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Un ángel de paso por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

holi~

Me demoré uwuuu

Lo sé, pero debía actualizar todos mis fics para empezar bien el siguiente año ... y aún no termino... y hasta me atoré XD

Bueno, sin dramas, mejor les dejo leer ~

Disfrútenlo

 

 

Yuuri no tuvo que esperar mucho para el acoso de los periodistas, la noticia fue tan brutal que eso se venía llegar. En la mañana todos los interesados en saber más estaban en la puerta de su casa y Yuuri tuvo que salir cargando a Ely por la puerta de atrás. Ni loco que quedaba corriendo el riesgo de que su pequeña se viera afectada, corrió  con una capucha para no ser reconocido, obviamente tenía que pensar en todo lo sucedido primero. Tadashi fue quien le salvó el día, premeditando lo que iba a pasar le dio posada en su departamento. El azabache solo suspiraba, no pensó causar tanto lío  con tan pocas palabras, en sí el tema de Viktor siempre le trajo líos de ese tipo

 

 

-¿Yuuri estas bien? Parece que no has dormido – el castaño acariciaba las mejillas de Yuri admirando esas ojeras leves que mostraba

-papi durmió con Ely – sonreía la pequeña peliplata ya caminando por la casa de Tadashi, era como suya así que no era raro verla escogiendo discos para escuchar o usar el televisor – pero cuando Ely despertó, papi ya estaba arreglando algunas cosas en casa

-estoy bien – sonrió el azabache agradeciendo a Tadashi por su preocupación

-¿se besaban? – la pequeña se acercó al sentir los leves momentos de silencio, era curiosa de naturaleza. Los mayores se sonrojaron al instante por aquellas palabras – ¿beso de novios? – repetí admirándolos con la cabeza ladeada, ocho años de inocencia aún no se le quitaban

-lo haré – sonreía Tadashi y con dulzura unía sus labios con los de Yuuri, un toque de segundos que le sabían a dulce sueño – porque adoro a tu papi – aquella mirada gentil no se iba a del castaño – y a ti también Ely-chan – besaba las mejillas de Ely con cariño y confianza dadas por los años. La cargaba para elevarla en el aire y empezaba el juego de bailarines que tradicionalmente hacían

-creo que lo decidí – el sonrojo aún estaba en sus mejillas, pues le costaría un poco acostumbrarse a esas muestras de cariño pero ahora tenía algo más que pensar –

-¿qué cosa, papi?

-usaré a la prensa, bueno… si dejó que Irina-san me vuelva el malo de la película estaré perdido

-¿Irina?

-la madre de Viktor – sonrió Yuri al ver a su hija y a Tadashi girar sus rostros a un lado como cachorros sincronizados – creo que jamás lo mencioné – bueno, nunca hablaba de esa mujer, solo su familia la trataron antes, eso era como un secreto familiar

 

 

Yuuri tenía un día duro por delante y suponía que en su casa no lo tenían nada fácil tampoco, y todo era por su causa, se sentía culpable por ello pero lo arreglaría como le fuese posible. Escogió una periodista que parecía decente y aceptó tener una entrevista con ella cuando la propia revista en donde laboraba lo llamó. No fue nada del otro mundo, Tadashi estuvo presente e incluso Ely participó ocasionalmente. Yuri contó lo básico, la verdad, ya no iba a proteger más a Viktor y le importaba una mierda lo que hiciera Irina. Habló de Viktor como su destinado, la promesa de competir, relató en pocas palabras que el motivo para abandonar las pistas llegó al enterarse de que esperaba a Ely y al final relató que Viktor se negó a escucharlo a pesar de que intentó comunicarse muchas veces. En pocas palabras la culpa la lanzó sobre los Nikiforov pues era la verdad, nadie podía culpar a Yuuri por haberse hecho cargo de una pequeña niña en soledad.

