-Muy bien... Con estos vendajes y este medicamento, la herida ya no se infectará... –Chopper se encontraba en la habitación con Sanji ya que le estaba poniendo los vendajes en el tobillo, había terminado de atender a Zoro; en cuanto a él, se encontraba platicando con Usopp afuera.
-Entonces los muchachos no saben que ustedes están aquí...
-Así es. Creo que nos quedaremos aquí durante estos días... Tú y Chopper vayan a la casa de reposo...
-Pero Zoro... Están mal heridos. Aun necesitan ayuda y...
-Descuida... –Le mostró una sonrisa –Estaremos bien...
-Mmm... Está bien... Sobre lo que contó Sanji...
-...
-¿De verdad fue lo que pasó...?
-... –Volteó a ver el horizonte del mar.
-Zoro... En estos últimos días no has sido el mismo, puedes hablar conmigo...
-No pasa nada...
-Bien, pero en el estado en que está Sanji, no es para que se haya portado como según lo contó... Yo reconozco cuando alguien dice una mentira...
-¿Qué estás insinuando...?
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-¡Ah...!
-Sanji... ¿Sucede algo...?
-... –Se había sobresaltado al sentir una presencia, y al fijar su vista en la puerta pudo ver el extraño humo expandiéndose y como entraba en la habitación –“No...” –Se levantó con trabajos de la colcha que estaba en el suelo.
-¡Espera, Sanji...! ¿A dónde vas...? –Le extrañó mucho el repentino cambio de su camarada -¡Sanji...!
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-Zoro, solo quiero que digas lo que en verdad pasó... No te estoy culpando o algo por el estilo... Yo...
-Mientes... –Dijo con una sonrisa burlona –Yo no le hice esa herida... –Mostró el filo de su espada ante Usopp.
-Zo-Zoro... –Estaba comenzando a tener miedo -¿Qué es lo que te pasa...?
-Si lo que quieres es pelea... Voy a acabar contigo de una vez por todas...
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-“¡No...!” –El humo volvió a recobrar el color carmesí –Debo... Detenerlo... –Con trabajos estaba caminando recargado en la pared, ya estaba a unos poco pasos para llegar a la puerta.
-¡Sanji...! –Dijo con desesperación Chopper intentando detener al cocinero.
-No hay tiempo... ¿Chopper, puedes ver lo que hay en la puerta...?
-¿De qué estás hablando...? No hay nada... Debes recostarte. No es bueno que camines mas, debes dejar que repose la herida...
-“Ya veo... Nadie puede ver ese extraño humo... Con más razón debo ayudar a Zoro, sea lo que sea que sea que tenga...”
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-Oye... Debes relajarte... Por favor... –El artillero comenzó a retroceder. –“Es como si fuera otra persona... No es el mismo Zoro que yo conozco... Tenían razón Luffy y Robin... Pero... ¿Por qué...?”
-... –Entrecerró los ojos mientras veía con odio a su nakama. Y antes de que pudiera algo...
-¡Zoro...! –Sanji salió de la habitación para abalanzarse sobre el espadachín. Ante esta acción, Zoro volvió a recobrar el sentido –Zoro, Zoro... –Se apoyó de su compañero al perder el equilibrio.
-¿Pero qué...? ¿No deberías estar descansando ya...? –Dijo con gran confusión.
-Me estabas amenazando con atacarme... –Dijo con gran temor Usopp acercándose con precaución a los muchachos.
-... –Miró con indiferencia a Usopp.
-... –No podía creer lo que había dicho su camarada, pero sobre todo al notar la extraña reacción de Zoro –“El humo...” –Buscó con la mirada la presencia de su nakama, incluso miró hacia todas partes, pero ya no había rastro de ello. –Usopp... ¿Estás bien...?
-S-Si...
-¡Chicos...! ¿Qué sucede...? –Chopper interrumpió el incomodo ambiente que se había generado unos momentos –Sanji, Zoro... Deben regresar a descansar...
-Aaah... Si... –Respondió aun con un poco de desorientación el peli verde –Iremos a descansar... Es cierto... –Sacó de su abrigo las llaves de la habitación y se las arrojó a Usopp.
-¡Ah...! –Cachó sin problema las llaves -...
-Esas son las llaves de la habitación...
-¿Cuál es el nombre de la casa de reposo...? –Preguntó el renito.
