Durante las dos semanas, Sanji no era el mismo de antes. Hacia lo cotidiano, pero no mostraba esa energía que lo mantenía animado, por ratos no podía evitar revivir aquellos recuerdos que lo lastimaban, cuando lo recordaba, las palabras de Zoro se hacían presentes en su cabeza; esto provocaba que las ondas aparecieran. A duras penas lograba verlas, lo que si presentía era como estas lo cubrían cuando se convertían en esos finos y blanquecinos hilos. No sabía lo que estaba pasando. El regalo quedó guardado en la alacena y prometió nunca sacarlo de nuevo ya que le recordaba la discusión de esa noche que en un momento era emoción y alegría se había convertido en una espantosa y miserable. Últimamente no iba al cuarto con los demás chicos ya que no quería ver a Zoro. Sentía que si se lo llegase a encontrar se derrumbaría, así que optó por dormir un tiempo en el sofá de la cocina. Durante las horas de la comida, el se adelantaba para comer antes de que los demás llegaran. Dejaba la comida lista, llamaba al resto de la tripulación, llegaban y se iba de la cocina. El mismo sabía que era un acto muy cobarde de su propia parte, pero estaba seguro de que si veía al espadachín lo haría recordar más cosas y hacer sentir mal. –Supongo que tiene razón... Una vez que lleguemos a una isla con pueblo terminará mi viaje con ellos... Me iré de la banda –Decía esto mientras observaba el mar desde la cabeza del Sunny. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió que alguien le jalaba la camisa, se trataba de Luffy – ¡Sanji, ese es mi asiento especial! Por lo menos dame lugar –Dijo algo quejumbroso -¿Qué sucede?
-Ah, nada. Es sólo que estoy algo aburrido, ya han pasado varios días sin encontrar una isla –Dijo el cocinero tratando de despejar un poco su mente –Apenas tenemos provisiones para dos días...
-No te preocupes, llegaremos a la siguiente isla pronto. Se logra ver a lo lejos, tal vez nos tome alrededor de una hora llegar –Dijo la navegante haciendo acto de presencia.
-¡Nami-swan! Siempre tan lista y calculadora –Respondió de inmediato el rubio con una gran sonrisa dibujada en su cara y unos corazones saliendo a su alrededor.
Una vez que llegaron a tierra firme, para su suerte habían llegado a un pueblo. Escondieron el barco en una cueva de la isla, los chicos comenzaron a planear lo que iban a comprar con lo que Nami les compartió del dinero que habían recolectado. Robin iría a explorar el pueblo para encontrar información y saber de su historia junto a Chopper quien tenía pensado comprar ingredientes para sus medicamentos; Ussop y Luffy irían a divertirse un rato por allá junto con Brook que estaba pensando en comprar algunas cuerdas para su violín; Franky acompañaría esta vez a Nami, ya que ella misma se lo pidió de favor para ayudarla a cargar las compras que haría.
-Creo que el barco estará bien aquí, así que no hay problema de dejarlo solo por un momento, el log pose volverá a funcionar mañana. Así que traten de llegar antes de la media noche. No podemos bajar la guardia con los caza recompensas –Nami observó por un momento a Sanji –Sanji-kun, ¿será mucho lo que comprarás de comida?
-Creo que sí. Debemos tener por lo menos para dos meses, no quiero que nos quedemos sin comida por un largo tiempo –Respondió el joven cocinero –Tal vez haga dos o tres vueltas...
-¡¡¡Zoro!!! Acompañaras a Sanji-kun con su encargo.
-¡¿Qué?! –Ni de broma. Tengo mejores cosas que hacer. Debo ir a buscar algo importante –Respondió con sarna el espadachín.
-¿Qué? ¿Un bar? –Dijo retadora la peli naranja.
-Está bien, Nami-swan. No hay problema. Yo traeré las cosas sin ningún problema, no es necesario
-Basta, irán los dos juntos, quieran o no. Sólo les pido que se comporten y no hagan un alboroto, sobre todo tu Zoro. –Replicó Nami dirigiendo inmediatamente su vista hacia el mencionado.
-¡Tsk! Maldita arpía... –Rechistó el espadachín.
-“Supongo que me iré en la noche” –Pensó es cocinero mirando al suelo por un momento.
Ya de camino al pueblo:
Zoro quiso tomar “un atajo”, atajo por el cual los terminaría perdiendo. Lo único que pudo hacer Sanji era seguirlo a un metro de distancia detrás de su nakama. No había dicho nada durante toda la caminata. Fueron los minutos o tal vez las horas más eternas e incomodas para ellos; sobre todo para Sanji. –Si no quieres acompañarme está bien, ve a hacer lo que tengas que hacer –Rompió el silencio.
-¿En verdad no quieres verme, cierto? –Dijo el peli verde sin quitar de vista el camino.
-La verdad, no... No quiero ser acompañado por a alguien que no me tiene consideración... Eres un mal agradecido...
-Eres libre de irte de la tripulación si quieres, pero hazme un favor... No quiero que regreses.
-Eso me queda muy claro... No deseo compartir el mismo espacio con un egoísta como tu... –Dijo el cocinero deteniéndose al mismo tiempo. Zoro se detuvo tras escuchar lo último y dirigió su vista hacia su compañero.
