par de rusos, un Takeshi que salió a ayudar, algunos buenos samaritanos y al final… paz en el Ice Castle

 

 

Lección asimilada… reprimenda obligatoria…

 

 

Yuuri no podía simplemente seguir tolerando el comportamiento competitivo de esos dos, estaba cansado y la gota que derramó el vaso fue esa pelea. ¿Qué pasaba si Ely hubiese visto como la agresión física empezaba entre ese par? Gracias al cielo, logró retirarla antes de que eso sucediese. Se reunió con los dos rusos en una mañana donde ya había dejado a Ely en la escuela. Los implicados podían percibir el nivel de estrés en Yuuri simplemente poniendo atención a algo más que el aroma de su oponente, ya no eran solo ellos, sino su adoración también. Generalmente Yuuri tenía un perfume sutil, definido como imperceptible, como cualquier otro beta y solo se descontrolaba cuando estaba cercano al celo. El hecho de que en ese mismo momento lograran diferenciar un rastro levemente intenso, y a más de eso, característico del enfado en una persona -para ser exactos, del omega- les dio mala espina

 

 

—­Yuuri — ambos soltaron el sonido al mismo tiempo, terminaron mirándose retadoramente al darse cuenta de ese detalle. Planeaban volver a pelear de nuevo, pero alguien los detuvo con una simple frase

—si van a hacer un escándalo de nuevo, prefiero irme y fingir que ustedes dos NO existen — el japonés los miró con seriedad, tratando de controlar su enfado. Odiaba perder la calma — no los quiero escuchar — fue la frase inmediata al ver a los otros dos entreabrir los labios

—pero yo — Viktor entonces recibió una mirada de advertencia y decidió no presionar. Dos rusos distinguidos por su altura poco común, siguieron entonces a Yuuri que decidió platicar en un lugar público. Usaría eso como justificante para escapar si fuese necesario — ¿Yuuri, a dónde vamos?

—también quiero saberlo, katsudon — pero fueron completamente ignorados mientras Yuuri ingresaba al primer restaurante que encontraron por allí. Era temprano, por lo que no había mucho movimiento y les daba un toque de privacidad

—… — silencio total mientras la camarera tomaba la orden y Yuuri pidió tres cafés con una sonrisa amable al mismo tiempo que evitaba que los otros hablaran. Con un leve movimiento de su mano los amenazó y hasta la camarera soltó una risita al notar la ansiedad en los dos alfas — solo eso, gracias —al despedir a esa muchacha, se volteó para mirar a sus acompañantes un momento antes de suspirar y decidir ser directo y sincero —quiero que dejen de tratar de frecuentarme, porque no los voy a aceptar.

—eso es imposible, katsudon

—Yuuri, yo solo quiero arreglar las cosas

—…— Yuuri no los cortó porque esperaba al menos una disculpa por su comportamiento anterior, pero al parecer eso no iba a suceder — No quiero nada con ustedes — ni siquiera los miró, solo recibió el café ofrecido y se concentró en eso — y por si no se han dado cuenta, tengo un novio.

—lo sabemos, pero eso no significa que nos quedaremos sin hacer nada

—por única vez estoy de acuerdo con el viejo

—Viktor-san — acentuó cada sílaba en advertencia para que los demás se callaran — has dejado a Ely en segundo lugar, sólo por insistir en que quieres recomenzar algo conmigo… — respiró profundo para no enfadarse, no valía la pena. Bebió un poco de su café esperando un reproche o algo, pero el de cabellos platas parecía no encontrar una frase suspicaz

—no la he dejado de lado. Estoy al pendiente de ella, pero también lo estoy de ti

—… — ignoró al primer alfa y observó al rubio sonreír divertido para después poner atención — Yurio, yo pensé que podía darte la suficiente confianza porque estaba seguro que no abusarías de ella. Besarme sin permiso a sabiendas de que yo no quería algo así, fue demasiado — el menor hizo una mueca, pero… ¡tampoco se disculpó! ¡Eso era indignante!

