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Lazos por Tina Black

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Notas del capitulo:

No tardé. Espero que mi imaginación no se vaya.

-En verdad no se ha dado cuenta... ¿Cómo puede desperdiciar una grata oportunidad como esta...? Yo la aprovecharía... –Dijo la bruja dimensional  con la mano en su mejilla y con los ojos cerrados–Pero... –Volvió a su compostura y observó con atención al portal.

-Yuko-san... ¿Deseas mas sake...? –Entró Watanuki con la botella en la mano.

-¡Siii...! ¡Por favor...! –Volteó a ver a su ayudante con los ojos muy iluminados.

-Eh... Eh... –Se asustó un poco al ver la repentina actitud de su patrona.

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-Bien, aquí está... –Usopp salió del baño para ir a avisarles a sus compañeros que el agua ya estaba lista. En esos momentos escuchó la primera puerta del baño abrirse –Ah, chicos. Qué bueno que llegaron, el agua ya está caliente... ¡¿Qué te pasa...?! –Vio como llevaba al cocinero en su hombro como si se tratará de un costal.

-Ya lo voy a bajar... –Dicho y hecho, lo bajó y Usopp se acercó para ayudar a Sanji a apoyarse en el –Bien...

-Chicos... –Entró Chopper con una silla –Ten Sanji aquí podrás sentarte –Usopp llevó al cocinero a la silla.

-Muchas gracias... –Dijo el cocinero sentándose en ella.

-Bien, los dejamos, en seguida les traeremos una bata... Las toallas están en ese rincón... –Dijo el reno saliendo del baño junto con Usopp.

-Si... –Respondió el espadachín. –Bien, ya se fueron... –Se quitó con cuidado el abrigo y su camisa.

-Es-Es-Espera...

-Mmm...

-¿Nos vamos a bañar juntos...? –Dijo sorprendido el cocinero.

-Si... ¿Creíste que tendrías el baño sólo para ti...?

-Pero... Pero... –Comenzó a sonrojarse al ver la fornida espalda de su compañero.

-Aun si lo quisieras no puedes caminar... –Volteó para ver a su compañero se sorprendió un poco al ver el rostro de Sanji -¿Qué tienes...?

-¡Ah...! –Quedó más asombrado al ver el pecho y el abdomen marcado de su nakama –Espera... ¡Nooo! –Se sonrojó aun más y se tapó la cara con las orejas caídas y su cola erizada.

-¿Qué rayos te pasa...? No deberías sentir pena... Ah, es cierto... Lo había olvidado... –Se acercó al cocinero y tomó sus manos.

-¿Qué haces...?

-No quiero perder más tiempo... Quítate la ropa...

-Pero... Me da pena...

-Ay, por favor... –Le quitó de un tirón su abrigo.

-¡Zoro...!

-Quítate la ropa... ¡Ahora...! –Dijo ya fastidiado.

-Yo... –Se quitó con trabajos su camisa, mientras que Zoro se quitó sus pantalones junto con su ropa interior -¡Zoro, tápate...! –Gritó con gran pena y con la cara más roja que antes.

-¡Ya cálmate...! Hemos compartido el baño en algunas ocasiones con el resto... Y yo tengo mejor cuerpo que tú... –Dijo esto con victoria mientras se cubría la cadera con la toalla.

-... –Estaba muy avergonzado. Con trabajos se quitó el pantalón –Ya...

-¿Entrarás con tu bóxer puesto...? No va a pasar nada...

-Pe-Pero yo...

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-Vamos, Sanji-san... Dile que te lo quite... –Dijo emocionada la sacerdotisa.

-¡¡¡YUKO-SAN!!! ¡¿En qué rayos piensas...?!

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-Me estás colmando la paciencia... –Dijo esto atemorizando más al cocinero.

-¡Está bien! ¡Pero voltéate...! ¿Po-Po-Podrías pasarme una toalla, por favor...?

-Que delicado...

-¡Yo no soy un desvergonzado como tú...!

-Ya, ya, ya, ya... Toma... –Le aventó una toalla y le dio la espalda –Ya, apresúrate...

-Si... –Por fin se quitó la prenda y se cubrió con la toalla.

