En lo más profundo de aquel bosque cubierto por ese manto frio y blanco que lo único que podía hacer era adornar la más triste escena. Un joven se encontraba solo, sentado en el suelo mientras cubría su cara con sus manos. Después de un pequeño rato, ocultó el resto de su rostro al juntar sus rodillas al pecho. Estaba completamente destrozado; solo se podía escuchar su ahogado y desconsolado llanto lleno de dolor y culpa.
Unas horas antes:
Los chicos iban de camino al festival, el rastro estaba adornado por faroles de un bello color azulado acompañado con unos ligeros tonos amarillos. Sanji estaba emocionado al igual que Luffy, Chopper y Usopp -¡Ya quiero conocer ese festival! - Decía con gran emoción el capitán.
-Oye, ya pronto vamos a llegar... Ten calma... -Respondió con un poco de fastidio la navegante -No podemos hacer destrozos, recuerden que somos piratas...
-¿Pero eso que importa...?
-Piratas con un alto precio a nuestras cabezas, torpe... -Respondió jalando un poco de la oreja del peli negro -Luffy, promete que no harás ningún escándalo.
-Está bien, está bien... Pero vamos a divertirnos como nunca, debes relajarte aunque sea por una vez, Nami...
-... -Lo miró con fastidio.
-Gracias por comprarnos estos abrigos, Navegante-san. -Dijo Robin con un amable gesto mientras veía su abrigo de color morado con adornado de flores en la caída de la prenda.
-No hay por qué. Batallé para que me dejaran a un buen precio por todos...
-Tan tacaña como siempre... -Dijo entre diente el espadachín -...
-No quiero problemas contigo Zoro...
-Como sea... Espero y haya sake...
-Muchas gracias por darnos dinero, Nami... -Dijo con alegría el cocinero.
-No hay de qué, Sanji-kun. Como hoy estoy feliz, pueden gastar de lo que hemos ganado con nuestro último viaje. Las provisiones ya están, tenemos comida para un buen tiempo, medicinas suficientes y municiones... Nada puede salir mal...
-¡Woooooowww...! ¡Miren eso...! -Exclamó Luffy al ver el colorido ambiente del festival.
-Por el estilo, me recuerda un poco a los festivales de mi pueblo... -Comentó Zoro al ver los faroles iluminando el lugar - Es un festival de obon en invierno...
-¡Vamos! -Luffy sostuvo la mano de Nami para llevarla con el - ¡Ese juego se ve divertido!
-¡Espera, Luffy! -Y así el primer grupo se desapareció entre la multitud.
-Fufufufu... Supongo que Capitán-san quiere hacer feliz a Navegante-san.
-En fin... ¿Qué les parece si nos reunimos aquí en la entrada una vez que haya terminado el festival? -Dijo con una sonrisa el carpintero.
-¡Sí! -Dijo con ánimo el cocinero.
-Bien. Andando... -Dieron paso a la diversión, iban viendo los puestos y lo que estos ofrecían para entretener.
-Mmm... -El espadachín giró su vista a un concurso de vencidas - Creo que iré a derrotar a unos cuantos... - Dijo con una sonrisa ladina separándose del grupo, pero Sanji al notar esto, no dudó en seguirlo. Al llegar al lugar, el espadachín dejó como apuesta unos diez berries y dio con ello inicio al concurso. Sanji estaba observando el show y se sorprendía cada vez que el peli verde derrotaba a sus contrincantes.
-Vaya, en verdad es muy fuerte... -Se dijo a si mismo mientras admiraba cada movimiento que hacia su colega - Me gustaría ser igual de fuerte y aguerrido como el... Así podría valerme por mi mismo y... Protegería a mis... Mis... ¡Woooahh! -Se impresionó al ver como un fortachón se acercaba a la mesa para tomar asiento. Una vez ya preparado, posó su brazo sobre aquella mesa en frente del marimo -Zoro tu puedes... Creo en ti...
-Vaya, así que ese chico de cabello gracioso es tu amigo... -Dijo un hombre que estaba a lado suyo.
-Ah, si... -Respondió algo apenado.
-El grandote de ahí es mi nakama... Jajajaja... No es por presumir pero es el mejor en cuanto a fuerza, pero al ver que tu amigo tiene mucha convicción, debo decir que está muy reñido... -Dijo el hombre con una sonrisa sincera.