-Si lo que quieres es pelea, lo único que estás logrando es cavar tu propia tumba. No tendré piedad sobre ti...
-No voy a pelear –Respondió Sanji decidido –No vale la pena gastar mi tiempo y energía con alguien que sólo piensa en resolver todo con peleas e insultos. Tal vez tengas razón soy la falla... Y siempre seré la gran falla, pero tú no eres nada... –Dijo esto tratando de controlar su llanto ya que otra vez estaba volviendo a recordar aquel pasado, los hilos se comenzaron a hacer presentes en su cuerpo. Sentía como si estuviera atrapado en una telaraña.
-¡Ya fue suficiente! –Las palabras habían hecho efecto en el orgullo de Zoro –Date por muerto, junto con ese sueño tuyo. –Hizo un penetrante gesto y mirando al cocinero directo a los ojos, desenfundó sus espadas e hizo una posición de ataque, Sanji solo lo miraba.
- Haz todo el circo que quieras... No voy a pelear... –Antes de que diera comienzo la batalla se escucharon extraños ruidos desde los arbustos.
-¿Escuchaste eso? –Dijo Zoro.
-... –El cocinero buscó con la mirada para encontrar a los que los tenían acorralados; ¿habrán hecho un fuerte escándalo? Estaban muy retirados del pueblo –Debemos irnos de aquí ahora –Dijo en un susurro.
-Arreglaremos esto después... Vamo... –Antes de poder terminar, recibió una pequeña lanza en su hombro izquierdo, Zoro reaccionó rápido y se quito el arma que lo había herido.
-¡Zoro!
-¡Estoy bien! Vámonos ahora –Intentaron huir de donde estaban, pero fueron emboscados por 5 sujetos que venían armados, se trataban de unos caza recompensas. –Demonios... Supongo que llegó la hora de acabar con unos cuantos...
-No me digas... –Dijo con sarcasmo el cocinero.
-Vaya, vaya... –Uno de los cazadores comenzó a hablar –Parece que sacamos el premio gordo, dos del trío monstruoso. –El cazador junto con sus compañeros sacaron unas escopetas y comenzaron a disparar hacia los dos jóvenes. Estos no dudaron en combatir contra ellos; esquivaron las balas. Sanji logró derribar a dos de los sujetos con su diable jamble, Zoro puso en marcha con una de sus técnicas de las tres espadas, derribando a otros dos. El líder del grupo sólo se limitó a arrojar más balas mientras retrocedía. Los chicos esquivaban sin problema alguno las balas, Sanji saltó hacia él y lo derribó con una gran patada, logrando que su contrincante chocará contra un árbol, tal impacto hizo que cayera con todo y este.
-Eso fue sólo suerte... No te luzcas cocinero de cuarta –Dijo el espadachín guardando sus espadas, y quitándose su mascada se dirigió hacia donde estaba Sanji.
-Supongo que tengo mucha suerte... –Dijo el rubio con un poco de rabia, se percató de que el cazador tenía una sonrisa de oreja a oreja... –“¿Qué le pasa a este idiota?” –De pronto escuchó ruidos de las hojas, al parecer Zoro no se había dado cuenta del ruido, Sanji se dio la vuelta para ver a Zoro y efectivamente se trataba de otro cazador, estaba apuntando con su arma hacia su nakama, sin pensarlo corrió hacia su compañero al mismo tiempo que el sujeto estaba jalando el gatillo. Zoro no comprendía ante tal comportamiento del cocinero, antes de darse la vuelta, Sanji lo empujó violentamente haciéndolo a un lado del blanco. El peli verde cayó al suelo y escuchó la descarga del arma. Fijo rápidamente su vista hacia Sanji y como si estuviera en cámara lenta, vio con detalle como su nakama se desplomaba lentamente de espaldas al suelo, mientras que la sangre se dispersaba en el aire; la enorme bala había impactado con fuerza a su pecho. No podía creer al ver esa escena, antes de que cayera al suelo, Zoro logró atraparlo. Se llevo a su nakama en la espalda y corrió lo más que pudo para alejarse del caza recompensas. Había corrido más de 3 kilómetros. Cuando perdió de vista al sujeto puso a Sanji en el suelo y lo posó sobre sus brazos – ¡Cocinero! ¡Despierta! ¡No me hagas esto! –Le tomó el pulso en el cuello –Está vivo... Debo llevarlo de inmediato con Chopper... Es cierto aun están en el pueblo... ¿Qué haré? –El cocinero apenas podía respirar, pero estaba perdiendo mucha sangre –Debo hacer algo... ¿Pero qué...? –Estaba completamente desesperado, no podía tener sus ideas en orden, estaba perdido. No podía dejar que el cocinero muriera.
-No queda mucho tiempo... –Se escuchó la voz de alguien, era la voz de una mujer
-¿Qué? Debo estarme volviendo loco... –Ya no sabía si estaba consciente o no ante la situación en la que se encontraba.
-Ven conmigo... –A su vista apareció una mariposa de color azul oscuro, era extraña, pero muy llamativa.
-¿Me estás hablando a mi...? –Antes de poder decir más, se abrió un portal debajo de los muchachos.
-Hablaremos del pago luego, ahora lo importante es salvar a ese chico... –
Desde el portal apareció una barrera que los transportaría a otra dimensión.
-¿Quién o qué eres tú?
-Ya lo verás, una vez que lleguemos...