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-Yo quería ver acción... –Dijo triste la sacerdotisa.

-¡¡¡¡OYE, NO DEBERIAS ESPIARLOS!!!! –Dijo molesto y apenado a la vez Watanuki.

-No todos los días puedo ver a dos hombres guapos...

-¡No lo estás haciendo por eso...!

-¿Quieres verlos...?

-¡¡¡YUKO-SAN...!!! ¡Por supuesto que no...!

-Aaahh... Ya veo... Estás celoso de que vea a Sanji-san...

-¡¡Yuko-san...!! –Su rostro se enrojeció aun mas por el comentario de su patrona.

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-Listo... Ya puedes voltear.

-Al fin... -Se acercó y ayudó a levantar al cocinero y puso su brazo sobre sus hombros, por esta acción, Sanji se volvió a sonrojar ya que estaban prácticamente desnudos. Al sentir su cuerpo con el suyo, su calor y más aun al sentir como la mano de Zoro sostenía su cintura.

-Zo-Zoro...

-¿Ahora qué...?

-No, nada... No es nada... -Entraron por fin y Zoro ayudó a Sanji a sentarse en un banquito y fue a preparar la jabonadura y los baldes con agua -... -Miró por un momento al piso y levantó la cabeza. -¡Ah! -Vio como el espadachín se quitó la toalla. Estaba muy apenado, sentía los fuertes latidos de su corazón. Y con ello se tapó de nuevo la cara.

-Bien, aquí está tu cubeta... ¡Eres un completo exagerado...!

-Lo siento...

-Oye... Ya te lo dije, no va a pasar nada...

-Es que... -Por fin se descubrió la cara y vio a Zoro -En verdad me da mucha pena y no sé por qué...

-Mmm... Confía en mí. No me molesta que estemos compartiendo el mismo baño.

-Es-Está bien... –Se quitó como pudo la toalla y en seguida se cubrió con su afelpada cola.

-Es gracioso...

-¿Qué...?

-También te apenaste la primera vez...

-¿Eh...?

******************************************************

Sanji llevaba consigo su bata de baño y jabón. Era la primera vez que se establecía en el barco. –Vaya... En verdad es un excelente barco... Aunque aun no entiendo por qué lleva la cabeza de un borrego...  Ah, aquí está el baño... –Tocó para cerciorase de que no hubiera nadie y entró. Se preparó para entrar a la bañera, pero en esos momentos...

-... –Zoro abrió la puerta, llevaba puesta su bata de baño y un jabón.

-¡¡OYE...!!

-¿Ah...? Sólo eres tú...

-¡Qué cínico! ¡Se toca antes de entrar, desvergonzado...! ¡Yo llegué primero...!

-Aquí de vez en cuando hacemos una pequeña fiesta, supongo que nunca habías compartido la ducha con alguien más. ¿Verdad?

-¡Cállate...! -Estaba comenzando a perder la paciencia con el marimo -¡Vete...! -Fijó su vista en la herida de su ahora compañero de barco -¿Te duele...?

-¿Qué, esto? Ya no. Me atendió muy bien ese médico. Ya no tengo nada de qué preocuparme.

-... -Agachó por un momento la cabeza recordando la pelea que Zoro había tenido contra Mihawk, pero sobre todo aquella tontería que dijo cuando el espadachín cayó al mar -Disculpa por lo que te grité...

-¿Mm...? -Miró a su nakama quien estaba cubriéndose con su bata y aun con la cabeza abajo -¿De qué hablas...?

-Supongo que no lo recuerdas... -Levantó la cabeza para ver por fin a Zoro.

-Eso ya no importa... -Dijo indiferente mientras preparaba su balde con agua y la jabonadura.

-¿De verdad vas a bañarte conmigo...? -Dijo atónito el cocinero.

-Puedes taparte los ojos... Aunque no veo el problema. Somos hombres, pero si sientes pena porque yo tengo mejor cuerpo que tu... -Dijo con una sonrisa retadora.

-... -Sin querer, Sanji comenzó a contemplar con gran detalle la espalda de Zoro. Su bronceada piel, sus brazos, logrando que se sonrojara un poco -Zoro... -Dijo en un susurro.

