-¡¡AAAAAHHHGGG...!! –Se encontraba en el suelo retorciéndose del dolor -¡Auxilio, por favor...! ¡Mi pie...! ¡Aaaaggghhh...!
-¡Al fin! Espero que sea el lobo de pecho plateado... –Salió entre los arbustos un cazador de un aspecto robusto y descuidado pero bien armado. Se acercó con los aires de victoria y se percató de que no había cazado lo que quería -¡¿Eeehh...?! ¡¿Un niño...?! ¿Qué hace un mocoso en medio de la noche y en este lugar...?
-Quíteme esto, por favor... –Lo que aprisionaba el pie derecho de Sanji era una trampa para osos –Por favor... –Con trabajos se sentó e intentó zafarse de la trampa.
-No te lo recomiendo...
-... –Miró con miedo al cazador.
-Verás, si intentas moverte o intentas quitarte eso de tu pie, hará más presión hasta que...
-¿Hasta qué...?
-Hasta romperte y cortártelo...
-¡Quíteme esto por favor...!
-Está bien, está bien... –Dijo mal humorado –Gracias a tus gritos tal vez ahuyentaste a mi presa... –Se arrodilló y sacó una pequeña llave para poder quitar la trampa que atormentaba a Sanji –Es un poco temprano para la noche de brujas, ¿no lo crees...? –Dijo refiriéndose a la capa.
-...
-¿Eres un fugitivo, no es así? –Dijo con un tono molesto.
-N-No... –Sin dudarlo el sujeto intentó quitarle la capucha de la capa al rubio -¡No, por favor...!
-Eres un pirata... Jejeje... –Logró quitarle la capucha y abrió sus ojos como platos al notar las orejas del muchacho –Un... Un... –No pudo resistir y le quitó con trabajos la capa -¡Un kitsune! ¡Un kitsune de verdad!
-¡No me vea...! –Cubrió sus orejas con sus brazos -¡No me haga daño, se lo suplico!
-Esto es increíble... Eres mucho más valioso que un lobo... No sé diga mas, vendrás conmigo...
-No... ¡Aléjese, ya!
Mientras tanto:
-Debo... Encontrar a ese idiota... –Zoro estaba buscando con desesperación a Sanji –Debo encontrarlo... ¿Dónde se habrá metido...? Estoy seguro que el grito vino de ahí... –Sentía que corría en círculos. -¡Cocinero...! –Miraba cada rincón del bosque -¡Cocinero...!
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-Noo... –Lo único que podía hacer era irse a gatas. Estaba débil por el dolor y la pérdida de sangre. Apenas logró escuchar la voz de su nakama llamándolo –Zo-Zoro... –Dijo entre susurro -¡Zo-Zoro...! ¡Zoro...!
-¡Cállate...! –Le propinó un gran golpe en su espalda.
-¡Agh...! –Cayó de nuevo al suelo y volteó a ver a su victimario quien se agachó para mirarlo más de cerca -¡Aléjese de mí...!
-No voy a dejar pasar esta oportunidad, mi pequeña mina de oro... –Acarició con lascivia el cabello del cocinero –No voy a desaprovecharte, pequeño...
-¡No, no me toque...! –Estaba aterrado y a punto de llorar por la impotencia y el horrible dolor.
-Mmm... Exquisito... –Lamió la mejilla del cocinero y acto seguido colocó su asqueroso pulgar en su boca –Anda, chúpalo... –Forcejeó para hacer que Sanji cediera, pero como respuesta, recibió una fuerte mordida que casi logra arrancárselo –Maldito hijo de... –Se levantó y le dio como desquite una patada en el estómago.
-¡AAGGHH...!
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-No puedo aguantar esto... Yuko-san, por favor, mándame a ese lugar... –Dijo decidido el ayudante.
-Pero...
-Yo no formo parte del trato, así que puedo intervenir, por favor...
-¿Es lo que deseas...? –Dijo desafiante la sacerdotisa.
-Si.
-Bien, esto lo cargaré a tu cuenta... –Antes de invocar el conjuro, echó un vistazo al portal –Parece que... –Watanuki hizo lo mismo –Y no será necesario...
-¡Zoro-san...!
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-AUXILIO, POR FAVOR... –Recibió otra golpiza en el estomago –Agh... –Se arrastró con trabajos buscando un camino para huir, pero no servía de nada.
-Te recuerdo que mientras más movimientos hagas, tendrás que pasar el resto de tus días sin un pie...
-“Tal vez... El tenga razón... Sólo soy una molestia...” –Pensó con gran lamento –“Zoro, ayúdame, por favor...”
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-¡Cocinero...! ¿Eh...?
