Hace diecisiete días:
Cada año Yuko tiene un encargo que consiste crear criaturas ayudando a su vez a otros magos y está ocasión era turno de la era pirata. Había logrado terminar su labor, había gastado gran parte de sus energías así que decidió descansar un poco; se encontraba en un bote en medio del mar –Sólo unos minutos más y me iré de aquí... Es bastante agotador crear monstruos marinos, aunque a comparación de los dioses... Aahmm... –Giró su vista al costal que estaba a un lado de ella, este tenía lo que le habían dado como pago –Con ese tesoro tendré suministro para dos meses... ¡Comeré lo mejor d lo mejor y con Watanuki conmigo soy más que feliz! ¡Aaahh...! Cuando regrese a casa le pediré que me haga un gran festín... –En esos momentos miró al horizonte y se percató que había un extraño barco con la forma de un pez –Mmm... No hará mal echarle un vistazo –Se dirigió al lugar y una vez que llegó amarró el bote a la orilla del lugar y caminó junto con la bolsa observando a su alrededor –Mmm... –Vio otro barco de categoría que estaba al lado del lugar y después fijo su vista a la entrada –Baratie... Al parecer es un restaurante, necesitaré energías para regresar a la tienda, no se diga más... –Una vez que entró fue recibida con un poco de brusquedad por parte de Patty.
-Disculpe, pero por ahora el restaurante está ocupado... –Dijo con su singular sonrisa y vio con mejor detalle la presencia de la chica -¡Ooh! Aunque podríamos hacer una excepción... Siempre y cuando tenga el dinero para pagar...
-Que hombre tan mas interesado...
-Al ver su extraño traje, es una mujer de dinero o es un disfraz de teatro...
-Será mejor no provocarme... –Lo miró una sonrisa sombría haciendo notar su aura amenazadora.
-¡Nhg...! Lo-Lo siento...
-¡¡PATTY!! –Se escuchó a lo lejos la estruendosa voz de Zeff. Se acercó a ellos –Deja de molestar a esa chica y deja que coma aquí... ¡A nadie se le niega los alimentos! –Dicho esto, pateó con gran brutalidad al cocinero estampándolo en la pared, en cuanto a Yuko, se notaba tranquila -¡Y otra cosa...! Vuelve a molestar a una mujer con esa actitud altanera y te mato... –Volteó a ver la peli negra –Si no tienes con que pagar la comida, no hay problema –Dijo con autoridad y continuó –Eres bienvenida...
-Gracias, no se preocupe. Tengo algo que podría servir de mucho –En eso sacó de la bolsa un pequeño anillo de plata con una gran joya incrustada en el -¿Con esto me alcanzará para un platillo...? –Dijo con tranquilidad.
-¡¡OOOH...!! –Zeff y el resto de los trabajadores que salieron de la nada, se asombraron por lo que la chica les estaba dando como pago.
-Con ese anillo podremos reparar el techo –Dijo Carne.
-¡Vuelvan al trabajo! –Salieron disparados y regresaron a sus puestos –Si es falso tendrás que trabajar un año con nosotros... –Dijo con firmeza.
-Le aseguro que es plata genuina... –Le entregó el anillo –Puede verlo...
-Mmm... –Observó el objeto con detalle –De acuerdo... Déjeme llevarla a una mesa...
-Me gustaría la mesa que está cerca de aquella ventana, por favor.
-No hay problema –Llevó a la sacerdotisa a la mesa que había pedido, al pasar por las personas que habían reservado el restaurante, ls chicas miraban con recelo a Yuko y en cuanto a los caballeros... Bueno, hombres ya saben como son. Zeff le acercó la silla y una vez que la chica se sentó, el chef le ofreció la carta -¿Gusta algo de tomar...?
-Por la comida tráigame la especialidad de la casa y el mejor vino que tenga por favor...
-Por supuesto, el mejor vino que tenemos es bastante dulce, pero es el mas fuerte...
-Perfecto... Tráigame toda la botella por favor.
-Es la más fuerte... –Dijo con advertencia.
-Está bien. –Al notar la seguridad de la chica decidió no molestarla más y se retiró no sin antes hacerle un gesto de aprobación.
-“Un momento... ¿Por qué la atendí...? Soy el chef no un mesero...”
Después de un rato llegó a su mesa uno de los mejores platillos del restaurante: Langosta acompañada de una ensalada y aderezo, al ver el plato, los ojos de Yuko se iluminaron –Este es nuestro mejor vino... –Dijo el mesero mientras colocaba las cosas sobre la mesa –Espero y le guste nuestro mejor platillo –Acto seguido le sirvió el vino en una copa.
-Gracias... –Tomó un pequeño sorbo –¡Es fantástico...!
