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Lazos por Tina Black

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Notas del capitulo:

Para que vean que no soy tan cruel XDD


Una vez que zarparon para dirigirse a su destino próximo, la tripulación fue a hacer sus deberes o simplemente querer matar tiempo. Durante el resto de la tarde hasta el anochecer, Nami, Zoro y Sanji estaban arreglando las prendas de este último; Nami les había dejado las instrucciones para hacer los cortes. Sorprendentemente estaban realizando esto en la habitación de las chicas. Nami estaba por terminar de coser los pantalones que le había tocado arreglar, Sanji estaba pasando la aguja e hilo en la tela del short y Zoro estaba haciendo los cortes de las prendas restantes.
-¿Cómo van chicos...? –Preguntó la navegante cortando lo que sobraba del hilo.
-¿Está bien así, Nami...? –Dijo el rubio mostrando lo que ya había terminado de hacer. Nami se acercó para ver el trabajo de su nakama.
-Te quedó bien, lo entendiste muy rápido. ¿Tú cómo vas Zoro? ¿Ya terminaste de cortar los que faltan...?
-Sí, eso creo... –Dijo mostrando lo que ya llevaba.
-Vaya... También entendiste.
-¿Dudabas de mi...? A todo esto. ¿Por qué estamos haciendo esto en tu cuarto...?
-Porque aquí es más pacífico, y como sé que no estás loco y Sanji-kun es más tranquilo ahora, dije ¿por qué no...? Además... ¿No te gustaría que los demás te molestaran o sí...?
-Gracias... Creo...
-Por supuesto esto si te lo cobraré...
-Maldita... –Se miraron a los ojos en señal de desafío, cuando escucharon una inocente risa.
-Jajajaja... Gracias por aceptarnos en tu habitación, Nami.
-No hay por qué, Sanji-kun.
-¡Es verdad! Iré a ver si ya está lista la comida para la cena... No tardo. –Dijo esto levantándose de la silla y salió del cuarto para dirigirse a la cocina dejando solos a Nami y Zoro.
-Es curioso, ¿no lo crees?
-¿Eh...?
-Por una parte, es el mismo, pero por otra no... Es difícil de decir.
-Bueno, en lo tonto sigue siendo el de antes...
-Haz lo posible por hacerle recordar quién es realmente...
-Si él me lo pide, lo haré... –Se recargó en la silla.
-No seas tan egoísta con él, hasta ahora ha sido gentil contigo... ¿Por qué odias a Sanji-kun...? Antes de esto... Últimamente no se habían tratado como de costumbre, ¿pasó algo...?
-... –Cerró por un momento los ojos –Nada... Hay que terminar con esto...
Sanji regresó trayendo consigo unos cuantos onigiris que habían sobrado –En un momento ya estará lista la cena, pero no estaría mal descansar un poco... –Dijo esto colocando el plato sobre la mesita.
-Gracias, no te hubieras molestado. Son deliciosos... –La peli naranja tomó uno y comenzó a comerlo.
-No, gracias a ustedes por ayudarme con esto. ¿Cómo se los podría pagar...? –Dijo el cocinero viendo a sus nakamas.
-No es nada... –Dijo Zoro devorando un onigiri de un solo bocado. –Con haber ayudado es más que suficiente... –Miró por un momento a Sanji. –Anda, debemos seguir con esto.
-Si... –Por un momento había sentido las palabras de su nakama un poco frías. Se sentó en su silla y comenzaron a coser de nuevo.
Dieron pausa a su actividad para ir a cenar. Sanji fue a llamar a los demás para comer, no tardaron en llegar; se sentaron en la mesa -¿Qué preparaste ahora, Sanji-san...? –Dijo Brook.
-Ah, bueno; preparé pastel de carne, espero que me haya salido bien... Aquí está. –Colocó el platillo en medio de la mesa y sin más comenzaron con la cena, Sanji se sentó a un lado de Franky, este notó el nuevo comportamiento de su nakama, era como si no hubiera pasado nada sobre aquella noche, estaba consciente ante la situación, pero por otra parte se sentía un poco más tranquilo al ver que los ánimos de Sanji volvieron. Cortó un pedazo de la comida y lo puso en su plato, y al dar la primera mordida –Está muy bueno... –Dijo con la boca llena.
