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Lazos por Tina Black

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Notas del capitulo:

Disfruten de la continucación de esta original historia... Si claro... XDD

-¿Qué fue lo que te pasó...? –Zoro se encontraba tirado en el suelo, estaba impresionado por lo que vio. Su grito hizo que un joven de cabellos dorados se escondiera detrás de la cama, este se asomaba un poco con mucho miedo, el espadachín no sabía qué hacer; una vez que dejó de respirar agitadamente, comenzó a calmarse y a analizar un poco la situación.

-¿Qué te pasó...? –Ya preguntó más tranquilo. Cuando vio que su nakama se asomó de nuevo, Zoro se acomodó sentándose en el mismo lugar en el que estaba. –Sal... No voy a hacerte daño... –Dijo tranquilo. Sanji salió de su escondite y avanzó un poco de rodillas; el espadachín vio con mejor detalle a su camarada. –Tampoco... fue mi intención asustarte de esa forma... ¿Eso fue lo que pediste, cocinero? ¿Crees que con eso vas a atraer a las chicas...? –Sanji se veía como el mismo de antes, pero tenía orejas y cola de zorro, no le quitó la vista de encima a Zoro. Se acercó lentamente al Marimo y este se quedó quieto esperando a que el cocinero llegara hasta su lugar. Estaban frente a frente, el espadachín acercó sus manos hacia la cabeza de Sanji y acarició sus orejas con delicadeza.

-Son reales... Convirtió tus orejas en las de un zorro... –Las orejas se movieron al sentir un cosquilleo al mismo tiempo que el cocinero agachaba un poco la cabeza –Son muy suaves... –La cola de Sanji se movió –Vaya... ¿Cuál es el motivo de esto...? ¿Por qué pediste semejante cosa...? –No recibió respuesta de su nakama. El cocinero tomó una de las manos de Zoro y este se sonrojó un poco. Puso la mano del peli verde en su mejilla sosteniéndola aun con sus dos manos –Es tan cálida... –Fue lo que dijo el rubio. Zoro notaba algo muy extraño en el comportamiento de Sanji. Tenía muchas preguntas por hacerle tanto al cocinero y a Yuko.  En cuanto a Sanji, liberó la mano de su nakama y se abalanzó sobre este dándole un tierno abrazo. – ¡Oye...! ¿Qué te sucede? –Dijo el espadachín atrapado en el abrazo, se separó un poco del cocinero –Tranquilo... Sabes que... –Antes de poder decir algo mas, vio la cálida sonrisa de Sanji, inconscientemente, el espadachín respondió también con una, pero volvió a reaccionar y agitó un poco la cabeza, apartó al cocinero de encima –Te traje algo... –Zoro le mostró las cosas y al verlas, Sanji se emocionó como un niño en su cumpleaños.

-¿Es para mí...? –Preguntó alegre.

-Si... Mas te vale que te guste... –Dijo cansado el Marimo.

-Si...Porque lo escogiste para mi... Muchas gracias... –Dijo el rubio con aquella sonrisa contagiosa abrazando con ternura la camisa.

-Si... Vístete... No tardes... –El espadachín se levantó del suelo y antes de comenzar a caminar, Sanji lo detuvo jalando la manga de su pantalón.

-Espera... –Dijo tímido -¿Quién eres tú...?

Zoro volteó a verlo y extendió su mano para ayudar al cocinero a levantarse, este respondió agarrando su mano y una vez que estaba de pie, Zoro le dijo:

-Oye... Déjate de bromas... –Dijo algo divertido.

-Pero... Es verdad... No sé quién eres... –Dijo el cocinero con pena.

-Es en serio... Ya basta...

-Ni si quiera sé quién soy... –Dijo con un tono triste.

-¿Qué...? –Abrió un poco los ojos al impresionarse por la respuesta de su nakama.

-Es cierto... –Se escuchó la voz de Yuko desde la entrada de la habitación –Roronoa-kun, ven conmigo un momento... –Dijo tranquila. El espadachín obedeció y salió de la habitación, Yuko miró a Sanji y le dijo con una sonrisa –Te esperamos en la cocina, no tardes. –El cocinero asintió con la cabeza. Una vez que salieron del cuarto, caminaron rumbo a la sala, ya estando ahí Zoro inició la plática:

-¿Qué fue lo que te pidió...? –Preguntó con seriedad.