—aun es un niño

—y tú un viejo infantil

—Ustedes dos están siendo demasiado inmaduros con esto — Yuuri entonces los rechazó, inminentemente, les dijo la verdad, los miró a los ojos y acalló protestas. Estaba cansado de lidiar con eso. — se los repetiré… Viktor-san, Yurio… ustedes dos no me interesan — emitió una leve sonrisa mientras dejaba su taza de lado — así que como los adultos que son, les pido madurez, buen comportamiento y comprensión para con mi decisión. A partir de este momento los miraré como lo que son para mí… mi pasado, porque Ely es mi presente y futuro. Por si no entendieron, ignoraré sus galanterías, los evitaré, no quiero tenerlos cerca, no me interesan, pero si Ely quiere verlos fingiré que son amigos lejanos y nada más

—¿eh? ¡Espera Yuuri! — de nuevo una protesta en dúo, miradas retadoras y un japonés enfadado emitiendo un aroma levemente agrio

—les cederé la cuenta por hoy — de nuevo emitió una sonrisa que enviaba el mensaje de “no los quiero escuchar” y decidió abandonar aquel sitio, en donde ya llegaban las personas a desayunar

—Yuuri, espera… no puedes hablar en serio

—katsudon, ¡no acepto tu rechazo!

—Casi lo olvido — respiró profundo y calmó sus ¡malditas feromonas! — con respecto a la pelea que casi destruye una porción del Ice Castle — vio a los rusos tensarse. Al parecer estaban más preocupados en pelear que en recordar detalles — no los quiero cerca de mí o de mi hija hasta que se disculpen por su comportamiento. AMBOS — los miró retadoramente antes de abrir la puerta y salir, pero en el fondo, algo le decía que nada sería fácil y que las cosas se tornarían cada vez más negras

 

 

Control…

 

 

Yuuri se sentía más liberado cuando abandonó a esos dos rusos, fue fantástico aclarar las cosas. Logró que su cuerpo se calmara lo suficiente como para él mismo sentir que su naturaleza omega se suprimía como siempre debió ser. Nunca le gustó que la gente identificara sus emociones por su aroma, “Yuuri, hueles a…” esa simple frase le recordaba que era diferente, especial, pero que también por ese simple hecho tenía muchos problemas que enfrentar. Tadashi le había ayudado a tener ese asunto bajo dominio total, casi total. Meditación, control mental, muchas formas de mantener su “aura” neutral y por eso en ese mismo momento ya podía sentir que sus músculos se destensaban a cada paso que daba hacia su hogar. Aún recuerda que Yurio o Viktor solían oler sus inseguridades en las competencias, así como otras tantas facetas que no podía controlar, pero eso era asunto pasado. Ahora él era el dueño de su propio cuerpo y eso se lo debía a… ¡al beta que no se había comunicado en días!

 

 

—vamos Yuuri, pronto empezará – Mari llamaba a todos los miembros de la familia al centro de la casa, donde la televisión se mostraba ya en el canal por cable que deseaban

—no puedo creer que ese sea tu novio – se reía Minako mientras veía la pantalla que enfocaba a un escenario en donde la orquesta se empezaba a ubicar y las partituras eran revisadas – solo míralo, ahora tiene el cabello negro, pasa casi desapercibido. Increíble disfraz

—¿dónde? ¿Dónde? – decía Lutz que no lograba diferenciar a Tadashi en medio de todos esos músicos – ¡que alguien lo apunte!

—¡ahí! – Ely estaba muy animada mientras se acercaba a la pantalla con sus palillos y apuntaba a una persona en medio de toda esa gente – ese es daddy

—es verdad – sonreía Mari al verlo – pasa perfectamente desapercibido, tal y como le gusta

—wow, dicen que el amor hace que veas a la persona que amas incluso en medio de cien personas – comentaba Loop quien se fijaba en la concentración de Yuuri en la pantalla – ¿lo ves?