-Me alegra que te gustara, Franky. –Dijo el cocinero sirviendo los vasos.
-Por supuesto, por algo eres el cocinero de este barco... –Dijo el carpintero colocando su mano sobre la cabeza del cocinero haciendo así una tierna y cálida caricia, Sanji se sonrojó un poco, al sentir aquel gesto de cariño, por un instante sintió como si lo hubiera vivido ya antes en otra ocasión. Mientras que al frente de ellos se encontraba Zoro, quien veía la escena –Que ridículos... –Pero sintió un ardor desde su pecho hacia el estomago. Y por un momento miró con un poco de coraje a Franky. –“Pero... ¿Por qué me molesta...?” –Sanji fijó su vista a Zoro y le contestó con una linda sonrisa, esa sonrisa logró sacar a Zoro de sus pensamientos, logrando reaccionar y volver a la realidad. Respondió haciendo un gesto de incredulidad y fijó su vista hacia otro lado fingiendo enojo consiguiendo que el cocinero inclinara un poco la cabeza a un lado en señal de confusión, alzó un poco los brazos y continuó comiendo. –“¿En qué rayos estoy pensando...?” –Cuando terminaron de cenar, Sanji fue el primero en levantarse de su silla y fue hasta donde estaba el lavabo –Pueden darme sus platos para lavarlos. –Los muchachos obedecieron y antes de comenzar con su tarea, Franky se puso a lado suyo.
-Si quieres puedo ayudarte...
-Claro, muchas gracias, Franky.
Zoro volvió a sentir esa desagradable sensación sin razón, tenía en su mano un tenedor y sin darse cuenta lo dobló para poder desahogar su ira. Se acercó a ellos de mala gana y dejó el plato y el tenedor aventándolos –GRACIAS... –Dijo tratando de no explotar.
-Hey, tranquilo hombre... –Dijo molesto el carpintero.
-¡Ah, cállate...! –Dijo haciendo una extraña, pero graciosa mueca de completo disgusto y salió de la cocina.
-Es un idiota... –Miró con completo desdén a su nakama.
-... –Sanji miró aquella escenita con confusión alzando una oreja y la otra caída. Puso el plato de Zoro a remojar y al ver el tenedor doblado se sorprendió y dejándolo aun mas confundido por la situación. Pero no fue el único en ver eso, también Robin estaba presente y sin más soltó una pequeña risilla y salió del lugar dejando a los otros dos solos. Continuaron lavando los trastes y dieron por inicio su plática. –Franky, ¿puedo hacerte una pregunta...?
-Por supuesto.
-¿Cómo fue que nos conocimos...?
-Mmm... Bueno. Es un poco larga la historia... Verás, yo vivía antes en una isla, está tiene una ciudad llamada Water Seven, ustedes llegaron allí por recomendación para arreglar un barco, en ese tiempo estaban Luffy, Nami, Zoro, Chopper, Robin, Usopp y tu... Digamos que al principio de conocernos todos, no di una buena impresión. Fuimos enemigos por un pequeño tiempo, pero después por asares del destino, terminamos apoyándonos, además necesitaban un carpintero y heme aquí...
-¿Y cuál fue la causa de todo esto...? Ah, disculpa si te hago muchas preguntas, en verdad me gustaría saber todo de ustedes...
-Está bien... La verdad no me molesta. –Dijo mientras lavaba algunas vajillas. Continuaron con la plática, contando lo sucedido en Water Seven y una parte del incidente de Ennies Lobby, claro la parte contada con el testimonio de Franky.
-Ya veo... Pero es bueno tenerte aquí. No eres una mala persona. Hiciste un gran trabajo construyendo este barco... Y veo que te preocupas por nosotros... Gracias...
