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Lazos por Tina Black

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Notas del capitulo:

Este capítulo es opcional si lo quieren leer. No hay problema. La razó por la cual lo hice fue porque me llegaron a preguntar por Gin y si, lo hice a un lado en el capítulo pasado.

Sin mas que decir disfrutenlo. En un rato subiré el capítulo 23.

Fue la peor decisión que tomó al haber abierto la puerta de la habitación de huéspedes. Estaba completamente en shock, su mente aun no podía captar lo que estaba viendo en esos momentos. –Tú...

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Horas antes de la invasión contra el Baratie:

-Don Krieg... Debe dejar en paz a esas personas... Si no deja ese rencor contra ellos jamás podremos avanzar a la Gran Línea... -Dijo Gin quien estaba suplicándole a su capitán. Don Krieg no olvidó ese viejo pendiente que tenia sobre la invasión del barco. Cuyo plan fue frustrado gracias a Luffy; Krieg, Gin y el resto de la tripulación estaban en un puerto subiendo cargamento para su nuevo barco el cual consiguieron después de aniquilar a los verdaderos dueños de la nave. Mientras estaban subiendo los suministros, Gin estaba tratando de hacer entender a su capitán que era ya una tonta idea de pelear por ese barco y a la vez haciendo un gran intento por salvar el lugar en dónde vivía el cocinero que le salvó la vida.

-Ya no vale la pena seguir pensando en ese restaurante... Debemos continuar con nuestro viaje...

-Sabía que te opondrías a mi plan... -Respondió Krieg con un tono burlón mientras veía a su camarada -No me dejas de otra...

¿Qué quiere decir...? -Gin se asustó un poco ante la respuesta de su capitán y cuando menos se dio cuenta... ¡Doom! Fue atacado a sus espaldas recibiendo un fuerte golpe a los lados de su cabeza por parte del cobarde de Pearl, logrando así dejar inconsciente a Gin.

-Listo capitán con esto no molestará en un gran rato... Esto es por romper mi armadura... Jajajaja... -Dijo con gran cinismo el tripulante.

-Bien... Ustedes -Ordenó Krieg señalando a algunos de sus perros fieles -Llévenlo al barco y déjenlo en un rincón donde descanse... -Les aventó como si se tratase de una muñeca de trapo el cuerpo inconsciente de Gin a los piratas y estos lo llevaron a una pequeña recamara que se situaba en un rincón del barco.

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Después de algunas horas, abrió poco a poco sus ojos y una vez que recobró sus fuerzas se levantó con un fuerte dolor de cabeza y se quedó sentado en la cama. -¿Qué fue lo que pasó...? ¿Dónde están todos...? -Gin comenzó a hacer memoria de lo que había pasado antes de perder la consciencia -Ahora ya recuerdo todo... Ese maldito lame botas me las va a pagar... ¡El restaurante! ¡Debo impedir que hagan algo tonto! - Cuando se levantó de su cama ya dispuesto a enfrentar a su tripulación, como si se tratase de una bala de cañón impactó perforando casi todo el barco y acabó justo al lado de Gin. Estaba petrificado por lo que presenció y cuando se fijo de lo que cayó a lado suyo, se trataba nada más y nada menos que de... -¡¿Pearl...?! -Efectivamente. Pearl estaba desorbitado por el fuerte golpe que recibió. La curiosidad de Gin lo invadió y decidió salir para ver que estaba pasando; cuando salió a cubierta el resto de los piratas estaban regresando al barco.

-¿Qué fue lo que ocurrió? -Dijo deteniendo a uno de sus camaradas.

-Señor Gin... Será mejor que no salga... Hemos sido derrotados...

-¿Qué...? -Estaba perplejo -"¿Estará con ellos ese chico de goma...? ¿O habrá sido Sanji...?" -Sin hacer caso a la advertencia del pirata se asomó para ver que estaba pasando y vio el momento en el que Yuko y Zeff atacaron a Krieg. -¡Don Krieg...! -Pero antes de decir más, su capitán aterrizó logrando dañar mas la nave. Un gran remolino de agua rodeó el barco y en un parpadeo fueron enviados a una isla tropical.