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-Creo que... El destino de esos dos aun no se ha decidido... –Dijo un poco más tranquila Yuko –...
-... –Watanuki mostró una ligera sonrisa al ver que su patrona ya estaba un poco mejor.
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Ya no podía seguir más con la batalla. Estaba comenzando a resignarse por su fatídico destino, miró a su captor y sin más que decir, cerró los ojos esperando lo peor...
-¡Cocinero...!
-¿Zoro...? –Abrió los ojos y buscó por todas partes hasta que logró encontrar al dueño de aquella característica voz -¡Zoro...! –Gritó sin aun poder creerlo -¡Zoro...!
-¡Suéltalo!
-... –El tipo miró con fastidio al marimo. –Vaya, vaya... Parece que tenemos compañía –El cazador sacó un arma letal, se trataba de un puño del dragón –Veo que a ti te gustan también las armas con filo... Bueno, será divertido acabar contigo...
-Eso no podrá conmigo, maldito... –Se preparó para la pelea, se percató al notar que Sanji ya no traía puesta la capa –Discutiremos luego lo de la capa...
-¡Golpe del dragón...! –El cazador comenzó con la batalla. Zoro esquivó el ataque y preparó sus dos espadas y contraatacó con todas sus fuerzas, pero su ataque fue inútil ya que el sujeto convirtió su arma en un escudo.
-¿Pero qué...?
-Jajajaja... Tengo todo planeado... no por nada soy un cazador de alto rango, cazo desde animales, piratas... Y ahora seres extraordinarios... –Dijo esto mirando con cinismo a Sanji. –Supongo que es tuyo... Dejémonos de peleas... Te ofrezco un millón de berries por el... –Dijo con seguridad
-No estoy interesado...
-¿Qué te parecen cinco millones...?
-Déjate de estupideces... –Se comenzó a poner su mascada.
-Sí que eres difícil de convencer... Yo te propuse un excelente trato, pero si lo quieres resolver a la mala, por mi no hay problema –Lanzó su arma de nuevo contra Zoro.
-¡Ah...! –Paró el ataque con sus espadas y ya harto, puso su tercera espada en su boca –Santoriu... ¡Golpe de Tigre...! –Saltó para dar de lleno con el ataque.
-Je... –Sacó de su bota una pistola de alto calibre y disparó logrando herir en el brazo izquierdo a Zoro dejándolo con una gran perforación en el.
-¡¡AGH...!! –Cayó al suelo y se retorció por el dolor -¡Maldito...! ¡Voy a...! –Fue callado por una severa patada en el pecho.
-¡¡Zoro...!! –Sanji estaba asustado por el estado de su nakama -¡No...! –Hizo lo que pudo para levantarse, pero antes hacer otro movimiento fue detenido por una bala que casi rozó por su cara.
-Si te mueves otra vez, te volaré tus malditos sesos... –Dijo con gran burla el cazador. –En cuanto a ti... –Fijo de nuevo su vista a Zoro –Vete resignando, porque no salvarás a tu zorrito...
-... –En un rápido movimiento, le rebanó la pierna con una de las espadas.
-¡¡AAAHH...!! ¡¡HIJO DE PUTA...!! –Se arrodilló y golpeó con gran fuerza en la cara del espadachín. Golpe tras golpe.
-¡Zoro...! –No podía seguir viendo esto. Notó que la cadena de la trampa era larga -... –Buscó a su alrededor algo que lo pudiera ayudar a acabar con ese molesto cazador –...
-Si no mal recuerdo... Tu eres un pirata ¿No es así...? –Sostuvo con fuerza las mejillas de Zoro para verlo mejor –No debiste interrumpir con mi trabajo... Supongo que este es tu fin... Pero podríamos llegar a un acuerdo... –Comenzó a acariciar la pierna de su presa –Si tú y tu amiguito me hacen la noche, tal vez considere en dejarlos vivir...
-¿Qué te hace pensar que aceptaremos tus porquerías...? –Dijo asqueado.
-Esto es de si o si... Son perfectos...
-¡Suéltame, maldito depravado...! –Tenía en frente de su cara la pistola -...
-Te encantará... –Acercó su grotesca cara a la de Zoro para darle un asqueroso beso. Y a unos pocos centímetros de que sus labios chocaran...
-¡Déjalo en paz...!
-¿Eh...? –El sujeto volteó a ver detrás de él y fue noqueado por una piedra cayendo encima de Zoro.
-¡Agh...! –Quito al tipo de encima.
-Zo-Zoro... Estás... ¡Agh...! –Sanji se había logrado levantar de su lugar y con mucho cuidado sorprendió al cazador. Se cayó de sentón ya que el dolor era tan grande que se le iban las fuerzas -...