-Ah, es cierto. ¿Chopper tienes algo en donde escribir...? –Preguntó el cocinero.
-Ah, claro... –Sacó de su mochila una libreta y un lápiz –Aquí está...
-El nombre del lugar es la casa de las Tres lunas...
-Vaya nombre... –Comentó con sarcasmo el espadachín.
-¿Están seguros...? –Preguntó aun muy confundido Usopp.
-Sí, nosotros estaremos bien...
-De acuerdo... –No estaba seguro si dejarlos solos por la extraña actitud de Zoro, tenía miedo de que hiciera algo malo contra el cocinero.
En cuanto a Sanji, notó el pálido semblante de su compañero. Estaba seguro de que Zoro estuvo a punto de hacer una tontería. Eso sería algo que platicaría después con Usopp. Ahora su preocupación era el extraño comportamiento de Zoro.
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-... –Yuko estaba viendo lo sucedido, observó con gran atención a Zoro. –Era de esperarse... La piedra sigue su curso... Y mientras más avanza, son más las grietas que se generan... Al ritmo en que está yendo la situación, si no hace algo pronto, la caída para ese muchacho será terrible y con ello también se llevará a Sanji-san... Pero aun no se ha dado un veredicto. Logró calmar a Roronoa con facilidad y eso es un avance, tal vez aunque no tenga memoria, conserva sin problema alguno sus habilidades...
-Yuko-san... –Watanuki entró a la sala con un tazón lleno de bocadillos -¿Ha pasado algo...?
-Sus vidas penden de un hilo... –Volteó a ver a su ayudante -¡Oh, bocadillos...! –Se alegró al ver el tazón. Invitó a Watanuki a sentarse con ella.
-¿Cómo sabremos cuando el trato se haya terminado...?
-Bueno, hay dos caminos: Si Roronoa logra reconocer su error y ese hábito que lo controla, iré con ellos para regresarle sus recuerdos a Sanji-san...
-¿Y si no lo logra...?
-Sanji-san se quedará así para siempre... Hará una nueva vida, pero no recuperará nunca más los recuerdos de su pasado... No recordará el pasado que lo ha atormentado desde niño, incluso ya no recordará al hombre que le salvó la vida...
-¿cómo pudo aceptar algo como eso...?
-El tomó una decisión, uno hace lo que sea por amor... No importa cuál sea el costo...
-¿Y qué pasaría con Zoro-san...?
-En cuanto a él, su mismo hábito lo hará caer, será mucho más trágico que el destino que le puede deparar a Sanji-san...
-...
-¿Preocupado...?
-Yuko-san...
-¿Si...?
-¿Tú sientes algo por ese muchacho...? –Preguntó mientras miraba el portal con una mirada seria.
-¿Por qué lo dices...? –Dijo sin inmutarse a la pregunta de Watanuki.
-La forma en la que te preocupas por él, nunca habías hecho eso con otros clientes, mucho menos con tus amigos que vienen a pedirte algún deseo...
-Watanuki... Si es eso lo que te preocupa, yo no te reemplazaría por él... Tú eres alguien muy importante para mí... Eres alguien de gran confianza.
-... –Cerró los ojos para meditar un poco de lo que le dijo.
-Roronoa no es el único que está confundido...
-... –Abrió los ojos de sorpresa y volteó a ver a su patrona.
-¿Hay algo que quieras decirme...?
-Yo... Sí, pero antes... ¿Podrías responder a mi pregunta...?
-En verdad quieres saberlo ¿No es así...?
-... –Asintió con la cabeza.
-Pero antes... ¿Qué es lo que en verdad sientes por Doumeki-kun?
-...
-... –Lo miró con gran seriedad y continuó –Los hilos del destino están conectado entre ustedes dos, así como lo que sientes y estás seguro de tu destino, sientes lo mismo por alguien mas... Puedo ver lo que siente tu corazón, pero no puedo ver por quien sientes ese amor...
-Es cierto... Amo a Doumeki, pero también amo a alguien más...
-Watanuki... Debes pensar muy bien en la situación... Por desgracia, uno luego no hace caso de su destino en cuanto al amor, hay ocasiones en las que está con la persona equivocada, ya sea que no lo ame o a él no lo amen... Es fácil ignorar el hilo del destino, pero la conciencia estará ahí para atormentarte siempre... Aun si estás seguro de tu decisión.
