Capítulo 6: El Reencuentro, Dai y Tai.
-Kuroko…
-Tetsu…
El de ojos celestes quedo totalmente impresionado de ver de nuevo a Aomine y Kagami, y aun más sorprendente fue verlos relativamente cerca de sus hijos, los cuales por su parte solo estaban un tanto confundidos por la situación, no entendían quiénes eran esos sujetos tan similares a ellos y menos como era que conocían a su papi quien ya se veía un tanto nervioso por la situación.
-Papi, ¿Te encuentras bien?
Fue lo que dijo el pequeño pelirrojo haciéndolo volver a la realidad.
-Sí, sí, estoy bien, Tai vete con tu hermano a jugar ¿De acuerdo?
-¿Estás seguro?
-Sí, vayan con los otros niños.
-Bien, vámonos Dai.
-Claro… ¿Estarás bien papi?
-No te preocupes, papi estará bien.
-Si tú lo dices.
Los pequeños se alejaron lentamente un tanto intrigados por lo que ocurría dejando a los tres adultos en el lugar.
-Kuroko…
-No me hables… ninguno de los dos lo haga…
-¿Qué? Pero Tetsu…
-Les he dicho que no me dirijan la palabra, ahora si me disculpan tengo que llegar al trabajo.
-¡Un momento espera ahí!
-¡Kuroko tenemos que hablar!
-Para nada, ustedes y yo no tenemos ninguna relación, aléjense de mí y tampoco se acerquen a mis hijos.
-¿Cómo que tus hijos?
-Tetsu, ¿Desde cuando tienes niños tú?
-Eso no les incumbe, váyanse y no vuelvan.
Los mayores continuaron persiguiendo al menor hasta llegar a la Tintorería en la calle opuesta, afortunadamente para el menor, él era quien tenía que abrir la tienda por lo que no había nadie más en ella por el momento.
-Kuroko por favor responde ¿Dónde has estado todo este tiempo?
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué rayos con esos dos niños?
-Ya les dije que no les contare nada, así que a menos que tengan un traje pendiente, háganme el favor de irse de aquí.
-No puedes esperar que nos vayamos como si nada luego de tener años sin verte Tetsu, son muchas cosas las que han pasado, hay mucho de lo que tenemos que hablar.
-Yo no tengo nada en lo absoluto de que hablar con ustedes, no desde lo ocurrido aquella noche.
-Kuroko por favor escucha, no hemos sabido nada de ti en todo este tiempo, en verdad nos tenías muy preocupados, puede que tú no quieras hablar pero nosotros en verdad queremos hacerlo, hay una cosa que quizá no sepas y es importante que te enteres de ello.
-¿Y que podría ser eso tan importante de lo que quieren hablarme?
-…Cuando te fuiste, tus padres jamás regresaron de ese viaje al que fueron…tuvieron un accidente de vuelta, ellos… ellos fallecieron hace seis años.
-Eso ya lo sé par de idiotas.
-¿Qué? ¿Pero cómo? ¿Cuándo?
-Aomine no seas más tonto de lo que ya eres, hace mucho vi lo ocurrido en las noticias, ¡Sí! ¡Quizá me deprimí un tanto al saberlo! ¡Y ni si quiera pude ir a su entierro! Pero irónicamente su muerte fue lo que me aseguro que nunca tendría nada a que volver a ese lugar y por ende que jamás volvería a toparme con ustedes.
-No puedes estar hablando en serio.
-Hablo muy en serio, pero todo indica que mi buena suerte se ha acabado y ahora tengo la desgracia de volver a encontrarme con ustedes dos, las personas que más odio en todo el mundo.
-Tetsu…yo…nosotros…no quisimos jamás que ocurriera ese accidente…fue un error, no estábamos consciente de lo que hacíamos.
