Desde pequeño mi madre me había dicho que era yo, ella siempre me dijo que era su milagro.
Ella siempre me dijo a modo que yo entendiera que era parte del 2% de hombres especiales.
– Yuuri, mi pequeño niño, tu, podrás ser como yo cuando sean mayor – mi madre a pesar de atender en las aguas termales siempre encontraba tiempo para mi, y a pesar de solo tener 6 años, ella se encargó de criar me y educar me, me enseño, que hacer encaso de que ( si kami-sama no lo quisiera) un huésped se intentaba propasar con migo, como defenderme.
– ¡Quiero tener un bebe! – había dicho un verano cuando estábamos en las aguas termales sólo ella y yo.
– Lo tendrás cuándo seas grande y encuentres a esa persona especial que haga latir tu corazón tan fuerte que te sientas que se parará.
Me había respondido con una tierna sonrisa, dejando me con mil dudas.
El tema quedo, olvidado y con el paso pues me enfoque en mi carrera como patinador y como administrador.
Rn mi primer GPF había perdido, así que había regresado a casa para encontrar de nuevo mi motivación, Viktor Nikiforov fue solo un plus extra.
Viktor se convirtió en mi entrenador y gracias a él había ganado él oro, todo parecía prometedor, superar me, superar a Yurio, y el regreso de Viktor a las pistas y ser mi entrenador, sería algo que paresia un sueño, pero así como era un sueño hermoso... la pesadilla llegó.
La relación que tuve con Víktor empezó poco después de la competencia cuando gane la plata y Phichit el oro, el anillo de compromiso o amuleto que le di, no fue otra más que para reafirmar el compromiso que yo tenía hacia el, a pesar que ya ambos manteníamos una relación mas intima (sexo), aunque para mi era o al menos para mi fue hacer el amor.
Yo siempre lo había amado, y siempre que teníamos intimidad le pedía el condón, porque sabía las consecuencias de no tener protección.
Hoy estaba de nuevo en el hotel y en especifico la habitación que me había visto llorar, 1412 era la el numero que me había visto llorar amargas lágrimas. Esta ves a lado mio no había un hombre de ojo azul y cabellos platinados, esta vez hay dos niños una niña de cabellos platas y ojos cobrizos, y un niño de cabellos negros y ojos azules, esta vez no hay nada que me haga llorar.
Aun recuerdo como todo con claridad como si fuera ayer...
Había ganado el oro y tanto Vicktor como yo fuimos a festejar, siendo sinceros sin el a pollo de viktor no hubiera llegado tan lejos, por que el era la motivación que me faltaba.
Esa noche fue la mas loca de mi vida, hubo alcohol y una cosa llevo a la otra, cuando menos me di cuenta ya era de día, pero algo ocurrió, no fue un despertar como todos cuando me levantaba y Víctor estaba en mi pecho o yo en el suyo, no esta vez estaba solo, me levante puesto que el lado de viktor estaba frío como su ya tuviera mucho tiempo fuera de la cama, lo busqué por todo el departamento y en un descuido Prendí la tele.
Fue entonces que vi las noticias ahí decía que viktor tenía una hija de nombre Lucia. Decir que estaba devastado fue poco, destrozado era lo mínimo que me sentía.
Durante 3 semanas estuve encerrado en esta habitación, Yuri y Phichit eran los únicos a los que contestaba las llamadas o entraban a la habitación.
Un día no aguantaba la cabeza, tenía vómitos matutinos y no podía comer otra cosa que no fuera Piroski. Eso alerto a Phichit el cual junto a Yuri me llevaron arrastras al medico.
Cuando recibí la noticia de que estaba en cinta, no sabía si llorar, reír o tirarme aún puente.
Decidí que Viktor debía de saber que sería padre por segunda vez.
Cuando llegamos buscamos a Viktor en su departamento pero no estaba ahí.
Fuimos a la pista de hielo.
Ahí se encontraba, todos nos habían dado espacio cuando me vieron llegar junto a Yuri y Phichit.
Me puse los patines y camine hasta llegar a donde estaba Victor, deje que terminara sus saltos.
- ¡Victor! -dije y se haba lanzó sobre mi cuando me vio, y por un instante pensé que todo estaría bien.
- Yuuri - dijo abrazando me.
- Di... dime.. que es... mentirá... tu... que no tienes... una hija... - dije abrazándolo y apretando me más a él.
- lo siento... es cierto... Yo.. tengo una hija - dijo y yo me separe. - no se como seré su padre, yo.. apenas si puedo con migo y makkichin y ahora soy padre de la noche a la mañana.