“No puedo creer que Viktor le hiciera eso Yuuri-san, pero no se preocupe. Yo me encargo de todo, yo misma iré a decirle todo esto a Nikiforov-san, le haré ver lo idiota que fue al abandonarlo” a Yuri le dio mucha gracia escuchar a esa periodista, pues ella parecía más afectada por todo lo ocurrido que él mismo. Tal vez los años opacaron el dolor en el pecho del azabache, ahora ya no sentía ningún tipo de resentimiento o rencor, se trazó una vida, la vivió, conoció a quien le apoyaba y tenía a su hija, sea como fuere ahora estaba feliz, pero exigía un poco de justicia. Aquella mujer que ya había tenido algunos premios por su carrera periodística e investigativa se puso de parte del azabache, porque dijo notar la sinceridad de aquellas palabras y el dolor en la mirada marrón que poseía Yuuri. El ex patinador no quiso saber nada más acerca de ese tema, al menos no por el momento porque ya se desahogó lo suficiente y el resto era cuestión de tiempo

Tadashi se lo llevó a él y a Ely de paseo a una de las playas del sur en ese corto periodo de tiempo, porque necesitaban descansar de todo y evitar más acosos de la prensa. Yuuri adoró ese detalle porque necesitaba de verdad un descanso y adoró más, quedarse los dos días siguientes en ese lugar, pues tanto jefes, familiares y amigos decidieron que ese mini viaje de relajación era necesario. Elizabeth estaba mucho más feliz que los dos adultos, pocas eran las veces que se daban esos lujos, para una pequeña de ocho años eso era lo mejor del mundo, porque adoraba el mar, la arena, los juegos y las noches en donde podían encender pequeños juegos artificiales

Tadashi se había reído como loco cuando  vio un anuncio en un blog llamando así la atención de los demás miembros en la cabaña rentada. Cuando Yuri lo vio también se había reído un poco, no siempre veías un título tan raro “Viktor Nikiforov, bipolaridad salida del closet” esa mujer si sabía cómo pasar factura, hasta exageró algunas cosas pero la temática era la correcta. Yuuri no se iba a quejar de eso, podría sonar infantil o hasta podrían verlo como el malo de la película pero le gustaba. Se estaba vengando un poco de Viktor, lo sabía, pero todos esos años de sufrimiento debían ser cobrados de alguna manera y para eso no tuvo más que contarle un poco de su vida a esa periodista sin miedo a expresar sus opiniones

Días bien aprovechados en donde Yuuri se dio cuenta de algo importante, se sentía más libre, tal vez porque ya no se preocupaba del qué diría Viktor cuando descubriera que tenía una hija, o porque ya hizo todo porque Viktor supiera de la existencia de Ely. Lo que sea que fuera le dejó el cuerpo ligero, el alma sin prisiones de ningún tiempo y su mente preparada para ver al frente. Y en ese futuro estaba Tadashi. Sin ningún tipo de remordimiento carcomiendo su mente, sin dudas, sin arrepentimientos, ahora podía de verdad admitir que el castaño era un buen chico, quien supo ganarse su cariño poco a poco, con paciencia y con detalles. Yuuri miraba al castaño y su corazón se endulzaba literalmente, pues Tadashi era como su salvavidas, no, estaba equivocado porque era más que eso, era su amigo, su aliado, su cómplice. Estaba enamorado de Tadashi, lo sabía, pero también estaba consciente de que jamás lo amaría de la misma forma que amó a Viktor, pero no importaba porque era igual de especial y lo sería a futuro también

 

 

-¿por qué me miras así? – sonreía Yuuri al ver a Tadashi perdido en sus pensamientos, quieto con la mirada fija

-porque, eres lindo – aquella sonrisa brillante que le dedicaba Tadashi era única, era suya y eso a Yuuri le hacía sentir especial – ya sé de donde Ely sacó su encanto

-gracias – el azabache se sonrojó, sin tensiones que soportar sentía que corresponder a cada acto dulce estaba bien

