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Sin Esperanza por Sailor cosmos

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—Buenos días bello durmiente—se restregó el ojo de mala gana, apenas se había despertado porque su estómago clamaba por algo de comer, sino estaría peor que un muerto.

—Dime que hiciste de desayunar—gruño con la misma expresión de fastidio, se había dormido tarde tonteando con su celular, peligrando con quedarse ciego— ¿Qué te hace tanta gracia? —preguntó al notar que Lightning se aguantaba la risa.

—Nada...—su boca formaba una perfecta línea recta por estarse mordiendo los labios—Solo... Nada—dio un golpe a la mesa. Francesco camino hasta el espejo, porque no era normal que Lightning se estuviese riendo mientras veía en específico su cara. Lo que vio pues...

— ¡¿QUE COÑO LE HICISTE A MI CABELLO!? —se llevó las manos a la cabeza, no era un rojo al nivel del auto de Lightning, pero el tono rojizo era muy evidente— ¡¡Lightning!! —miro rabioso al rubio que se estaba partiendo de risa, yendo al punto en que se escurrió de la silla hasta el piso, con pequeñas lágrimas por estarse riendo tanto.

—Tienes el sueño más pesado que un oso—estaba semi acostado en el suelo—No lo pude evitar—se estaba consumiendo a carcajada viva, jamás en su vida lo había visto reír tanto—Pensé en hacerlo de verde, pero al final no fue tan malo.

— ¡¡PAREZCO ED SHEERAN!! ¿¡A ESTO LLAMAS SER BUENO!?

—Ay no seas exagerado—se levantó y al llegar hasta el, paso sus manos por el cabello lacio—Ed Sheeran es mucho más pelirrojo, tan solo es un poco de... reflejo—y se seguía riendo. Francesco hizo una especie de puchero, su enfado se fue mermando por la risa tan limpia y sincera del rubio aun cuando era de burla hacia él.

—te ves lindo riendo—Comento con una media sonrisa, Lightning lo miro algo impresionado, parando de reír y dejando su cabello quieto. Apartándose casi de inmediato.

—Yo... eh... Tu desayuno está en la mesa—se encontraba un poco ruborizado, con el cabello típicamente en la cara daba un aspecto bastante adorable. Francesco se inclinó y dio un ligero beso en la mejilla derecha— ¿Y-y eso de dónde...?

—Te lo dije, te ves lindo—tomo rumbo a la mesa, sentándose frente a la mesa— Puedes acompañarme aun si ya comiste—comento al notar el plato vacío frente al otro asiento.

—Tengo algo... que hacer. Buen Provecho—murmuro caminando hacia su habitación. Al estar dentro se recostó de la puerta hasta deslizarse al piso, abrazándose las piernas y viendo a un lado—Idiota...—pensó vagamente, estando unos minutos en esa posición.

Se levantó del suelo, montándose y gateando en la cama hasta acostarse, volviendo la sabana un pequeño revoltijo al no arroparse como debería. Tomo la almohada más grande y la abrazo, dormitándose muy rápidamente, viendo las oscuras paredes del curto con nula luz. Antes de terminar de dormirse, jalo la venda que cubría la cicatriz de su cara, era un fastidio tenerla mientras dormía.

...

Bostezo fuertemente, notando que estaba echado -o más bien tirado- en el sofá, cual vil trapo, aunque podía atribuirse a sí mismo la culpa, conociéndose de seguro solo se había medio muerto ahí después de comer aquella montaña que Lightning le había puesto en frente, si engordaba seria culpa de él. Restregó sus ojos y se acomodó, dormiría hasta que Lightning hiciera el almuerzo.

Apago la televisión para que el silencio predominara, esto no ocurrió y resultaba bastante extraño, pues si Lightning seguía dormido no había razón alguna para que el departamento tuviese el más mínimo sonido. Levantándose completamente adormilado se decidió a ir a la habitación del rubio, viendo que eran las 4 de la tarde ya. Bonita hora para seguir durmiendo y no haber almorzado.