-Nadie ha podido acabarse ese vino, ni siquiera aguantan a la tercera copa... Al segundo trago lo dejará... –Dijo Patty observando desde la cocina.
-No podrá al terminarse esa copa –Agregó Carne.
-¡DEJEN DE HOLGAZANEAR Y TRABAJEN!
-¡Si jefe!
Mientras nuestra invitada disfrutaba de su comida, por un momento vio desde la ventana como se encontraba el bote; en esos momentos un barco pirata de un aspecto bastante descuidado se aproximaba al restaurante. Al llegar, este destrozó el bote -... –No mostro ninguna emoción, no se quejó, simplemente observó como los piratas bajaban de aquel barco y entraron al restaurante abriendo las puertas de una patada logrando alterar al resto de los clientes mientras que Yuko continuó comiendo como si nada estuviera pasando a su alrededor. El resto de las personas salieron corriendo del lugar aterrorizados ya que no se trataban de simples piratas sino que se trataba de nada más y nada menos que la tripulación de:
-¡Don Krieg! –Gritó Carne.
-¿Don Krieg...? ¿De Nuevo aquí…?–Exclamó Patty.
-Parece que se quedó con las ganas de otra revancha... –Dijo Zeff con indiferencia –Por ahora lo que debemos de hacer es asegurarse de que no haya ningún cliente...
-Ah... Jefe... –Uno de los cocineros señaló a donde estaba la peli negra.
-¡¿Qué rayos pasa con esa mujer?! –Gritó con gran disgusto.
-¿Acaso quiere morir...?
-Patty, sácala de aquí... El resto váyase preparando para la pelea...
-¡ZEFF, VOLVÍ POR LO QUE ME PERTENECE! –Don Krieg estaba muy molesto -¡Sal, maldito pata d palo...! –Pero se fijó en la presencia de la chica quien le faltaba poco para terminar de comer –Si sabes lo que te conviene deberías irte ahora mismo... –Dijo con desdén.
-... –Ignoró por completo al capitán.
-¿Acaso eres sorda...? Deberías hacerle caso a mi capitán... –Contestó uno de los subordinados.
-... –Había terminado de comer y como acto seguido colocó los cubiertos en la mesa y se limpió la boca con una servilleta sin mostrar miedo alguno. Después posó sus codos sobre la mesa y juntó los dedos de sus manos entre si, lo único que hizo fue mirarlos fijamente.
-Es tu decisión si quieres quedarte o no... Pero una vez que tomemos el barco, no nos haremos responsables y mucho menos tendremos piedad sobre ti... –Dijo con un tono de malicia Krieg.
Pearl entró al restaurante y fue con Don Krieg -¿Lograste calmar a Gin...?
-Ja, ese tonto me la debía... No nos molestará en un buen rato; podremos quedarnos con el barco sin ningún problema...
-Bien, Pearl... ¡Sabemos que están en esa maldita cocina! –En cuestión de segundos, los cocineros salieron preparados para la batalla –Solo lo haces mas difícil, anciano...
Patty fue tras Yuko para sacarla del restaurante –Debe irse de inmediato...
-... –Ignoró por completo al cocinero.
-Bien... No sé qué es lo que pase por su cabeza, pero vendrá conmigo quiera o no...
-Aguarda...
-¿Ah...?
-... –Lo miró de reojo –Será mejor que vayas a ayudar a tus compañeros...
-¿Qué rayos...?
-... –Miró con gran atención la presencia de Zeff –No puedo irme sin antes haber hecho mi trabajo...
-Debe venir conmigo... Tiene que irse cuanto antes...
-¿Y cómo me iré...?
-¡Qué pregunta...!
-Ese sujeto destruyó mi bote...
-¿Piensa reclamarles...? –Antes de seguir con la discusión, Pearl se estaba aproximando a ellos.
-Así que quieres reclamar por tu insignificante bote... Pero que tenemos aquí... Una hermosa mujer... –Dijo acercándose al a sacerdotisa.
-... –Yuko no le prestó atención al sujeto -¿Patty, cierto...?
-S-si...
-¡¿Me estás ignorando?! –Reclamó el mastodonte.
-¿Aun tienes curiosidad por este atuendo...?
-¿A qué viene eso ahora...?
-Son muy contadas las ocasiones que lo uso... La última vez que me lo puse fue cuando un chico solicitó de mi ayuda para pedirme que salvara a la chica que ama...
-No entiendo lo que quiere decir...
-¡Ya dejen de ignorarme...!
-Yo no estoy aquí por pura casualidad...
-...
-¡Maldita mujer arrogante...! –Pearl se preparó para atacar a la chica, el resto miró con atención lo que ocurría; Zeff no dudó en ir a salvar a Yuko aun sabiendo que estaba muy retirado de donde se encontraban no debía ignorar el peligro en que se encontraba una mujer -¡CORRE...!