- espera.. espera.. - dije mientras tomaba una distancia - me estas diciendo que no te gustan los niños - no era pregunta era afirmación.
- ¡exacto! Soy pésimo, no quiero niños, en parte por eso estaba contigo.
- ¿que? - no lo podía creer, no creía, ni daba crédito a los que oía.
- si, piensa lo, yo soy patinador, y tu también, eso nos quitaría tiempo, a demás eres hombre y yo también, así que ninguno puede concebir.
- ¿Y si alguno de los dos pudiera... - no termine de decir por que me interrumpió.
- Yuuri, no es por ser discriminador ni nada por el estilo, pero que los hombres tengan hijos es antinatural - dijo y vi como Yuuri quería pegarle a Viktor.
- entonces... esa es tu opinión de esos hombres especiales.
- así es - dijo y yo me sentía cada vez más hundido en la oscuridad.
- Te están esperando - dije cuando vi a una chica.
- Ha, es verdad. - Dijo con tono lastimero.
- por cierto, Tu, yo y lo que hubiéramos tenido ya no existe no me voy a meter entre una niña y el intentó de familia. - dije serio y ambos nos dirigimos a la orilla de la pista donde Viktor se puso los protectores y se fue con la joven que tenía a una niña en su carriola.
Yo me quede y antes de que Phichit y
Patine al centro de la pista después de que él se fuera, patine con rabia y dolor y sobre todo amor que hoy ese día me despedía para no volverlo a ver.
Dolía, dolía mi alma me sentía horrible, mi bebe, no sabría de su padre, aunque todo lo que quedaba en mi pecho era ecos de amor.
Una secuencia de pasos.
Desde mi pecho sonaban tus recuerdos, y solo quedaban ecos de amor...
Un salto Alxel doble.
Sentía que la musica estaba por acabar, esa música que me lastimaba y que no sabia de donde la había sacado...
Ya están desgastadas todas las palabras lo que queda entre tu y yo no le alcanza al corazón, y desde mi pecho suena tu recuerdo, todo lo que queda entre los dos son ecos de amor .
Termine señalando por el lugar donde se fue Viktor... Caí de rodillas sobre el frío hielo, el lugar donde había visto muchas cosas de mi y de Viktor...
– ¡Yuuri! – oí que gritaban mi nombre.
– Lo mató,– gritó Yurio.
– No, él jamás necesitara a Viktor, yo seré más que suficiente – dije convenciendo me a mi mismo y a Yuri. Después de eso todo es un poco confuso, al parecer me desmalle.
Al despertar estaba en una camilla de hospital y mis manos eran sujetadas por dos personas a mi lado izquierdo estaba un rubio, sus ojos estaban cerrados, pero sabia que estos eran de un verde esmeralda, que para ser ruso, llevaba nombre Japonés.
A mi lado derecho se encontraba un castaño, primero no lo reconocí pero el me apretó la mano, y aún en sueños me daba animo, lo vi mejor y lo reconocí, era uno de los pocos amigos que tuve en Detroi, Sakurada Jun.
– Yuuri... – Dijo y yo le Sonreí. Despertó Yuri despertó y después Jun me reviso al parecer ya era doctor.
Estaba biendo por la ventana, afuera era un hermoso día, sol y unas nubes grandes y esponjosas.
Pero yo lo veía gris, me sentía raro.
– Bien, al parecer tus resultados de sangre salieron bien - me dijo mi amigo pero yo me sentía morir. –tenemos suerte que ese bebe toda vía este ahí dentro, por tanto salto pudimos perderlo - dijo y yo apreté los puños.
–Que tiene de bueno si soy un fenómeno, yo...– pero antes de continuar el me dio un golpe.
–Escucha me bien KATSUKI, TU NO ERES UN FENÓMENO, MONSTRUO, ABOMINACIÓN, o cualquier apelativo que tu cabeza pueda formar, Yuuri eres un milagro, Tu eres un orgulloso padre, un hombre extraordinario, que tiene un gran futuro, no dejes que lo que diga el imbécil de Nikiforov te hunda.– dijo y yo llore en un su pecho, el tenia razón no dejaría que Viktor me hundiera.
Después de ese golpe y regaño entraron Yuri y Phichit, a lo cual vieron mi mejilla roja y a un serio Jun.
– Gracias tienes razón -le dije y el sonrió y me abrazo.
Llego una enfermera con un aparato para hacer una ecografía, en la cual supimos que dos personitas estaban aferrándose a mi, diciéndome que querían estar con migo, que no se irán como Viktor....