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Razonamiento Equivocado por kina_chan

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Los recuerdos de su vida en secundaria quedaron grabados para siempre en su memoria, tanto los malos como los buenos. Cada vez que veía el portarretrato que tenía en su escritorio. En él estaba una foto en grupo de él con su hermana, Laura y Adrián, esa era la última foto que se sacaran en su viaje de egresados. Daniel suspiro y volvió a mirar su hoja de prácticas.


- ¿Te falta mucho para que termines? – Escucho la voz de Adrián a sus espaldas. En ese momento, ambos se encontraban en la habitación de Daniel, este se encontraba estudiando frente a su escritorio, mientras que Adrián estaba recostado sobre la cama boca arriba, mirando hacia el techo un tanto aburrido.


- Te dije que no vinieras porque te ibas a aburrir estando aquí mientras estudio. – Respondió Daniel sin siquiera animarse a voltearse para verlo.


Habían pasado unos cuantos meses desde que terminaron la secundaria. Adrián se encontraba trabajando de mesero en un restaurante y Daniel se encontraba estudiando casi todos los días encerrado en su habitación.


- Pero te extrañaba. – Daniel se ruborizo un poco al escuchar eso. El tiempo que tenían para verse era muy reducido, sus horarios no concordaban, y Daniel volvía muy cansado de su viaje ida y vuelta de casa a la universidad. Sin embargo, Daniel entendía ese sentimiento de extrañar a su novio. - ¿Tú no me extrañaste? - 


- ¿Estas intentado que sienta culpa para deje mis estudios y vaya a tus brazos? – Le pregunto Daniel, tomándose unos segundos de su tiempo para darse media vuelta y ver a Adrián.


- Si. – Respondió sin remordimiento alguno y con una sonrisa. Daniel no podía evitar sonrojares, a sus ojos, Adrián era demasiado adorable como para ser cierto. “Dios ¿Por qué le diste una carita tan hermosa?”


- Esta bien, pero solo porque tu cara es bonita. – Daniel se quitó sus anteojos, los dejo sobre el escritorio, fue hacia donde estaba Adrián y prácticamente si se lanzó a sus brazos, encontrándose encima de su novio. Adrián soltó una pequeña risa, lo rodeo con sus brazos y lo beso en los labios.


Estaban en su casa, completamente solos, sus padres en el trabajo y su hermana se había ido con Laura de compras, así que era más que obvio lo que sucedería entre ellos, disfrutarían su tiempo a solas para tener sexo como los jóvenes calenturientos que eran y que no les daba pena admitir.


Adrián aprovecho que se estaban besando para dirigir una de sus manos hacia el trasero de Daniel y poder apretar una de sus nalgas. Daniel se apartó un poco para soltar un pequeño gruñido, a lo que Adrián simplemente volvió a besarlo. Daniel, por su parte, también quiso tocar a Adrián, por lo que metió sus manos lentamente por debajo de la camiseta de su novio, tocando paso a paso su piel.


Rompieron su beso una vez más, Daniel lo miro a los ojos, beso su mejilla y luego descendió hacia su cuello con pequeños besos mientras tirada de la camisa de Adrián, dándole a entender que pedía que se la quitara. Daniel se apartó de Adrián, levantándose de la cama para poder desvestirse. Desabrocho su pantalón, se lo quito lentamente junto con su ropa , los dejo caer al suelo y luego se quitó su camiseta de forma lenta, haciendo que Adrián se relamiera los labios.


Adrián hizo la misma acción de Daniel, deshaciéndose de su ropa de la misma forma y se volvieron a colocar sobre la cama con una sonrisa pícara entre ellos. Esta vez, Daniel se encontraba debajo de Adrián, con sus manos puestas sobre los brazos de este, subiendo por su piel, acariciándolos hasta llegar a sus hombros. Adrián volvió a besarlo, mientras llevaba una de sus manos al miembro viril de Daniel, para acariciarlo y que este se levanta poco a poco.


Los suspiros de Daniel comenzaron a escucharse, estaba un poco avergonzado, pero no por eso iba dejarse tan fácilmente. Quito una de sus manos de los hombros de Adrián e imito la misma acción que este. Cortaron el beso por unos momentos y se miraron a los ojos, Adrián le sonrió perversa mente y comenzó a besar su cuello, descendiendo poco a poco hasta llegar a su pecho.


Daniel podía sentir como la húmeda lengua de Adrián pasaba por su piel, haciendo que se erizara los vellos de su piel y temblara por el placer. Cuando ambos quedaron igual de excitados y duros. Dejaron de masturbarse, Adrián coloco ambas manos sobre las piernas de Daniel, una en cada una, y luego se acomodó mejor entre ellas, haciendo que las piernas de Daniel lo rodearan.


Adrián estiro uno de brazos para poder alcanzar el cajón de la mesita de noche, lo abrió y saco de allí un lubricante y dos condones. Uno de los condones se lo dio a Daniel y el otro lo dejo sobre el abdomen por unos momentos, abrió el lubricante y se colocó un poco de ese líquido en su mano derecha para luego dejar el lubricante sobre la mesita de noche. Por otra parte, Daniel se encontraba abriendo el envoltorio de los codones, primero uno y luego el otro, dejando caer sobre la cama el envoltorio vacío.


Antes de que Adrián comenzara a prepararlo, tomo uno de los condones y se colocó a sí mismo, para luego repetir la misma acción, pero con el de Daniel. Luego de eso, llevo su mano derecha al ano de Daniel y comenzó a acariciarlo suavemente con la yema de sus dedos. Primero introdujo el dedo índice lentamente, mientras observaba como Daniel se movió un poco por la intromisión.


