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Salit~ por Patito Asesino

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Astraea, 305 días antes.

-Bueno soldados, bienvenidos al símbolo de la federación y a las ligas mayores, esto es la guerra caballeros- Dijo mi superior mientras yo continuaba contemplando la gran nave a la que nos aproximábamos.

- ¿Tu padre está aquí? - Me preguntó Vail mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros.

-Sí, es el general a cargo de los pilotos-

- ¿Eso quiere decir que conoceré a mi futuro suegro? - Golpee su brazo mientras nos reíamos por sus ocurrencias, un fuerte sacudón nos hizo perder el equilibrio y caer al suelo ante la divertida mirada de nuestro superior. Estábamos arribando en Astraea, en unos minutos estaríamos ante los altos mandos para elegir nuestro camino en esta guerra ¿Piloto, reigjart, medico? Existían muchos oficios que podías escoger en aquel lugar. 

Luego de unos cuantos minutos de pequeñas turbulencias en el aterrizaje, descendimos de nuestra nave, éramos un grupo de solo 6 seleccionados, íbamos en fila y yo era el último en esta. Una vez que mis pies tocaron el hangar de aterrizaje pude sentir la adrenalina recorrer por mi cuerpo. El lugar estaba lleno de gente, los de mantenimiento se encargaban de revisar el estado de las naves que iban llegando, distintos pilotos caminaban en grupo hablando de algunas estrategias a la hora de combate y lo más impresionante eran los trajes Reigjart, un traje robot que solo el grupo de combate era apto a utilizar, median unos 4 metros de alto y existían para distintos tipos de combate.

Uno de los controladores del traje es quien se acercó a nosotros para darnos la bienvenida al lugar, descendió del enorme aparato para así guiarnos hasta lo que parecía ser un gimnasio bastante amplio, el segundo piso estaba lleno de soldados y pilotos contemplándonos a nosotros los recién llegados, mientras nos gritaban distintas cosas sin ningún pudor. “Ha llegado carne fresca”, “Miren a esas señoritas”, “No tengo problema en cogerme a más de alguno”.

-Vaya que amables- Escuche decir a mi amigo, mientras nos posicionábamos según nuestra escuela, observe el centro del lugar con gran interés, había distintas máquinas para al parecer registrar tu ingreso oficial al ejercito de le federación. Continúo caminando notando que ya estaba muy lejos de mi grupo, cuando sin querer choque con una señorita, o al menos eso pensé por unos segundos hasta que recordé que en Astraea no había mujeres.

-Discúlpame no fue mi intención- Me arrodille junto al chico que había caído al piso por mi culpa, un grupo de personas se reía a nuestro alrededor y todo por mi causa.

-Está bien…- Me respondió con una suave voz, le ofrecí mi mano la cual aceptó con una sonrisa amable, una vez ya de pie pude observarlo con mayor atención. Era un chico joven, mucho menor o al menos así lucia, de un interesante color celeste en su cabello y unos bonitos y alegres ojos verde claro, su rostro estaba cubierto por algunas pecas agradables a la vista, era un chico realmente bonito y de contextura delgada, es por eso que lo había confundido con una chica.

-Soy un tonto, espero me perdones-

-Tranquilo, los accidentes ocurren-

-¿De dónde eres? Tu cabello es muy bonito- Pude notar el sonrojo en su rostro ante mis palabras, pero no le preste mayor atención estirando mi mano y acariciando algunas de esas hebras con mis dedos, la suavidad de este provoco un pequeño pero agradable cosquilleo en mi mano.

-Mi planeta es Nont, vengo de la academia Taywit-

- Ingresan a gente muy joven en tu academia ¿Qué edad tienes, 16?-

-Tengo 20…-

-Wow, perdón-

-¿Tú quién eres?-

-¡Oh! Es cierto las presentaciones, mi nombre es Evens Tyles, mi academia es Proitek-

-Un gusto, mi nombre es Nathan Yorak-

-Lindo nombre Nathan- Segundo sonrojo por parte del chico, parecía un muchacho agradable y deseaba continuar charlando con él, pero otra persona tenía otros planes para mí.

-¡Evens! Amor mío ¿Dónde estás?- Ahí estaba mi mejor amigo gritando entre toda la gente buscándome de la manera más vergonzosa que se le pudo ocurrir, sonreí sin poder evitarlo al escuchar las siguientes palabras venir de el -No me dejes a merced de todos estos horribles buitres- Me despedí del joven Nathan y me acerque lo más rápido a Vail regalándole un buen golpe como recompensa por sus gritos.