-Ya veo... Que gane el mejor.
-Jajajajaja... De acuerdo.
Y dio comienzo al gran duelo de vencidas nunca antes visto. El fortachón dio un gran tirón al brazo del espadachín cuando este apenas logró frenar la fuerza de su contrincante. Zoro trató de concentrarse al máximo para recuperarse, mientras que a lo lejos Sanji veía esto con nervios. –Descuida, gane o pierda alguno, no le quitará fuerza o reputación... –Dijo el pirata con una sonrisa –Vaya, se está recuperando... –Sanji volteó de nuevo a ver el show y efectivamente, Zoro estaba tomando el mando. Lo veía con gran asombro. Al ver esa expresión y los músculos que se asomaban en todos sus brazos volvió a perderse en sus pensamientos -¡Vaya, es muy fuerte ese chico! –Exclamó con admiración el pirata.
-Sí, y es un buen amigo... -¡Aah!
-¡Esto es increíble! –Lo habían acabado de ver fue como Zoro logró derrotar a su gran contrincante. Se dio por terminado el torneo y Zoro se levantó de su asiento para ver a su alrededor, pero al darse cuenta de la presencia de Sanji quien estaba alzando la mano en señal de saludo y mostrando aquella dulce sonrisa se crispó y bajó la vista. Sanji fue corriendo hacia él para felicitarlo –En verdad eres muy fuerte, muchacho –Comentó su rival mientras se sobaba un poco su brazo –Felicidades...
-Gra-Gracias... –Zoro se mostraba un poco nervioso a causa de la atención que recibia por parte del cocinero.
-¡Estuvieron geniales! ¡Zoro! –Abrazó a su nakama para felicitarlo.
-en verdad eres fantástico, chico... –Dijo el pirata que acompañó a Sanji durante el duelo acercándose a ellos.
-Nos vendría bien un camarada como tu, jajajajaja... ¿Qué dices?
-Ah, se los agradezco, pero yo ya pertenezco a una tripulación –Hizo una reverencia –En verdad se los gradezco.
-Jajajajajaja... No hay problema. Sigue así, nos vemos... –Dijo esto el grandulón dándole una tosca, pero amigable palmada en la espalada a Zoro.
-Por cierto, pequeño. Gran disfraz... –Dijo el pirata dirigiéndose a Sanji –Nos vemos. –Y con ello los dos piratas se desaparecieron entre la multitud.
-Vaya, pocas veces encuentras piratas muy amables... Bien, hora de irnos... Quiero algo de beber...
-Muchas felicidades. –Dijo el zorro con un poco de pena –En verdad estuviste fantástico...
-... –Se sonrojó un poco al escuchar las palabras de su camarada y carraspeó un poco –Gracias... –Caminaron un poco pero fueron retenidos por el animador del lugar para comentarles del premio que había ganado Zoro. Después fueron a recoger su premio y por cosas del destino... -¿Es...? ¿En serio...?
-¡Woooaahh! –Sanji se impresionó tanto al ver el premio del espadachín
-Muchas felicidades, amigo... –Dijo el animador dándole su regalo.
-Un... Zorro... –Dijo con cansancio.
-¡De peluche! –Dijo feliz el animador.
-¡Muchas felicidades, Zoro!
-Si... “Genial, mas zorros”
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-Ese Roronoa es todo un imán con esos animalitos... –Decia con diversión Yuko viendo al portal -¡Watanuki! ¡Un poco mas de sake, por favor! ¿Quieres otro vaso, Doumeki-kun?
-Gracias, con este está bien...
-¡¿Tengo que ser la sirvienta de ustedes?! –Dijo Watanuki con gran coraje.
-Una sirvienta... –Dijo Doumeki.
-Aaaahh... Creo que ya sé lo que estás pensando, mi querido Doumeki-kun... Yo podría cumplir tu deseo... Watanuki se vería muy bien con un traje de sirvienta... –Dijo picara la peli negra.
-¡¡Ya basta, par de pervertidos!!
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Los muchachos iban caminando, Zoro traía en su brazo al bonito zorro de peluche. Sanji miraba con gran ilusión ese peluche como un pequeño -¿A dónde te gustaría ir?
-Mmmm... ¿Qué tal a ese? –Dijo señalando un puesto de tiro.
