Capítulo 4: Una Tragedia tras Otra
Kuroko se encontraba inmovilizado en su cama ya desvestido y a completa merced de Kagami y Aomine que no escuchaban para nada ninguna de sus suplicas.
-¡Por favor Suéltenme! ¡No lo hagan! ¡Déjenme ir!
-…Hay que entrar juntos al mismo tiempo…
-…De acuerdo Aomine…
-¡No! ¡No Por Favor No! ¡Deténganse! ¡Por piedad!
-Te ves tan lindo suplicando Tetsu…
-Espero que así supliques por más Kuroko…
-¡NO! ¡Basta! ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
El pequeño de ojos celestes solo sintio como comenzaban a ultrajar su cuerpo, sin que pudiera hacer nada al respecto para impedirlo. Para Kuroko esa noche seria la más horrible de su vida, ya que él era completamente consciente de lo que sus amigos hacían, en cambio para ellos era como estar en un sueño, ya que por fin tenían al menor a su disposición y podrían cumplir todas las fantasías que tenían.
Con el pasar de los minutos, las protestas de Kuroko solo se perdían entre los gemidos que le provocaban los otros, aun así y de cualquier forma, él no estaba disfrutando para nada de lo que le hacían y seguía pidiéndoles ocasionalmente que se detuvieran. Al cabo de un tiempo se sintio completamente exhausto, entendiendo que no se detendrían por más que lo pidiera, solo dejo que ellos continuaron usando su cuerpo a lo largo de las horas mientras permanecía con una mirada vacía en su rostro.
Kagami y Aomine no podían más que deleitarse al tener a Kuroko, ahora eran libres de hacer lo que quisieran con él y no desaprovecharían ni un segundo de su tiempo juntos. La noche transcurrió en paz para todos en la ciudad, pero para Kuroko cada segundo fue una completa tortura, el tener los miembros de sus dos amigos en su interior intentando llegar los más dentro posible de él, era una cosa que nunca hubiera imaginado que sucedería, ya tampoco tenía idea de cuantas veces terminaron dentro de él, solo se sentía más y más cansado, hasta que sin darse cuenta fue perdiendo el conocimiento, pero suponía que ni aun así dejarían de usarlo.
La noche termino y sol ya estaba nuevamente sobre la ciudad de Tokio, Kuroko despertó lentamente sintiendo un gran dolor por todo su cuerpo, cuando alzo un poco la vista encontró que seguía en medio de los mayores que lo abrazaban posesivamente. Con un gran esfuerzo el pequeño salió de entre ellos y fue arrastrándose hasta el baño de su habitación, cerró la puerta, se cubrió un poco con una toalla y se quedó sentado en la esquina de la regadera, empezando a llorar. Su mente no entendía como era que sus amigos de toda la vida fueron capaces de hacerle algo tan horrible, esas imágenes seguían repitiéndose en su cabeza atormentándolo un más, sumergiéndolo en una tormenta oscura de recuerdos de los que no podría salir. Era como una pesadilla que no terminaba por ningún motivo y los causantes de ella seguían durmiendo tranquilamente en la habitación como si nada hubiese sucedido.
No fue sino hasta bien entrada la mañana que Aomine y Kagami comenzaron a despertar sintiendo una terrible resaca.
-Ag…con un demonio…
-Tsk…rayos…mi cabeza…no deja de dar vueltas…
-¿Qué?
-¿Ah?
-Bakagami…
-Aomine… ¿Qué estás haciendo en mi casa?
-… ¿Qué?... ¿Tú que estás haciendo en la mía?
-¿Qué?... ¿Ah?... Espera un segundo… esta no es mi habitación…
-Tampoco la mía…es la de Tetsu…
-¿Dónde está Kuroko?
-No lo sé, oye espera un segundo… ¿Por qué estas desnudo?
-Podría preguntarte lo mismo a ti.
-Ah, no entiendo, ¿Qué paso anoche? ¿Por qué estamos en casa de Tetsu?
-Oye… guarda silencio…escucha… creo escuchar a Kuroko…
-Parece venir del baño…
Los jóvenes se vistieron lo mejor que pudieron y fueron con dificultad hasta el baño, al abrir la puerta vieron sentado ahí en una esquina a su querido amigo el cual estaba hecho bolita mientras lloraba.
-¿Kuroko?
-¿Tetsu?
Los dos se acercaron y se agacharon para tratar de ver que le pasaba al otro que solo se cubría el rostro.