-Eso me cuesta creerlo, puede que ninguno recuerde bien lo sucedido, pero en cambio yo lo recuerdo con lujo de detalles, fue como una maldita pesadilla sin fin. Y no me digas que no querían que pasara eso, pues durante todo el tiempo que duro, ambos me forzaron a hacer lo que querían, cosas que me dijeron deseaban y soñaban hacer conmigo desde hacía mucho… y yo no tuve ninguna opción más que rendirme y cumplir con todas ellas.
-Kuroko…
-No tienen idea de cuánto sufrí, cuanto dolor me costó entender que los chicos con los que crecí y consideraba mis mejores amigos siempre me habían visto con otras intenciones y que cuando tuvieron la oportunidad solo me utilizaron sin importar cuanto les pidiera que se detuvieran. Toda la confianza, toda la amistas que tuve alguna vez a lo largo de los años, fueron hechas añicos en un instante… y solo fueron reemplazadas con un odio y una ira de la que nunca podre deshacerme por completo…verlos, solo me trae unos recuerdos horribles.
-Pero Kuroko…
-Chicos…si en verdad nuestra amistad alguna vez significo algo para ustedes…si en verdad desean disculparse por lo que hicieron…solo… salgan por esa puerta y jamás vuelvan a meterse en mi camino.
-¡No puedes pedirnos que hagamos eso!
-¡Claro que puedo Kagami! ¡Es lo menos que tengo derecho a exigir! ¡Tomando en cuenta lo que me hicieron no se merecen un trato tan bueno! ¡Debería haberlos denunciado y demandado por lo que hicieron! En vez de eso yo solo preferí irme, desaparecer y tratar de hacer como si nada hubiese pasado.
-Pero en verdad queremos tener tu perdón… y no puedo imaginar que la única forma de conseguirlo es alejándonos de ti para siempre cuando recién volvemos a encontrarte.
-¿Quién dijo que les daría mi perdón?
-¿Qué?
-Escúchenme bien los dos, lo que me han hecho…no tiene forma alguna de recibir perdón, jamás podre perdonarlos por haberme tomado a la fuerza, tengo pesadillas y recuerdos que jamás podre sacar de mi memoria por su culpa, lo único que les estoy diciendo es que si se van en este instante todos podremos hacer como si nada de esto hubiese ocurrido y continuar con nuestras vidas en calma.
-Tetsu…
-Ya me escucharon perfectamente, jamás podre perdonarlos, y no importa que tanto me supliquen, imploren, me persigan o se esfuercen por conseguir mi perdón, ¿Porque debería dárselos cuando ustedes ignoraron todas mis suplicas por que se detuvieran? Solo me ignoraron descaradamente, ahora yo voy a hacer lo mismo. Y se los vuelvo a repetir, no voy a perdonarlos y eso… ¡Nunca! ¡Jamás! ¡Va a Pasar! ¡Ahora lárguense!
Tanto Aomine como Kagami comprendieron dolorosamente que sus actos trajeron una consecuencia enorme y esa era el odio y desprecio total de Kuroko, no había nada que pudieran decir en ese momento para arreglar la situación ni un poco, lo único que podían hacer era salir. Se empezaron a dirigir a la puerta, pero justo cuando Aomine la abrió, también la bloqueo impidiendo que Kagami saliera y volteando a ver a Tetsuya.
-Tetsu…
-¿Ahora qué quieres?
-Has dicho que esos dos niños en el parque son tus hijos… ¿Acaso significa lo que creo?
-Si tanto quieren saberlo no pierdo nada con contárselos… cuando me fui y conseguí un lugar donde vivir cortesía de un amigo, no paso mucho antes de que descubriera que estaba embarazado. Soy doncel, eso jamás se los dije por temor a lo que pensaran de mí… primero pensé en abortar porque él bebe solo sería un recuerdo de lo ocurrido, pero ni si quiera contaba con el dinero para ir a una clínica clandestina, poco después también supe que no esperaba uno, sino dos bebes.