—claro – sonrió el japonés mientras se sentaba con los demás – esta vez tocará el violín … y hará un solo con Habanera… lo escuché practicar – soltó un leve suspiro al recordar cada vez que tocaba para él

—te has puesto nostálgico – Toshiya acotó eso al ver a su hijo mirar la pantalla como si desease que esa persona saliera de esta – ¿lo extrañas?

—¿eh? claro que sí, pero – sonrió mientras se sentaba acomodaba en su lugar – sólo mencionaba que lo escuché practicar

—sabemos que es difícil separarte de la persona que quieres – sonrió Hiroko con ternura acariciando el cabello de su hijo – pero confía en el en ti y en él. No volverá a pasar alguna cosa dolorosa

—lo sé, oka-san – jugó un poco con un mechón suelto de su cabello y emitió una sonrisa para darse ánimo – lo veré pronto — a pesar de que por días no se había comunicado, cuando Tadashi lo hizo, le dio aquella noticia

—hay que ir planeando la fiesta de bienvenida – apoyaba Mari con entusiasmo – será algo grande

—¿habrá pastel? – se fijaba Ely mirando con emoción a su tía

—¡claro que sí! Además, platillos deliciosos – eso atraía la atención de todos y con emoción levantaban sus puños en son de apoyo

—Ey, silencio. Ya va a empezar – retaba Minako al ver que el director tomaba la batuta y dirigía los primeros sonidos – todos miren al ahora pelinegro Tadashi. Confirmemos como toca ese violín, más le vale que sea una presentación sin precedentes

 

 

Todos se reían por los comentarios de la maestra de muchos, por las bromas de Toshiya o de Takeshi para amenizar el ambiente. Miraban la pantalla, donde el violinista se perdía entre las decenas de músicos especializados en algún instrumento en particular, pero Yuuri se concentraba en ver al muchacho que con los ojos cerrados entonaba aquella melodía de Beethoven que tocaban en grupo. Yuuri sonreía porque sabía que Tadashi se perdía en su pasión, al igual que él se perdía cuando pisaba una pista de hielo, era la misma emoción, porque ambos hacían lo que más amaban. Te envolvías en la pasión desmedida, lo disfrutabas, te inundabas de euforia y cumplías tus sueños. Yuuri escuchó tocar a aquella orquesta sinfónica, esperando ansioso cuando el solista diera su debut, años de esfuerzo culminaban en eso. Tadashi entonces se mostraba para dar la melodía en un programa especial en medio de todo el cronograma de ese festival musical.

Love Story era una melodía escogida por el propio Tadashi, favorita de su padre de quien heredó el talento y la fama bajo un pseudónimo, pues para el mundo ellos eran los Yamamoto. La tonada era melancólica hasta cierto punto -al menos eso expresaba el ritmo lento- pero a la vez era bastante hermosa y estaba siendo dedicada para el espectador japonés que sonreía divertido por el silencio en la sala. Yuuri aun recordaba cuando escuchaba aquello en primera fila, en el mismo violín que ahora era sujetado por Tadashi, quien empezaba con su momento de brillo. Las mejillas de Yuuri tomaban un leve carmín al recordar la noche de conversión de año, donde lo escuchó entonar aquello junto a otras melodías más y poco después se hallaban besándose bajo la luz de una vela. Se dio una reprimenda mental, porque pensar en eso en el justo momento en que lo veía por la televisión era… ¡vergonzoso! Gracias al cielo que todos estaban concentrados en la pantalla como para prestar atención a los leves debates mentales que el japonés tenía consigo mismo.