—Lightning ya tengo ham... bre...

—Uuhh... Hmpf...

—Eres el hombre más inoportuno que haya conocido en toda mi puta vida ¿No podías seguir medio muerto en el sofá?

Quería asimilar lo que pasaba, intentar darle algún sentido por más mínimo que fuese, para repasar y a ver si es que no estaba alucinando o soñando: Lightning en su cama, como debería, hasta ahí íbamos bien, sin problema; Harv... si, Harv, como coño entro de nuevo al departamento y más aun sin despertarlo si debió pasar en frente suyo; Ambos teniendo sexo entre la pura penumbra, la luz del pasillo permitía ver a medias que pasaba; Lo más importante y principal, si el rubio estaba llorando y con las manos atadas tras la espalda ¿¡PORQUE COÑO NO GRITO SI SABÍA QUE ESTABA AHÍ!?

— ¿¡QUE HACES AQUÍ!? —grito saliendo del estupor y la sorpresa del momento.

—Creo que estas lo suficientemente grande para saber que estamos haciendo—sonrió burlón, apartándose de Lightning y subiéndose parte del bóxer, luego el cierra, levantándose de la cama— ¿O así de inocente eres?

—Es obvio que lo estabas haciendo con él, el problema no es ese maldito—lo tomo de la camisa mirándolo iracundo, rabioso y con evidentes intenciones de querer partirle la cara.

—Tan solo vine a cumplir mi palabra y su parte del trato, supongo que ya estaba bien por hoy—sonrió confiado y sumamente tranquilo—Llegue a la 1 ¿Ya qué hora es?

— ¿Qué le hiciste? —apretó más el agarre, dudaba por mucho que Lightning estuviese de acuerdo con eso, aun cuando ahora parecía tan manso, tomando la sabana y tapándose cuanto podía, temblando o sollozando.

—Nada que no hayamos hecho antes. Fue un completo disgusto tenerte aquí, deberías largarte a Italia. Es una pequeña sugerencia—palmeo su hombro y se soltó sin mucha dificultad—También deberías evitar acercártele mucho, se pone de ml humor y muerde—comento caminando por el pasillo muy tranquilamente, Francesco no relajo ni un musculo hasta que escucho la puerta cerrarse, girando su vista a Lightning que seguía en la misma posición fetal, cubierto lo que más se pudiera por la sabana

— ¡¡Hey!! ¡¡Que rayos hacia el aquí y por qué no me llamaste!! —exigió saber, jalando la sabana sin mucha dificultad, las marcas de besos, mordidas y algún que otro moretón no lo sorprendió del todo, considerando la contextura del que se había ido hace unos segundos y comparándolo con Lightning era casi imposible no pensar que le haría un mínimo de daño.

—Uhnm... pfff—no se movió, apenas viéndolo con los ojos aun aguados y cristalizados.

— ¿¡PERO QUE ES LO QUE-!?—la pregunta murió al percatarse de algo, estirándose hasta la mesa de noche encendió la pequeña lámpara—Lightning... ¿Qué te hizo? —preguntó, aunque la mirada perdida y algo frustrada dio a entender que habría una respuesta a la interrogante.

En las mejillas y por debajo de la barbilla estaba el contorno de dedos, bien marcados, como si hubiesen aplicado presión en esa zona, sin embargo, lo más importante y resaltante del asunto eran nada más y nada menos que varias, alrededor de 12 o 13 marcas -tuvo un poco de pereza de seguir contando, mezclado con un poco de impotencia. - de pinchazo en su cuello, únicamente del lado derecho pero que fueran tantas preocupaba bastante. Alejándose un segundo se puso a buscar entre las sabanas, encontrando muy pronto un montón de inyectadoras vacías. Asumía que tenían droga antes peri no podía saberlo con exactitud.