-Bueno... ¿Quieres esto? –Preguntó mostrándole al zorro de peluche.
-No, ese es tu regalo... Quiero intentar ganar algo...
-Bien... Vamos a ese puesto entonces... –Se acercaron al lugar y Sanji pidió un rifle, tenía que disparar a alguno de los peluches que estaban en el mostrador -¡Ah, quiero ese! –Dijo señalando a un gato de peluche –Voy a hacer mi mayor esfuerzo.
-Tú puedes... –Dijo el espadachín con un poco de cansancio.
-... –Sanji se preparó para dar el primer disparo, pero lo falló. Infló un poco sus mejillas en señal de disgusto mientras veía el pequeño rifle.
-Parece que necesitarás ayuda... –Al buscar al dueño de esa voz no era nada más ni nada menos que Usopp quien ya llevaba cinco premios ganados y algunos chocolates.
-Usopp... ¿Todos eso ganaste?
-Claro, deja te enseño como debes disparar... Lo que debes hacer es esto... -Preparó el rifle e hizo una posición apoyando el mango del arma a su brazo, apuntó con muca atención el blanco y disparó a un pequeño oso de felpa –¡Listo!
-... –Imitó la pose -...
-Ahora respira hondo y apunta con cuidado al peluche que quieres...
-... –Jaló del gatillo y logró por fin obtener el gatito de peluche -¡Lo logré! ¡Usopp lo logré!
-¡Genial! –Le dio una amistosa palmada en el hombro –Ahora a ganar mas premios...
-¡Sí!
-Que pérdida de tiempo... –Murmuró el espadachín.
-¡Usopp! –En esos momentos llegó Chopper con dos algodones de azúcar –Aquí están... ¡Muchachos!
-¡Chopper! ¡Mira lo que gané!
-¡Es genial! ¡También quiero intentarlo! ¿Puedo?
-Jajajajaja... ¡Claro! –Ayudó a levantar al pequeño reno y lo colocó sobre la barra. Sostuvo uno de los rifles y comenzó a jugar.
-Cierto, me queda un tiro... –Sanji se volvió a preparar y en eso vio un circulo con otro de color rojo al centro -... –Apuntó y disparó.
-¡Aaahhgg! –Zoro fue bañado por un pequeño chorro de agua que provenía de una estatuilla. Al voltear a ver a su nakama no pudo resistir reír un poco.
-Muy gracioso... ¡Dame eso! –Le arrebató el pequeño rifle y apuntó a otro círculo.
-No sabía que hacia eso...
-Y por eso le disparaste...
-Jajaja... Bueno... Disculpa por lo del agua...
-¡Quédate ahí y no te muevas!
-Otra vez estás haciendo caras muy graciosas... –Dijo con diversión.
-¡No soy tu juguete, mocoso! –Disparó al círculo -¡Aghh!
-Jajajajajaja... –Usopp y Chopper vieron el momento en el que Zoro fue empapado de nueva cuenta.
-Jajajajaja... Ten... –Sacó de la bolsa de su abrigo un pañuelo y se lo dio a Zoro. Este por su parte tomó con resigno el pedazo de tela para quitarse el agua de la cara.
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-Ese muchacho aun no lo entiende... –Dijo la sacerdotisa con algo de decepción.
-Supongo que esto va para largo... –Comentó Watanuki mientras servía el sake en el vaso de su patrona.
-No... La piedra está a punto de llegar su límite...
-...
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-Vamos, Zoro... No estés así... Estamos aquí para divertirnos –Habían dejado atrás a Usopp y Chopper para ver que más había en el festival. Sanji hacia lo posible para levantarle los ánimos a su compañero –Anda, que te parece s vamos por algo de comer...
-No, gracias...
-Anda... –Se puso en frente de Zoro mostrándole esa dulce carita –Yo invito.
-Cocinero, yo...
-Déjame hacer algo por ti... Por favor... –Tomó con ternura la mano del espadachín -¿Si?
-Está bien... Si eso te hace feliz...
-¡Quiero que tu estés feliz!
-... –Sintió de nuevo el rubor en sus mejillas y aceleró el paso sin soltar a su nakama.
-¡Woah! Zoro... ¿Qué sucede?
-¡Nada! ¡Vamos por algo de comer! –Dijo sin voltear a ver al cocinero.