-¡Auch! ¿Me tomo el tiempo de buscarte y así me lo agradeces? Eres un malagradecido Evens-

-Ya cállate, donde esta…- Y me quede sin palabras, al otro lado de la cancha había ingresado una cabellera tan roja como la misma sangre, me quede absorto mirándola hasta que siento los ojos de su dueño sobre mí, un par de brillantes esmeraldas que lograron quitarme el poco aire que le quedaba a mis pulmones, el dueño de aquellos ojos parecía analizarme divertido, así que me di la libertad de también hacerlo, Cabellera rojiza que llegaba sobre sus hombros a excepción de algunas trenzas ubicadas en la parte posterior de su cabeza, estas llegaban fácilmente a la mitad de su espalda. Su cara era realmente bonita, con unos extraños tatuajes bajo esas esmeraldas que tenía por ojos, sus labios tenían dibujada una sonrisa de superioridad que me invitaba a quitársela a besos, apostaba que esa blanca y tersa piel podía adquirir un encantador color rojo si es que lo provocaba. Si él era definitivamente un chico apuesto y con un buen cuerpo, podía ver los jóvenes músculos marcarse en esa apretada camiseta que traía puesta, su ropa estaba manchada con aceite y grasa de las naves así que mi primer pensamiento fue que debía ser uno de los mecánicos del lugar, a quien gustosamente le dejaría a cargo mi nave.

-¡Astraea llamando a Evens! ¿Estás bien hermano?-

-¡Ah! Si, mira hacia allá-

-Wow, nunca pensé que te gustaran los pelirrojos amigo-

-A mí tampoco…-

-Bien, vamos campeón nuestra escuela es la primera-

-¡¿La primera?! Pensé que llamarían a Lyfuth en primer lugar-

-No, al parecer cambiaron el orden este año-

-Atención nuevos, se procederá a llamar a cada academia para iniciar su ingreso como soldados de la federación- Un muchacho de unos 26 había llegado al centro junto a las maquinas con un comunicador que daba a los parlantes del lugar.

-¡¿Dónde está tu noviecito Raphel?!- Grito un chico desde el segundo piso mientras otros reían.

-Cierra la boca Scott- Respondío el aludido, mientras le mostraba el dedo índice al público, no pude evitar reír ante el gesto y logré observar con detención al tal Raphel, un chico guapo que parecía tener mi altura, con un largo cabello trenzado de color plata y ojos azules que transmitían tranquilidad. Los gritos y rizas continuaron hasta el que el chico pelirrojo hizo su aparición, el silencio cayo en el gimnasio mientras el muchacho peliplateado sonreía ante la repentina calma.

-Bien, creo que ya podemos comenzar-

-Al parecer tu pelirrojo no es cualquier persona Evens- Me susurro Vail, mientras avanzábamos lentamente hacia ellos, cuando una voz se alzó de entre el resto.

-Es una broma que Proteik entrará antes que Lyfuth, esos fracasados solo les harán perder el tiempo- Voltee a ver al dueño de esas palabras con una notoria expresión de enfado. Era un chico rubio con unos frios ojos azules de mi misma contextura y altura, caminó hacia nosotros y se paró enfrente mío con una sonrisa de suficiencia, que me hubiera encantado quitar de un golpe.

-¿Acaso tu eres muy importante?- Murmullos se hicieron presentes mientras el chico pelirrojo se acercaba a nosotros y continuaba hablando. -No pareces serlo-.

-Mi nombre es Rutgar Britcoff, hijo del general Britcoff-

-Si conozco al inútil de tu padre- La sorpresa no se hizo esperar en el rostro del muchacho y en la mía tampoco ¿Acaso llamó inútil a un general? -¿Y bien, eso es todo?-

-Nosotros los de Lyfuth siempre hemos entrado primero en el registro-

-Bien, dime donde deseas entrar, hare personalmente tu ingreso- Un escalofrío recorrió mi cuerpo con el tono de voz que el chico bonito usaba, lo mire notando que al menos le sacaba más de una cabeza de altura, pero algo en él me decía que fácilmente podía acabar conmigo sin ningún esfuerzo.

-Yo… Deseo ser un controlador de Reigjart, uno de cuerpo a cuerpo- Silencio total y luego risas por parte del más bajo, el ambiente estaba sumamente tenso, nadie se atrevió a reír o decir algo.

-Estás loco si piensas que te aceptaré entre mis muchachos- ¿Sus muchachos? Eso quiere decir que él era un instructor o algo por el estilo, fue lo que pensé mientras el rubio agarraba su brazo fuertemente.