—Cuantas de estas inyecto...—murmuro para sí mismo, percatándose de ciertos frascos pequeños en el suelo. Ya comprendía porque el estado tan extraño del rubio. —Lightning... Lightning —llamo dándole golpecitos muy suaves en la mejilla. Lentamente y con suma dificultad fijo su vista en el italiano—¿Cuantos dedos ves? —pregunto alzando la mano completa. Lightning apretó los ojos un momento, frunciendo muy levemente el ceño.

—Nue... nueve...—balbuceo con voz ronca y casi inexistente.

—Muchas... definitivamente fueron muchas—murmuró para sí mismo. Miro a Lightning un momento, percatándose de un pequeño detalle.

Estaba manso, débil, vulnerable y por sobretodo sumiso ¿Que iba a costar tener sexo con él? Sería muy fácil cumplir su fantasía desde hace tanto tiempo en ese instante, tan solo tendría que ponerse sobre él y luego culpar a Harv, la droga. Reduciendo el espacio entre ambos dio apenas un suave toquecito en el pecho, cerca del pezón, la piel blanca y suave expuesta casi rogando ser mordida. Negó con la cabeza apartándose, no podía hacer algo así, no pensaba reducirse a lo que era Harv, necesitando una droga para poder estar con Lightning en una cama.

Quizás esperar era una mierda, pero valdría la pena y sería mucho más satisfactorio que esto. Tomo todos los frascos e inyectadoras que encontró, botándolas en la basura del baño.

—¿Quieres que te bañe? No voy a hacer nada raro si es lo que te preocupa—los jadeos y respiraciones profundas no eran precisamente una respuesta. —¿Es un sí o un no? —de nuevo lo mismo. Lanzando las sabanas a un lado y sin ver más de lo debido -que, siendo honestos, quería ver— lo cargo en ambos brazos, no había sido tan difícil, Lightning era tan liviano que apenas podía ser complicado. Abrió la llave de la bañera y lo metió en esta en lo que se llenaba de agua. Saco del closeth una de las enormes camisas que el rubio suele vestir junto a un bóxer negro de liga roja.

Dejó todo esto sobre el enorme lavabo, cerrando la llave de la tina y tomando el envase de Shampoo del rubio. Quizás no hiciera falta un baño en toda la extensión de la palabra, pero no quitaba el que podía divertirse un poco con el asunto.

—Acabo de recordar cuando mi madre me bañaba—comenzó a decir, Lightning era más un muerto en vida que otra cosa, pero el recuerdo vino a su mente muy de golpe—Lo hizo hasta que cumplí los 10, siempre decía que me lavaba mal el cabello y por eso no podía hacerlo yo solo, me derretía de vergüenza cuando lo hacía Francesco era muy penoso de niño... Pero es de los... pocos recuerdos que tengo con ella... —detuvo el movimiento de sus manos en el cabello rubio—Por un tiempo llegue a pensar que me odiaba—enjuago las manos en el agua de la tina—Que tontería ¿no? —se burló de sí mismo, tomando la pequeña regadera, abriendo la llave para quitar la espuma y cualquier residuo de sustancia jabonosa. —¿Lightning?

Por algún motivo de origen desconocido, Lightning abrazaba sus piernas, llorando como si no lo hubiese hecho ya en la cama. Ojalá pudiera entender que era lo que pasaba por su cabeza, algo más aparte del asunto de Harv debía estarlo atormentando, conociéndolo tendría que volverlo loco de tanto preguntar hasta que respondiera, sin embargo, aún no era el momento para eso.

***

—Así que esta es la razón de porque llegas tarde.

—Mierda...—murmuro entre dientes cerrando la puerta, se acomodó un poco la camisa y el cabello alborotado—Mamma...

—La ropa cara, los relojes, los muebles nuevos, los collares, anillos... Intente pensar que era simplemente un trabajo, pero Esto Francesco... ¿Es enserio? —su tono y mirada decepcionadas le hizo encogerse un poco en sí mismo— ¿Enserio llevo matándome toda tu vida para darte lo mejor y que me hagas esto?

—No es tan malo Mamma—dijo para intentar convencerla, a pesar de que surtió el efecto completamente contrario.