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-Parece que ya se lo está tomando con un poco de calma... –Dijo el peli negro ofreciendo unas rebanadas de pastel de chocolate.
-Creo que ese muchacho no ha entendido nada... –Comentó Doumeki dando una gran mordida a su pedazo de pastel
-Ah, mira esa boca... Espera... –Watanuki sacó un pañuelo y con ello limpió la boca y mejilla del peli castaño.
-Parece que ustedes se llevan mejor cada dia...
-Ah, yo...
-Si gustan puedo dejarlos a solas por un momento, pero eso si. No quiero desorden...
-¡Yuko-san! –Gritó con gran pena el muchacho.
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Zoro y Sanji iban caminando entre la multitud con unos bocadillos en sus manos –Sé que no es mucho, pero espero que te gusten... Lamento que no haya sake...
-¿Que esperabas...? Al fin y a cabo es un lugar para la familia...
-¿Tú tienes familia?
-Lo siento. Es algo de loque no me gustaría hablar...
-Perdoname... –dijo esto con gran arrepentimiento.
-Descuida... Tú tampoco hablas de la tuya...
-...
-Oye, no pongas esa cara... –En eso vio un pequeño lugar donde podrían platicar un poco mas a gusto -¿Quieres ir ahí? –Dijo en un pequeño susurro.
-¿Pero podemos?
-Yo creo que sí. Vamos...
-Si...
Llegaron a un pequeño espacio libre de gente. Era un gran estanque que tenia arriba un puente y estaba adornado con algunas piedras. Aunque estuviera cubierto de nieve y el agua de aquel estanque estuviera congelada, no era problema. Tenía una linda vista y claro, estaba iluminado con algunos faroles de color rojo y azul dando como resultado un agradable tono violeta. –Qué bonito... Mira ahí hay una banca. –Tomó a Zoro de la mano y fueron a sentarse a la banca –Que bello lugar... –Decía esto mientras contemplaba el resto del lugar. El espadachín no podía evitar mirar con gran atención el perfil de su nakama. Al ver esa graciosa ceja arremolinada, sus ojos iluminados por la luz del ambiente, esa dulce sonrisa, aquellos cabellos dorados y esas afelpadas orejas.
-...
-... –Sintió que lo estaba mirando y volteó a verlo -¿Pasa algo?
-No no pasa nada... Solo estaba... –Miró a otro lado.
-¿Cuánto tiempo llevas practicando con la espada?
-Mmm... Si no mal lo recuerdo, desde los 8 años... Ahora que mencionas eso, creo que una vez nos platicaste que esto de la cocina era lago que comenzaste desde niño...
-Vaya, me alegra saber mucho eso... Gracias...
-¿Por qué?
-Por prestarme atención.
-No seas exagerado... Es solo que... En fin... Cambiando de tema... ¿Has pensado lo que harás si no vuelves a recordar?
-Bueno, si lo he estado pensando, si jamás vuelvo a recordar no estaría mal empezar desde el principio. Aunque...
-Si te preguntas por el lugar en donde vivías, lo mas seguro es que cuando todo esto acabe, regresemos a nuestros pueblos natales...
-...
-Algunos de nosotros y tu vivimos en el East Blue. Así que no será problema llevarte de vuelta tu hogar.
-¿Cuánto va a durar este viaje?
-No lo sé... Puede durar otras semanas más, un año o dos tal vez...
-... –En eso, Sanji se acomodó en el hombro de Zoro –...
-¡Hey! ¿No te quitarás verdad?
-... Abrazó su brazo como respuesta.
-Bien... Tú ganas...
-en verdad te quiero mucho Zoro...
-No seas tan meloso...
-¿Yo te agrado?
-... –El silencio incomodo entro en ambiente –Bueno... Admito que no eres tan molesto...
-¿Entonces?
-Puede ser un... Tal vez...
-Yo te seguiré queriendo d todas formas...
-...
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-...
-¿Sucede algo, Yuko-san?
-... –Yuko se levantó de su asiento para dirigirse a su habitación. Antes de salir de la sala dijo –No le quiten la vista de encima a esos dos... –Sin voltear a ver a los muchachos y esto se marchó dejándolos con la duda.