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-Jamás volveré a ese lugar... -Dijo un adolorido Krieg

-Bueno, al menos está aquí con vida, capitán... -Comentó Gin -A propósito... ¿Quién era esa mujer que estaba con los cocineros?

-No me la recuerdes... -Dijo con sarna

-¿DÓNDE ESTÁ...? VOY A MATARLA... -Pearl despertó al fin con ganas de destrozar a la responsable de su humillación. -VOY A APLASTARLA...

-Ya cállate Pearl... -Respondió con mucho fastidio el capitán.

-Cuando la encuentre yo...

-Pearl... -El mencionado volteó a ver a Gin y fue su sorpresa al ver la mirada de asesino que tenia este -¡Tuuu...!

-Gi-Gin... Puedo explicarlo... Yo... -El mismo miedo no lo dejaba hablar y sin más que decir, Gin lo atacó de una manera más sádica. Mientras que el capitán los ignoraba viendo el mar.

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Minutos antes del festín:

-Muy bien... Supongo que no debe estar lejos... –Yuko se encontraba nuevamente en medio del mar, pero esta vez estaba buscando el que podría ser su nuevo cliente. Preparó un conjuro invocando a una pequeña mariposa de un tono oscuro –Si salió una mariposa eso significa que no debe estar lejos... Búscalo... –La mariposa hizo su viaje para encontrar a Sanji con la ayuda de la esencia del cuchillo. La pequeña mariposa fue los ojos de la sacerdotisa, vio desde principio a fin lo que ocurrió desde el momento en que su futuro cliente fue por el obsequio hasta el final de ver a un desconsolado Sanji.

-El amor es bastante cruel... No tiene piedad con nadie... Parece que a final de cuentas ese muchacho necesitara de mí después de todo... No pensé que volvería a ver otro caso con los hilos de las palabras... En fin, cuando llegue el momento de encontrarnos espero y lleguemos a buen acuerdo... Por ahora debes ver lo que esté pasando hasta que el pida su deseo. –La mariposa regresó al barco y Yuko usó su magia para volver a su mundo.

En la tienda:

-... –Estaba en frente de la puerta de la tienda pensando en lo que había visto. –He recibido clientes con problemas de todo tipo, desde los que buscan vengarse, los que desean dinero, hasta los que quieren cambiar y olvidar el sufrimiento que los aqueja... –Abrió la puerta y antes de quitarse los zapatos vio que estaban los zapatos de Watanuki junto con otro par –Parece que Doumeki vino a acompañarlo... Pero no le pedí que fuera a ayudarlo... –Estaba completamente cansada para ponerse a pensar en eso. Se dirigió a la cocina y al ver una mediana olla en la estufa quiso echarle un pequeño vistazo y se le hizo la boca de lobo al ver lo que contenía -¡Curry...! ¡Watanuki se lució...! Comeré un poco cuando salga de bañarme... Bien, iré a prepararme... –Fue a la sala pero no encontró rastro de Watanuki ni de Doumeki, los únicos que estaban eran Maru, Moro y Mokona.

-¡Señorita! –Gritaron de alegría las niñas yendo a recibir con un cálido a brazo a su dueña.

-Ya volví... ¿Cómo les fue, Mokona?

-¡Muy bien! –Exclamó Mokona –Watanuki hizo una gran comida, el resto lo dejó para ti...

-Sí, ya lo vi, muchas gracias... Iré a tomar un baño... Hoy se me presentaron muchas cosas y eso que sólo fui por un pequeño encargo, pero no puedo ignorar los deseos de las personas... –Dijo esto estirando un poco los brazos mientras iba caminando por el pasillo en compañía de los pequeños –Maru, Moro, podrían prepararme el baño por favor...

-¡Sí señorita Yuko! –Las niñas se fueron corriendo hacia el lugar.

-¿Y Watanuki...?

-Creo que está en su habitación... Doumeki vino de visita. –Dijo el pequeño animalito saltando al hombro de Yuko.

-Bien... Iré a avisarle que ya llegué...

-De acuerdo... Yo mientras iré por un poco de sake... –Dijo esto saltando al piso y yendo de camino a la bodega a buscar un poco de alcohol

-No te lo acabes todo...

