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[Im]Perfecto. -Marshall x Gumball- por Midori-Hikari1312

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-Gracias por traerme, Flame- comentó Gumball desde la barra de bebidas junto con un chico de un color naranja brillante en su cabello, el nombrado soltó un pequeño bufido arrogante ante su amigo.

-Te dije que haría lo que fuera por sacarte de ese suplicio- respondió el otro tomando del vaso de vidrio que tenía entre sus manos.

Gumball removió su cabellera rosa peinándola casi inconscientemente, hace un par de días era castaño y tenía el cabello un poco menos "estilizado", por lo que aún no se terminaba acostumbraba del todo.

-Realmente no lo llamaría un suplicio...- contradijo encogiéndose un poco de hombros mirando sus propias manos sobre la barra- Sólo que mis padres son algo estrictos, lo sabes- dijo con desilusión, era el único de los dos que no estaba tomando nada aun.

-Aun así debías salir un rato, todo ese tiempo encerrado estudiando no le va bien a nadie- miró al pelirrosa algo preocupado.

-No eres quien para hablar, sabiendo que tus padres son iguales- le devolvió la mirada.

-Sabes que tengo más libertad que tu, Prince- recordó y Gumball apartó la mirada- ¿O no te acuerdas todo los que nos tomó convencerlos de que te dejarán teñirte el cabello sin que pensaran que ibas a convertirte en una clase de pandillero o algo así?- añadió el pelirrojo.

-Tomó... Más de un año…- respondió en un suspiro el antes castaño- Además de prometer ganar el concurso de Esgrima- agregó sin mirarlo aún, recordando todo lo que tuvo que practicar en tan solo unas semanas para poder ganar el bendito campeonato y tener algo de “personalidad” en su cabello.

Flint Flame podía ser considerado como el mejor amigo de Gumball, pues al ser parte de la misma “situación económica” se había conocido desde muy pequeños, y aunque no se llevan del todo bien, eran completamente iguales en casi todos lo sentidos, además de que Flint era el único que lo conocía tan bien, que sabía cada mínima cosa de su antes castaño amigo.

Gumball acarició nuevamente su cabello peinándolo hacia un costado, luego volteó a ver a su compañero, quien tenía su vista pegada a un par de chicas que parecían coquetear con el a distancia, sin embargo el era bastante tímido con las chicas.

-¿Podrías darme un agua sabor cereza, por favor?- pidió amablemente al Bardman quien fue enseguida-Oye, por ciento, ¿como hiciste para colarnos en esta fiesta?- preguntó mirando de nuevo a su amigo.

-Oh, el no estudia en nuestro instituto, lo conocí también en una fiesta. Es músico- agregó viéndolo nuevamente e ignorando a las chicas de antes.

-Claro, como a él si lo dejan salir tan seguido…- se lamentó Gumball en broma, el Bardman volvió con una botella de plástico con un líquido traslúcido, enseguida Prince bebió de ella.

-Oye, oye, no sabes todo lo que tengo que hacer para que me den tanta libertad- se defendió riendo un poco también. Ambos comenzaron a reír un poco por lo tonto de la escena, y continuaron bebiendo se respectivas bebidas- Hey,  voy al baño, no te muevas de aquí, sabes que no conoces a nadie- advirtió el pelirrojo antes de levantarse.

-Si, si, lo que digas- respondió tranquilamente de nuevo tomando de su botella degustando el dulce sabor de la cereza. No se fue muy bien el pelirrojo antes de que las mismas chicaS de antes se acercaran a Gumball, cabe mencionar que ambas eran gemelas de negro cabello y ojos miel. El muy distraído no se dio cuenta de su presencia hasta que una de ellas carraspeó ligeramente para llamar su atención- ¿Puedo ayudarlas, señoritas?- ofreció amablemente regalándoles una sonrisa radiante, y estás sin disimular siquiera suspiraron conmovidas por su tierna sonrisa.