-¿eh? ¿Por qué? –

-por apoyarme – sonrió y tomando las mejillas de Tadashi lo acercó para besarlo, un beso lleno de dulzura y cariño, un roce o tal vez dos que se extendió en un contacto por varios segundos. Yuuri sonreía al ver la sorpresa del castaño cuando se alejó – te quiero Tadashi

 

 

Siempre fue tímido, inseguro y lo perdió todo. Antes no fue capaz de estar seguro en cada acción que daba pero no volvería a pasar. No iba a perder a Tadashi, no lo haría, se merecía ser feliz y por eso decidió dejarse llevar. Solo había tenido un novio o pareja y fue Viktor, pero ahora tenía a Tadashi, sería diferente, ya no se reprimiría y los besos que cedía a voluntad eran la prueba. Yuuri demostraba el cariño que tenía escondido por el castaño, lo hizo porque ya su pasado quedó atrás y se dio cuenta que debió haberse dado una oportunidad mucho antes, se perdió de estar junto a la persona correcta. Ely parecía ser la más encantada con su accionar pues sonreía ampliamente en cada oportunidad. La pequeña había mencionado que ahora tenía una familia completa, era obvio pues la figura paterna que Ely tomó fue la de Tadashi, ahora era real y estaba bien, era correcto… aunque siempre fue correcto porque Yuuri jamás traicionó a nadie

Pero el ensueño acabó al tercer día donde debían regresar, solo esperaban que las cosas se calmaran un poco. En casa de los Katsuki, las termas estaban llenas de clientes, era obvio. Las miradas a Yuuri o a Ely se dieron pero no había problema, porque si se pasaban Mai los sacaría a patadas con ayuda de Minako y hasta de Yuko. Yuuri no se dejó amedrentar y cumplía su labor de cada día ayudando a su familia en el negocio familiar, pidiendo con cortesía que dejaran su vida personal de lado, porque estaba trabajando. Ely iba a la escuela, en las tardes volvía animada para proseguir con su práctica sobre el hielo, tenía talento, aprendía rápido a deslizarse y dar las primeras vueltas en la pista. Tadashi se incluyó en aquello, porque según él, la pasión era intensa si se compartía con los seres importantes, no se equivocó pues… era siempre divertido practicar entre los tres a pesar de que muchas veces las caídas eran inevitables

Yuuri se veía al espejo y sonreía, era notorio que estaba bajando de peso, que estaba en forma. Se ataba el cabello y sonreía para darse fuerzas  seguir. Su rutina normal debía ser recuperada y con ello su trabajo en los restaurantes se debía dar, la música ahora era su pasión y los entrenamientos con Ely y  Tadashi en las tardes eran el complemento perfecto. Como Yuuri supuso, los lugares en donde ofrecía sus servicios como artista estaban llenos porque… el mundo estaba repleto de curiosos. Habían averiguado donde diablos trabajaba y allí estaban todos esos periodistas, en espera, viéndolo, pidiendo oportunidades. Yuuri confiaba en que su jefe supiera manejar la situación, porque él solo daría su espectáculo y se iría. Tocaba el shamisen, y por pedido de su jefe tocó el arpa en vez de la flauta traversa. No supo porque le pidió eso, pero lo hizo con más pasión de la que debía, hasta se le fueron las lágrimas al finalizar con la tonada. Tal vez estaba sensible

 

 

-tuuuuu… demonios. Al fin pude llegar – esa voz sacó a Yuri de su concentración y paró de tocar la siguiente canción

-hey, ¡no puede ir hasta donde Katsuki-san! – se quejaron los de seguridad pero el rubio recién llegado los ignoró y pasó el límite. Trepó a la tarima donde el pelinegro se mantenía quieto y hasta perdido ligeramente

-¡HEY, CERDO! MALDITO SEAS, ¡¿POR QUÉ DEMONIOS NO DIJISTE QUE TUVISTE UNA MOCOSA Y POR ESO NO COMPETISTE?! – Yuri Plisetsky se mostraba enfadado, con esa aura amenazadora de siempre, singularidad que poseía desde joven. Acercándose al pelinegro tras haberse quitado a los guardias  seguía frunciendo el ceño, mostrando sus dientes apretados

