-La noche de la fiesta... Franky-san y yo nos quedamos a arreglar un poco, después de que ustedes se fueron a descansar...
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Franky salió de la cocina junto con Sanji quien ya se encontraba un poco más tranquilo –Mejor ve a descansar... –Dijo el cyborg apoyando su mano sobre el hombro de su nakama.
-No, quiero ayudarlos... No estoy cansado. Además, necesitaran mucha ayuda por el caos que hicieron... –Dijo con una pequeña sonrisa.
-Sanji-san... Pensé que habías ido a descansar. –Brook se acercó a los muchachos -¿Vas a ayudarnos...?
-Si...
-¿Qué sucede...? Te veo desanimado...
-No, no pasa nada... Es sólo que estoy un poco agotado por haber preparado el banquete... –Aunque intentó mostrar su sonrisa de siempre, claramente en sus ojos se notaba una gran depresión.
-Sanji, que te parece si nos ayudas a meter los trastes a la cocina, en un momento te ayudo... –Dijo Franky con el propósito de distraer un rato al cocinero.
-Está bien... –Se dirigió a hacer su deber, dejando a Franky y a Brook solos por el momento. Una vez que se alejó más de ellos, comenzaron a conversar.
-Entré hace un momento a la cocina y lo encontré llorando... –Dijo esto entre murmullos mirando al cocinero.
-¿Sanji-san...? ¿Llorando...? –Hizo lo mismo que Franky -¿No te dijo por qué...?
-No... Y eso me preocupa; debemos averiguarlo... Y estoy seguro que fue alguien de este barco.
-El único que no estuvo en la comida fue Zoro-san... ¿Crees que...?
-Tendría que hablar con el... Tal vez sí, pero es mejor investigar antes de sacar alguna conclusión.
-Sea lo que sea que haya pasado, se ve muy triste... Hace unos momentos estaba feliz y ahora... Es como si algo le hubiera arrebatado por completo esa felicidad.
-O alguien... Además de eso, cuando entré, vi que guardaba algo en la alacena; como una especie de caja.
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Mientras tanto, Sanji entró de nuevo a la cocina para poner las vajillas y platos en el lavabo, mientras preparaba el jabón no dejaba de pensar en aquellas palabras que le retumbaban en la cabeza –La falla... –Cerró los ojos recordando algo que lo había atormentado alguna vez <> Estaba sumergido en sus recuerdos, sosteniendo un vaso en su mano derecha <> En sus recuerdos se podía ver la silueta de alguien quien estaba diciéndole todas esas aberrantes cosas <> -Basta... Déjame... –Dijo esto respondiéndose a sí mismo entre murmullos –Ya basta... <>Como si hubiera recibido una fuerte descarga, escuchó la voz de Zoro << NO VALES NADA PARA MI... SÓLO ERES UNA FALLA...>>Aquella enorme silueta que estaba presente en sus pensamientos agarró la forma de su nakama –Detente... – Apretó con más fuerza contra el vaso... De pronto... ¡Crack! Reventó el vaso ocasionándose una herida en su mano logrando salir de su trance. Se espantó al ver el charco de sangre que estaba dejando en el lavabo; corrió por una toalla de la cocina y salió corriendo para dirigirse a la enfermería para agarrar el botiquín de primeros auxilios. Escuchó los pasos de Franky y Brook y corrió a la bodega para esconderse; llegó al lugar, cerró la puerta, se recargó en la pared y se arrastró cayendo al piso. Antes de tratarse la herida observó sus manos, tanto la que tenia la cortada como la que estaba manchada de sangre –Perdóname, viejo... –Las lagrimas invadieron sus ojos haciendo que una gota cayera en su mano herida –Quisiera que estuvieras aquí conmigo ahora... Me gustaría sentir... De nuevo tus cálidas manos... Escuchar tus regaños... Quiero estar contigo... Tu eres mi salvador y sin embargo... Nunca te he contado toda la verdad por miedo a que me desprecies... –Comenzó a tratarse su herida tratando de contener el llanto –Así como ahora... Fui despreciado por la persona que amo... No pensé que volvería a pasar... Tal vez lo soportaría de alguien más, pero el... –Con trabajos terminó de curarse. Una vez que acabó de tratar su cortada, juntó sus rodillas al pecho y se abrazó a si mismo ocultando su cara para desahogar ese dolor que lo torturaría de ahora en adelante –Lo siento... Perdóname... Zoro... ¡Sólo quiero quitarme este dolor y olvidar...! ¡Quiero olvidar...! –Cuando las lágrimas
dejaron de caer, cerró por un momento sus ojos para descansar un poco de ese terrible pesar.
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En la cocina:
-Sanji, no habrás empezado sin... –Al entrar, observó que no había nadie, los platos estaban en el lavabo, pero con un pequeño detalle; algunos estaban teñidos con toques de sangre, Franky comenzó a llamar al cocinero, pero no escuchó respuesta alguna, se acercó al lavabo y encontró un vaso roto el cual tenía más rastros de sangre. Salió de la cocina agitado, en eso, Brook apareció y vio la extraña actitud de su nakama.
