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Lazos por Tina Black

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Notas del capitulo:

Disfrutenlo... ¬w¬

En la habitación:

- Algunos dicen que la vida es un péndulo que oscila en función de un eje o punto cero. A veces hay más cosas buenas que malas y viceversa; sin embargo, este punto de vista es incorrecto. Para experimentar una cantidad correcta de felicidad debes experimentar la misma cantidad de tristeza como pago. Por eso se dice que hay que aguantar lo malo para poder disfrutar lo bueno. Cuando se dice que tras una mala racha hay una buena no es un decir. En otras palabras, si quieres ir a la cima de una colina para ver un paisaje desde lo más alto, primero tendrás que pasar por un valle profundo. Si no fuera así no sería justo. Por el contrario, si estás destinado a descender por un camino de tristeza, para salir de él deberías realizar un esfuerzo equivalente a esa tristeza. –La peli negra acarició la mejilla derecha de Sanji –Sin embargo... No puedes escapar de ese pasado, por más que lo desees, si llegará a cumplir tu deseo... El precio será muy alto...

-¿Si quisiera pedirte eso, cual sería ese pago...?

-Olvidar a los que amas...

-Sólo quiero quitarme este dolor...  Pero... Sería peor no volver a amar o recordar a los que me aman...Tienes razón...

-Además... Ese pasado logró convertirte en lo que ahora eres... Pero te podría proponer esto... –Sanji sostuvo la mano de Yuko –Pero es algo que involucraría a tu compañero... Será como matar a dos pájaros de un solo tiro...

-Yuko-san... Quiero saber que fue lo que hice mal...  Que provocó que Zoro me trate de esa manera... Primero me trata mal y después pide que salves mi vida...

-Primero voy a quitarte esas ataduras de tu cuerpo... Lo que viste antes son ondas... Están hechas por las palabras... Desde el momento que salen de tu boca, no puedes hacer nada. No hay vuelta atrás... Las palabras viven en ocasiones, crean ataduras en la vida misma... Son cadenas, que perjudican a otros o hasta a uno mismo...  Quién toma la decisión asume la responsabilidad... Ahora piensas: “Soy la falla” “Tienen razón” ”La vergüenza”... Pero...  ¿En verdad lo crees...? Has hecho muchas cosas gracias a tu decisión... Esa decisión fue la que te dio tu libertad... ¿O acaso lo que hiciste fue un gran error...? –Las lágrimas de Sanji comenzaban a brotar, estaba recapacitando todo lo que Yuko le decía. Poco a poco los hilos fueron rompiéndose, estaba recobrando los ánimos. –Yuko-san –Dijo entre lagrimas –¿Cual es el trato...?

-Una vez que efectúe el plan, no serás el mismo por un tiempo... El tiempo que pase, dependerá de la voluntad de tu camarada... Olvidaras todo lo que eres ahora... No tendrás identidad, lo único que se mantendrá despierta es tu inocencia, esto mostrará si en verdad te aprecia o no... Zoro tiene un terrible hábito... Si él no se da cuenta de ello... Ese hábito lo terminará aplastando... Así que... Si el muestra el cariño y aprecio contigo, volverás a la normalidad, pero si no...

-Me quedaré así por siempre...

-Así es... Podrás rehacer tu vida, pero ya no volverás a recordar a los que quieres y te aman ni a los que te odian... –Sanji se quedó pensando por un momento en la situación, estaba consciente de las consecuencias. Los hilos se iban rompiendo constantemente, cayendo uno en uno –Te dejaré que lo pienses... –La chica estaba a punto de levantarse de su asiento hasta que...

-Acepto... ¡Quiero cambiar...! Si el Marimo se preocupó por mí, estoy seguro de que lo haría de nuevo... Confío en mi nakama–Dijo Sanji decidido secándose sus lagrimas.

-... –Yuko tenía los ojos muy abiertos por la decisión del muchacho. Los hilos se reventaron de un solo golpe liberando al cocinero, al ver esto, sabía que había tomado la decisión correcta. Había vuelto a ser el mismo. –De acuerdo... –Dijo con una sonrisa y tomando con delicadeza el rostro de su cliente, manifestó su poder –Parece que tú mismo lograste liberarte de aquellas ondas... –puso la palma de su mano a la vista del cocinero –Ahora... Sólo dime qué quieres que deje presente en de tu identidad...

-Sólo déjame lo que sé de cocina, no quiero ser un estorbo para ellos... –Dijo un Sanji decidido.

-De acuerdo... No importa el tiempo que transcurra entre ustedes dos... Pero no me haré responsable por lo que suceda después, te deseo lo mejor Sanji-san... Espero y no te defraude...

-Gracias... Yuko-san... –De pronto, el cocinero cayó en un profundo sueño, Yuko lo atrapó para evitar que se lastimara –Siempre te has preocupado por los demás, que dejas a un lado tu sueño para ayudar a los que te acompañan... Ese tal Zoro lo salvó dos veces... Estoy segura de que lo volverá a hacer...