— ¿¡QUE NO ES NADA!? QUE MI HIJO VAYA POR TODA ITALIA COMO SI FUERA UN PROSTITUTO ¿¡NO ES NADA!? —exclamo herida—Ni siquiera cuando el maldito de tu padre me abandono recurrí a algo tan engorroso y tú, que me tienes a mí, pagando todo lo que puedas necesitar, botas mi confianza a la basura por tener más dinero—estaba incrédula, muy herida, sabía que nunca fue suficiente lo que le dio, que debió haber hecho más, nunca espero que algo así pasara.

— ¡¡Siempre me has dado todo lo que necesito a costa tuya!! Que tiene de malo aprovechar que ellas me quieren dar dinero solo por pasar un rato en su casa aun si no hacemos nada. Pagar el colegio, la casa, la electricidad, internet, lo que debo comprar para hacer proyectos, no puedes cargar con eso tu sola—estaba ofuscado, algo desesperado.

Si bien algunas veces había tonteado con muchas de las que estaba en su instituto no siempre era de connotación sexual, todas eran adineradas, todos eran adinerados -y no decía que hombres también porque seguramente a su madre terminaba de darle un infarto-, fuera por lo que fuera terminaban dándole muchos regalos, dinero, etc. No los iba a negar si podía quitarle problemas a su madre de encima, que ya mucho había hecho por el en toda su vida.

—Lo he hecho desde que tienes 3 años y lo seguiré haciendo hasta que tengas un título en tus manos y un trabajo con el cual mantenerte, hasta ESE momento voy a seguir partiéndome la maldita espalda por ti. Eres todo lo que tengo y quiero ver que triunfes en esta vida.

—Lo voy a hacer ¿Por qué dudas tanto de mí?

—Tal vez porque vi cómo te bajas de un auto costoso, dándole un beso a una cualquiera operada y niña de papi en lugar de hacer lo que me dijiste que harías, un trabajo para fin de curso, tienes tus clases de Inglés, de natación y las clases que te da la universidad para ver si calificas para la beca—enumero acercándose a él, ya de por si con el ambiente tenso, Francesco esperaba alguna bofetada en cualquier momento, se vería chistoso considerando que ahora repasaba en 15 centímetros a su madre.

—Sigo estando de primero en las listas de calificaciones, tengo el mejor promedio, ay casi hablo el inglés, parezco un maldito pescado en el agua y el curso sigue hasta este mes. No he descuidado nada por hacer lo que estoy haciendo con esas niñas de Papi que tiran su dinero hasta por ver a una hormiga bailando Cumbia.

—O sea, te conformas con su limosna

—Mamma por dios... ¿Qué acaso somos vagabundos? Mira la casa que tenemos, todo lo que tenemos ya lo has hecho tú. Sé que no es la mejor manera, pero también quiero ayudarte.

—Ya te lo dije, no necesito ayuda y no dejare de-

— ¿¡Y YO DONDE COÑO QUEDO!? —apretó los puños y Eleonora lo miro sorprendida— ¡¡ TODA MI MALDITA VIDA A SIDO CONTIGO TRABAJANDO TODOS LOS SANTOS DÍAS HASTA VERTE POR CINCO MINUTOS EN AL NOCHE!! QUIERO TENER A MI MADRE POR AL MENOS UN DÍA COMPLETO SIN TENER QUE OÍRTE DECIR QUE ET NECESITAN EN EL TRABAJO.

— ¿¡Y acaso podemos vivir del aire!?

—SE QUE NO, PERO DEJA DE INTENTAR HACERLO TODO TU SOLA. BUSCARE UN TRABAJO QUE TU QUIERAS TAN SOLO SE MI MAMA POR UNA VEZ—pidió llorando.

