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Lazos por Tina Black

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Notas del capitulo:

Mas intriga, mas intriga!!!!!! Muajajajajaja!!!

Los muchachos habían llegado a una tienda de empeño. Entraron y fueron recibidos por un señor de lentes, les indicó que pasaran a su caja para poder ver lo que llevaban –Es un gusto recibirlos, Yuko-san me dijo que tenían algo que mostrarme... –Dijo curioso el dueño del lugar, Watanuki se acercó al señor y le dio la pequeña bolsa, una vez que la recibió, abrió la pequeña bolsa y tanto el dueño, como Watanuki se impresionaron al ver que se trataba de la gema de Zoro. -¡¡¡Maldita bruja!!! ¡Me las va a pagar cuando la vea! –Gritó con furia, Doumeki veía con total indiferencia el comportamiento de Zoro, lo mucho que hizo fue tapar sus oídos, Watanuki pegó un susto que lo hizo saltar –Zoro-san... ¿Es tuya esta gema?

-¡¡¡Si!!! Me costó trabajo esconderla de esa arpía y cuando al fin la tengo, esa loca me la arrebata... ¡Anciano, devuélveme eso! –Zoro fue hacia donde estaba la caja y Doumeki dijo – ¡Alto! –El espadachín se detuvo en seco, había olvidado que tenía el brazalete –Esa maldita... –Dijo con sorna el Marimo.

-Déjame ver si atino... Le diste tu nombre y tu cumpleaños a Yuko-san... ¿No es así? –Dijo con cansancio el chico de lentes.

-¿También te hizo lo mismo? –Dijo incrédulo

-Si... Con mi reloj...

-Par de idiotas... –Dijo Doumeki

-¡Cállate  tú! –Dijeron al unísono Zoro y Watanuki.

-Bueno, tienen mucha suerte, esta gema vale mucho, sobre todo porque parece ser que no es de esta dimensión, me darán bastante por ella... –El señor sacó de la caja cuatro paquetes de dinero –Aquí hay como diez millones de yenes, no puedo darles mas... Pueden contarlos –Los muchachos se sorprendieron al escuchar la cantidad que les estaban dando por la gema -¿Yenes? –Preguntó el espadachín ya calmado -¿Así llaman su moneda aquí?

-Ah, es cierto... Tú eres de otro mundo... Si, ¿Cómo es la moneda que manejan ustedes?

-Por ahora no tengo una, pero estan hechas de oro o plata... Dependiendo de su denominación en cuanto al billete es un papel como este –Dijo señalando uno de los billetes –Les llamamos berries...

-Espero que no vuelvas a caer en la misma trampa para la próxima... –Dijo Doumeki terminando de contar el dinero.

-Yuko-san siempre hace ese tipo de jugarretas... Al menos dice la verdad cuando se trata de adivinar los secretos de los demás... –Dijo Watanuki recordando la primera vez que conoció a Yuko. Una vez que terminaron de contar el dinero, se despidieron con una reverencia para el dueño y este se despidió con una gran sonrisa –Salúdame a Yuko. Dile que venga a visitarme un día de estos... Oh, cierto... ¿Podrías llevarle esto? –El señor fue rápido a su bodega y regresó con una caja alargada de color café –Dile que le doy las gracias por el deseo que le cumplió a mi esposa hace poco, dile que es de mi parte. –Le entregó la caja a Watanuki –Claro, no se preocupe...   –El chico guardó la caja en la bolsa de mandado. –Normalmente, Yuko-san me envía cosas que son de mucho valor para los humanos, pero para el mundo espiritual no valen nada, sólo es basura. –Fue una enorme pedrada para Zoro.

-Desgraciada... –Dijo el espadachín intentando no explotar de la ira. Salieron del lugar. Mientras caminaban, Watanuki sacó la nota que Yuko había guardado en la bolsa -¿Ahora donde debemos ir? –Preguntó Doumeki.

-Pues... –Watanuki se detuvo para leer la nota, mientras que Zoro y Doumeki miraban curiosos lo que había escrito Yuko –Querido Watanuki, el dinero que te acaban de dar es para comprar la comida... Confío en que podrás sorprenderme con algo delicioso. Dile a Zoro que con lo que les sobre compre ropa para Sanji-san y de paso tres botellas de licor. Atentamente Yuko.

-Esa mujer insolente... Dijo Zoro mirando la carta -¿A quién le acabas de llamar insolente, niño perdido? –La nota había respondido a Zoro, se quedó sin palabras al ver el cambio de palabras de la hoja y le respondió -¡No soy un niño perdido!

-Cálmate, Zoro-san. Estás gritándole a una nota... –Dijo el chico de lentes tratando de calmar al espadachín –Me pregunto si eres el yo alterno de Doumeki... –Dijo analizando a los presentes.

-¿Por qué lo dices? –Preguntó Doumeki.

-¿No es obvio? Tienen la misma voz –Dijo Watanuki comenzando a caminar hacia el supermercado  seguido de Zoro y Doumeki. –Aunque en temperamento difieren mucho... –Dijo posando su mano en barbilla.

-Sólo llévanos a ese  supermercado... –Dijo el espadachín con fastidio.

-Está bien... No se desesperen... Estaba pensando hacer algo con mucho condimento... –Llegaron al súper mercado para comprar los ingredientes, en eso Doumeki y Zoro vieron por un momento las fotos de algunos platillos que estaban exhibidos en la entrada del lugar.