-¿De qué hablas...? –Dijo con indiferencia

-Sabes de lo que hablo... ¿Qué fue lo que te pidió ese cocinero...? –Dijo el espadachín comenzando a enfadarse.

-Roronoa-kun...Debes prometer algo... No por mi... Si no por tu compañero... Prométeme que no lo vas a lastimar...

-... ¿Qué fue lo que te dijo...?

-No hubo necesidad de que me lo dijera... Recuerda que tengo la habilidad de ver tu pasado... Además... Vi lo que pasó aquella noche... Gracias a tu hábito pudiste perder a alguien... Sólo no cometas el mismo error...

-Tsk... No te entiendo...  Dime qué fue lo que te pidió... –Dijo con autoridad el espadachín.

-No fue un deseo lo que me pidió es algo que verás más adelante, por ahora no puedo decírtelo...

-¿Por qué...?

-Habría consecuencias al romper una promesa... Sólo prométeme que no serás duro con el... –Dijo la chica con una mirada de desafío, Zoro se estaba cansando y prefirió dejar en paz el tema.

-Está bien... Pero... ¿Por qué tiene esas cosas pegadas a su cuerpo...? –Preguntó molesto.

Yuko miró con una expresión de completa seriedad al espadachín -¿Qué clase de pregunta tonta es esa...? –El espadachín se sorprendió un poco al escucharla. –Porque se ve muy lindo y no me pude resistir... –Yuko respondió con una divertida cara imaginando la nueva personalidad de Sanji, posó sus manos sobre sus mejillas y al mismo tiempo se sonrojó – ¡No le puedes decir que no a esa carita...! ¡Es tan tierno...! ¡Sería feliz si se quedara en la tienda conmigo...! –Zoro no podía soportar la actitud melosa de la peli negra. En verdad estaba emocionada por la nueva imagen de Sanji.

-Parece que lo estás disfrutando mucho... –Dijo Zoro con cansancio. -¿Cómo por qué...?

-Soy una genio, ¿no lo crees? –Dijo triunfante chasqueando sus dedos en señal de aprobación –Cosas así no las ves todos los días... ¡Aaahh...!

-Ya te entendí... Pero por favor... Deja de hablar de esa forma...

-¡Muy bien! ¡Debemos celebrarlo con sake! –el espadachín cayó por un momento al suelo al escuchar la semejante respuesta de la dueña. Si, había perdido la seriedad que tenía hace unos momentos. Mientras tanto, Sanji había salido de la habitación vistiendo la camisa color azul marino que le quedaba grande, cubría los shorts negros que llevaba junto con unas pantuflas de color blanco. Estaba buscando la cocina hasta que se topó con Doumeki quien había ido al baño, al toparse con el rubio lo miró sin expresión alguna.

-Así que tu eres el amigo de ese cabeza de alga... –Dijo indiferente. Sanji se mostraba tímido no sabía que responder –Ven... –Tomó a Sanji de la mano y lo llevo a la cocina. Watanuki había terminado de coser el pantalón y comenzó a hacer la comida iniciando con preparar los camarones y poniendo a hervir el tallarín –No sé por qué me pidió que hiciera eso... Bueno... Ya no importa, debo hacer una excelente comida –Dijo mientras sacaba algunos cuchillos y la tabla para cortar algunas verduras; Doumeki llegó con Sanji.

-Oi, también quiero arroz con curri... –Dijo Doumeki.

-¡Voy a hacer los tallarines y punto! –Dijo con fastidio el pelo negro haciendo una cara graciosa, se dio cuenta de la presencia de Sanji y se calmó con algo de pena ya que el rubio se escondió de Doumeki –Ah, disculpa... No quise asustarte... –Dijo sobándose la cabeza –Es que este niño mimado me saca de mis casillas... –Dirigiéndose a su compañero – Mi nombre es Kimihiro, Watanuki Kimihiro... –Watanuki notó las orejas y cola –Mmm... Ven siéntate, en un momento estará listo todo... –Watanuki encaminó a Sanji a sentarse en la mesa y se percató de que estaba cocinando.

-¿Qué haces...? –Preguntó curioso moviendo sus orejas.

-Haré una sopa, ¿te gustaría ayudarme? –Preguntó mostrándole una sonrisa al rubio, Sanji se alegró y asintió con la cabeza.