Desde que tenía memoria, los tiempos con ella habían sido tan nulos, teniendo dinero o no, comida o no, ella nunca estaba, pasar los momentos de burlas de los demás por la diferencia de status solo había sido muy difícil para él, no había con quién hablarlo, a quién pedirle consuelo, simplemente carecía de familia en la parte más íntima. Muchos concursos ganados ya fueran en ajedrez, matemáticas, natación y el espacio siempre vacío permanecía

Solo quería a su Mamma... ¿Qué de extraño tenía eso? Ya Vivian en una casa grande, incluso de dos plantas, muebles bonitos, no carísimos, pero mucho más que decentes, un cuarto grande, cama matrimonial igual que ella, computadora, celular táctil, ropa, comida todos los días. Lo que una vez falto ya estaba ahí ¿Qué más iba a pedir necesitándola a ella?

—Tengo que irme ya. Te deje algo hecho en el horno—tomo su cartera—Hablaremos de esto...

— ¿Cuando? ¿Cuándo tenga 20 años y no me importe si estas o no? Bien, hablémoslo ese día—paso de largo, subió las escaleras y azoto la puerta para cerrarla. Eleonora apretó los labios y suspiro, quizás él si tenía razón en ese sentido.

Se sentó frente a la computadora, tomando varios libros y cuadernos para hacer lo que faltaba de su proyecto, que tenía que presentar en dos meses, pero prefirió adelantarlo, hacerlo solo en lugar de buscar un grupo había sido la mejor idea de todas. Recostó al cabeza sobre los libros y volteo a la ventana, sonara egoísta, pero esperaba que alguien fuese tan desdichado como él, así existiría un balance en el mundo.

***

—Muy bien... no queme la cocina, no queme el departamento, tiene buena pinta y no es una Pizza... Debería estar bien—hablo a si mismo examinando lo que había cocinado.

Jamás se le había dado bien, en ningún momento de su vida aun cuando tuvo que cocinar para sí mismo en el pasado, por lo general terminaba quemado o muy crudo y se lo comía porque no iba a tirar todo a la basura. Hizo un par de bistecs que se veían como las mejores fotos de los gourmets, arroz que de seguro había quedado desabrido o algo crudo y una ensalada cesar aun cuando el aderezo iba a saber un tanto extraño... el punto era la intensión y nadie le diría lo contrario.

El sonido de cristal roto llamo su atención, eran ya las 9 de la noche -se había bañado y no era precisamente rápido cocinando- y pensó que Quizás Lightning dormiría bastante y tendría que despertarlo. Camino hasta la habitación de la barra de licores, de donde seguía escuchándose el estruendo, al abrir la puerta la escena era un tanto extraña por llamarla de algún modo.

—Calmate...—se apresuró a sujetarlo de los brazos antes de que lanzara la botella de Whisky y volverlo parte de aquel gran poso de licor en el suelo y los brillantes trozos de cristal.

— ¡¡SUÉLTAME!! —la botella termino en el suelo de todas maneras, lamio la pequeña gota que cayó en su labio. Lightning ahora sentado en el suelo, con las manos cubriendo su rostro—No... no me toques.

— ¿A quién se supone que ves? No soy Harv... No tengo tan espalda—quiso ser gracioso, pero no funciono en lo más mínimo, Lightning sollozando era prueba de eso—Oye...

—Ya no quiero seguir haciéndolo... No quiero—sollozaba, Francesco ladeo la cabeza y frunció el entrecejo.

— ¿Por qué no lo delatas, demandas o lo que sea? Te obligando a tener sexo con él o al menos eso parece. —Lightning alzo la cara mirándolo rabioso.

— ¿¡CREES QUE NO ESTOY HARTO DE QUE ME DROGUE!? Harto de que me toque, que me hable, que me esté recordando que sin él no soy más que un simple desecho del mundo que hubiera muerto fuera por lo que fuera...

—No eres un desecho y tampoco lo necesitas, ya eres adulto, te puedes defender y sobrevivir tu solo—frunció el entrecejo, esto parecía muy confuso, sería muy engorroso que la gente se enterara de ese sucio secreto, pero más allá no pasaría nada ¿Qué más daba con tal de alejarse de él si eso deseaba?