-¿Por qué...? –Detuvo por un momento lo que estaba haciendo.
-Por haber creado ese vinculo con nosotros. –Dijo esto mirando con una serena sonrisa a Franky.
-Gracias a ustedes por aceptarme. –Mientras terminaban su tarea, Zoro se encontraba a fuera apoyado en el barandal que estaba situado a fuera de la cocina, pensó en lo que había sentido hace rato cuando vio a Sanji y a Franky juntos; estaba muy enojado y pateaba por ratos la madera, lo más curioso de todo es que no sabía la razón del porque estaba esperando; decidió ir a la torre
de vigía para entrenar, pero cuando estuvo a punto de dar el primer paso salieron los muchachos, los miró por un momento y comenzó a caminar para ir a la torre; en esos momentos Sanji vio a Zoro y fue tras él con gran felicidad. Cuando lo alcanzó lo abrazó del tronco logrando sorprender al espadachín, y una vez que se giró para verlo, lo apartó de el dejando al cocinero extrañado por aquella reacción de rechazo.
-Déjame en paz... –Con esto se retiró dejando al cocinero un poco triste.
-Descuida, así es el... Que no te sorprenda sus repentinos cambios de humor... –Dijo Franky acercándose a Sanji.
-Ya veo... No quería molestarlo... –Franky pudo observar como Sanji miraba a Zoro.
-Sabes, estoy haciendo un pequeño proyecto en mi taller... ¿Te gustaría verlo...? –Al escucharlo, Sanji alzó la cabeza para mirar a Franky.
-¡Sí! –Recuperó los ánimos y se fueron al taller. Zoro había llegado a la torre y se sentó para comenzar a meditar; pero cuando cerraba los ojos, se le venía a la cabeza lo que sucedió, se palpó un poco las mejillas para olvidarlo, pero mientras más intentaba evadir lo sucedido, mas se hacía presente la molesta escena. Abrió de nuevo los ojos, pero esta vez notó que se encontraba en un sitio diferente; ya no estaba en la torre de vigía, sino en el jardín de la tienda. Se levantó de golpe y observó que la tienda tenía un ambiente muy diferente, se dirigió a la puerta del balcón para ver si esto era real o no, al abrir las puertas, se encontró con un árbol de cerezos provocando una gran lluvia de hojas de este. Había alguien recargado en el árbol, cuando sintió la presencia del espadachín, volteó a verlo y con una sonrisa le contestó –Así que tu eres la contraparte de Shizuka, ¿no es así...? –El peli verde se quedó inmóvil al ver la aparición de aquel extraño hombre. -¿Tú no eres el muchacho que estaba con ese lentejudo...?
-¿Te refieres a Kimihiro-san...? –Dijo el hombre que vestía un kimono y un haori con colores grisáceos. Tenía en su boca un cigarrillo, dio una pequeña calada y sacó el humo; se acercó a Zoro para presentarse –Tomé mi forma de cuando era joven, debo admitir que Shizuka se parece bastante a mi... Mi nombre es Doumeki Haruka.
-¿De qué hablas...? No entiendo nada... ¿Cómo es que llegué de nuevo aquí...?
-Esto es un sueño, pero todo lo que ves es real... Inclusive yo... Jajajaja...
-¿Entonces...? Tú no eres el muchacho que yo conocí...
-Exacto, soy el abuelo de Shizuka... ¿Cuál es tu nombre...?
-Zoro... Es un gusto...
-Parece que aprendiste la lección de la señorita Yuko.
-¿Aah...?
-Para compartir la misma esencia del alma, son muy contrarios mi nieto y tú...
-¿Esa bruja te mandó para vigilarme, cierto...?
-Jajajaja... No, claro que no. Tenía curiosidad de conocerte, lamento haber llegado así de sorpresa. Te veo un poco pensativo. Puedes confiar en mí. –Dijo esto mostrando una agradable sonrisa, una sonrisa que logró hacer entrar en confianza a Zoro, no le molestaba la presencia de aquel extraño hombre.