-¿A qué te ayudo...? –Preguntó animado.

-Primero debes ponerte este delantal y esta mascada en la cabeza –Watanuki sacó del pequeño armario de la cocina lo que había mencionado y se lo entregó a Sanji. Una vez que se las puso, fue a lavarse las manos.

-¡Listo! –Dijo con energía el joven zorro.

-¿Podrías ayudarme a cortar esta fruta, por favor? –Watanuki le mostró las cosas, era un melón.

-¡Claro...! –Dijo el rubio acomodando las cosas, una vez que tenía el melón sobre la tabla, lo cortó en trozos con agilidad. Los otros jóvenes estaban sorprendidos por la habilidad del cocinero.

-Corta este otro melón... –Dijo Doumeki con confianza.

-¡Doumeki!

-¡Sí! –Dijo animado el cocinero y cortó el melón haciendo unas figuras con los trozos. Hizo los trozos en forma de flores, los puso en un plato y los dejó en la mesa, Doumeki agarró una de las flores y la comió.

-¡Eres un confianzudo...! –Gritó el peli negro – ¡Por lo menos dale las gracias, mal educado...! –Estaban haciendo una comedia con los divertidos gestos que hacia Watanuki y la indiferente actitud de Doumeki llenándose la boca con las flores de melón. Sanji rió al ver lo que estaba pasando, los chicos se habían detenido y lo vieron. Su risa era contagiosa y sin querer Watanuki rio por un momento. –Está bien... Hay que terminar de preparar la comida. –El cocinero asintió y volvieron a lo suyo. Watanuki volteó a ver a Doumeki –Y tu ve a preparar la mesa...

-Hay que comer a fuera...

-¡Doumeki...! –Dijo desesperado Watanuki.

-¡Si, suena divertido...! –Dijo Sanji, pero se percató que interrumpió a Watanuki –Ah, disculpa... No fue mi intensión... No quería... –Dijo apenado con las orejas abajo.

-Jajajaja... No te preocupes... Está bien... Así nos llevamos este torpe y yo –Dijo sereno el peli negro. Doumeki le ofreció el plato con la fruta a Sanji, este agarró una flor y la comió y sonrió al probar su dulce sabor.

-Se ve muy feliz... Es muy lindo con los demás... –Dijo Yuko desde lejos junto a Zoro.

-Es un tonto... –Dijo con desdén.

-Jmm... Ya veo... Pero esto aun no termina, Roronoa-kun –Dijo segura.

-...

-Deberías comenzar con presentarte... Y dile lo que conoces de el...

-Si él me lo pregunta, lo haré...

-Por lo menos dile como se llama... ¡Como se llama, no como le dices...! ¿Entendido...? –Dijo acertando las intenciones de su huésped.

-Por lo menos déjame llamarlo como siempre le digo...

-No, dile por su nombre...

-Nunca me eh dirigido a ese cocinero pervertido por su nombre... No tiene caso...

-Ahora es necesario que se lo digas.

-El me dice Marimo, cabeza de alga, palmera parlante, tonto...

-Pero es la verdad, eres un marimo quejumbroso... –Dijo tocando la cabeza de Zoro.

-¡Ya basta...! De acuerdo... Sólo se lo diré una vez y con una vez basta... –Dijo molesto.

-No te haría daño cooperar de vez en cuando...  Ayuda a Doumeki a sacar la mesa al jardín... –Dijo calmada.

-Está bien... –Zoro sacó la mesa pequeña al jardín y después fue a ayudar a Doumeki a sacar algunos platos y unos vasos. Pasaron alrededor de 20 minutos, los cocineros trajeron la comida con un jugo de fruta, llenaron los platos de comida y sirvieron el jugo para el resto. –¡Les quedó muy delicioso! –Dijo con tanta felicidad mientras saboreaba el primer bocado de su plato la peli negra.

-Me alegra que les haya gustado, muchas gracias por ayudarme... Ah... Disculpa, no nos has dicho tu nombre... –Dijo Watanuki algo avergonzado

-Ah... Yo... –No sabía que decir el rubio hasta que...

-Sanji... –Dijo con mucho esfuerzo el espadachín, en verdad le había costado decirlo –Tú te llamas Sanji... Grábatelo bien porque no lo voy a volver a repetir, ¿me oíste...? –Dijo aparentando que estaba molesto.