-Hola…- habló una de las chica, quizás la más “lanzada” de ambas- Queríamos saber si tú y tu amigo tienen algo que hacer cuando salgan de aquí- habló con voz lenta y seductora mirando a Gumball de la misma forma, sin embargo, a éste su femineidad se le resbalaba por la piel.

-No realmente…- el chico desvío la mirada hacia su bebida y la alzó un poco, pero antes de poder tocarla con sus labios la chica se la arrebató y bebió de ella enojando a Gumball, pero éste no lo demostró.

-Excelente, ¿por qué no, esperamos a tu amigo y nos vamos para hacer algo más entretenido?- sugirió entregándole la bebida, pero Gumball no la recibió, ni la tocó haciendo lo imposible por no demostrar una mueca de desagrado.

-Me alaga, señorita, pero lo lamento, no tengo tiempo. Mañana hay clases- se excusó tratando de ser lo más amable posible-*Dios mío. Flint, ¿dónde te metiste?*- se preguntó a si mismo en su mente ya demasiado incómodo pues la chica había comenzado a acariciar su cabello haciendo pequeños rulos con una sonrisa boba, y la otra chica se encontraba del otro lado de él, con una sonrisa ligera mientras se colgaba de su brazo. Ambas tratando de acaparar la atención del pelirosa.

-Asi que eres de esos chicos estudioso ¿he?- coqueteó la otra gemela aun no había hablado hasta ahora, Gumball suspiró pesadamente ya harto de la situación. Estuvo a punto de decir algo pero de la nada la alta música cesó extrañando a todos. Las personas comenzaron a mirar y a agruparse cerca del escenario como si esperaran algo y los reflectores comenzaron a parpadear un poco y a moverse de manera aleatoria. Pararon de golpe iluminando una tarima donde habían un chico parado frente a un micrófono con una sonrisa coqueta.

Algunas chicas gritaron emocionadas, no era sorpresivo que entre ellas estuvieran las que antes molestaban a pelirosa, casi mágicamente teletransportadas a la primera fila. Gumball rodó los ojos, odiaba esa clase de chicas chillonas y que vivieran con las hormonas alborotadas, eran irritante y apenas podía soportarlas, pero ellas tenían razón en emocionarse, el chico era realmente atractivo, su cabello negro brillante y su piel pálida contrataban perfectamente, su mirada rojiza brillaba elegantemente capaz de atravesarle el alma a alguien. Era alto, y toda su ropa contrastaba en los colores negro y gris haciéndolo resaltar más. Pero por alguna razón, le molestaba, no sabía que era, no sabía porqué, pero ese chico le daba muy mala espina y no lo quería cerca, pero no podía evitar sentirse ligeramente atraído por esos ojos rojos tan penetrantes.

Sin esperar nada, el chico comenzó a cantar, su voz era grave pero fluida e iba al compás de la música que iba creciendo gradualmente, poco a poco los reflectores fueron iluminando a los demás integrantes de la banda. Un chico rubio con una guitarra a su derecha, un chica de largo cabello negro a su izquierda con un bajo en forma de hacha, y a sus espaldas un chico algo corpulento en la bateria y de cabello violeta. Los cuatro creaban una melodía fuerte y pronunciada que hacía bailar a todos en la pista, incluso Gumball cabeceó un poco al compás de la música.

El chico del escenario se aferraba al micrófono en algunas notas altas. En algún punto lo descolocó de su montura para caminar hacia la orilla y jugar un poco con el público, luego caminó un poco por la tarima haciendo coros con los demás integrantes, sencillamente él estaba acostumbrado y se sentía confiado en ese lugar.

El cuerpo de Gumball tembló cuando esa radiante mirada se cruzó con la suya tal vez a unos 6 u 8 metros de distancia, el chico seguía emitiendo cánticos mientras clavaba su mirada en la de él, y al sonreír galante mostrando sus blancos dientes y marcando se unos pequeños hoyuelos en las mejillas, Gumball no pudo evitar apartar la mirada ya un poco rojo, limpió la boquilla de la botella y bebió de ella para calmarse. Sus ojos tenían un brillo peculiar que lo dejó completamente ansioso, un brillo que sólo él logro ver.