-Yuri – susurró el azabache al reconocerlo por completo, soltando una leve sonrisa – has crecido… mucho – susurró al verlo ya en frente, se levantó para darle cara y si… había crecido tal  y como notó en la televisión, pero se sorprendió al verlo de cerca. Yuri era hasta más alto que Viktor, tal vez un par de centímetros más  si no se equivocaba

-claro que soy yo, ¡maldito cerdo! ¡Sabes cómo luché para llegar! Tu maldita noticia hizo que los vuelos se coparan hasta la siguiente semana

-Yurio… baja la voz – habló con seriedad sin importarle que aquel jovencito que fue su oponente muchos años atrás se viera ahora un adulto amenazante

-¡ERES UN COBARDE! ¡SOLO POR UNA MOCOSA DEJASTE TODO! – Estaba embriagado en una mezcla de emociones desde que había visto ese reportaje, ahora se estaba desquitando con quien luchó por encontrar, figurativamente

-no grites – dejó de lado su instrumento, se aró firme y aguantó la mirada de aquellos ojos azul verdosos – basta Yurio – advirtió

-¡iba a demostrarte que ganaría en perfectas condiciones y te retiras como una gallina, te enseñaré maldito cerdo!

-BASTA – gritó ya harto del espectáculo que Yurio daba. Con fuerza y puño cerrado, un golpe fue dirigido al rostro de aquel ruso atrevido – ¡no permito que me insultes de esa forma Yurio Plisetsky! – soltó el aire contenido después de haber dado el golpe, porque solo así pararía a ese muchacho explosivo, no tenía otra forma más, lo conocía – Si quieres hablar conmigo primero bajarás ese tono de voz

-qué demonios… yo  te hablo como quiero – el rubio tardó unos instantes en reponerse, el golpe no fue duro, solo le había impresionado lo suficiente como para que sus gritos se acallaran

-¡respeta los años que te llevo por encima! – el azabache estaba furioso, su ceño fruncido, sus puños apretados y ahora empujaba a Yurio para que tomara distancia – si quieres hablar conmigo recompondrás ese lenguaje tuyo Yuri. Caso contrario olvídate de siquiera mirarme, no acepto que me insulten y peor que me griten… ¡entendido!

-¿qué dices cerdo? – su voz estaba ya gruesa y dura, iba a gritarle nuevamente pero sintió otra bofetada en la mejilla sana y se calló de inmediato, ¿Desde cuándo el katsudon era tan… imponente?

-el Yuuri que no se defendían murió. Adáptate a la situación Plisetsky-san… y si me permites, mi trabajo acaba de terminar – se acomodó el kimono aunque no era necesario, le dio la espalda al más joven y a paso calmado procedió a retirarse. Ni siquiera le importaba lo que los demás le dijeran… nadie lo iba a humillar

 

 

El rubio ruso, cuyo cabello ha estado atado en una coleta dejando ver que llegaba hasta media espalda, alto, tonificado por el entrenamiento en hielo, de piel clara, ojos azulados, bellos y… que tenía la boca abierta, con el insulto atorado que iba a lanzar… parecía perdido. El rubio estaba un poco en shock al ver al ahora, desde su punto de vista, más bajito, Yuuri Katsuki irse a la parte posterior del local. Trataba de pronunciar algo pero la impresión era demasiado grande, ¿dónde estaba el lloroso chico? ¿El tímido pero inocentemente erótico? ¿El que al verse en problemas se tensaba y colocaba sus manos enfrente como defensa? ¿El Yuuri al que estaba buscando? No lo vio ni siquiera un instante, era el mismo azabache pero la actitud no era la misma… y eso, le impresionó demasiado