-Kuroko ¿Qué paso?
-Tetsu ¿Te encuentras bien? ¿Qué sucede?
-…Déjenme…
-¿Tetsu?
-…No se me acerquen…
-Kuroko, no entiendo, ¿Qué tienes? ¿Qué sucedió?
-No me toquen…
-¿Qué?
-¡He dicho que no me toquen!
Por primera vez en sus vidas los chicos veían al pequeño gritar y reaccionar en forma agresiva, pese a eso no querían alejarse de él, querían averiguar que sucedió que tenía tan enfurecido a su querido ángel.
-¡No se acerquen más! ¡Aléjense, Váyanse! ¡Quiero que se vayan y me dejen solo! ¡¿No les fue suficiente con lo que me hicieron anoche?!
-Ah…
-… ¿Kuroko?
-¿Ni si quiera lo recuerdan cierto?... ¿No recuerdan lo que me han hecho?... Ayer ambos vinieron ebrios y entonces los dos…los dos… ustedes dos… ¡ME VIOLARON TODA LA NOCHE!
Las palabras de Kuroko resonaron como un eco en la mente de Aomine y Kagami, fue entonces que comenzaron a llegar recuerdos a gran velocidad sobre lo que hicieron la noche pasada, sobre como salieron de la fiesta y fueron directo a la casa del menor para después abalanzarse sobre él y tomarlo contra su voluntad pese a todas sus suplicas.
-Váyanse…no quiero verlos…quiero estar solo…
-Kuroko…yo…
-Tetsu…nosotros…los dos…lamentamos lo que hicimos…
-Nunca fue nuestra intención… no sabíamos lo que hacíamos…
-Tetsu…nunca quisimos… hacerte daño…
-¡Pues lo hicieron! ¡Y no solo eso! ¡Lo disfrutaron! ¡Disfrutaron tomarme! ¡Disfrutaron obligarme a hacer lo que querían! ¡Ahora solo quiero olvidar eso! ¡Quiero olvidar todo lo ocurrido! ¡Quiero olvidarlos por completo! ¡No quiero volver a verlos Nunca Jamás! ¡Váyanse de mi hogar ahora! ¡Déjenme en paz! ¡Yo los Odio!
Sin tener forma alguna de excusarse por sus actos y viendo lo afectado que estaba Kuroko, los mayores solo pudieron comenzar a alejarse despacio hasta que salieron corriendo de la casa del menor y sin detenerse hasta llegar a un parque y caer al suelo mientras respiraban rápidamente.
-Ah, ah, ah, ah, ah…Tetsu…
-…Aomine…nosotros en verdad…violamos a Kuroko…
-…Lo se…
-¿Cómo es que?... Nunca habríamos hecho esto…
-No éramos nosotros, fue el alcohol. Nos cegó.
-Esto no puede estar pasando… tiene que ser una broma… ¡Es un mal sueño!
-¡Pues no lo es! ¡Date cuenta de lo que hicimos!...Arruinamos todo con Tetsu…
-¿Qué va a suceder ahora?... ¿Qué vamos a hacer?
-No tengo idea… no se me ocurre ninguna solución para esta clase de actos…
-Aomine… Kuroko nunca va a perdonarnos…
Ambos adolescentes se miraron a los ojos, sabiendo que las palabras del pelirrojo eran ciertas, pues toda la amistad que les costó años crear y fortalecer para ganarse la confianza absoluta de Kuroko, se habían desplomado en un abrir y cerrar de ojos. Cuando llego el momento de volver a la preparatoria ambos esperaban volver a ver a Kuroko, pero pronto fue evidente que el pequeño no planeaba ir a la escuela, durante la práctica del equipo, al entrenador le extraño no ver al pequeño manager asesorando a los chicos.
-Oigan ¿Alguien ha visto a Kuroko?
-No señor, no vino acompañando a sus amigos, mejor pregúnteles a ellos, al fin y al cabo están en la misma clase.
-Buena idea, Hey, Aomine, Kagami, ¿Dónde está Kuroko?
-Ah…Tetsu…
-Kuroko no vino a clases hoy…quizá se quedó dormido o esté enfermo…
-Ah estos chicos de ahora, bien si lo ven los próximos días avísenme.
-Por supuesto entrenador.
-… ¿Cuándo ira a venir Kuroko?...
-No lo sé, pero… tenemos que disculparnos en cuanto lo veamos…por la forma que sea necesaria, pero… hay que emendar el error que cometimos.