-¡Oi! ¡Quiero todo esto para comer! –Dijeron los dos al mismo tiempo – ¡No soy su sirviente, aprovechados! –Gritó con fastidio el también cocinero personal de la tienda. Llegaron a la sección de carnes y Watanuki comenzó a ver que le apetecía para preparar. Doumeki estaba a su lado, mientras que Zoro fue a ver los licores. –Eres un completo pesado... –Dijo un poco molesto el cocinero mientras observaba las carnes.

-Que curioso...Eso no es lo que me dices cuando estamos en la cama... –Dijo Doumeki posando su mano en la cintura de su compañero con dulzura. Watanuki se sonrojó ante el comentario de Doumeki –Bueno... –No sabía que contestar –Oye, no puedes decir algo como eso en publico...

-No lo dije en voz alta... Además, sabes que me gusta estar contigo –Esto hizo que Watanuki se sonrojara aun mas, al escuchar cada palabra de su compañero, sonrió –No me aburro al estar contigo, Doumeki... –Dijo con serenidad y cerrando por un momento los ojos. Al ver la dulce expresión de Wtanuki, Doumeki giró la cabeza hacia otro lado. Vio que Zoro se acercaba a ellos y con pesadez tuvo que quitar su mano de la cintura de Watanuki con suavidad –Después continuamos con nuestra charla en mi casa... –Dijo Doumeki mirando ahora a Watanuki, este al ver la cercana presencia de Zoro, lo entendió –Está bien... –Dijo el chico de lentes. Tomó la mano de Doumeki con mucho cariño –Creo que sé lo que haré –Fijó su vista la marisquería, para su suerte los camarones estaban a buen precio, Doumeki respondió al agarre de manos y le susurró algo al oído a su amante –Lo que sea que hagas saldrá bien, eres el mejor que eh conocido... –Antes de que Watanuki dijera algo, Zoro había llegado con el licor y la ropa para Sanji, con eso ultimo no le costó trabajo escoger, ya que conocía a la perfección los gustos en cuanto a ropa de su nakama –Le agrade o no... Tiene que ponérselo –Dijo el espadachín, Watanuki tuvo que deshacer el agarre de su mano con la de Doumeki y comentó –Parece que a tu amigo le gusta vestir con ropa formal... ¿Qué puesto tiene en tu tripulación?

-Es el cocinero... –Dijo Zoro con indiferencia.

-Vaya, eso suena bien... Cuando despierte le pediré algunos consejos de cocina. –Dijo Watanuki con una sonrisa. Fue a pedir los camarones dejando a Zoro y a Doumeki solos por un momento. Ellos sólo se dijeron que hay con un gesto. Zoro rompió el silencio –Parece que lo quieres mucho... –Dijo sin mostrar alguna expresión –No es necesario que oculten sus sentimientos siempre... No escuches lo que los demás piensen... Si en verdad se aman, no les debería importar... –Doumeki miró con agradecimiento a Zoro.

-¿El chico que está con esa mujer, es importante para ti? –Preguntó.

-No... Además... Últimamente se ha vuelto muy débil... Sólo somos compañeros de barco, pero no es nadie importante para mí...

-Parece que no sabes cómo mostrar tus sentimientos... Ni siquiera controlarlos... No sé qué pasó entre ustedes, pero lo que si te puedo decir es que no debes menospreciar a los que te valoran, aun no conozco a ese chico, pero en cuanto a ti, veo que tenemos mucho en común... A veces creo que el... –fijando su vista hacia Watanuki  -Es una persona molesta, es quejumbroso y a veces un ridículo... Pero lo apreció y soy capaz de hasta dar mi vida por ese idiota... Supongo que tu compañero te saca de quicio...

-Es un idiota... No siento por el lo mismo que tú sientes por Watanuki...  Ese cocinero...

-Tienes que dejar ese hábito... Y dejar de desquitarte con tu compañero... –Doumeki mostró una mirada fuerte. Zoro había recordado las palabras de Yuko y ahora un chico que apenas conoció esta mañana le había dicho casi lo mismo. Watanuki regresó con los camarones, el espadachín vio lo que había en carrito de compras y de inmediato supo lo que Watanuki tenía pensado hacer –Harás tallarín con camarón condimentado con picante, ¿verdad?

-Ah, si... Estaba pensando hacerlo desde hace tiempo, será la primera vez que lo haga... –Dijo apenado Watanuki.

-Te saldrá bien... Es la comida favorita de ese cocinerucho... Para ser su favorita, muy rara la vez la hace...

-¿Ah, sí? –Dijo Doumeki mirando a Zoro divertido.

-¡Tsk...! Vámonos... –Dijo Zoro indignado. Mientras tanto Watanuki no sabía lo que estaba pasando, no le tomó mucha importancia y fueron a la caja a pagar lo que tenían. Salieron del lugar y se dirigieron directo a la tienda.

Mientras tanto en la tienda:

-Ahora... Sólo dime qué quieres que deje presente en de tu identidad...

-Sólo déjame lo que sé de cocina, no quiero ser un estorbo para ellos... –Dijo un Sanji decidido.

-De acuerdo... No importa el tiempo que transcurra entre ustedes dos... Pero no me haré responsable por lo que suceda después, te deseo lo mejor Sanji-san... Espero y no te defraude...

-Gracias...

Notas finales:

No olviden comentar que les pareción. bye!! :)


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