Fue entonces que Yuuri vio como la cámara enfocaba al solista, quien se mostraba brillante en el manejo del violín. Los ojos de aquel muchacho se abrían demostrando que solo el color de los mismos, seguían intactos, a pesar de que el peinado cubría uno de ellos y solo uno miraba a la cámara, para de inmediato sonreír con ternura. Yuuri en ese momento pensó que esa sonrisa iba dirigida expresamente hacia él, se sintió tonto porque Tadashi le sonreía al público, pero era bonito pensar en eso… quería creer que esa sonrisa iba dirigida solo a una persona, o tal vez a dos, porque Ely, emocionada, sujetaba con fuerza sus palillos dejando de lado el tazón de katsudon que comía, solo para sonreírle a la pantalla. Una sonrisa que como respuesta tenía otra, sonaba tan romántico, poético, ingenuo, que sonaba enteramente a Tadashi… después debía preguntarle si es que esa sonrisa tenía dedicatoria

 

 

Ellos…

 

 

Yurio en esa tarde había decidido ir a caminar por allí, matar el tiempo sin hacer nada en específico. Cuando escuchó que la familia vería a Tadashi en su día mágico, huyó. Ya tenía suficiente con el rechazo de Yuuri, no quería ver la emoción y el cariño expresado a alguien que no fuera él. Suspiraba pesadamente mientras miraba al frente y se daba cuenta que los días pasaban más rápido de lo deseado y en menos de una semana tendría de nuevo al castaño en casa. Yuri no podía evitar ver a Tadashi como su mayor obstáculo, hasta despreció Viktor en ese momento, porque el ruso lo tenía peor que él… Yuuri ni siquiera le daba sonrisas espléndidas al viejo, eso se traducía que Viktor estaba en la mierda y eso hacía sonreír al rubio a veces, porque Viktor se merecía el desprecio del bueno por parte del japonés y más que eso

Ambos rusos criticaban su maldita suerte a su forma, cada quien parecía no poder atravesar la barrera que Yuuri mantenía fija para evitar que seres indeseables pasaran su protección y sinceramente estaba funcionando. Pero los rusos tenían algo en común y era la terquedad, darse por vencidos no era una opción, seguirían planeando alguna cosa para ganar la atención de aquel que les robaba el sueño y los suspiros. Planeaban, ejecutaban, fallaban, les dolía, pero seguían de nuevo. Se levantaban las veces que eran necesarias porque simplemente perder no era opción para ninguno. Cada día que pasaba era para ejecutar el mismo plan y cada día era más decepcionante que el anterior

Era así que cierto día en donde se encontraron con Yuuri decidieron atacar al mismo tiempo. Tal vez no era una idea espléndida, pero tampoco era como si coordinaran acciones o algo por el estilo, todo era improvisado y basado en coincidencias. Había sido una mañana espléndida, Yuuri había dejado a Ely en la escuela como era su rutina, y así como en cualquier otro, también iba a realizar su siguiente trabajo. Tenía que abrir la tienda de Tadashi, sonreírles a los clientes que venían a comprar alguna cuerda de guitarra o preguntar por el precio de algún artefacto y Yuuri les atendía con una sonrisa cálida, porque le gustaba eso, así de fácil. El japonés sonreía porque la noche anterior había hablado con Tadashi, el tiempo pasó sin hacerse notar y solo faltaban unos tres días para el regreso de aquel solista. Por eso la amabilidad de Yuuri desbordaba, así como sus leves momentos de despiste, en donde no se fijaba quien estaba a su alrededor. Fue la oportunidad perfecta para dos rusos, quienes tratarían de atacar