Yuuri respiraba para calmarse, con cada paso que daba contaba un número centrando su enojo en otra cosa. Ahora no dejaba que nadie lo insultara, no le gustaba, ya no quería ser maltratado y Yurio debía aprender eso a las malas si fuera necesario. El azabache tenía una mezcla de emociones en ese momento, primero estaba el enorme enfado y luego la leve emoción de ver a Yurio, al jovencito competidor que le causaba aun esa sensación de querer protegerlo. Yuuri se reía cuando ya estaba en la habitación que usaba para cambiarse a su ropa normal, Yurio había crecido espantosamente rápido, los años le habían sentado bien, ya no necesitaba protección de nadie… pero si necesitaba que le domaran ese carácter de los mil demonios que tenía.  ¿Cuánto tiempo había sido de aquella vez que pelearon en la pista de hielo por la medalla de oro? Tal vez once años, más o menos. El tiempo pasaba rápido… Yuuri se sintió viejo entonces, porque el peso de los recuerdos era demasiado

Yuuri se cambió con calma y en ese periodo corto de tiempo reflexionó en que tal vez fue demasiado duro con aquel ruso. Yurio era solo… un impulsivo. No, Yurio ya era mayor de edad, debía tener control sobre sí mismo, se merecía ese par de golpes que aún hacían que la mano del japonés cosquilleara. Pero era obvio que el azabache se lo iba a encontrar a la salida.

El más alto estaba ya más calmado cuando vio al ahora “arpista” salir del local del que lo echaron hace poco, bueno hizo un escándalo, se lo ganó a pulso. Al japonés le pareció tierno ver a Yuri algo avergonzado por su comportamiento anterior y sintió claramente el sentimiento de querer protegerlo nuevamente cuando el ruso se disculpó, con dificultad y casi en susurros pero lo hizo. Había madurado, se mostró en esas pequeñas acciones, Yuri lo vio y sonrió. Definitivamente ambos habían cambiado, más de lo que esperó y eso le gustaba. “Cuando me enfado pierdo el control… pero ya no soy tan explosivo” fue la excusa que el rubio dio mostrando un ligero rubor en esas mejillas, Yuuri le restó importancia al asunto cuando la paz volvió y la plática inició de forma normal mientras caminaban. En ese tiempo Yurio había progresado tanto, que su fama se comparaba con la de Viktor o los que tenían esa llamita de fama en los podios de siempre… Yuuri sintió orgullo por aquel jovencito, pero no lo diría en voz alta o sonaría como un padre y lo que menos quería era pelear de nuevo

 

 

-no sabía que Viktor te había dejado

-debió ser obvio, Yurio – sonrió el pelinegro mientras caminaban hacia las termas de los Katsuki. Yurio se quedaría allí pues ni había buscado un hotel, según confesó estuvo luchando por viajar a Japón – Viktor ha tenido más parejas y la televisión daba avisos

-creí que lo hacía por peleas matrimoniales – el rubio bufó enfadado, ahora se sentía tonto al no haber siquiera preguntado. Se había alejado de Viktor desde que supo que se relacionó románticamente con Yuuri, nunca le hizo gracia esa relación – ustedes dos eran muy melosos desde el inicio y eran… destinados… pensé que solo…

-eso no le bastó a Viktor – el pelinegro suspiró pesadamente – pero ya debes saberlo todo, es la noticia del día

-lo leí, pero debe haber destalles que no sé o que no contaste

-Irina me ha estado amenazando para que me aleje. Esa mujer… creo que ella manipuló a Viktor para que me dejara, no sé lo que hará cuando se entere lo de Ely

-escuché que mañana dará una entrevista. Esa mujer ha sido una serpiente siempre, hasta yo lo noté cuando la conocí, pero es la madre de Viktor, y el vejete la quiere demasiado

-me preocupa eso – dijo Yuuri apretando su chaqueta – si intenta quitarme a Elizabeth, a mi hija, yo…