-…
-…
-Decidí continuar con la gestación, hasta que finalmente llego el día del parto, con ayuda de unas personas pude tenerlos en donde vivo. Pensé que solo sentiría un gran odio cuando los viera, pero en cambio… sentí un gran cariño y amor por esos bebes, fue entonces que decidí quedarme con ellos y criarlos. Lo único positivo de lo que me hicieron esa noche, es que tengo ahora a mis hijos. Pero aunque nacieron al mismo tiempo no son gemelos, pues no comparten padre.
-Entonces es lo que creo Kuroko.
-Así es Kagami, Tai es hijo tuyo, mientras que Dai es hijo de Aomine.
-…
-…
-Ahora que ya lo saben, salgan de aquí en este momento.
Los dos mayores se quedaron pensativos por un momento para después salir uno después del otro dejando a Kuroko en ese lugar, que ya estando solo no pudo evitar dejar salir un par de lágrimas. Ambos chicos fueron hasta la cafetería en la parte opuesta del parque y solo se sentaron en una de las mesas que tenían en la parte exterior, solo pidieron un café y aun cuando ya se lo habían traído solo estaban con la mirada perdida, en su interior sus pensamientos eran una maraña revuelta luego de todo lo que descubrieron.
-¿Cómo es que las cosas llegaron a este punto Aomine?
-No lo sé Kagami, ni si quiera parece real para empezar.
-Él tiene razón, no hay forma de que pueda perdonarnos luego de lo que hicimos, ninguna persona cuerda lo haría jamás.
-Estas en lo correcto, tampoco importa que tanto lo intentemos, solo se pondrá peor de lo que ya está.
-¿Qué se supone que hagamos? Hemos esperado mucho por volver a verlo.
-Ni si quiera debimos verlo, todo esto fue un gran error, una gran ironía de la vida que conociéramos a esos niños y nos llevaran a encontrarlo a él. Es como si nos estuvieran restregando en la cara el daño que le hicimos a Tetsu.
-…No quiero…no quiero pasar más tiempo sin verlo, no puedo volver a estar sin el ahora que se dónde se encuentra.
-Yo tampoco podría hacerlo, lo perdimos luego de nuestra equivocación, ahora tendremos que hacer un gran esfuerzo para volver a ganar su confianza, tal vez nunca perdona lo ocurrido esa noche, pero lograremos que nos permita volver a entrar en su vida.
-Entonces esta decidió Aomine.
-Exacto Bakagami, vamos a recuperar a Tetsu.
-¡¡¡Hey!!!
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Tras su fuerte grito, se toparon con que los pequeños estaban de pie justo en el lado opuesto de la mesa, esos pequeños que solo hace unos minutos descubrieron que eran sus hijos, ahora los miraban con una profunda rabia y enojo en sus rostros. Lo que no lograban comprender los adultos fue como no notaron que se acercaban, tras una rápida conclusión dedujeron que ambos niños si heredaron algo de Kuroko y esa era la habilidad para pasar inadvertidos.
-Escuchamos todo lo que paso ahí dentro.
-Ustedes son los que lastimaron a Papi hace mucho tiempo.
-Papi se despierta con pesadillas por su culpa.
-No se acerquen a Papi Jamás.
-Nunca tendrán su confianza de nuevo, no se le acerquen otra vez.
Los pequeños comenzaron a alejarse uno al lado del otro dejando boquiabiertos a los mayores, que no podían creer que sus propios hijos les recriminaran ese evento. Entre tanto estos dos se detuvieron un momento para voltear a verlos y hacer una última declaración.
-¡Nosotros haremos felices a Papi cuando crezcamos! ¡No se acerquen a el! ¡Él es y va a ser Nuestro!
Los dos niños se alejaron corriendo en dirección al parque dejando impactados a los otros que sentían como sus bocas caían hasta el suelo. La situación ya de por si extraña acababa de volverse más irreal de lo humanamente posible. No solo tendrían que recuperar la confianza de Kuroko, sino que sus propios hijos les declaraban la guerra y aseguraban que su padre seria de ellos cuando crecieran.