-¡Tu no decides eso!- Instintivamente agarré aún más fuerte el brazo del ojiazul para obligarlo a soltar al pelirrojo, ganándome la total atención del mas bajito por unos segundo.

-Claro que puedo ¿No es cierto Vahk?- Un chico apareció de entre el tumulto con una sonrisa divertida dibujada en su rostro, su cabello era negro, largo y grueso, mientras que sus ojos tenían un bonito tono castaño, además su morena piel estaba marcada con diversos tatuajes que se concentraban principalmente en la zona sus brazos.

-El enano de Ryhls tiene razón, este año el escogerá a los nuevos- El murmullo no se hizo esperar ¿Cómo no? Si todos alguna vez escuchamos del Teniente Ryhls, un demonio despiadado a la hora de pelear, pero extremadamente fiel a sus hombres, por lo que se había ganado el aprecio y respeto de todos. El nombrado miraba con fastidio al recién llegado, para luego voltear su atención nuevamente a Rutgar.

-El capitán ya dio su respuesta, si quieres pertenecer al área de combate tendrá que ser como un soldado de respaldo-

-Mi padre se enterará de esto-

-Adelante, adoro humillar al estúpido de tu padre- No se dijo más, el rubio salió del lugar enfadado tirando maldiciones al viento dejando tras de si solo las risas del resto del público. – Bien podemos continuar, tu grandote ¿Quieres pasar primero?- Observo a Ryhls impresionado y asiento en silencio – Bien, sígueme- lo seguí hasta donde se encontraba Raphel y Vahk, junto a las maquinas.
-¿Cuál es tu nombre?-

-Evens Tyles…-

-¡¿Tyles?!- Gritaron los tres al unísono. -¡¿Eres el hijo del general Tyles!?- Volvieron a gritar.

-¡Ah! Si, Ludoric es mi padre-

-Ahora que lo veo es idéntico a su padre- Dijo Raphel mientras se acercaba a ver mi rostro mas de cerca.

-Es como ver al viejo de Ludoric con 20 años menos- Escuche de Vahk mientras tocaba mis musculos -Me agrada, lo quiero con los nuestro-.

-Es un Tyles, es obvio que vendrá conmigo amor- El peliplata también comenzó a inspeccionar mi curpo sin ningún pudor. Así que Vahk era su pareja y si supone que iré con él, quiere decir que es el capitán de los pilotos, que interesante. Detengo mis pensamientos al ver las esmeraldas con un gesto bastante sorprendido, se había mantenido en silencio, al parecer aun no salía del estupor.

-¿Por qué has venido a Astraea?- Pregunto Raphel mientras me acercaba una pequeña computadora que traía mis datos.

-Estoy siguiendo los pasos de mi padre-

-¿Por qué?- Escuche por fin decir a Ryhls.

-Porque… Es mi héroe- La respuesta pareció ser satisfactoria para él ya que simplemente sonrío y desvió su mirada hacia mis compañeros.

-Bien, basta de sentimentalismos, el muchacho debe escoger un área-  Otra voz se suma a las ya conocidas, un chico mayor a los ya presentes llega y se coloca junto a Raphel, enseguida puedo notar el cierto parecido entre ellos. -Soy Kruno, hermano de Raphel y encargado del área médica de Astraea, es un gusto-

-El gusto es mío, yo… Deseo ser un piloto-

-¡Bien lo sabía, es todo mío!- Anunció feliz quien sería mi nuevo capitán.

-¡Pero! También deseo manejar un Reigjart- La impresión en el rostro de todos fue divertida de ver, al menos por unos segundos.

-¿Estás seguro muchacho? Ambos entrenamientos son muy duros, no sé si puedas- Vahk fue quien hablo primero, tras salir de su asombro.

-Estoy seguro capitán-

-Bien, no durara ni una semana, quiero verlo rogar que lo retire del entrenamiento- Escuche reír a Ryhls mientras me sonreía con superioridad.

-Estoy seguro, que no será así- Mis palabras provocaron una estridente risa en mi capitán de combate y un bufido por parte del teniente. Mi inscripción no tuvo más novedad que eso, tomaron una muestra de mi sangre y me registraron en ambos grupos para luego entregarme un brazalete que me daría acceso a las distintas áreas de la nave.

Después de mi vino Vail, quien escogió el área de combate, Vahk lo recibió con brazos abiertos y una enorme sonrisa. No volví a ver a Ryhls en el resto del día.