No pasó mucho antes de que terminaran la canción, todos gritaban emocionados por la banda, el chico rió un poco a través del micrófono haciendo derretir a muchos en el lugar, agradeció a todos y luego los cuatro bajaron del escenario. Gumball continuaba bebiendo su agua sabor cereza ya harto de esperar a su amigo, ya se había tardado demasiado.

-Más vale que no te estés follando a alguien, Flame, porque yo te mato…- murmuró entre dientes el chico enojado pidiendo otra bebida igual a la anterior y de inmediato comenzó a beberla. Pasaron un par de minutos más antes de que Gumball sintiera que alguien le tocaba el hombro.

-¿Puedo sentarme...?- Preguntó una voz gruesa y rasposa a sus espaldas.

-Claro, no hay problema- Gumball volteó a ver a quien le hablaba con una sonrisa fingida, la cual desapareció al tener esos ojos rojos sobre sus orbes azules. El chico volvió a reír por su repentino cambio, dándole a Gumball la oportunidad de notar unos pequeños colmillos que resaltaban en su reluciente dentadura. El azabache se sentó a su lado izquierdo con sus piernas abiertas y una postura de “no me importa nada” sin despegarle la mirada de encima a Gumball al igual que su sonrisa altanera, aún cuando Prince desvió la mirada algo nervioso sin entender completamente el porqué de su nerviosismo.

-Tranquilo, no muerdo- dijo el azabache sin dejar de sonreír de forma zorruna.

-Eso es lo que diría todo depravado sexual- Gumball alzó una ceja de forma sarcástica, y el más alto rió fuertemente. Luego se calmó y miró al frente.

-Hey, dame dos dobles- ordenó al Bardman frente a él, éste sólo asintió ignorando el mal trato.

-No bebo, gracias- informó el de cabello rosa de inmediato.

-¿Y quien te dijo que era para ti?- preguntó el azabache con una sonrisa burlona, esa sonrisa estaba plasmada en su rostro y nadie iba a quitársela. Gumbal continuó con una pequeña sonrisa y un tic nervioso en el ojos izquierdo solo para disimular que estaba cabreado. Ese chico era realmente molesto- Es broma, rosita- se burló enderezándose un poco en su silla.

-Mi nombre no es “rosita”, por favor no me llames así- se quejó Gumball frunciendo un poco el rostro.

-¿Ah, no? ¿Y cuál es tu nombre?- preguntó poniendo su codo en el mesón y usando su mano como soporte colocó su mejilla sin dejar de mirar al chico.

-No voy por la vida diciéndole mi nombre a extraños depravados- Gumball rió un poco por su propio comentario al igual que el de ojos rojos. En ese momento el Bardman dejó ambas medidas en la barra, el azabache tomó el vaso de vidrio y bebió un poco del contenido, se relamió los labios para retirar el exceso de la bebida y Gumball tenía clavados sus ojos en los labios rosa pálidos del chico que ahora brillaban por la saliva sobre ellos, tragó en seco y volvió de nuevo a mirar sus ojos con la esperanza de que no lo vieron hacer eso.

-Supongo que me dirás tú nombre si yo te doy el mío- espetó el azabache.

-Nunca acepte ese trato- bufó volviendo a beber de su botella- No quiero que alguien como tú lo sepa, así que no insistas, por favor-.

-Oh, te haces el duro, me gusta- sonrió con superioridad alzando una ceja-  Dime ¿De donde eres?- Preguntó mirándolo fijamente.

-He dicho que no diré nada, no insistas- habló cerrando sus ojos tratando de permanecer calmo.

-¿Enserio no dirás nada?- sonrió un poco mas amplió completamente divertido al ver que el chico estaba desesperándose.

-Nada- repitió dando otro sorbo a su bebida y sin mirarlo aún.