-te ayudaré – habló con seriedad sin mirar a su acompañante

-no es necesario Yurio

-lo haré

-gracias pero yo no tomaré esa ayuda. No quiero meterte en esto

-ya me alejé una vez y el viejo te hizo daño. Ahora no te volveré a dejar… Yuuri – el rubio tomó el brazo del azabache para mirarlo directamente y siguió – soy un alfa, mi instinto es proteger omegas… por eso quiero protegerte

-no confió en los alfas, ya no lo hago – su mirada perdió un poco de su brillo y el ruso supo que en verdad debió haber pasado muchas amarguras en esos años – no te ofendas Yurio pero…

-cree en mí, te ayudaré… porque yo… - no lo soltó, siguió mirándolo decidido – YO

-YURI/ PAPI – ambos Yuri giraron a ver a las personas que llamaban en medio de esa noche estrellada

-Ely, Tadashi – sonrió el azabache y Yurio lo soltó. Iba a mandar a ese par a la mierda porque no quería que lo interrumpieran más – les dije que me esperaran en casa – pero Yuuri se acercó al castaño recién llegado que caminaba tomado de la mano de una pequeña peliplata y lo besó… lo besó para después cargar a su hija y besarla también – les presentaré a alguien… él es Yuri Plisetsky – hablaba emocionado, sabía que a su pequeña hija le gustaba las coreografías de Yurio

-el ruso – dijo Ely con ojitos brillantes – al que le decían hada

-maldita sea – bufó Yurio bajito al ver aquello. Se había quedado de piedra en cuanto vio la mirada dulce del japonés, se quedó de hierro cuando vio aquel beso tan natural. Apretó sus dientes y puños con frustración. Una vez más se le habían adelantado

-Yurio… ellos son mi novio, Tadashi y mi hija… Elizabeth

-¡pero me dicen Ely!

 

 

 

Muy lejos…

 

 

 

 

Un peligris se mantenía leyendo los blog que tenía a la vista, videos tanto de Yuri actual como el de hace años. Escuchaba las declaraciones y repetía constantemente aquella grabación de audio donde una voz infantil sonaba diciendo que heredó el cabello de su progenitor. Viktor se concentraba en todo aquello que por días fue y aún era la noticia del momento, se jalaba el cabello levemente mientras suspiraba y fruncía su ceño. Había desconectado todo aparato con el que pudiesen llamarlo o encontrarlo y había estado haciendo un retroceso en su memoria. Recordando cada uno de los hechos que pasaron en esos años en donde su fama aumentaba, donde las competencias eran su vida… donde ahora le parecía todo un vacío sin fondo.

Desde que dejó a Yuri en Japón pasaron muchas cosas, ganó muchas medallas, tuvo parejas y demás, pero nunca pensó estar en esa situación. Sus lágrimas resbalaban mientras veía el video en donde su pareja destinada tocaba esa flauta con tanto sentimiento que lloraba, revisó videos anteriores y en uno de ellos vio a una pequeña niña de cabellos platas casi al finalizar el video. Se sentía estúpido, porque jamás vio ningún video hasta el final, nunca se dio siquiera tiempo para pensar en… Yuuri, en su Yuuri, en las razones por las que abandonó el patinaje, en todo. Sollozó un poco más fuerte cuando recordaba las cosas que pasaron antes, el sentimiento, los errores… el rostro de Yuuri estaba siempre en todas esas memorias, aquella sonrisa. Se golpeó la frente una vez más ese día antes de volver a reproducir ese video

 

 

-¿esto era lo que me querías decir? – decía para sí mismo mientras recordaba las veces que contestó llamadas y al reconocer la voz de Yuuri colgaba de inmediato, para después romper el chip y cambiar de línea – maldición… Yuuri, ¿esto es lo que querías decir? – se regañaba pues siempre pensó que esas llamadas eran solo de un Yuri que le iba a suplicar que volviese, que le diría cuanto se amaban antes y que eran destinados, pero no era eso, ahora lo entendía – ¡cómo pude ser tan estúpido!