-¿Si...? -Lo había escuchado, pero para su fortuna, Zoro le estaba dando la espalda a Sanji.

-¿Te llamas Zoro, no es así?

-Si...

-Bien... Puedes acompañarme, pero la próxima vez toca la puerta antes de entrar... -Dijo con enfado.

-Sí, sí, si... Ahora pásame ese pequeño balde...

-En verdad eres un mal educado... -Le pasó a regaña dientes el balde.

****************

-Sí. No has cambiado en cuanto a tu actitud... -Zoro estaba tallándose su pecho y con sumo cuidado su brazo izquierdo sin mirar a su nakama.

-Zoro... -Sanji estaba enjabonándose los hombros y los brazos aun cubriéndose con su cola y con ese tenue sonrojo en su cara -¿Cómo fue que te hiciste esa herida...?

-Bueno... Tuve una pelea con un sujeto al cual estoy buscando para vencerlo...

-¿Te duele...?

-No, ya no... -Dijo esto tocándose su pecho y recordando lo sucedido. Sus recuerdos fueron interrumpidos al sentir una cálida y suave mano tocando esa cortada desde el abdomen -¡Oye...! -Vio un triste semblante en el rostro de su compañero -De verdad ya no me duele, descuida...

-No lo sé... Pero al ver esa herida, me hace sentir mal.

-En verdad no hay por qué preocuparse, no te sientas mal...

-... -Quitó su mano del abdomen del espadachín y continuó tallándose el resto de su cuerpo hasta llegar a la cintura.

-¿Quieres que te ayude con tu herida...?

-Ah... Bueno, yo... -Se apenó al escuchar la proposición de su compañero -S-Si... Por favor...

Zoro se acomodó y puso el pie mal herido de Sanji arriba de su rodilla y comenzó a darle un suave masaje con la esponja en el pie, después pasó con mucho cuidado rodeando la herida de su tobillo. Esto hacía sentir extraño a Sanji, pero al mismo tiempo le agradaba esa sensación. -"Sus manos... Son tan cálidas... Tan grandes, aun si son un poco ásperas, me agrada..." -Pensó en esto con los ojos cerrados disfrutando del contacto -"Siento algo muy agradable en mi corazón... Zoro..." –Posó su mano sobre su pecho.

-Oye, oye... -Sanji salió de sus pensamientos y miró con sorpresa a Zoro -¿Quieres que te ayude con algo más...?

-Este... Yo... No... Por ahora así está bien, muchas gracias, Zoro... -Dijo mostrando una linda sonrisa que hizo que el espadachín volteara a otro lado ya que sintió el rubor amenazando con aparecer en su cara.

-Regresaré a mi banco...

-Zoro...

-¿Mande...?

-¿Quieres que te talle la espalda...? -Dijo sonriendo y aun con ese ligero rubor en sus mejillas.

-No me vendría mal un pequeño masaje... -Se reacomodó quedando muy cerca, adelante del rubio y dándole la espalda. Sanji preparó la jabonadura y pasó la esponja sobre la escultural y ancha espalda de su nakama. Pasó con suavidad cada parte y dando pequeños círculos sobre el -Es muy relajante... Se siente genial... -Zoro estaba disfrutando del masaje.

-"Es tan fuerte... ¿Por qué me siento tan raro...? ¿Qué me está pasando...? Es como si algo de mi me dijera que..." -Sin dudarlo, abrazó a Zoro, posó su cabeza encima del hombro de su compañero. Le agradaba sentir como su pecho tocaba la fornida espalda del peli verde y al mismo tiempo recibir el calor del cuerpo de este. Por otro lado, Zoro estaba a punto de protestar, pero aquel inofensivo contacto, la forma en cómo Sanji acariciaba con su rostro su hombro, prefirió disfrutar un poco mas de esta acción. Lo único en lo que se limitó a hacer fue acariciar los finos cabellos de su nakama con su mano, tanto el cabello como esas suaves orejas. Al sentir las caricias en sus afelpadas orejas, Sanji abrazó con mayor fuerza el tronco de su nakama -Zoro... -Le llamó con la cabeza aun posando sobre el hombro y con los ojos cerrados -Te quiero...