—No puedo hacer eso... No puedo hacerlo

— ¡¿Por qué no!?

Lightning no respondió, tan solo se lanzó a abrazarlo, a llorar en su hombro. Francesco palmeaba su espalda suavemente, vamos que ya estaba molesto de ser incapaz de comprender que era lo que pasaba alrededor de esos dos, insistía ¿No era más simple decirlo aun con la vergüenza que pudiese pasar?

***

—Hay mucha gente hoy~ ¿te parece si canto de nuevo? —preguntó cruzándose de piernas, sentado en la barra mientras Lean iba contando el dinero, el bullicio normal del bar, una que otra pequeña pelea entre borrachos, lo común.

—No gracias, ya me basto con ver una vez lo que Ada te enseño para tentar—bufo guardando los billetes—Deberías volver a tu lugar de una vez.

—Ay por dios, si lo hago habrá más dinero y por ende más paga para mí—sonrió coqueto, el cabello alborotado con reflejos azules y verdes, la ropa corta y reveladora de brillante y cuero.

—Cuando hables conmigo omítete el tono de perra, gracias—sonrió sarcástico y Lightning hizo un puchero entrecerrando los ojos.

—Estamos en público, si piensan que soy así, les gustara más.

— ¿Eso crees?

—A la gran mayoría les gusta—sonrió—Además, si no entra más dinero hoy mi paga seguirá estando falta.

—No esta falta.

—seré disléxico, pero no ciego, se cuándo no me pagas completo Leon.

—Es lo mismo y estoy a punto de pensar que también te estas quedando ciego para no notar que pronto no podrás poner un pie fuera de este bar, si sigues con el tonteo—advirtió caminando tras la larga y extensa barra, Lightning lo siguió.

—Hago lo que Ada me dijo.

— ¿Quién es tu jefe?

—Que amargado—saco la lengua y cerro un ojo—Pero hablando enserio, quiero lo que me falta del mes pasado. No es justo que lo gastaras sin mi permiso cuando fuimos al médico—se quejó con un puchero.

—Tienes 14, casi 15 años, quería revisar que no tuvieras SIDA considerando la loquera que tienes montada. Y lo pague yo, deberías agradecerlo.

— ¿Entonces porque no está mi dinero completo?

—Había que tomarlo de algún lado.

— ¡¡Si pague yo!! —rechisto.

— ¿Quién tiene el dinero en este lugar? —se rio bastante satisfecha de la pequeña rabieta—lleva esto a la mesa 12. Si más dinero quieres, convence a ese imbécil de comprar mas—Lightning tomo la bandeja de mala gana—Y esto a la 3, esto a la 6 y a la 11.

—se supone que soy bar tender, no mesero—afirmo tomando todas las bandejas sin dificultad, de tanto practicarlo fuera el colmo no poderlo hacer, aun cuando hizo que Leon tuviera que comprar más de 3 docenas de jarras, vasos y platos.

—Funcionas para las dos, ahora anda—Lightning se dio la vuelta, con andar bastante coqueto, moviendo la cadera sin exagerar en un pequeño contoneo, casi pavoneándose frente a la marea de hombres que seguían en el local. Dejo cada bandeja en su respectiva mesa, en su mayoría eran tragos y algún que otro aperitivo.

— ¡¡Tu, el de cabello azul!! —volteo al escuchar que lo llamaban, se omitió el gesto de desagrado, no le sorprendía que fuera un hombre de mal aspecto, casi el doble de grande que Leon y cicatrices en algunos lugares visibles. Camino hasta el, sonriendo.

— ¿Se le ofrece algo?

— ¿Cuánto cobras? —una vena se hinchó en su frente, no era la primera vez que pasaba, pero ya ese asunto había quedado aclarado.

—Solo trabajo aquí, no hago este tipo de servicio que solicita—sonrió haciéndose el penoso cuando en verdad quería salir huyendo después de partirle todo lo que tuviera a su alcance en la cabeza. —Me llevo esto si no le molesta—tomo la bandeja, poniendo los vasos sobre esta y antes de tomarla el jalón lo hizo sentarse.