-…Si…tienes razón…
Al siguiente día, el chico tampoco se presentó a clases, ni al siguiente, ni al siguiente, hasta que finalmente termino la semana escolar sin rastro alguno del alegre chico de cabello celeste. Para sus dos amigos, cada segundo sin verlo era una tortura, no se concentraban en clases, no llevaban bien a cabo los entrenamientos, su mentes solo pensaban en su querido amigo Kuroko y en lo mucho que deseaban disculparse con él una vez que lo vieran.
Cuando finamente se completó una semana de la ausencia del chico, ambos jóvenes fueron llamados a la dirección, antes de entrar solo podían pensar en las múltiples razones por la que eran llamados, quizá Tetsuya conto lo que le habían hecho y ahora se enfrentarían a una demanda por sus actos. Pero cuando finalmente ingresaron a la sala, solo se encontraba ahí el director.
-Tomen asiento por favor.
-Señor director…
-¿Acaso hicimos…algo malo?
-No, no es el caso, me temo que los mande a llamar por una situación muy delicada, comprendo que ustedes son amigos cercanos de un estudiante llamado Kuroko Tetsuya.
-A-así es señor.
-Verán jóvenes, recibimos información de que los padres de su compañero fallecieron hace poco en un accidente mientras venían de regreso de su viaje.
-¿Qué ha dicho?
-Lo sé, es una tragedia, pero lo importante aquí es que los servicios correspondientes no han podido establecer contacto con el joven. Por eso al saber que son buenos amigos de él, esperaban que fueran capaces de hacerle llegar esa información.
-Pe-pero…
-Estoy consciente de que su amigo tampoco se ha presentado en la escuela, de no ser así no los habría mandado a llamar, necesito que le hagan llegar esta información lo antes posible.
-Nos-Nosotros…
-Comprendo que todo esto es una gran carga de información, si gustan pueden retirarse ahora, agradezco de ante mano su ayuda.
-Sí, si claro, gracias director, yo y Aomine le informaremos.
Al salir de la dirección los dos chicos se quedaron un momento en el pasillo, no podían creer lo que estaba sucediendo, hace una semana cometieron el más grande error de toda su vida y ahora no solo eso, sino que resultaba que los padres de Kuroko habían fallecido.
-¿Qué vamos a hacer Kagami? Esto destrozara a Tetsu.
-No lo sé…pero no podemos ocultarle esto… Kuroko tiene que saber lo que sucedió.
-¿Y entonces qué? ¿Qué va a suceder con el entonces?
-No tengo idea… pero… quizá sea la oportunidad para demostrarle… que estaremos con el… no podemos dejarlo solo ahora… el nunca podría salir adelante por su cuenta… nos necesitara más que nunca… tenemos que ayudarlo…
-…Si…tienes razón…
Ambos chicos salieron de la escuela con el permiso del director y fueron hasta la casa de Kuroko, una vez en la puerta no podían evitar sentir algo de nervios, pues ahí estaba la persona que amaban, pero la que habían lastimado de una forma espantosa. Sin embargo, sabían que tenían que hablar con él, pues no tenía idea de lo ocurrido y merecía saberlo. Tras tocar la puerta esperaron por alguna respuesta pero no la hubo, volvieron a hacerlo y nada, un poco preocupados Aomine tomo el pomo de la puerta y descubrió que no estaba cerrada. Los dos jóvenes entraron con cuidado y tras revisar la casa comprobaron que su amigo no se encontraba en ella, ya en la habitación del chico vieron una nota en el escritorio de este.
Padre, Madre, no puedo explicárselos pero tengo que irme, no intenten buscarme porque jamás me encontraran, ha pasado algo, algo malo, algo de lo que no puedo hablarles porque es muy doloroso y vergonzoso hablar sobre ello. No se preocupen por mí, yo estaré bien, les deseo lo mejor.
Hasta nunca, su hijo, Kuroko Tetsuya.
-Kuroko…
-Tetsu…no puede ser…No…
-¡Aomine! ¡Tenemos que encontrarlo!
Ambos jóvenes salieron corriendo a gran velocidad de la casa de Kuroko, frente a ellos se alzaban los grandes edificios de la ciudad, estaban ahora en una misión imposible por encontrar a su amigo. Sin imaginar que tendría que pasar demasiado tiempo para que volvieran a verse y en una situación, por demás, peculiar.