-... –Se sonrojó al escuchar esto. No sabía que decir. No tenía idea del por qué dejaba que el cocinero lo abrazara. Sin razón alguna, le agradaba mucho que tuviera ese tipo de contacto -¿Quieres que te enjabone la espalda...?

-¡Sí! -Sanji levantó su vista y deshizo el tierno abrazo. Zoro lo acomodó con mucho cuidado a modo de que el cocinero esta vez le diera la espalda. Comenzó tallando con suavidad y en círculos la ancha y esbelta espalda de su compañero -Jajaja... Me haces cosquillas... Jajaja... -Se arqueó un poco y empezó a mover su cola.

-¿Por qué...? Te estoy haciendo lo mismo que hiciste tú conmigo... -Dijo un poco divertido.

-Lo sé... Jajajaja... Me agrada mucho...

-Ya pronto acabo...

-Otro masaje, anda... Por favor... Jajaja... Me gusta mucho... -Se abrazó así mismo mientras se arqueaba un poco por las cosquillas que sentía.

-Parece que ya se te quitó la pena, zorro... -Dijo esto haciéndole unas pequeñas cosquillas en sus costillas.

-Jajajajaja... Zoro... Jajajaja... -Justo en esos momentos, Sanji sostuvo una de las manos de Zoro y la llevó hasta su rostro para sentir ese calor. Acariciaba su palma con su rostro. Para sorpresa, el peli verde no dijo nada ya que no le molestaba. -Tu mano es muy cálida... Tan cálida... -Besó la palma de la mano de Zoro y este como respuesta se sonrojó, quería detener al cocinero. Preparó su puño para propinarle un golpe, pero Sanji volteó a verlo y le dedicó una dulce y tierna sonrisa mientras aun sostenía con cariño la mano del espadachín.

Esa sonrisa fue lo que calmó los nervios de Zoro y decidió no golpearlo -"¿Cómo es posible que detrás de ese presumido, quejumbroso, mujeriego y antipático pueda tener también ese lado tan...?  ¿Tan...?" -Por fin el sonrojo invadió la cara del temido ex cazador de piratas y se tapó con su mano libre.

-Zo-Zoro... -Dijo apenado -Yo... ¿Hice algo malo...? -Zoro se descubrió los ojos y se sorprendió al ver ahora esa carita. Sanji estaba muy preocupado y al mismo tiempo muy apenado con las orejitas abajo -Zoro... -De nuevo puso en su rostro la mano del mencionado.

-Vol-Voltéate...

-¿Eh...? -Inclinó un poco la cabeza con una oreja arriba y otra abajo.

-Voltéate... Voy a terminar de enjabonarte la espalda... -Sanji aun con la duda se volteó y Zoro volvió a tallarle la espalda.

-Es cierto... No terminé de tallarte la espalda...

-Cuando termine lo haces...

-Está bien... Jajaja...

-Parece que eres muy cosquilludo...

-Lo siento... Jajajaja...

-Listo... Deja me pongo adelante de ti... -Volvió a posicionarse. Una vez ya listo, el cocinero volvió a tallarle la espalda -¿Ya no tienes pena...?

-Ah... No... -Se sonrojo un poco y continuó tallando -Disculpa por el alboroto que hice...

-Ya no importa...

-Si me permites decirlo... Tienes una bonita espalda... -Dijo mas sonrojado que antes.

-Gracias...

-Lo-Lo digo en serio... Yo...

-Está bien. En verdad no me molesta... -Dijo con serenidad el espadachín -Si te puedo decir algo es que... -Zoro volteó para ver mejor a su nakama -Bueno, tu... -Vio su rostro, su pecho, su abdomen, sus largas y esbeltas piernas, no tenia las palabras correctas para describir lo que estaba contemplando y claro mucho menos para regresar el cumplido. Se volteó de nuevo para no dejar que Sanji viera su sonrojo.

-Mmm... -Continuó con su pequeña labor hasta que por fin terminó -Listo...

-Gracias. Voy a continuar con el resto... -Zoro se quedó en donde estaba y comenzó a tallarse las piernas. Sanji hizo lo mismo y en seguida su pecho.