 

 

Secándose las lágrimas debido a la aglomeración de emociones que se daban en su alma se golpeó las mejillas. Encendió el celular mientras miraba en la pantalla de su portátil una foto, una sola foto de su Yuuri con aquel cabello largo. Yuuri se veía tan lindo como cuando lo conoció, con su rostro ligeramente redondito, con ese hermoso kimono tradicional que mostraba su pureza. De nuevo estaba llorando porque todas las cosas que hizo le estrujaban el corazón, había hecho todo mal, todo y ahora estaba pagando aquello. Su celular sonó apenas lo encendió en totalidad y con fastidio contestó, porque ya sabía quién debía ser. Escuchaba esa voz conocida y casi ni le puso atención porque veía a Yuuri en un video antiguo, en ese eros que aún lo estremecía. ¿Cómo pudo haber sido tan idiota? ¿Cómo pudo dejarse llevar? ¿Cómo fue tan cretino y cabrón?

 

 

-mamá… por favor ya basta – suplicó, pues se había ido de casa y estaba en un hotel ahora mismo. Desde que vio ese reportaje en la televisión, un clic hizo en su cabeza y huyó donde pudiese pensar y recriminarse

-ese omega te ocultó tu hija, ¿cómo dices que me calme?... ese omega tiene a mi nieta

-mamá… yo fui quien lo abandonó, ¿recuerdas? – se limpió las lágrimas y se frotó el puente de la nariz

-y ahora te pone como el padre irresponsable que abandonó todo. Viktor, tú no lo abandonaste, él fue muy cobarde como para merecerte – solo había rabia en esa voz exaltada

-yo no sabía… eso – de nuevo sentía el nudo en la garganta

-él te ocultó todo. Viktor debemos aclarar todo con la prensa

-¡mamá! ¡Me importa un carajo al prensa!… mamá, mamá – de nuevo empezaba a llorar sin control, hipaba como un niño al que regañaron – tengo una hija – sonrió con amargura

-y yo una nieta… pero ese omega nos ha quitado el derecho de tenerla. Rectificaremos todo en la prensa

-¡ya basta con la prensa! – se quejó dolido, lo que su mente procesaba solo era esa tonada dedicada para él. En ese festival donde Yuuri tocó aquel instrumento de viento, donde el sentimiento era tan claro que lloró… era como una puñalada – yo arreglaré esto mamá. Tendré a mi hija… y a mi destinado

-¡ese omega no te merece! ¡Ese japonés no te ama, jamás o hizo! ¡Solo te está…!

-¡ya basta mamá!… no debí escucharte

-hijo

-¡ya basta mamá! – Viktor emitió esa última queja y colgó. Lanzó el aparato lo más lejos que pudo, lo hizo con fuerza y dejó que su llanto se escuchara – ya no… ya basta

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

¿review?

¿Les gustó?

Bueno señores, .... o señoritas, no shé XD. El punto es que en cierto punto de esto me atoré, ¿por qué? Porque aun no se qué tanto hacer sufrir a Viktor, además que no se si hacer un lemon y de quien con quién 7u7

Tampoco me sentí capaz de hacer algo más detallado porque obviamente desde aquí la cosa se enciende, Irina (a la que al fin le di nombre, se me había olvidado), Viktor, Yurio... tal vez alguien más. Tampoco quiero alargarlo mucho, así que señores... me gustaría saber sus hipótesis

¿quién se quedará con Yuuri? (por cierto, recién me fije, que lo estaba escribiendo solo con una "u" sorry) 

¿quién debe entrar a la acción?

¿merece Viktor perdón?

¿quién es bueno o malo?

¿más bebés?

¿destinados?

¿alfas, betas, omegas? 

XD

Bueno, finalizo diciendo que responderé sus reviews ahorita, poquis a poquis

Muchas gracias por seguir leyendo. Espero que lo disfruten mucho

Nos veremos en el siguiente capi

Muchos besos~


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