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-Zoro hay algo que quiero decirte... Es algo muy importante... –Se separó de su nakama para verlo directamente –Quiero decirte esto porque me preocupo mucho por ti... Aun si no recuerdo nada, una parte de mi me dice que debo protegerte...
-Cocinero... ¿De qué me quieres hablar?
-En estos días... Cuando te enfadas... Un extraño humo de color rojo sale de tus pies...
-... –Puso atención a las palabras de su compañero.
-Por lo que veo, el único que puede verlo soy yo... Debes pensar que estoy loco... Pero lo que te digo es verdad... –Dijo con decisión.
-Debe ser imaginación tuya...
-...
-Parece que no solo tienes esa tonta conducta sino también la imaginación de un niño... –Dijo con algo de burla.
-Pero es la verdad... Créeme...
-No pasa nada... Yo no veo ese humo que tu dices...
-Cuando te enojas... ¿No sientes algo extraño?
-Si, como cualquier persona cuando la hacen enojar...
-No... A lo que me refiero es que...
-Oye...
-...
-No te traje aquí para que sacaras alguna de tus tonterías...
-Pero...
-Eh tratado de ser paciente contigo durante estos últimos días, porque no tienes como defenderte con totalidad, pero si fueras el cocinero que yo conozco, ya te habría dado tu merecido... Otra vez...
-¿A qué te refieres con que otra vez?
-Dejemos esto aquí... Ve a reunirte con los demás... Yo iré al barco...
-Espera... –Zoro se levantó de su lugar dejando los bocadillos en la banca –No, por favor... Escúchame...
-No quiero escuchar más tonterías tuyas... Ya con lo que me dijiste hizo que me arruinaras la noche.
-¡No! –Sanji se interpuso en su camino -¿Cómo podría decirte una tontería cuando se trata de algo muy serio? No quiero que te pase nada... Por favor escúchame...
-Hazte a un lado... –Lo empujó y volvió a dar paso para llegar a su destino, pero de nuevo fue retenido por el cocinero.
-¡No!
-Lo que dices no tiene sentido... No puedo tener algo como eso... Soy el mejor... Si no quieres conocerme, vete de mi vista ahora...
-... –Miraba con enojo al espadachín –No me moveré hasta que hablemos... Si tengo que...
-¿Qué?
-Aun si tengo que...
-Adelante, dilo... –Hizo una mirada penetrante mientras observaba al joven zorro directamente a los ojos. Esto hizo que Sanji temblara un poco y su voz sonara débil.
-Aun si yo... –Zoro comenzó a molestarlo jalando sus orejas –Bas... Basta... No sigas...
-No puedes hacerme nada...
-¡Ya basta! –Le dio un fuerte manotazo y sostuvo con fuerza los brazos del espadachín –Quiero que despiertes... ¡Aun si tengo que usar la fuerza! ¡Si así logro que salgas de esa tonta idea que tienes que así sea!
-Eres un... –Antes de levantarle la mano, escucharon extraños ruidos a su alrededor. El estanque estaba retirado de la gente. Así que se quedaron en silencio por un momento hasta que Zoro decidió hablar de nuevo –Será mejor irnos... –Dijo en un susurro mientras veía la atmosfera. Pero antes de dar un paso, el cocinero fue rodeado de cadenas en todo su cuerpo.
-¡AAH!
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-¡Sanji-san! ¡Debemos hacer algo!
-No creo que debamos intervenir... No por ahora...
-¿No estás viendo la situación?
-Yo no me preocuparía por eso si fuera tu... –Yuko por fin hizo acto de presencia –La piedra no será destruida por lo que está a punto de pasar...
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Sanji fue arrastrado entre unos arbustos y cuando por fin llegó a ellos fue levantado con brusquedad –Te dije que me las pagarías mocoso... –Se trataba del molesto pirata Morgan –Tú me echaste a perder mi plan sobre capturar a tu capitán, y no solo fue una vez... Así que comienza a despedirte de tu colega... –Dijo esto tirando con fuerza hacia atrás del cabello de Sanji para después posar el filo de su arma sobre su delgado cuello.
-¡Cocinero!
-No des ni un paso más o le cortaré el cuello a tu amigo....
-...
-¡Zoro!
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-¡Yuko-san!
-Esto lo sabrán resolver pronto... Pero después de eso... Lo peor estará por venir. –Dijo con una mirada sombría la peli negra.