-¡Franky-san...! ¿Qué sucede...?
-¿Has visto al muchacho...?
-No... ¿Qué no se había ido a la cocina a lavar...?
-No está... Hay manchas de sangre en los platos...
-¡No puede ser...! ¡Debemos encontrarlo! Más le vale no haber cometido alguna locura... No podemos dejarlo así... –Buscaron por todas partes. Fueron a cada rincón del barco hasta que dieron con la bodega; Sanji escuchó de nuevo los pasos de sus nakamas, se incorporó y decidió ocultarse entre la despensa. Los hombres entraron al lugar y no vieron ningún rastro del cocinero, en cuanto a él, estaba escondido en alguna esquina con cientos de cosas delante suyo, inconscientemente estaba conteniendo la respiración; no quería que lo vieran en ese estado, ya había preocupado a Franky y no quería volver a hacer lo mismo, una parte de él se sentía avergonzada y con miedo a ser interrogado, así que sólo esperó a que se fueran, no tardaron mucho en estar en la bodega. Sin éxito en su búsqueda salieron y se dirigieron a la habitación.
-Espero que Sanji-san esté bien... No podemos dejarlo así. Sé que por ahora no quiere hablar de lo que sea que le haya pasado, pero no descansaré hasta verlo feliz de nuevo.
-Tranquilo, Brook... Estoy seguro que está bien, bueno en lo que cabe. Ahora lo importante es averiguar qué fue lo que le sucedió... Mientras lo dejaremos sólo.
-Está bien, Franky-san. –Entraron a la habitación para descansar.
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Por otra parte, Sanji salió de su escondite sin hacer ruido alguno, acomodó con sumo cuidado algunas cosas adaptándolas en forma de una cama, para su suerte, encontró algunas colchas y se recostó de lado y comenzó a hacer memoria de todo lo que ocurrió durante el día, un día que había iniciado bien
con un almuerzo, después ser emboscados por un escurridizo pirata, preparar un pequeño festín con el propósito de acercarse a la persona que aun seguía amando, esa persona que lo hirió desde lo más profundo de su corazón. Intentó olvidar lo que pasó y cerró los ojos para al fin descansar con el consuelo de no volver a repetir lo que para él se convirtió en el peor día de su vida.
-Al día siguiente, entramos a la cocina para ver si lo podíamos encontrar, pero lo único que vimos fueron los platos limpios y sin rastros de su sangre...
-Ya veo...
-Aun no estamos seguros si en verdad Zoro tiene algo que ver con su comportamiento...
-Ahora en el estado en el que se encuentra, no nos ayudará mucho, debemos hablar con Espadachín-san
-Hasta donde he podido conocer a esos dos, tienen una forma curiosa de llevarse, pero estoy seguro que sucedió algo terrible...
-Ahora entiendo porque Cocinero-san se comportaba tan extraño estos últimos días... –Robin comenzó a recordar lo que pasó al día siguiente del festín:
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-Cocinero-san...
-¡Ah, mi querida Robin-chwan...! ¿Qué pasó...?
-¿Cómo te fue con Espadachín-san...?
-... –Sanji mostró ese inevitable semblante, agachando un poco la cabeza se limitó a decir –Bien...
-Cocinero-san... ¿Estás bien...? No fue mi intensión...
-Descuida, Robin-chan... Estoy bien... Es sólo que no me dio tiempo de ir a buscarlo, se me presentaron otros pendientes que tenía que hacer... –Dijo esto con una sonrisa que reflejaba culpa y tristeza –Debo hacer la merienda... ¿Qué te gustaría comer...?
-No quiero molestar... Lo que sea que hagas está bien, porque sé que lo que prepares será delicioso.
-Muchas gracias, pero no es molestia... En verdad. ¿Qué te gustaría...?
-De acuerdo, recogimos muchas manzanas en nuestro último viaje, podrías hacer un pay con ellas...
-¡Sí! ¡No tardo!
-No te preocupes, no hay ninguna prisa, gracias.
-No tienes que agradecer, Robin-chan. –Dicho esto fue camino a la cocina a preparar el pay, Nami se topó en su camino, ella lo saludó, en cuanto a Sanji, claro que respondió con gran amabilidad el saludo, pero no como de costumbre al bailar y muchos corazones a flote hostigando a sus damas, esta vez sólo fue un saludo con educación. Entró a la cocina dejando a las chicas sorprendidas ante el comportamiento del cocinero.
-¿Hice algo malo...? –Preguntó algo preocupada la navegante.
...-Robin sólo negó con la cabeza.
-Yo los ayudaré a ver qué fue lo que pasó...
-Gracias... Robin-san. Disculpa por las molestias...
-Está bien, no te preocupes... Somos una familia.