Una vez que Zoro terminó de enjabonarse casi todo su cuerpo se levantó para apartarse por un momento de Sanji ya que debía tallarse entre las piernas. Una vez que terminó fue a lavarse el cabello.  Estaba masajeando su cabeza con los dedos de sus manos cuando fue interrumpido al escuchar la voz de su camarada.

-Zo-Zoro...

-¿Qué...?

-¿Podrías ayudarme a levantarme por favor...?

-Ya voy... -Fue hasta donde se encontraba Sanji y lo ayudó -¿Quieres entrar a la tina...?

-Ah, si... Pero antes... -Agachó la cabeza con mucha pena -Es que quería saber si podrías ayudarme a estar de pie mientras...

-¿Mientras qué...? -Zoro no había captado el mensaje hasta que vio como la cola cubría la entre pierna de Sanji -Ah... Ahora te entiendo... De acuerdo... -Fijó su vista a otra parte para no incomodar al rubio. Una vez que Sanji terminó, lo ayudó a sentarse de nuevo en el banco y le acercó el shampoo.

Sanji se colocó el liquido en su cabeza y comenzó a lavarse, le divertía mucho haciéndolo ya que podía jugar con las burbujas que salían del shampoo -Jajaja... Que divertido...

-¿Qué hay de divertido jugar con eso...? -Zoro ya había terminado de lavarse la cabeza y esperó a que Sanji terminara de bañarse -¿No te estorba esa cola...? -Preguntó mientras veía como el cocinero también se colocaba un poco de shampoo en ella.

-No. –Dijo sinriente

-Aun quisiera saber por qué tienes eso...

-... -Se echó el agua en la cabeza y cola -Ya acabé... Vamos a entrar a la tina... -Dijo con gran ánimo.

-... -Ayudó al cocinero a levantarse y entraron con mucho cuidado al agua para por fin relajarse.

-Disculpa por haberte mordido y por tirarte al mar la noche pasada... -Dijo con gran arrepentimiento.

-Ya olvídalo... -En eso, Sanji tomó la mano del espadachín y le dio un pequeño pero tierno beso en donde lo había mordido -Oye... En verdad no es para tanto... ¿Por qué eres tan bueno conmigo...?

-En verdad, lo lamento mucho... -Aun sostenía con gran cariño la mano del marimo.

-De acuerdo... -Sin rechistar, Zoro le dio un pequeño beso en la oreja de Sanji, mientras que el se limitó a sonrojarse ya que no esperaba esa acción del peli verde.

-Zoro... -Se le quedó mirando con asombro.

-También dis... Discúlpame por lo que te hice en el bosque... -Dijo con sinceridad.

-Está bien... -Se quedaron viendo fijamente a los ojos. Sanji estaba perdido con la mirada de Zoro, estaba completamente hipnotizado al ver con gran detalle esos ojos, Zoro por su parte estaba admirado al ver esa inocencia reflejada en la expresión de Sanji -... -Sin pensarlo, Sanji se acercó lentamente al rostro de Zoro para darle un beso cerca de sus labios.

-“¿Qué demonios está haciendo...?

-Zoro... –Acomodó su cabeza en el hombro del peli verde –En verdad te quiero...

-Cocinero... –No sabía que contestarle.

-“Y por eso debo descubrir lo que en verdad le pasa... ¿Qué es ese extraño humo...? Sé que se enoja con facilidad, pero cuando aparece eso, cambia completamente... Es como si fuera otro...”

-Oye... –Con su mano, agarró la barbilla de Sanji, levantando su rostro con delicadeza –Mírame...

-...

-¿Estás seguro de lo que me dices...?

-Me gusta mucho estar contigo... –Dijo con sinceridad y mostrando esa contagiosa y linda sonrisa.

-... –Estaba completamente embriagado por ver ese rostro, se sentía completamente confundido, sentía algo muy caliente en su pecho, era algo que le molestaba mucho, pero a la vez era muy agradable –Tú... –Acarició nuevamente las orejas del cocinero y este como respuesta se rió una vez que sintió ese cosquilleo.

-Jajajaja... –Frotó su nariz con la de Zoro en un modo juguetón.