-¡Noo! –Dijo con entusiasmo.

-... –Se dirigió a la habitación de Watanuki, pero quedó un poco extrañada al no escuchar ningún ruido –Mmm... Qué extraño... –No pudo deducir nada como era de costumbre porque uno, sus poderes tenían un límite y claro su trabajo no consta siempre de predecir las cosas, dos, estaba demasiado cansada. Así que tomó la peor decisión de deslizar la puerta y quedó completamente sorprendida al encontrar esa escena...

-Tú... –Dijo un poco crispada.

-... –Había descubierto a Watanuki y a Doumeki acostados en la colcha. Para su suerte apenas se estaban preparando para la acción. Llevaban puestos sus uniformes con el detalle de tener tanto el saco como la camisa desabrochados, Doumeki estaba arriba de Watanuki, en cuanto a el; claro estaba petrificado al notar la presencia de su patrona, fue tanta la impresión que la cara de Watanuki se tornó al color de un jitomate –Yu-Yu-Yu... –En cuanto a Doumeki sólo miraba con su clásica expresión, pero en su interior también estaba apenado.

-... –Ninguno hizo movimiento alguno... -... –Entró a la habitación y cerró la puerta sin mostrar expresión alguna.

-Yu-Yu... ¡Yuko-san! –Se asustó el peli negro al ver la acción de la bruja. Mientras tanto ella se sentó en una silla que estaba cerca. Cruzó las piernas y los brazos y miró fijamente a los muchachos –Aaahh...

-Muy bien, Watanuki... Dame una buena razón para no romperte el cuello –Dijo con una mirada siniestra.

-“ESTÁ ENOJADA...” –Gritó en sus pensamientos. Se tornó un ambiente incomodo entre los tres hasta que Watanuki decidió hablar –Bueno... Yo...

-¿Y bien...? ¿Y tu Doumeki-kun...?

-...

-Bien... Voy a proponerte esto... Uno: Terminen de hacer lo que estaban haciendo, pero conmigo como público... O... Dejan eso para otra ocasión en otra parte y cargaré esto a tu cuenta... Tú decides... –Dijo con una oscura sonrisa.

-¡Yuko-san...! –Estaba completamente avergonzado –Yo...

-A mi no me importa... –Agregó Doumeki con mucha confianza

-CÁLLATE... –Le dio un zape en la nuca a su compañero.

-En verdad lo sentimos mucho... –Respondió Doumeki arrodillándose y haciendo la posición de reverencia para la sacerdotisa y Watanuki lo siguió.

-Yuko-san... En verdad lo sentimos, no volveremos a hacerlo...

-De acuerdo... Trabajaras el cuádruple empezando mañana... –Dijo esto levantándose de su asiento y yendo a la puerta –Si me disculpan, iré a tomar un baño... –Salió de la habitación y mientras iba caminando por el pasillo alguien la retuvo del hombro.

-Yuko-san... ¡En verdad perdóname...! ¡Merezco diez veces el castigo...! ¡No debí faltarle al respeto a tu casa... Yo... –Fue callado por un pequeño pero no doloroso zape por parte de la chica. -... Yu-Yuko-san...

-Me alegro por ti Watanuki... –Dijo con una sincera sonrisa –Pero para la próxima hagan esas cosas en la casa de alguno de ustedes o podrían ir a un hotel de paso... –Dijo divertida provocándole más penas a su ayudante.

-¡Basta...! –Dijo muy avergonzado arrugando la parte baja de su camisa.

-Sabía que tarde o temprano mostrarían sus verdaderos sentimientos...

-Lamento no habértelo dicho antes y que lo hayas sabido de esta forma... Pero créeme que no habíamos hecho nada malo antes de tu llegaras... Bu-Bue-Bueno... –Sus labios fueron sellados con el delgado dedo índice de Yuko en señal de silencio.

-Vayan a preparar la cena... En un momento estaré lista...

-Pero es media noche...

-Nunca es tarde para celebrar mi querido Watanuki... ¡Hoy tomaré hasta el amanecer!

-YUKO-SAN

Notas finales:

Si llegaron hasta aquí, muchas gracias por su paciencia y tiempo. En unos instantes actualizaré. Gracias :)


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