Disculpas sinceras por algunas de sus acciones anteriores, pedido de un momento ameno, halagos, risas, cumplidos, fingir interesarse por los instrumentos, pedirle a Yuuri que tocara para ellos. Eso hacían sin siquiera pensarlo y abusaban de la buena predisposición de Yuuri en esa ocasión, así como la falta de atención del azabache hacia sus intenciones. Pero Viktor y Yuri se peleaban por atención, cada vez con más ímpetu, hasta que ambos sin darse cuenta habían soltado una frase en común. «Sal conmigo», eso fue lo único que hizo al japonés salir de su burbujita emocionada, para que mirara con atención e incredulidad a ambos rusos. La respuesta obviamente fue una negativa para ambos, pero ni así, los más altos se rindieron. El primero trató de convencer al japonés mediante coquetería, el otro se portó como un caballero que defiende a su damisela y abrazó a Yuuri para protegerlo. Ambos extranjeros peleaban por ser aceptados y solo recibieron un golpe en la cabeza con un periódico envuelto

 

 

—esto es demasiado – se quejó Yuuri al tener que callarlos con violencia – ¿podrían dejar de verme como un premio? – les miró reprobatoriamente y apuntó a la puerta – fuera

—Yuuri, yo no quería agobiarte

—katsudon, mi intención no era mala

—¡AFUERA LOS DOS! – Yuuri tuvo que patearlos fuera, literalmente, para que no siguieran en esa situación. Los rusos no solo asustaban a los clientes, sino que ya habían hecho que algo cayese al suelo — AHORA, LARGO

 

 

Yuuri estaba furioso. No cabía duda que eso lo estaba estresando más de lo deseado, incluso tuvo que ir por una botella de agua y obligarse a contar hasta cuarenta. Fue idiota por pensar que en verdad ese par dejarían de hostigarlo, incluso creyó en esas disculpas por la violencia usada hace días en el Ice Castle. Fue entonces que, dejando de lado todo el trabajo, se refugió en lo único que le traía paz, un arpa bien puesta que con sonidos dulces lograban calmarlo. Miró el reloj y faltaban treinta minutos para ir a recoger a Ely y después perderse en la rutina con su hija, la misma que también se dio cuenta del cambio de prioridades de esos dos rusos y se le hacía extraño que ya no estuvieran con ella muy a menudo. Resultaba que ambos “pretendientes” se habían ahora centrado en las mañanas con Yuuri y Ely hora pasaba solo con su papi en las tardes, ¡era el colmo! Se suponía que al menos Viktor estaba buscando reconciliarse con Ely, de forjar una relación estable y por su estúpida rivalidad con Yurio abandonó ese camino. ¿Qué demonios pasaba por la mente de los rusos? ¿Todos serían igual de inconscientes? El japonés decidió olvidar eso, prefería concentrarse en sus cosas, y eso solo estaba traducido a su hija. Lo único que le interesaba era Elizabeth, ella por encima de todo

Lo que mejoró el humor tanto de Yuuri como de Ely fue una sola noticia, la fecha en que deberían ir a recoger al solista en el aeropuerto. Tenían que recibir a Tadashi con una espléndida sonrisa, apariencia calmada y sin rastro de estrés. Ambos -padre e hija- ya planeaban alguna cosa que hacer, la familia preparaba una fiesta de bienvenida y eso se cumpliría con un horario preciso, empezando con las compras. Yuuri veía a su hija saltar de emoción porque, como él, Ely extrañaba a Tadashi, lo querían ver de nuevo y contaban las horas que tendrían que esperar para que eso se llevara a cabo. Se olvidaron de los rusos, los problemas, las prácticas, las fechas y terminaban en compañía de Mari y Minako paseando por allí comprando los ingredientes para el festín

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, debo explicar un par de cosas. Creo que no podré actualizar seguido, debido a una falla con mi computadora. Ha muerto, está en reparación y esto lo publico usando una compu que me prestaron por algunas horas... qué triste... espero recuperar todos los archivos que tenía... ¡los fics! por eso no he respondido reviews, pero los leo, muchas gracias por eso

La otra es que... llega la hora sad. ¿Recuerdan que les advertí que esto volvería a ser melancólico? Pues ya viene... ya llega... ¡está cerca!  

Su servidora se despide con muchos besos~

Bye bye~


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