—No te hagas el inocente, todos tienen un precio y yo estoy dispuesto a pagar el que sea por una noche contigo en la cama.

—Hablo enserio, yo no doy ese tipo de—el hombre puso una mano en su boca, olía fatal ya que estamos, la caricia en su muslo altero un poco su ritmo cardiaco.

—Hueles tan bien...—jadeo luego de olerle el cuello y pasar la lengua por ahí, causando un horrible escalofrió—... ¿Qué edad tienes? Estoy seguro que no llegas ni a los 16... Si es así te aseguro que te pagare mucho más, me encantan jóvenes. Así que-

Un tiro, uno bastante fuerte resonó en todo el establecimiento, lo suficiente para asustar al tipo que Lightning se soltara, tomando la primera cosa que pudo y lanzándosela en la cabeza, rompiendo la jarra en el proceso.

— ¡¡PERRA DE-

—Pensé que había quedado claro que el aquí es solo mesero y Bar tender, el que vuelva a intentar algo como eso—el sonido de la escopeta lista para disparar termino por si sola la amenaza, Leon tenía un arsenal de arma para cada o algo así, si no era una escopeta, era una metralleta, sino una pistola, una magnum... ¿Fue militar o qué?

—Pudiste hacer eso antes. Qué asco—se restregó el lugar donde lo lamieron.

—Fue una advertencia para ti también, contrólate o a la próxima no habrá tiro de salvación—sonrió, era muy escalofriante cuando lo hacía de esa manera. Lightning salto y se puso tras la barra, menudo apoyo.

***

—Entonces... ¿Me dirás que pasa? —ya era de mañana, ambos habían cenado e ido a dormir sin decir una palabra, casi como si fuera un día común y corriente sin nada en especial.

—No—Francesco bufo, sentándose de buena manera en el sofá.

—Puedo ayudarte a que esto se acabe y tengas una vida tan normal como se pueda, tenértelo guardado no ayuda en nada ¿sabes?

—Créeme que no puedes ayudarme—aseguro sonriendo sarcástico—Tampoco te interesa de verdad, no tiene sentido—parecía decepcionado. Pensó en rebatirle, pero su celular comenzó a sonar

— ¿Bueno? Se, Francesco Bernoulli. —Lightning bajo la taza de café, la séptima que se tomaba en la mañana—Succede qualcosa?... Cosa?! Quando!? Sto andando lì—colgó rápido con la palabra preocupación casi plasmada en su frente—Tengo que irme a Italia—se levantó y corrió a la habitación donde tenía sus cosas.

— ¿Y ese repentino cambio de opinan? No que me queje—admitió tomando un trago de café, uno muy largo y satisfecho.

—Atropellaron a Mamma—casi se ahoga al escuchar esto.

— ¿Qué? Pero... ¿Esta bien? —preguntó dejando la taza en el mueble más cercano.

—No sé, solo me llamaron para avisar que está en el hospital ye l hombre preso, voy a asegurarme de demandarlo hasta por el color de cabello que tenga—gruñía metiendo todo de forma desordenada en la maleta—Tengo que comprar el boleto, pero nos e cuanto va a tardar en-

—Eso déjamelo a mí—agarro el celular del italiano.

— ¡¡Ahora no estoy para tomarme tus juegos enserio!! Debo ir rápido a Italia porque si algo grave le llega pasar a Mamma y yo no estoy ahí-

—Y llegaremos a Italia, más rápido de lo que crees. Espera a que me vista

— ¿Qué vas a hacer?

—Cobrarme unos cuantos favores a un amigo—afirmo y Francesco se mordió el labio ¿Qué tan fiable podía ser esto? —Hey, me podrás caer de la patada, pero entiendo que te preocupes por tu madre, no jugaría con algo así—aseguro con bastante credibilidad, el italiano suspiro algo frustrado, tendría que confiar en él.

 


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