Tras las inscripciones nos guiaron a los cuartos, tendríamos compañeros temporales mientras no escogiéramos a nuestra pareja. Así funcionaba Astraea, primero escoges un grupo en donde entrenaras y batallaras, luego escoges a tu compañero, te sometes a diversas pruebas físicas y mentales, para que una computadora te diga los más compatibles contigo, si ambos pasamos las pruebas de coordinación entre otras cosas, nos volvíamos compañeros permanentes en este lugar, sería mi mano derecha a la hora de pelear, yo velaba por su espalda y el por la mía. Al parecer ese sistema había resultado un éxito en campo, las pérdidas se habían reducido considerablemente.

Entré a mi cuarto cargando mis bolsos encima, me había separado de Vail hace solo unos minutos, mientras él se acomodaba en el suyo, grande fue mi sorpresa cuando pille saliendo de la ducha al joven Nathan, quien había escogido el área de enfermería y piloto de respaldo.

-Vaya, así que tu serás mi compañero de cuarto-

-¡Evens!- Al parecer se había sorprendido ya que apenas me vio reacciono a cubrir su cuerpo completamente con una toalla.

-Tranquilo, ambos somos chicos ¿No?-

-Si, pero…-

-Si lo deseas puedo salir del cuarto y esperar afuera-

-No, no está bien, no salgas- Le sonreí tranquilo mientras tiraba mis bolsos a lo que seria mi cama, el cuarto era bastante cómodo había 2 de todo, cama, velador, closet. Lo único que era compartido era el baño pero tenía un buen tamaño, con una ducha amplia.

Nos dedicamos a hablar sobre la vida de cada uno mientras esperábamos la hora de comer, él era hijo único, su madre era una cirujana importante en su planeta y su padre los había abandonado con pequeño, era un buen chico que recordaba un poco a mi hermano menor Micah.

Unos golpeteos en la puerta de metal nos sacan de nuestra conversación, camino hacia la entrada e ingreso los códigos para abrirla encontrándome con una inesperada imagen detrás de esta. Mi padre quien según tenía entendido estaba en una muy importante misión me estaba sonriendo orgulloso con un paquete negro en las manos, lo primero que hice fue abrazarlo fuertemente, hace mucho que no lo veía y de verdad extrañaba a este hombre, fue al momento de abrazarlo que note que no venía solo, tras él un curioso Ryhls me observaba.

-Hablaremos más tarde general-

-Cuídate mucho Ryhls, Zalka también regreso- Por un momento note la mirada cansada y de fastidio en el rostro del más pequeño. No se despidió de mí, simplemente se largó sin decir ninguna palabra. -Lamento no estar en tu ingreso hijo-

-Me alegra de verte papá-

-A mi también hijo ¿Cómo están tus hermanos?-

-Pues ya sabes, preocupados-

- Jethro, debe ser un mar de nervios ¿Ya lo llamaste?-

-No aun no- El silencio se hizo presente entre nosotros, lo invito a pasar y sentarse en mi cama presentándole de paso a Nathan, quien decide darnos nuestro espacio saliendo del cuarto.
-¿Conoces a ese chico pelirrojo?-

-¿Ryhls? Si lo conozco de hace años, está bastante interesando en torturarte durante los entrenamientos, así que prepárate-

-Lo presentí tras la respuesta que le di al ingresar-

-Jajaja, lo harás bien hijo, no dejes que te intimide, solo es un chico tímido-

-¿Tímido, hablamos del mismo muchacho padre?-

-Jajaja, ya lo veras, ten un regalo por tu ingreso- Me entrego el paquete el cual recibí gustoso, lo abrí con lentitud, en su interior había una pequeña cajita que al abrirla contenia un hermoso colgante con una cadena de plata, lo tome entre mis manos presionando un pequeño botón que este tenía, este se abrió y dejo ver un holograma con toda la familia junta, cuando éramos niños, una pequeña escena familiar que se movía, todos corríamos y abrazábamos a mama. Un recuerdo hermoso.

-Muchas gracias papá-

-Pense que querrías tenerlos a todos aquí acompañándote-

-Si… A veces extraño esos días-

-Yo también… No sabes cuánto me ha faltado tu hermosa madre-

-Gracias por todo-

-Ya no estás en la academia hijo, ahora tu vida correrá peligro, por favor cuídate-

-Lo hare, no te defraudare, lo prometo-

 

Lo prometo… En aquel tiempo hice muchas promesas que no pude cumplir, una de esas fue protegerte sin importar lo que me sucediera, pero tu habías hecho la misma promesa, la que lamentablemente cumpliste.

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer :)


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