Estaban caminando de regreso a la tienda, Watanuki y Doumeki veían con disimulo a Zoro ya que estaba cargando todo el mandado. –Ah, Zoro-san puedes pasarnos algunas bolsas si quieres –Dijo un poco nervioso Watanuki.

-No te preocupes, además no pesan... –Dijo el espadachín con total tranquilidad.

-¿Y que está buscando tu tripulación...? –Preguntó Doumeki agarrando una de las bolsas que tenia Zoro en su mano derecha –Espera... –Dijo asombrado el espadachín. Watanuki aprovechó el momento y agarró otra bolsa. –De acuerdo, al menos ya vamos a llegar... Pues viajamos por el mundo, en busca de un tesoro que está desparecido, le perteneció a un legendario pirata... Ahora hacemos lo posible por encontrarlo, mi capitán desea convertirse en el próximo rey de los piratas, y al igual que él, también tenemos unos sueños que cumplir.

Antes de decir más, llegaron al fin a la tienda, entraron por la puerta principal donde los estaban esperando Mokona y las niñas. – ¡Watanuki! ¡Sake! –Gritó el pequeño saltando hacia la botella. Yuko hizo acto de presencia para ver que había traido.

-Vaya, es mucho lo que compraron...

-¡Tú! –Gritó el espadachín yendo hacia donde estaba la peli negra. –¡Vendiste mi gema, me había costado trabajo obtenerla!

-¿Acaso esa grema pertenece a tu familia...? ¿Tiene algún valor sentimental...? No... Era sólo algo sin poder alguno... –Dijo la dueña sin pena alguna.

-Iba a comprar alcohol con eso...

-¿Trajiste la ropa? –Preguntó Yuko.

-Si... traje la ropa de ese cocinero... –Dijo sacando l ropa de la bolsa.

-Sanji-san ya está despierto... Creo que se está terminando de arreglar, se gentil y dale la ropa, ¿quieres?

-Sí, claro... –Dijo con pesadez el Marimo.

-Ah, antes... Dame el pantalón... Watanuki, ve a arreglarlo... –Dijo la dueña tomando el pantalón y dándoselo a Watanuki –Ve a ver a tu amigo... –Le ordenó al peli verde.

-Está bien... Esa mujer está loca... –Recibió un zape por parte de la mencionada. –Está bien, está bien...

-Mokona... Acompaña a este niño perdido –Dijo divertida Yuko.

-¡Ya déjame en paz! –Mokona saltó hasta el hombro del Marimo y fueron rumbo a la habitación.

-Yuko-san... No creo que sea buena idea subestimarlo... –Dijo cansado su asistente.

-Descuida...  Watanuki, quiero que le hagas esto al pantalón... –Zoro estaba afuera de la habitación. –Por ahora debo darle la camisa, esto... Esto y unos shorts... Creo que escogí la talla equivocada de camisa... Se tendrá que conformar con lo que le traje... –El espadachín abrió la puerta y se encontró con el cocinero, estaba sentado en la cama mientras tenía una toalla encima de su cabeza, estaba secándose su cabello y traía puesta una bata de baño

-Oye ponte esto, mientras más rápido nos apuremos, mas rápido nos iremos de este extraño lugar... –Mientras el espadachín estaba hablando, Sanji se quitó la toalla de encima de su cabeza. Zoro fijo por un momento su vista hacia su compañero... Abrió los ojos como platos, se había quedado de piedra, se le había ido la voz por un momento, no creía lo que estaba viendo. Fue el asombro que le comenzó a salir un tic en el ojo. Y entonces...

-¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHH!!!!! –Un ensordecedor grito invadió toda la tienda. Los demás escucharon el espantoso grito de su invitado. Watanuki se había espantado mientras terminaba de arreglar el pantalón, Doumeki no le tomó importancia alguna a lo que escuchó y en cuanto a Yuko... Estaba tomando una taza de té como si no hubiera pasado nada.

-Supongo que se sorprendió... –Dijo l peli negra como si nada.

-Yuko-san... ¿Qué diablos hiciste...? –Preguntó Watanuki. Ella lo miro mostrando sus dientes con una sonrisa levantando su pulgar de aprobación, mientras que salía un pequeño destello de victoria a lado de su rostro. –Yu-Yu-Yuko... San... –Su ayudante ya no sabía si seguir preguntando.

-Ya lo verás, mi querido Watanuki. –Dijo manteniendo esa picara sonrisa.

Zoro estaba tirado en el suelo. Estaba completamente petrificado como si hubiera lo peor de su vida; su mente estaba en blanco, no decía nada. Hasta que tuvo la fuerza suficiente pudo decir:

-Tú... Tú... ¿Qué fue lo que...?

Notas finales:

Qué creen que haya visto...? Bueno, tampoco es algo original... Lo unico que por ahora puedo decir es que robe la idea de una ilustradora y a la vez me inspiró, así que no, no es algo tan original pero si será divertido.

Nos vemos XD


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