-...
-En cuanto a tu pregunta, hay muchas respuestas. Debes ser mas especifico...
-Bueno...
-Piénsalo... Lo único que yo te puedo decir es que seas honesto con Doumeki-kun y no lo dejes ir...
-Si... –Tenía sus manos arriba de sus rodillas. Y al escuchar las palabras de su patrona lo único que se dispuso a hacer fue cerrar las manos con fuerza. –Yuko-san...
-...
-Hay algo que debo decirte... La verdad yo... Es que tu... Tú...
-¿Si...? –Dijo prestándole atención.
-Tú... –Justo en esos momentos volvieron a ser interrumpidos por la presencia de Mokona.
-¡Yuukooo...! ¡Shaoran y los demás te necesitan ahora...! –Dijo divertido subiendo a la mesa.
-¡Aaahhh...! ¡Tu saco de pulgas...! –El peli negro se enfadó y tomó al pequeño conejo y lo maltrató alargando su boca -¡Estaba en algo muy importante con Yuko-san...!
-Waaahhmm...
-Bien, será mejor que atienda a los chicos... ¿Podrías quedarte un momento cuidando el portal por mi? No tardaré... –Se levantó de su silla y tomó a Mokona. Salieron de las sala dejando solo a Watanuki.
-... –Mientras veía lo que sucedía en el portal no dejaba de pensar en todo lo que le había dicho la sacerdotisa –Por supuesto que mi pregunta era muy específica, que no quiera contestar a ella es otra cosa... Pero por increíble que parezca, no me puedo enojar, mientras ella sea muy feliz yo también. Debo admitir que me pone un poco celoso... –Dijo esto mientras prestaba su atención a Sanji.
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Usopp y Chopper estaban caminando por el pueblo en busca de la casa de reposo. El peli rizado no se podía quitar de la cabeza sobre lo sucedido de hace rato con Zoro –Se portó de una forma bastante extraña... Era como si fuera otro... –Se decía a sí mismo –Me pregunto si fue buena idea dejarlo con Sanji... Digo ahora no está en condiciones para defenderse, no recuerda nada y aparte está herido...
-¿Sucede algo, Usopp...? –Interrumpió en los pensamientos de su nakama.
-Ah, no nada, Chopper. No pasa nada... Me pregunto si podremos encontrar el lugar...
-¡Mira! ¡Allí están Nami y Robin...!
-¡Es cierto...! ¡Chicas...!
-¡Usopp! –Las chicas se encontraban en pueblo mirando los aparadores de algunas tiendas. Nami escuchó la voz de su compañero y dijo -¿Qué hacen aquí...? Se suponía que ustedes estaban cuidando el barco...
-Es cierto... Es que sucedió algo. Vamos a la casa y les contaremos lo que pasó...
-Ahora que recuerdo, no he visto a Cocinero-san y a Espadachín-san... –Dijo pensativa la arqueóloga.
-De hecho ellos están en el barco... –Agregó Chopper.
-¿Qué...? –Dijo un poco alterada.
-Robin... ¿Qué pasa...? –Preguntó extrañada Nami por el repentino cambio de humor de su nakama.
-Cocinero-san... ¿El está bien...? No debieron dejarlo solo con...
-Robin, tranquila. Todo está bien. –Dijo el renito calmando a su compañera. Comenzaron a caminar con rumbo a la casa de reposo. Nami y Chopper se les adelantaron dejando atrás a Robin y a Usopp.
-Robin...
-¿Si...?
-¿Por qué te pusiste así...?
-Lo siento, es que estoy preocupada por Cocinero-san... Y...
-¿Es por el comportamiento de Zoro, verdad...?
-Si...
-Si quieres, podemos regresar al barco... –Se detuvo esperando la respuesta de Robin.
-Está bien...
-¡Nami, Chopper! –Les llamó el artillero.
-¿Qué sucede, Usopp? –Preguntó la navegante deteniéndose.
-Vamos a ir por unas cosas al barco... Chopper, toma las llaves. En un rato los vemos... –El renito se acercó para recibir las llaves. Y con esto, Usopp y Robin fueron de regreso al barco.
-No tardamos... –Dijo la arqueóloga.
-Está bien... Pero recuerden que el lugar ya no deja entrar a nadie después de las once y media...
-Descuida, Navegante-san. Apenas son las nueve... Regresaremos pronto.