-¿Y si vamos a un lugar más privado? Podría sacarte mucho más que sólo el nombre...- insinuó el chico posando su mano en la pierna de Gumball acariciándola un poco llegando casi al medio de sus piernas, este de inmediato la retiró totalmente incómodo y avergonzado.

-¡He dicho no!- gruñó con la cara alga roja.

-Bien. Te diré mi nombre entonces y así comenzamos de buena manera, ¿te parece?- al decir eso Gumball solo lo ignoró volteando se cabeza  al lado contrario de donde estaba él, y esto lo hizo reír de nuevo- Mi  nombre es…-

-¡Marshall!- se escuchó detrás de Gumball interrumpiendo al azabache, sin embargo, a este no le pudo importar menos. Flint tenía sus brazos abiertos en dirección al azabache.

-¡Flamy!- le siguió el juego el tal “Marshall” e igualmente abrió sus brazos con una sonrisa de niño emocionado, se levantó y fue a abrazar al de cabello naranja- Pensé que no te vería, hombre- se quejó después de separarse.

-Perdón amigo, tuve un problema y me perdí tu presentación- explicó el más bajo. Sinceramente, sólo de vista Marshall pareciera medir al menos 1.80, siendo él el más alto de los tres, pues Flint media 1.76, lo mismo que Gumball.

-Por que mejor no me dices lo que hacías realmente, venga, que no te de pena ¿acaso no confías en mí?- insistió Marshall con burla y Flame se sonrojó bastante, siendo él tan tímido, era prácticamente imposible que algo de "tal nivel" sucediera. Gumball aclaró su garganta para llamar su atención aún con sus cejas casi juntas, a lo cual ambos voltearon a verlo y al cruzar miradas de nuevo con el azabache volteó de nuevo la mirada.

-Oh, cierto. Marshall, este es mi amigo, Gumball Prince, va a mi instituto. Gumball, este es Marshall Lee Abader, el chico del que te hablaba hace rato- presentó el pelinaranja.

-Un gusto, Marshall- Gumball extendió su mano hacía él de forma cortes ignorando todo lo que había sucedido anteriormente cuando estaban solos, pero Marshall tomó su mano para llevarla hacia su boca y besarla de forma "caballerosa".

-El gusto es mío, Princesa- dijo en forma de burla acompañado de una sonrisa, Gumball le arrebató su mano un poco molesto.

-Creo que tu inglés está algo dañado. Se traduce Príncipe, no "Princesa"- bravó el de ojos azules y Marshall se relamió los labios desviando la mirada pretendiendo no estar interesado.

-Pues a mi parecer te queda mejor princesa- sacó un poco la lengua aún sin mirarlo, ahora se comportaba como todo un desinteresado cuando antes estaba tratando de coquetearle- O tal vez, Bubba. Creo que queda mejor...¿Que opinas?- este vez si lo miró y le sonrió mordiéndose la lengua de forma juguetona dejando ver una pequeña bola de plata en ella.

-¡No!- se negó aún más enojado sintiéndose un tonto.

-Princesa será entoces- sentenció el más alto y Gumball soltó un pequeño gritó frustrado.

Nadie nunca lograba sacarle de quicio a Prince, y menos tan rápido, por lo que Flint lo miró completamente sorprendido sin entender como su amigo, el chico más paciente que conocía, se había enfurecido tanto.

Para Gumball, ese chico tenía un don, y simplemente era una completa molestia. Su sola presencia desde el primer momento lo molestó y Prince estaba seguro de que nunca lograran llevarse bien con ese tal Marshall. Jamás.

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Notas finales:

Hola!!! *^*

Bueuno, como prometí, aquí está el capitulo 1 de la historia <3

Muchas gracias a los que comentaron >wo

Recuerden que mientras sigan comentando y dando su opinión, este fanfics seguirá activo.

Espero les haya gusatdo el capítulo.

No vemos a la prixima >wo

Besos <3


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