-Cocinero... –Se acercó a su nakama para auxiliarlo –Voy a quitarte esto...
-Es-Espera... Si la fuerzas me lastimará aun más...
-¿Entonces como lo...?
-Creo que él tiene... La llave...
-Resiste, iré por ella... –Se acercó al inconsciente cuerpo de su enemigo y busco la llave hasta que la pudo encontrar se acercó a Sanji y le quitó la trampa –Maldición... Es muy grande la herida... ¡Auch...! –Se cohibió por el dolor en su brazo
-Zoro...
-Descuida... No fue nada...
-Estas sangrando...
-Créeme eh tenido peores días...
-... –Se quitó el abrigo y mordió la parte de debajo de su camisa y la rasgó sacando una tira de tela –Quédate quieto...
-Oye, no es para tanto...
-... –Con la tela vendó la herida de su compañero –Listo, con esto no sangrarás mas por un rato...
-¡Tú también estas muy mal herido...! ¡Incluso mucho peor que yo...! –Al notar la acción de su nakama lo miró por un momento –Tú...
-¿Eh...?
-En verdad no has cambiado en nada... Sigues siendo el mismo de siempre...
-¿Yo...? –Inclinó la cabeza sin entender nada de lo que le comentó su nakama.
-Olvídalo... -Dijo con cansancio -Supongo que no podemos presentarnos en estas condiciones al hotel... -Fue por sus espadas para guárdalas en sus respectivas fundas y recogió la capa regresó, a lado de su compañero
-Mmm... ¡Eh...!
-¿Qué...?
-¡Es mi culpa...! -Dijo con gran pena -¡En verdad lo siento mucho...! ¡Arruiné todo...!
-¿De qué diablos estás hablando...?
-Por mi culpa no fuiste a la taberna... Y dejé que me viera...
-Oye... No es momento para que pidas disculpas...
-Solo soy un fastidio para ti... -dijo cabizbajo y muy arrepentido -En verdad lo lamento mucho...
-Mmm... Lo mejor sería irnos de aquí cuanto antes... No quiero volver a tener que lidiar con ese enfermo -Señaló con el pulgar al cazador -Así que andando exagerado... –Antes de ponerse de pie, se acordó de la situación del cocinero -Es cierto... Lo había olvidado... - Se quitó la mascada y con ella la utilizó de vendaje para el tobillo de Sanji. Se agachó a modo de que el cocinero se subiera a su espalda -Anda, mientras más rápido, mejor...
-...
-Oye, andando. No quiero que... -Volteó a ver a su compañero quien estaba con la cabeza abajo
-Zoro...
-¡¿Ahora qué?!
-¿Recuerdas lo que te dije aquella vez en parque...?
-Si...
-Si te sientes obligado, no quiero... No quiero ser un estorbo para ti...
-De acuerdo... -Se levantó
-"Creo que en verdad no le..."
-Esto es lo que quiero hacer contigo... -Zoro levantó a Sanji como si se tratase de un costal y lo acomodó arriba de su hombro derecho -Bien...
-¡Zo-Zo-Zo-Zoro...! -Se había puesto rojo por la acción de su nakama -Espera, por favor... Me caeré...
-Confía en mí... No te pasará nada, zorro dramático... -Con un poco de brusquedad acomodó mejor a Sanji haciéndolo saltar con su hombro -Andando...
-¿Por qué haces esto...?
-Porque esto es lo que quiero hacer... Querías que fuera honesto contigo...
-... -Sonrió por el amable gesto de su camarada -Aaaahmmm... Zoro...
-¿Qué...?
-El barco no está por allá... -Dijo divertido el cocinero.
-... -Zoro se sonrojó un poco por su equivocación.
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-Tal vez no pase nada malo después de todo... -Dijo el peli negro sosteniendo con dulzura la mano de Yuko.
-Eso es bueno... Pero no debemos confiarnos... Aun la piedra sigue en movimiento... -Dijo ya tranquila la bruja dimensional -Tanto trabajo me dio sed... Watanuki, tráeme una buena botella de sake... -Dijo con una sonrisa
-¡Aaaarrrggghh...! Siempre es lo mismo...
-Debemos festejar por la victoria de Sanji-san y Roronoa-kun.
-Está bien... ¿Con que quiere acompañar el sake...? -Dijo cansado
-Con un rico pastel de chocolate... O mejor aun... Un delicioso plato de okonomiyaki...
-¡No tengo los ingredientes a la mano...!
-Sorpréndeme... -Dijo con gran seguridad la sacerdotisa.
-Mmmm... Bien... -Salió de la habitación dejando sola a su patrona.
-Tiene razón Watanuki... Debo confiar.