-¿También vives con ellos...?
-No, mi cuerpo dejó este mundo hace tiempo...
-¡Espera...! Entonces... ¿Estoy hablando con un fantasma...? No pareces ser uno...
-No deberías creer en todo lo que te dicen... En fin... Noto que algo te molesta, ¿no es así...?
-Eh... No sé cómo explicarlo... –Zoro comenzó a contarle lo sucedido, desde el incidente hasta ahora. Esta vez se encontraban sentados bajo el árbol de cerezo. Por alguna extraña razón se sentía cómodo platicando con el abuelo de Doumeki, pensando así que tal vez el tuviera una respuesta ante lo sucedido de hoy, pero sobre todo lo que Sanji había pedido. –Supongo que soy un tonto... Nunca había sentido esto hacia ese ero-cook...
-Pero sientes aprecio por el...
-¿Qué te hace creer eso...? No lo abandoné porque no quería que los demás me molestaran por ese idiota...
-Parece que tienes un hábito...
-¿Sabes lo que es...?
-Tal vez si, tal vez no...
-Supongo que no me dirás...
-Es algo que tú mismo debes descubrir... Pero es sorprendente que ese hábito no muestre un horrible aroma, aunque no significa que no sea malo... Dime, Zoro, ¿por qué no te llevas bien con ese chico...? Se ve que es una buena persona.
-¿Bromeas...? ¡Es la peor persona que eh conocido...! Es un inútil...
-¿Estás seguro...?
-... –Se quedó por un momento callado pensando por un momento en lo que había dicho –Mmm... Bueno, es un presumido...
-No parece serlo...
-Siempre molesta con sus romanticismos...
-Es normal en un hombre que en verdad admira a las mujeres...
-El... Es sólo un error... No debería estar viajando con nosotros...
-Nadie es perfecto... Todos tenemos altas y bajas... Sin excepción...
-...
-Piensa muy bien en lo que dices... Las palabras lastiman más que los golpes... Y a veces ya no puedes encontrar alguna cura contra ellas... –Dijo esto ofreciéndole su cigarrillo al espadachín.
-Gracias, pero no fumo...
-Sostenlo por mí, por favor... –Hizo caso a la petición de Haruka, sostuvo con cuidado el cigarro, Haruka se levantó y abrió la puerta del balcón mostrando lo que estaba pasando en el taller –Se ve muy feliz... Pero no es la misma felicidad como cuando está contigo...
-¿Cómo es qué...?
-Tengo mis secretos... –Haruka y Zoro vieron con atención lo que estaban haciendo Sanji y Franky. El carpintero le estaba mostrando una nueva lancha con algunas nuevas mejoras, el cocinero se mostraba muy emocionado por ver la nueva obra de su nakama. Zoro veía lo que estaba pasando con un poco de enfado, pero no pudo evitar contagiarse al ver la linda sonrisa de Sanji –El sólo lo ve como a un niño... No más de eso... Jajaja... Está preocupado por el al igual que el resto de tus amigos...
-¿Qué tratas se insinuar...? –Dijo con pena y simulando ira hacia Haruka.
-Sólo digo que deberías ayudar a tu amigo al igual que ellos lo están haciendo... No lo olvides... Cuando una palabra hiere a alguien, así como ya no hay remedio para corregir el error, también esas palabras pueden hacer que pierdas lo que más quieres.
Repentinamente abrió los ojos, se encontraba en el piso con sus pesas a lado, se levantó un poco y comenzó a hacer memoria de lo que había soñado –Que extraño sueño... ¿Me habrá hecho daño algo...? No, hasta eso, ese torpe sabe
cómo hacer las cosas... –Fijó su vista al suelo, y encontró el cigarrillo prendido que estaba a lado suyo -¿Cómo es que...? –Recordó todo lo que había visto –Tal vez no fue un sueño después de todo... Doumeki Haruka... Un hombre muy interesante.

Notas finales:

Ahora si es todo por el momento. Nos vemos luego. No olviden comentar :)


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