-“¿Por qué no me molesta todo lo que está haciendo conmigo...? Es el molesto cejas de sushi... Es el maldito cocinero pervertido con el cual siempre me he peleado... ¿Qué me está pasando...?” –Fue tanta la presión de sus pensamientos que rompió el bello momento sumergiéndose en el agua de la tina.

-¡Zoro! –Exclamó con preocupación el cocinero. Zoro sacó su cabeza del agua ya un poco más calmado por la situación -¿Estás bien...? No fue mi intensión molestarte es sólo que...

-¿Tienes la respuesta...? –Preguntó desafiante.

-Bueno... Es que yo... No sé qué pasa conmigo... –Se desanimó por un momento –En verdad yo... No quería molestarte... Perdóname... –Dijo esto entre pequeños sollozos. También estaba completamente confundido ante la situación... ¿Por qué lo abrazó...? ¿Por qué besó su mano...? Pero sobre todo... El beso cerca de los labios de su compañero, y en cada una de esa acciones tenía ese extraño sentimiento invadiéndolo y esa descarga en su pecho.

-Es-Espera... Yo... –Zoro quería calmarlo, pero no sabía cómo hacerlo, así que sin pensarlo le dio un beso en su mejilla.

-... –Esto sorprendió y a la vez logró calmar a Sanji. No fue un gran beso, pero si estaba lleno con las intenciones de que el cocinero se sintiera mejor -... –Miró a su nakama con un rubor en sus mejillas. Después de haber digerido lo ocurrido, mostró de nuevo esa linda y cálida sonrisa.

-En verdad no sé qué pasa por tu cabeza... Y tampoco no sé por qué, pero no me gusta verte triste... –Decía esto rascándose la cabeza e inconscientemente sonrió.

-A mí me gusta verte feliz... –Dijo esto volviendo a acurrucarse esta vez en el pecho de su nakama –Te sientes tan cálido...

-Ah... Ah... Aaaahmmm... ¡Ya es momento de salir de la bañera antes de que nos arruguemos como pasas...! –Dijo nervioso apartando, claro sin aventar a Sanji –Ven, Chopper tiene que curar nuestras heridas –Salió de la bañera y le tendió la mano a su compañero. Sanji sostuvo la mano de Zoro y con cuidado se levantó. Zoro se lo llevó cargando hasta que salieron del cuarto de la bañera y lo sentó en la silla que había traído Chopper. Después le entregó la bata y la toalla para que se pudiera secar –Espero y no nos regañe Chopper por habernos tardado en el baño... Si preguntan por qué nos tardamos fue por...

-Ayudarnos... –Agregó el cocinero –Te lo agradezco mucho, Zoro. –Sostuvo de nuevo con gentileza la mano del mencionado como muestra de afecto y cariño.

-Si... Lo que digas... Oye...

-¿Si...?

-¿Por qué mentiste...?

-Por una parte te metí en problemas...

-Pero...

-Ahora lo que importa es que tu y yo estamos bien... “Además... No puedo decir nada por ahora... Es algo que debo resolver por mi mismo... No quiero molestar a mis nakamas y estoy seguro que Zoro me necesita más que nunca, aunque él no sé de cuenta de lo que le está pasando, debo salvarlo... Y descubrir que es lo que le pasa.

+++++++++++++++++++++++++++

-¡Aaawwww...! ¡Qué lindo...! –Yuko estaba muy conmovida  al ver la dulce actitud de Sanji.

-Te diviertes, ¿verdad...?

-¡Es que cómo decirle no a esa carita...! Ese cabeza de musgo no sabe de lo que se está perdiendo...

-¿Ah-Ah...? ¿A qué te refieres...?

-Ah, mi querido Watanuki... Hay cosas que nunca entenderás de una mujer...

-I... Iré a preparar mas bocadillos –Dijo esto para salir de la sala y por supuesto que entendió muy bien a qué se refería Yuko.

-Al menos se está portando mejor con el... Es un buen inicio... Sin embargo, la piedra aun continua girando, aun no hay un destino predefinido.

Notas finales:

Gracias por leer el capítulo. Nos leemos pronto :)


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