Movió su dedo en el interior de Daniel, metiéndolo y sacándolo, para luego introducir el siguiente y expandir la zona en movimiento circulares. Daniel se quejaba un poco del dolor, aun no se acostumbraba del todo a hacer el amor con Adrián, fueron muy pocas las veces que lo hicieron cuando comenzaron su relación.


Cuando Adrián coloco el tercer dedo en el ano de Daniel, comenzó a simular embestidas con ellos, una y otra vez. Daniel comenzó a sentir el placer en esos movimientos estimulantes. Una vez que lo preparo como era debido, Adrián tomo su propio pene, se masturbo un poco y lo coloco en frente de la entrada ya dilatada.


- Voy a metértela Daniel. – Le advirtió de manera poco sutil, solo para molestarlo un poco.


- ¡No lo digas así…! – Contesto un tanto molesto, pero justo después de eso, comenzó a sentir como poco a poco el miembro viril de Adrián se introducía en su ano. Se quejó por la sorpresa y por el dolor de esa intromisión. Sin embargo, Adrián era cuidadoso con él, fue lento con su embestida para no lastimarlo, Daniel gimió fuerte cuando esta entro por completo.


Adrián tomo con ambas manos la cintura de Daniel, lo miro a los ojos, se inclinó un poco hacia él y lo beso en los labios para calmarlo un poco. Corto con ese beso, volvió su posición inicial y comenzó a moverse de forma lenta, disfrutando el placer que le causaba estar tan apretado dentro de su novio. Daniel suspiraba y gemía cada vez que Adrián entraba y salía de su interior, le dolía, sí, pero ese dolor era muy placentero.


Daniel coloco sus manos sobre las sabanas de su cama, aferrándose a ellas mientras suspiraba de placer, ya casi no sentía dolor realmente, miro a Adrián a los ojos fijamente y llevo una de sus manos a el rostro de él para acariciar su mejilla. Adrián le sonrió, dándole a entender que capto el mensaje, aumentando casi al instante la intensidad y velocidad de sus embestidas.


Los gemidos de ambos comenzaron a escucharse fuerte dentro de la habitación, junto con el ruido de la cama y ruido que hacia sus cuerpos al chocar entre sí. Acercaban sus rostros para poder besarse, esta vez usando sus lenguas, recorriendo cada rincón de sus bocas, rozando sus lenguas entre sí. Daniel rodeo a Adrián con sus brazos para poder abrazarlo, posando sus manos sobre la espalda de este. Al cortar su beso, Adrián echo su cabeza a un costado y comenzó a suspirar al lado del oído de Daniel, haciendo que este se excitara aún más, gimiendo con mucha vergüenza el nombre de su novio. Quito una de sus manos de la espalda de él, y la llevo a su propio miembro para poder masturbarse.


Adrián quito sus manos de la cintura de Daniel y las llevo a los muslos de este, e hizo que las piernas de Daniel quedaran sobre sus propios hombros. Ambos estaban a punto de terminar, por lo que Daniel también decidió mover sus caderas a la par de las embestidas, sintiendo aún más profundo la penetración. Luego de unas cuantas embestidas, ambos lograron al clímax, al mismísimo orgasmo, soltando un fuerte gemido para finalmente correrse.


Estuvieron un largo tiempo en su posición actual, tratando de calmar su respiración y los latidos fuertes de sus corazones. Adrián miro a Daniel a los ojos y le dedico una sonrisa traviesa.


- Realmente extrañaba tenerte solo para mi Daniel. – Le susurro y luego beso la mejilla de este.


- No seas idiota. – Contesto con una sonrisa de igual modo. “Yo también.” Segundos después de eso, notaron como la puerta de la habitación comenzó a abrirse.


- Daniel, estuve tocando la puerta todo el tiempo, estas dormido o…- Escucharon la voz de Cecilia, quien entro mirando al suelo, pero cuando vio hacia el frente, se quedó callada, su expresión cambio por completo a una más perturbada y se avergonzó por completo.  - ¡Yo no vi nada! – Y tras decir eso, cerró la puerta con fuerza. - ¡Estúpido Adrián! ¡Estúpido hermano! ¡¿Por qué diablos no cerraron la puerta con llave?! – Comenzó a refunfuñar muy molesta mientras se alejaba de allí.


- Ay, tierra ya trágame. – Fue lo primero que dijo después del gran incomodo momento que paso hace unos segundos, para luego tapar su rostro con ambas manos.


- ¿Crees que nos odie? – Pregunto Adrián un tanto despreocupado, haciendo que Daniel se enfadara.


- ¡Seguro que sí! – Contesto molesto. - ¡Ya quítate de encima mío y vístete, esto se volvió muy incómodo para mí! – Hablo mientras lo empujaba y este se reía.


Daniel agradecía que su relación con Adrián fuese mejorando con el tiempo, en un principio tenía muchas dudas con respecto a eso. Nunca fue muy sociable con nadie, y pensaba que, como pareja, seguro sería un desastre. Supuso que la razón por la cual todo iba tan bien entre ellos, siempre fue por el cariño y paciencia que se tenían entre sí. Hasta en ese momento, se reía cada vez que recordaba esos días donde creía que Adrián en realidad amaba a Cecilia, fue como si en su momento, fuese tan negativo con sus expectativas, que termino teniendo un razonamiento equivocado. Y si, fue la primera vez en su vida que estaba tan feliz de que su deducción haya sido completamente errada.


 


Fin.


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