-¿Sabes...? –Yuko se dirigió a Sanji –Si tienes alguna pregunta, el te podrá responder... –Dijo feliz, el cocinero sonrió y miró a Zoro –Te lo agradezco –Dijo con una gran sinceridad al Marimo.

-Si lo que sea... –Dijo con molestia –Pero yo te diré ero... –Recibió un fuerte codazo en las costillas por parte de la dueña y corrigió rápido el apodo -¡Cocinero...! ¡Sólo cocinero...! –Dijo esto último con dolor y mirando con odio a Yuko.

-Sanji... Me agrada mucho mi nombre... Si tu quieres decirme cocinero está bien... ¿Zoro...? –Dijo Sanji esperando haber acertado al nombre de su nakama.

-Sí, pero para ti soy Zoro-sama... –Recibió otro codazo más fuerte que el anterior que provocó que saltaran las cosas de la mesa –Zoro... Sólo llámame Zoro... –Dijo mirando con gran cólera y dolor a una disimulada Yuko que estaba tomando con tranquilidad su jugo.

-Si, Zoro... –Dijo el cocinero con una sonrisa, al ver su expresión, Zoro se sonrojó un poco. –Quiero que seamos muy buenos amigos, Zoro... –El espadachín no sabía que responder.

-Es aquí cuando le declaras tu amor... –Dijo picara la peli negra en un susurro al espadachín.

-¿Qué demonios pasa por tu cabeza, pervertida? –Dijo molesto.

Habían pasado toda la tarde conviviendo, platicando un poco de cada uno, hasta que sin darse cuenta ya estaba comenzando a anochecer, fue ahí cuando Yuko los llevó a buscar algún rincón entre las calles que los pudiera transportar devuelta a su mundo. Llegaron a un callejón, la bruja levantó su mano poniéndola frente a su vista abriendo así el portal. –Quiero que se agarren de las manos y caminen derecho –Dijo la chica. Sanji tomó a Zoro de la mano con mucha seguridad, mientras que éste se limitó a ignorar la acción de su compañero.

-Gracias por todo, aunque reconozco que fuiste un dolor de cabeza... Pero aun así gracias, Yuko... –Dijo Zoro con una leve sonrisa.

-Fue un gusto conocerlos... ¿Nos volveremos a ver...? –Preguntó Sanji

-Claro que si... Nuestros lazos ya tienen un fuerte vinculo, Sanji-san... Te prometo que nos volveremos a ver... Cuídate mucho y cuida también de tu amigo... –Dijo con picardía. Al mismo tiempo le entregó el pantalón en una pequeña bolsa.

-Cuídense mucho, les deseo mucha suerte... –Dijo Watanuki

-Buena suerte... –Dijo Doumeki.

Zoro y Sanji avanzaron hacia el portal invisible pero antes de llegar al borde... –¡Zoro...! –El mencionado se detuvo al escuchar la voz de la chica –Recuerda lo que te dije... Cuídalo. –Dijo con seriedad. Zoro recordó la charla que tuvieron y regresó su vista hacia el camino y una vez que comenzaron a avanzar, en un parpadeo desaparecieron.

-Es la primera vez que te veo preocupada por un cliente... –Dijo Watanuki.

-Si te refieres por ese cabeza de alga, no lo extrañaré...

-Me refería a Sanji-san... Estuviste al pendiente de él todo este tiempo...

-Debo reconocerlo... Personas como él no se encuentran todos los días... –Watanuki estaba intrigado por lo que iba a decir su patrona –¡Se ve tan lindo con esas orejitas...! –Dijo en un tono empalagoso.

-¿Es otro de tus juegos...? –Preguntó incrédulo el peli negro.

-No, bueno en parte si... Son el reflejo de su inocencia... Dime... ¿Te gustaría saber que animal serias...? –Dijo divertida.

-Me gustaría que tuviera las orejas y cola de gato... –Dijo Doumeki interrumpiendo la plática.

-¡Eres un entrometido...! –Dijo molesto Watanuki

-Sabes Doumeki-kun... Puedo concederte ese deseo si quieres... Imagínatelo... –Dijo secreteándose con el mencionado.

-¡Dejen de decir tonterías...!

Notas finales:

Sé que puse lo mas quemado de los fics, pero no pude resistir, y además adoro cuando dibujan a Sanji con orejas y cola de zorro.

No olviden comentar que les pareció. :)


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